Conferencia de prensa del senador David Penchyna Grub, presidente de la Comisión de Energía, sobre la Estrategia Nacional de Energía.
-SEN. DAVID PENCHYNA GRUB.- Buenos días, muchas gracias por la oportunidad.
En primera lugar, compartir con ustedes y ponerme a sus órdenes para cualquier duda del tema y de otros, si ustedes así lo desean, sobre lo que llegó el miércoles pasado por la noche a la Mesa Directiva de la Cámara de Senadores.
En cumplimiento a lo que mandata el artículo 33 fracción sexta de la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal, el Ejecutivo Federal –el señor Presidente de la República—envió en tiempo y forma la Estrategia Nacional de Energía, que es un documento obligatorio contenido en esta ley, para el cual tiene el Congreso de la República 30 días para aprobarla o, en su caso, rechazarla, y que el jueves fue turnada a través de la presidencia de la Mesa Directiva, que preside el senador Ernesto Cordero, a la Comisión de Energía, que tengo el honor de presidir.
Este es un documento –como ya lo señalé—obligatorio, que contiene los elementos de diagnóstico del sector energético en general --no sólo de uno de los sectores energéticos--, y esto lo señalo porque pareciera que hay una tentación de algunos sectores de circunscribirlo en un debate, como si esto fuera la reforma energética, lo cual no es y habría que recuperar el antecedente y la precisión de qué es lo que contiene este documento, en donde se hace un diagnóstico global del sector, las necesidades de cada uno de ellos, los retos en parte de los objetivos que persigue una política pública en el sector estratégico de la energía, como es el de inclusión social, el de garantía de abasto, como son las necesidades de inversión que tiene el sector, así como los paradigmas que tiene que resolver el sector energético para agregar valor a nuestra economía, como un elemento indispensable para poder pensar en una economía sana, que pueda crecer, generar empleos y que pueda sobre todo favorecer a las clases más desprotegidas de nuestro país.
Me he permitido –y se los haré llegar—distribuir un documento que se intitula “Origen y Antecedentes de la Estrategia Nacional de Energía”, y rescataría que previo a este documento que envió el señor Presidente, el día 14, tal como lo mandata el propio artículo que ya referí, el Ejecutivo Federal hizo un foro de consulta a la sociedad mexicana especializada en el tema –el sector académico, el sector público, el sector privado--, y que en un ejercicio democrático previamente se consultó a estos sectores estratégicos de la Estrategia Nacional de Energía, para poder conjugar lo que a juicio de un servidor es un buen documento, que hoy está en discusión y análisis de esta soberanía y que seguramente en los próximos días se agendará en la Comisión de Energía. De hecho, tenemos reunión de la Comisión el próximo jueves, por la mañana, para abordar este tema.
Sí quiero destacar también que el propio artículo referido nos da 30 días para la aprobación o, en su caso, desaprobación de dicho instrumento obligatorio para el Ejecutivo Federal. Y el Congreso, como ustedes lo saben muy bien, se integra por este Senado, que somos Cámara de origen –porque aquí llega el documento—y que posteriormente se enviará a la Cámara de Diputados.
También me es preciso subrayar, como ya lo mencioné de manera vaga, que he escuchado muchas expresiones vertidas en los medios de comunicación, por diferentes actores de este Congreso y que respetuosamente me parece que es muy importante para nosotros, como integrantes de esta comisión, especificar los alcances de este documento; que este documento no representa una reforma energética, sino un conjunto de objetivos que como Nación, ante la realidad de nuestro sector energético, pasando por un muy buen y rico diagnóstico que contiene el documento, nos debemos abocar a discutir.
Me parece que es natural que se quiera poner la picosidad de que esto es una reforma energética. Lo que tengo que decirles es que no es así, es un documento obligatorio del Ejecutivo, que se envía, por cierto, cada año, que fue aprobado en el 2010, y que los años 2011 y 2012 no fue aprobado por esta soberanía. Y que como una norma legal que se contiene en la Ley Orgánica de la Administración Pública, la facultad de este Congreso –insisto—es de aprobarla o, en su caso, desaprobarla.
Confío que en un debate de ideas, después  de que nos aboquemos en el conjunto del Senado y en su consecuencia, en su oportunidad en la Cámara de Diputados, y se lea este buen documento integrado en todas sus partes y encontremos los elementos suficientes para tener un punto de partida de la realidad de nuestro sector y los objetivos que como Nación debemos centrar para poder tener un sector energético más fuerte, con mayor garantía de abasto de energéticos para nuestra sociedad, con energías más baratas, más limpias, más renovables y con la regulación adecuada que hace falta en nuestro país.
Acercándoles, si ustedes me permiten, este documento, me reitero a sus órdenes y abriría el espacio que ustedes deseen para las inquietudes que tengan.
PREGUNTAS Y RESPUESTAS.-
 
PREGUNTA.- Me gustaría que nos precisara ¿cuáles son las consecuencias en el caso de que este documento no sea aprobado?
 
Por otra parte, el que esté incluida la eliminación de los subsidios a la gasolina en esta estrategia nacional de energía.
 
