Nelson Mandela, símbolo de libertad, justicia y dignidad humana: Dolores Padierna

* Discurso de la senadora Dolores Padierna Luna, vicecoordinadora del Grupo Parlamentario del PRD, durante la mesa redonda titulada El Legado Universal de Nelson Mandela.

Dolores Padierna Luna (DPL). Esta conferencia es una conferencia muy importante, se titula El Legado Universal de Nelson Mandela en la lucha contra la discriminación racial. Y tan sólo por ese nombre, ahí radica su importancia.

Quiero agradecerle también su presencia y su participación al señor Martín Malan, Consejero de Asuntos Políticos de la Embajada de la República de Sudáfrica. Muchísimas gracias.
 
Está con nosotros, el doctor Maina wa Mutonya, académico. Muchísimas gracias.

Está la maestra Arcelia Flores Castro, académica también. Muchas gracias.

Después de las participaciones de nuestro ponente, vamos a pasar un video breve con la historia de la vida de Nelson Mandela, y después si alguien quiere hacer alguna pregunta, si no manda por escrito su pregunta y a quien va dirigida para que se pueda responder. Y así concluiría el programa de esta sesión.

Yo en primer lugar me permitiré hacer algunas palabras.

Decía Mandela: Siempre he atesorado el ideal de una sociedad libre y democrática en la que las personas puedan vivir juntas en armonía y con igualdad de oportunidades. Es un ideal para el que he vivido, es un ideal por el que espero vivir, y si es necesario, es un ideal por el que estoy dispuesto a morir.

Lo decía en 1961 ante un tribunal que lo juzgaba por alta traición. Su alegato era sincero, tanto que lo llevo a la cárcel durante 27 años.

Noventa y cinco años de edad va a cumplir mañana. Madiba, como le llama su pueblo con cariño, Madiba cada 18 de junio la ONU, la organización de las Naciones Unidas se une a llamamiento de la fundación Nelson Mandela de dedicar 67 minutos de nuestro tiempo para ayudar a los demás, homenajeando en su día.

Los 67 minutos se corresponden con los 67 años que ha dedicado su vida al servicio de la humanidad, como defensor de los Derechos Humanos, como preso de conciencia, trabajando por la paz y como primer presidente elegido democráticamente de una Sudáfrica libre.

Desde 2009 la Asamblea General proclamó el Día Internacional de Nelson Mandela, en reconocimiento a su contribución a la cultura de la paz y la libertad.

Toca hoy comentar sobre el legado de Mandela. Hacerlo implica mencionar que el junto con sus compañeros del Congreso Nacional Sudafricano: Walter Sisulu y Motlana Harrison impulsaron en 1952 la campaña de desobediencia civil, movimiento que desafió las leyes del apartheid, ese fenómeno de segregación racial en Sudáfrica, símbolo de la discriminación política económica, social y racial.

Campaña en la Carta de la Libertad, la que recogió las demandas más sentidas de los pueblos de Sudáfrica.

También es necesario comentar otros aspectos que a veces se ocultan en las noticias, datos centrales como la relación histórica y de profunda amistad con Cuba y con Fidel Castro.

No se dice, por ejemplo, nada de la visita que Mandela hizo a Cuba en 1991, donde agradeció la solidaridad y apoyo de esa nación hermana durante décadas, destacando a la vez el apoyo militar cubano que supuso la victoria de Kuito Cuanavale en Angola, frente a las tropas Sudafricanas.

Un hito que es considerado el inicio el fin del régimen del apartheid.

Tampoco se ha difundido suficiente la visita de Fidel Castro a Sudáfrica en 1994. En la relación de los múltiples reconocimientos internacionales, jamás aparece la Orden José Martí entregado a Mandela, máxima distinción de Cuba a una personalidad.

En Julio de 2010, en senda carta a Mandela, Fidel Castro le pedía que exigiera su fuerza moral en un asunto central.

 “Ejerce toda tu inmensa fuerza moral para mantener a Sudáfrica lejos de las bases militares de Estados Unidos y de la OTAN, amigo ayer del apartheid, hoy compiten cínicamente por simular su amistad”, le decía Fidel Castro

Con esas sentidas y sabias palabras iniciaba Fidel Castro su carta: “Viejo y prestigioso amigo, cuánto me place verte convertido y reconocido por todas las instituciones políticas del mundo como símbolo de la libertad, la justicia y la dignidad humana.

Te convirtieron en trabajador forzado en las canteras, como hicieron con Martí cuando tenía 17 años. Sólo estuve en la prisión política menos de dos años, pero fue tiempo suficiente para comprender lo que significan 27 en las soledades de una prisión, separado de familiares y amigos”, hasta ahí las palabras de Fidel Castro.

Símbolo de la de la libertad, la justicia y la dignidad humana, eso es Nelson Mandela.
 
Por otro lado, es inconcebible que 15 años después de haber recibido el Premio Nobel de la Paz, después de haber sido presidente de Sudáfrica, Mandela fuera retirado por lo Estados Unidos de América, fuera registrado de decir por los Estados Unidos en su lista de terroristas con el fin de mejorar las relaciones bilaterales con Sudáfrica, tuvo que retirársele de esa lista.

El pasado primero de julio se cumplieron esos cinco años, un hombre que ha dedicado la mayor parte de su vida a la paz y a los derechos humanos aparecía como terrorista por los Estados Unidos, aliado al pensamiento racista del apartheid.

Los más de 27 años que pasó Nelson Mandela en prisión contribuyeron y constituyeron un hito que dotaron de fuerza al Movimiento Igualitario Sudafricano. Pasó de ser un líder de la resistencia sudafricana a ser un símbolo de la lucha global por la libertad.

Su liberación en 1990 constituyó el último aire de renovación que derrumbó a un régimen anquilosado, debilitado y que se quedó gradualmente sin aliados internacionales.

Sin embargo, su liberación no significo una muestra de apertura del régimen, sino simplemente una estrategia para tratar de contrarrestar la fuerza de su imagen en prisión, que en prisión le daba al Congreso Nacional Africano; así lo describió uno de sus biógrafos Antony Samsung.

El gobierno esperaba que después de 27 años en la cárcel no estaría apto para ningún tipo de liderazgo, que habría perdido contacto con la realidad, no tardaron en darse cuenta de que la realidad era todo lo contrario.

Su excarcelación potenció el movimiento democratizador, el rostro de Mandela multiplicado representaba más que una lucha por desmantelar al apartheid.

Por eso hoy recibimos con sumo placer a nuestro tres ponentes, quienes nos compartirán con sus comentarios el legado de Nelson Mandela.
 
 Agradeciéndoles, como a ustedes su invaluable presencia.

Le doy la palabra entonces al señor Martín Malan, Consejero de Asuntos Políticos de la Embajada de la República de Sudáfrica.
 
Tiene usted la palabra. Muchísimas gracias.

---000---