-SEN. DAVID PENCHYNA GRUB.- En primer lugar, no existe consecuencia jurídica alguna. Es una norma que en el derecho se conocería como una norma imperfeta, toda vez que no hay una sanción.
 
Me parece que es más un tema de carácter político, y ojalá tengamos la grandeza y la altura de miras de examinar el documento en su justa dimensión, para poder evaluar la oportunidad que representa el tener un muy buen diagnóstico del sector energético en su conjunto, así como el planteamiento claro y pertinente que hace el Ejecutivo Federal sobre las políticas públicas que debemos impulsar.
 
Y en segundo lugar, no sé a qué documento te refieras. En el documento de la Estrategia Nacional de Energía, que por cierto también está a su disposición, no se plantea la eliminación de subsidio alguno, o por lo menos en el que yo leí no hay ninguna expresión en ese sentido.
 
Se plantea de manera clara cuáles son los subsidios que hoy se transfieren en el sector energético y la necesidad de evaluar si esa política pública de subsidios es pertinente hoy en la economía mexicana. Y déjame decir por qué sí es pertinente evaluarlo y me parece que es la más alta responsabilidad que todos lo hagamos.
 
En México –sólo hablando de gasolinas y otros hidrocarburos—hay un subsidio –en un subsidio generalizado—que hoy se da a la población, de 213 mil millones de pesos; es decir, los mexicanos en su conjunto gastamos 213 mil millones de pesos para subsidiar el costo de combustibles, que por cierto una buena parte los importamos de otras naciones porque no tenemos autosuficiencia energética.
 
Y creo que es muy pertinente el cuestionamiento de evaluar si lo seguimos haciendo o no, por una razón de una falta de sincronía en el sector económico que genera distorsiones. ¿Qué distorsiones genera? La primera realidad es que en un subsidio generalizado de esta naturaleza, estamos subsidiando a los sectores, a los segmentos de la población, que son los sectores de la población más favorecidos económicamente, y es muy fácil poner el ejemplo. Quien tiene un vehículo se le subsidia equis cantidad por el consumo de gasolina en un vehículo; quien tiene 20 o 100 vehículos, se le subsidia lo de 20 o 100 vehículos.
 
Es obvio entender que el que tiene más de un vehículo tiene una capacidad o una situación económica mucho más favorecida que el que tiene un vehículo o que el que no tiene vehículo.
 
La pregunta aquí a resolver, en el paradigma energético, en el futuro inmediato y en el futuro mediato, en función de lo que seguramente tendremos que construir los mexicanos, que es una buena reforma energética, es si es pertinente seguir subsidiando de manera generalizada los combustibles o si lo pertinente es abordar esquemas de subsidio focalizado a los segmentos de la población que menos recursos económicos tienen.
 
Ese es el cuestionamiento que pone sobre la mesa el documento, mas no plantea, por lo menos en lo que yo leí y lo leí completo, el que se vayan a eliminar los subsidios.
 
Esa es una de las distorsiones que se han generado a la expresión de algunos actores de la vida nacional.
 
Yo invito a que leamos el documento antes de juzgarlo o de expresar situaciones tan graves como ésta, donde no hay tal afirmación, pero lo que sí establece el documento es la pertinencia de que primero los mexicanos tengamos claro cuánto estamos gastando en subsidiar.
 
Segundo, a quienes llegan los mejores beneficios de un subsidio generalizado en esta materia, que reitero, es a las clases más acomodadas de nuestra economía.
 
Tercero, de fondo subyace una idea que en los países desarrollados se ha venido cambiando, subsidiar actividades que tienen efectos frente a terceros, aparte de la distorsión económica de estar subsidiando a los que más tienen, es algo que también nos tenemos que cuestionar; estamos subsidiando la quema de combustible, y eso en términos ambientales y económicos no es una buena medicina.
 
Entonces, hoy lo que tenemos que debatir de cara a esa realidad, porque eso sí es real, que transferimos 213 mil millones de pesos, es cuestionarnos en qué conviene más y de mejor manera invertir esos recursos.
 
Es una discusión que creo es urgente que en México tengamos, porque es necesario entender que los subsidios generalizados forman estas distorsiones y que nos aboquemos más a subsidiar a la población que tiene una baja inclusión en el sector energético, que hay hoy una realidad terrible, miles de hogares en México que siguen consumiendo leña, que no tienen gas o que no tienen energía eléctrica.
 
Se me ocurre decirlo franca y honestamente frente a ustedes, a mí me parecería que sería correcto plantearnos esos paradigmas, para saber si ese subsidio generalizado no es más pertinente y no es más justo --socialmente hablando-- canalizarlo a esa población que en pleno Siglo XXI no tiene luz eléctrica.
 
Seguramente a los que vivimos en zonas urbanas eso nos cuesta trabajo entenderlo, pero ese México también existe; como la realidad de un sistema de transporte colectivo que requiere de mucha inversión, y entonces cuando haces un subsidio generalizado de la naturaleza que he descrito, lo que estás promoviendo es el uso del automóvil y no financiar –con algún subsidio—proyectos articulados de transporte colectivo, que tienen muchos más beneficios que el estar subsidiando actividades de carácter individual y privadas.
 
Te agradezco mucho la pregunta, porque me da la oportunidad de precisar lo que algunos autores --respetuosamente lo digo-- han manifestado, en donde seguramente hay dos posibilidades, o leyeron otro documento que yo no leí o no lo leyeron completo.
 
PREGUNTA.- Lo que le quiero preguntar, en el marco de este documento ¿Qué va a pasar con los gasolinazos? Y también en cuanto a la reforma energética, usted nos explica que este documento no es la reforma, pero sí una propuesta de algún tipo, ¿Qué papel piensa usted que jugará el sindicato petrolero y en particular el senador Carlos Romero Deschamps?
 
-SEN. DAVID PENCHYNA GRUB.- Lo de los gasolinazos no se plantea en este instrumento, ni este instrumento plantea si hay más o menos gasolinazos.
 
Un poco lo que le contesté y lo uso porque es el mismo argumento, lo que está estableciendo un documento que no le tiene miedo a decir la verdad –y me refiero a la posición del Ejecutivo--, es que está poniendo sobre la mesa lo que estamos haciendo en subsidios en materia de gasolina, por ejemplo, o de diesel, y en ese sentido creo que lo que debemos hacer es primero responder a tu pregunta, aquí no hay más o menos gasolinazos; este no es el instrumento para establecer más o menos gasolinazos, este es un instrumento de diagnóstico.
 
Por cierto, es un instrumento de diagnóstico que llega al Congreso cada año y que yo en lo particular lo digo --bajo mi estricta responsabilidad como presidente de la Comisión de Energía--, esta reforma que fue producto de la incompleta e insuficiente reforma energética del 2008, yo me cuestionaría si debe presentarse cada año.
 
Me parece que en el paradigma de la reforma energética, deberíamos de revisar si una estrategia nacional de energía se revisa cada año. En política pública me parece que eso no es así, cada año debatir sobre algo que sus tiempos de maduración son de más largo plazo, creo que nos lleva a la tentación y obligación de revisar si no debemos modificar que esta obligación de presentar la Estrategia Nacional de Energía no sea cada año, sino que sea un instrumento que se pueda enriquecer con plazos más largos y que incluso se dé la posibilidad de que el Congreso no sólo apruebe o desapruebe una estrategia, sino que tenga la posibilidad de opinar de manera más integral que como hoy está planteado el ordenamiento.
 
Entonces, este no es el instrumento para establecer más o menos gasolinazos, no tiene ese alcance, ni el documento dice eso. El documento, insisto, parte de un diagnóstico serio, profesional, responsable; los números no tienen partido ni filiación política, los números son números y son fríos, y como tal plantea un paradigma de lo que estamos haciendo en materia energética y pone como un objetivo revisar esa política pública para una mejor conveniencia del desarrollo económico del país.
 
 
-SEN. DAVID PENCHYNA GRUB.- A mí me parece que es natural que ante un evento del cumplimiento de una obligación legal del Ejecutivo, que lo está cumpliendo en tiempo y forma como es la presentación de la Estrategia Nacional Energética, revivan las voces de este cuestionamiento a la reforma energética.
 
Soy un convencido que este país tiene que hacer una reforma energética integral. Confío porque además así está establecido en diferentes instrumentos que coadyuvan a hacer buena política como es el Pacto por México, que este año estaremos inmersos en la reforma energética.
 
También aprovecho la pregunta, Carlos, porque uno, ya lo dije, este no es una propuesta de reforma energética, pero sí abre un debate bajo un buen diagnóstico, de cuáles son los puntos que debemos revisar para hacer esa reforma energética de un sector que necesita inversión, que necesita capital para poderse desarrollar bajo los objetivos que plantea la estrategia.
 
¿Qué objetivos plantea la estrategia? De manera muy señalada, la inclusión social, la garantía de abasto de los energéticos oportunamente para el desarrollo económico; la palanca de desarrollo en la que se constituye el sector energético para generar los buenos empleos que necesita nuestra economía.
 
La posibilidad de que siendo México un país que ha sido favorecido --digamos, no sé a quién echarle la culpa, pero este es un país que ha sido muy agraciado en sus recursos energéticos, creo que diosito cuando lo hizo le puso muchas riquezas energéticas-- eso nos haga salir de seguir durmiéndonos en nuestros laureles.
 
¿A qué me refiero? Somos un país que subutiliza su sector energético como palanca del desarrollo, y si me lo permiten, siendo muy atrevido, tenemos un sector energético que podría estar generando mucho valor, mayor al que hoy genera, y que incluso dejaría de estar destruyendo valor en ciertas actividades energéticas que hoy realizamos los mexicanos.
 
El ejemplo más claro que a mí me gusta usar, es que México destruye valor en ciertos sectores de su sector energético.
 
El ejemplo que más gráficamente podemos notar, es ver un pozo petrolero en cualquier parte de la República, donde por falta de inversión enfilamos gases a la atmósfera, es decir, contaminamos y lo quemamos, y eso lo hacemos porque no tenemos inversión suficiente en el sector para que ese gas que quemamos en el medio ambiente lo podamos meter a un tubito y lo podamos llevar a parques industriales que generarían y detonarían la actividad económica generando lo más importante que nos hace falta, que es empleos.
 
El cáncer de la economía mexicana se llama desempleo, y por lo tanto su medicina es generar empleos y no es posible que por falta de una reforma adecuada, contemporánea, que sin renunciar a la propiedad y a la rectoría económica del Estado mexicano sobre sus recursos energéticos, no pueda romper paradigmas del poder atraer más inversión del capital para un sector que puede dar muchos dividendos.
 
Por último, en cuanto al sindicato, Carlos, soy legislador, no soy Ministerio Público, lo decidí hace muchos años en mi vida profesional.
 
Me parece que quien tenga algo que acusar, que lo impulse con pruebas; me parece que no se vale estar haciendo juicios mediáticos sin contener pruebas, y me parece que lo que tenemos que privilegiar todos los mexicanos y nuestra expresión más clara debe ser el que el Estado de derecho, como lo dijo el señor Presidente, está por encima de cualquier interés particular o individual.
 
PREGUNTA.- Nada más para preguntarle ¿si el documento de Estrategia Nacional de Energía contempla aquellos llamados que han hecho en diferentes partes de la República sobre la energía eléctrica? No se han hecho en algunas entidades los pagos correspondientes porque anuncian que han sido desproporcionados.
 
¿Este documento ya contempla esa parte de la sociedad donde dice que se le pueda contemplar como un derecho humano básico, es decir, que el precio a lo mejor pudiera reducirse?
 
-SEN. DAVID PENCHYNA GRUB.- La Estrategia Nacional de Energía no soslaya ningún elemento del tema del sector eléctrico.
 
Algo muy valioso de este documento es que le da su peso justo a cada una de las partes que integran al sector energético, y lo digo y aprovecho tu muy buena pregunta Víctor, porque muchas veces cuando hablamos de energía como que nos queremos circunscribir por el peso específico que tiene la economía mundial al tema del petróleo.
 
Este es un documento integral con una visión en ese sentido, y sin duda aborda el tema eléctrico en sus carencias, insuficiencias y en los retos que tiene por venir.
 
Punto muy diferente es esta opinión de que la electricidad sea un derecho humano. De hecho aquí ha habido iniciativas en ese sentido.
 
Recientemente, hace muy pocos meses, como presidente de la Comisión, puse a consideración un dictamen de una iniciativa del senador Fernando Mayans, que entendía que si poníamos en la Constitución que la electricidad era un derecho humano, era algo bueno para el país.
 
Lo que pasa es que si eso ocurriera, como derecho humano estaría obligado el Estado mexicano a otorgarlo, y si no hubiera un pago por la luz, pues no habría forma de apagar el foco.
 
Lo que debemos entender los mexicanos es que producir electricidad cuesta, y en ese sentido, pues no, no plantea que sea un derecho humano, no es ni siquiera el instrumento ni por mucho que se dedique a eso, ni deba dedicarse a eso.
 
La intención de hacer a la electricidad un derecho humano ha sido la intención de algunos actores políticos, y hay quienes no estamos de acuerdo porque estamos conscientes de que a lo mejor es algo que suena muy popular, pero lo cierto es que nuestro sector eléctrico necesita miles de millones de pesos en inversión para poder incluir a mexicanos que hoy no tienen electricidad.
 
Antes creo que estemos pensando en hacerlo un derecho humano, en el fondo lo que implica  es que sea gratuito. No hay una economía en el mundo donde el servicio de electricidad sea gratuito y creo que sería injusto que fuera gratuito y que el costo de que fuera gratuito lo cargáramos hoy a mexicanos que no tienen la electricidad.


 
De hecho lo que sí plantea también de manera muy correcta el documento, es que el sector energético requiere de inversiones para poder vencer varios retos, pero dos de manera muy señalada:
 
Llevar electricidad a aquellos mexicanos en comunidades que hoy no tienen electricidad y en pleno Siglo XXI, nos parece que es la peor de las injusticias, y segundo, el que podamos transformar la capacidad de generación de energía eléctrica con menos consumo de fósiles.
 
México tiene una alerta energética en materia de electricidad porque el 80 por ciento de la generación de electricidad se hace con fósiles.
 
¿Eso qué significa? Significan muchos retos: primero, estamos generando electricidad quemando recursos no renovables, y eso sabemos que un día se van a acabar, no sé cuando, pero algún día, a lo mejor a nosotros no nos toca todavía verlo por razón de número de años de vida que nos queden a todos, pero eso algún día va a pasar.
 
Entonces tu planta de generación de electricidad no puede estar sustentada en un energético que para generar la electricidad un día vamos a carecer de ella, a lo mejor en 100 años, en 50, los que sean, es algo que hay que poner en el contexto.
 
Segundo, no es lo más amigable ambientalmente. Somos un país que ha suscrito serios compromisos en materia ambiental, y somos parte del mundo, y como tal, debe entrarle al tema, y es uno de los retos del sector energético, entre muchos otros, pero no, en concreto, no está ese tema, primero porque no es el instrumento, y segundo, en lo particular creo porque no es la salida ni una medida seria de política pública, es más bien una expresión populista que llevaría a un retraso mayor que el que tenemos en materia de generación y conducción de electricidad.
 
PREGUNTA.- ¿Hasta dónde va a llegar la inversión privada, tanto nacional y extranjera en el sector energético, que sí lo plantea este diagnóstico, habla en varios puntos que es necesaria la inversión privada? Por un lado.
 
Por otro lado, ¿qué es mejor, refinar aquí nuestras gasolinas o importarlas?
 
-SEN. DAVID PENCHYNA GRUB.- ¿Hasta dónde va a llevar la reforma la  participación del capital privado? No lo sé, porque ésta no es la reforma energética, ni soy yo el que la propondrá, pero lo plantea.
 
Déjenme decirles de manera clara, hay quien ha hecho del debate energético una bandera política, y si mucho me apuran --es mi opinión en lo personal— en particular hay un actor que lo usa como el motor de sus futuras campañas presidenciales, creo que ya va por la tercera, le deseamos suerte.
 
Pero es una bandera electorera que no tiene ningún sentido, y que él y un conjunto de mexicanos han querido plantearlo como un paradigma ideológico.  Yo digo que eso es una gran mentira, con medias verdades se construye cada sexenio una gran mentira, so pretexto de la defensa de la soberanía nacional, así lo parafrasean.
 
Es una gran mentira  porque déjeme demostrárselo económicamente. El sector económico en su conjunto en este país, cada año, requiere entre 80 y 100 mil millones de dólares; eso representa un tercio del total del gasto público nacional. Si hoy decidiéramos que toda la inversión del sector energético la va a realizar el gobierno, vía el presupuesto, lo que tendríamos que preguntarnos honestamente los mexicanos, es qué deja de hacer el Estado mexicano en un tercio de sus actividades, qué le cancelamos al sector público que deje de hacer; que deje de impartir educación, de brindar seguridad, de otorgar servicios de salud, porque sólo en esos gajos del presupuesto se encontraría el tamaño de inversión que representa el sector energético, lo cual a mí en lo personal me parece absurdo y sería un despropósito de la política pública.
 
Por eso, el tema de que se pueda combinar capital público y privado en el sector, no es un asunto ni ideológico, ni es un asunto de modas, ni de planteamientos trasnochados antiguos; es un asunto de demostrar que permitir la inversión del capital público y privado es algo bueno para el país, porque viéndolo a contrario sensu, lo que estaríamos viendo es un tercio adicional de inversión en nuestro país. Y lo que necesita este país para generar empleos --a lo mejor habría que explicárselo a este señor--, es inversión; la inversión no se logra con discursos, ni con tomar las calles ni las plazas públicas. La inversión se logra con certidumbre jurídica, certidumbre de política pública y con garantías legales que para nosotros, particularmente para el PRI, lo acaba de hacer en su Asamblea, parte de una premisa básica.
 
La premisa de la que partimos los priistas para impulsar una verdadera reforma energética, es mantener la propiedad y la rectoría económica del país sobre sus recursos energéticos, pero eso no significa en ningún país del mundo moderno, el que no se permita la combinación de capital público y privado.
 
Esa es una mentira completa, con la que se chantajea y se enarbola una bandera electorera de intereses individuales.
 
Nosotros queremos impulsar una reforma energética que, sin perder la propiedad, ni la rectoría económica del Estado mexicano sobre sus recursos energéticos, pueda tener la posibilidad de combinar capital público y privado para dejar de destruir valor en el sector energético, por lo tanto para generar mayor valor económico, tener mayor inclusión social; es decir, llevar energéticos a aquellos mexicanos que hoy no lo tienen y no lo tendrán si no invertimos más en el sector, y para poder tener en décadas –muchas más de las probables—garantía de abasto para que nuestra economía tenga certidumbre y un buen futuro.
 
Ese es el paradigma que hay que vencer, y esa es la reforma energética por la que algunos nos pronunciamos. Creo que somos los más los que nos pronunciamos por eso, pero los otros gritan luego mucho y no salimos al paso de decir las cosas por su nombre.
 
Es una gran mentira que la posibilidad de combinar capital público y privado, sea privatizar. No ha pasado así en otras economías exitosas, son muchos los ejemplos, están los casos brasileño, el colombiano, el noruego, incluso el de un país ex-comunista hace muy poco, como Azerbaiyán, que han hecho de su sector energético una verdadera palanca del desarrollo y lo han logrado.
 
Y la segunda pregunta, creo que entre menos déficit e importación de hidrocarburos tengamos, nuestra soberanía es más fuerte, pero también para eso se requiere inversión.
 
Hoy, de hecho, mucho del precio de la gasolina es fluctuante, y los subsidios a veces aumentan, porque cerca del 45 o 48 por ciento en materia de gasolinas o diesel se importa, entonces estamos sujetos al abasto de otras economías, que por cierto se cotiza en dólares, cuando aquí se cobra en pesos, y entonces eso hace que la variabilidad del precio sea mayor.
 
Por supuesto que uno de los objetivos estratégicos que debemos tener, es contar con mayor seguridad energética, pero volveríamos al mismo paradigma que ya expresé, que es el tema de inversión. El mercado de consumo interno que tiene México es lo suficientemente poderoso para invertir en ese sector y en otros del sector energético, pero necesitamos atraer capital porque es imposible financiar  desde el sector público las necesidades de inversión que tenemos.
 
PREGUNTA.- El Secretario Coldwell planteó que el contenido de esta estrategia, que por ley también contiene una visión a largo plazo, será inercial hasta que se hable de reformas, entonces en este sentido preguntarle ¿está de acuerdo con esto y si estamos hablando de una reforma que incluye cambios a la Constitución?
 
Por otra parte, ¿Cuáles son las diferencias que encuentra usted en este documento, en relación con los dos anteriores, porque no fueron aprobados? ¿Tiene elementos para ser aprobada, ratificada? ¿Tiene la metodología, que es de lo que han acusado que carecen estas estrategias?
 
-SEN. DAVID PENCHYNA GRUB.- Siempre he pensado y además estoy convencido de ello, porque su historia así lo demuestra, el secretario Pedro Joaquín Coldwell es un hombre serio y profesional, y a lo que se refiere el documento que conjuga por mandato que le dio el Presidente, es que efectivamente si no hacemos cambios en el sector energético, es inercial.
 
Si no hacemos cambios para tener más capital, nuestro sector energético no va a poder generar valor agregado, no va a volverse una palanca de desarrollo más potente de lo que hoy es y por eso se plantea el paradigma en esa expresión que bien señala que contiene la Estrategia Nacional de Energía.
 
En eso el señor secretario está siendo muy congruente y honesto con lo que acontece en el sector que él encabeza como secretario de Energía.
 
¿Cuál es mi opinión de que fue ratificada o no? Mira, vuelvo a decirlo, me parece que es un poco ocioso y poco pertinente en materia del diseño de las políticas públicas, que la Estrategia Nacional de Energía se presente cada año, con una visión de 15 años.
 
Te puedo demostrar que en el debate que aconteció en este Congreso, donde por cierto la última ocasión ni siquiera se dictaminó lo que llegó de estrategia nacional a la Cámara de Senadores, que el hacerlo cada año te da poco tiempo para la medición de lo que avanzas un año en un sector, que en el mundo sus procesos de implementación de políticas públicas son de largo plazo.
 
Segundo, al hacerlo cada año pareciera que el Senado cuando lo decidió –esta reforma del 2008—quiso hacer de este Congreso una aduana; una aduana de evaluación de la política pública anual en materia de energía.
 
Creo que –respetuosamente— no fue correcto hacerlo así. Nosotros no somos aduanas,  somos legisladores que construimos leyes y que como tal esta estrategia debería ser presentada a la par, porque además así resulta, por ejemplo al inicio de un sexenio, que antecede al establecimiento del Plan Nacional de Desarrollo, para el cual también hay una consulta pública, y hablará también en el Plan Sectorial en Materia Energética, que el Plan Nacional de Desarrollo va a contener.
 
Y por eso te reitero, que lo correcto sería –yo seré partidario de ese impulso--, a propósito de la reforma energética en este año, cuando se presente, que pareciera ser en el segundo semestre, lo ha ratificado así el Ejecutivo Federal, en voz de Pedro Joaquín Coldwell, es un instrumento que debería, en todo caso, discutirse a mi juicio cada seis años, no cada año.
 
¿Representa hoy eso un dique para que sea aprobada o no? Me parecería de una gran pobreza del Senado el que no se aprobara porque no se aprobó antes.
 
Este es un documento diferente, es un documento que parte de un diagnóstico crudo, serio, responsable, integral, que no le da ningún peso mayor al sector equis o ye, sino que lo integra como un todo,  porque además todo el sector energético está entrelazado, hablar de petróleos te obliga hablar de CFE y viceversa.
 
No podrías hablar del destino de la Comisión Federal de Electricidad, si entendemos que el 80 por ciento de la electricidad se genera con fósiles si no hablamos de PEMEX. Hay consecuencias en el sector y está entrelazado.
 
En esa medida aspiro, espero y lo digo con pruebas en la mano, que ante este buen documento podamos lograr acuerdos para impulsar la aprobación de una estrategia que abre un paradigma de discusión de cara a lo que tenemos como reto este año, que es la Estrategia Nacional de Energía, y espero y aspiro de mis compañeros senadores, que en su gran mayoría son hombres profesionales y serios, que lo veamos con esta visión para construir lo que le hace falta a México en el sector energético.
 
Porque creo que en algo sí podemos estar de acuerdo todos, nadie que guarde un mínimo de seriedad puede estar tranquilo de un sector energético que adolece de muchas cosas y que le hace falta mucha inversión.
 
Entonces me parece un gran momento propicio para impulsar criterios de política pública para abordar el tema de la reforma energética.
 
Por último, me preguntaste algo, el tamaño de la reforma energética en el futuro inmediato, insisto, estoy convencido que se dará este año, hoy está en construcción. Parte de la Estrategia Nacional de Energía fija paradigmas muy claros, y creo que los cambios a la Constitución o a las leyes secundarias serán los necesarios para otorgarle al sector algo que le urge, y lo que urge al sector es seguridad jurídica para procesos de inversión, que es de lo que adolece el sector de la energía.
 
Si eso nos lleva a la necesidad de cambios constitucionales, seguramente le entraremos a los cambios constitucionales y si no, no será así.
 
Ahora bien, ese conjunto de reformas energéticas, me parece que más que estar discutiendo o descubriendo si va a tener cambios a la Constitución o no, lo que deberá guardar en su oportunidad es una integralidad del sector.
 
Llevamos más de 15 años discutiendo temas energéticos y hay una medicina que a mí no me gusta porque no ha probado su eficacia, como que siempre caemos en la tentación de que el sector energético sea PEMEX, y no es PEMEX, es PEMEX y muchos más.
 
Entonces me parece que lo que tenemos que revisar en la integralidad más que descubrir si será constitucional o no, es que sea una reforma integral en materia energética, es decir, toda la cadena; en materia de reglas, donde se fortalezca la rectoría económica del Estado para tener un sector regulado adecuadamente para el bienestar de la mayoría de la población, y en donde se pueden establecer también políticas públicas que convivan con el medio ambiente en un sector que tiene un efecto muy fuerte sobre el sector energético y que hoy es el gran debate mundial.
 
Entonces más que pronunciarme por si es Constitucional o no, me pronuncio porque sea integral, y si de esa integralidad resulta que la certidumbre jurídica que necesitamos los mexicanos es modificar la Constitución, pues creo que no hay que tenerle miedo y hay que decirlo como es.
 
Hay otros paradigmas de cambios estructurales en nuestro país que también se planteaban como que imposible, como que si era la Constitución, y hoy con orgullo lo digo como perteneciente de este colegiado, hemos logrado cambios muy importantes que no se pensaba que podíamos tener, ahí está el caso de lo laboral, transparencia, lavado de dinero, sector educativo, y creo que si seguimos con este compromiso por el país lo podemos lograr.
 
PREGUNTA.- Aún no puede decir que descarta la posibilidad de cambiar la Constitución o no, pero su partido el fin de semana pasada removió unas barreras para cambiar los artículos 25, 27 y 28 de la Constitución ¿eso significa que una reforma constitucional ya es más probable y qué piensa de esta perspectiva?
 
-SEN. DAVID PENCHYNA GRUB.- Con mucho gusto Erick, yo fui vicepresidente del programa de acción de la asamblea nacional, aquí tengo lo que cambió nuestro partido, y no dice en ningún lado 25, 26 y 27 Constitucional, yo con mucho gusto te doy el documento.
 
Pero lo que sí plantea nuestro partido es, creo que como pocas veces en su historia, siendo responsable de que hoy somos gobierno,  son con claridad las políticas públicas que el Partido Revolucionario Institucional quiere impulsar no sólo en materia energética, también en materia hacendaria, en materia educativa, en materia de telecomunicaciones, y creo que con toda seriedad, rompiendo paradigmas, establece los cambios que necesita el país.
 
El programa de acción de un partido político no es una ley, es una expresión pública de compromiso con sus ciudadanos.
 
Finalmente, un partido político no es más que una parte de la sociedad y como tal los priistas nos hemos expresado en lo que creemos que necesitamos impulsar y respaldar al Ejecutivo para que impulse esas políticas públicas.
 
El tema de modificar y sé que es un largo debate, hay mucha inquietud sobre ese debate, creo que mucho motivado por este señor que amenaza con tomar las calles, es si vamos a cambiar o no la Constitución.
 
Yo en verdad, Erick, lo digo, no se preocupen tanto por si vamos a cambiar la Constitución o no. Preocupémonos por hacer una reforma integral que merece el sector y que la necesita, y que como tal, si amerita cambiar la Constitución, sin tener miedo creo que lo tenemos que hacer.
 
Ahora bien, en lo que sí no va a cambiar la Constitución, y sí lo dice el documento, aunque no alude a la Constitución, es que los priistas no queremos que cambie el principio de mantener la propiedad de la rectoría económica del Estado, de hecho lo reafirmamos.
 
Decía en la discusión de la asamblea, hay testigos de ustedes allá, que nos hicieron el favor de acompañarnos en el debate de la asamblea nacional, que había que cincelarlo con letras de oro porque nadie está pensando en privatizar la energía en este país.
 
El único vocero de esa posibilidad es el mismo, el que amenaza con una bandera de mentiras, tomar las calles para defender algo que no está en discusión para nosotros defenderlo.
 
Nadie está hablando de privatizar PEMEX, nadie está hablando de privatizar CFE, nadie está hablando de privatizar las diferentes cadenas productivas del sector energético. Eso solo cabe en la cabeza de un señor, que vuelve a engañar a este país haciendo una bandera electoral para buscar su tercera candidatura. Pues eso allá él, pero que no nos pongan a nosotros cosas que no dijimos.
 
PREGUNTA.- Consultarle dos cosas, sobre el tema del papel del sindicato, no relacionado con este tema de la persecución penal, ni nada, sino más bien ¿cuál va a ser el papel del sindicato de trabajadores de PEMEX en la discusión, cuál esperaría que sea el papel de ese sindicato en la discusión de la reforma energética?
 
Segundo, preguntarle su opinión, ayer dirigentes y legisladores del PAN acusaron a los priistas de incongruentes por hacer campaña con el tema del no al IVA y después modificar sus documentos básicos eliminando ese candado.
 
-SEN. DAVID PENCHYNA GRUB.- Gracias Claudia, no sólo en ese sector, pero particularmente en ese sector creo que en particular nos referimos a PEMEX, también habría que hablar del SUTERM, que es el sindicato de la industria eléctrica, por ejemplo.
 
Soy de la idea y así espero y aspiro que así se logre, el valor de estas empresas se da por la clase trabajadora que tiene, y por lo tanto, quien tiene un trabajo, quien cuida su casa, quien le da contenido y valor a la empresa en la que uno trabaja, creo que siempre hay que estar atento porque su empresa sea mejor, porque si le va bien a la empresa le va bien a su clase trabajadora.
 
Creo que los liderazgos obreros hoy en México, que requiere de muchos cambios, son liderazgos que tienen que ponerse por delante de la reforma para impulsar los cambios que le convengan al país, porque lo que le conviene al país le conviene a la industria en la que ellos trabajan, y así creo que se puede lograr.
 
Confío que los liderazgos obreros, ese paradigma lo tengan muy claro, y confío en que sean un aliado de la reforma que el país necesita para ser mejor.
 
PREGUNTA.- Perdón, nada más ese tema ¿serán, digamos, consultados también?
 
-SEN. DAVID PENCHYNA GRUB.- Creo que cualquier reforma que afecta la vida de una industria, si no se le consulta a los que les dan contenido y valor como los trabajadores, es una reforma que poco puede prosperar.
 
Sin duda el gobierno no sólo los tomará en cuenta, creo que hoy hay un ejercicio integral, cotidiano, los líderes del sector, desde el señor secretario Pedro Joaquín, hasta los directores de las empresas, que hoy tienen una sana relación con los obreros y su clase trabajadora por el bien de estas empresas.
 
Respecto a la crítica de que hicimos campaña, no hicimos campaña. Nosotros venimos de 12 años de ser oposición, y hoy lo que hemos hecho después de cuatro años y medio, que corresponde cada cuatro años y medio hacer nuestra asamblea, es que hemos sido corresponsables en la asunción de que hoy somos Gobierno Federal, somos la primera minoría en la Cámara de Diputados y Senadores.
 
Somos líderes en la mayoría de los congresos locales y gobernamos la gran mayoría de los estados y los municipios, y como tal, pese a lo que muchos esperaban, tuvimos una reforma estatutaria, ideológica de documentos básicos, donde nuestros objetivos siguen siendo los mismos, pero hemos actualizado esos objetivos a través de propuestas no sólo de qué queremos, sino cómo queremos que se logre eso que necesitamos.
 
Entiendo que los otros partidos políticos estén muy preocupados por lo que el PRI hizo en sus estatutos y en sus documentos básicos, tal vez sería bueno en que se analizara de fondo el ejercicio de una asamblea que movilizó al país y el resultado de la misma en un marco democrático.
 
Entiendo también la crítica, porque lamentablemente en el pasado, nuestro partido parte de su lógica estatutaria y de documentos básicos tuvo que ver con el ritmo y el establecimiento de políticas públicas de gobiernos diferentes al nuestro.
 
En materia fiscal por ejemplo, se amartilló este concepto de no al IVA en alimentos y medicinas, porque lamentablemente en el pasado reciente la política fiscal del gobierno en turno se concentró por lo menos mediáticamente en que la reforma era a IVA en alimentos y medicinas, y ante eso, pues siempre una fuerza política de oposición reacciona.
 
Hoy creo que estamos ante otro paradigma, bienvenida la crítica, no creo que nuestros documentos básicos sean perfectos pero sí los puedo defender como documentos básicos muy valiosos en la responsabilidad de conseguir nuestros objetivos como es la justicia social, la generación de empleos, el disminuir la pobreza de manera importante y combatir la desigualdad, el de abrir infraestructura, inversión, etcétera.
 
Bienvenida la crítica porque además también, déjame decirte algo, que nos asumimos también en un congreso donde no somos mayoría absoluta y no podemos sólo hacer los cambios que requiere este país, y tenemos expresiones que tienden puentes con la oposición, aparte del buen ejercicio de política que hace todos los días nuestro Presidente Enrique Peña Nieto, en buscar acuerdos para promover los cambios que el país necesita.
 
Creo que a lo único que no nos podemos soslayar es que México necesita cambios, y que para eso hay que hacer política y hoy tenemos documentos básicos en el PRI que nos abren avenidas de oportunidad para construir esos cambios que el país requiere.
 
Muchas gracias
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