Versión estenográfica del mensaje del senador Eduardo Ramírez, presidente de la Mesa Directiva del Senado de la República, en la Iluminación del Senado con motivo del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres.

 

 

De verdad que este es un día no para celebrar, es un día para conmemorar, para que no haya más violencia en contra de las mujeres.

 

Las mujeres históricamente han jugado un papel razonable, sentimental y que han cambiado el curso de la historia. Así nos lo demuestra desde la época prehispánica; no podíamos entender el encuentro de dos culturas, sin la participación de la Malinche.

 

No podemos entender la Independencia, sin la participación de nuestra corregidora Josefina Domínguez; Josefa Ortiz de Domínguez. La estoy confundiendo con mi paisana que estuvo en la independencia, Josefina García, chiapaneca, que luchó por la independencia de los pueblos de Centroamérica.

 

No podemos entender nuestra nueva República, sin la participación de mujeres que han dado su vida, como Leona Vicario, como las mujeres en la Revolución. Y así, en el mundo entero, han jugado un papel importante.

 

Cuando hablamos de violencia, es porque tenemos una actitud berrinchista, una actitud donde queremos imponerle a la mujer nuestro pensamiento, nuestra agenda, nuestras decisiones por encima de ellas.

 

Han sido años difíciles para las mujeres. Se han abierto espacios en la toma de decisiones, pero creo que hay algo más grave y lo debo de reconocer aquí, en esta Casa del Federalismo: las autoridades encargadas de la justicia no están haciendo bien su trabajo. Y hablo de todas y todos los órdenes de Gobierno.

 

Cuando exista la sensibilidad, cuando llega una mujer en busca de una esperanza de ser protegida y reconocida en sus derechos, que han sido vulnerados o que han sido vulneradas físicamente, y nos pongamos en el papel de la consciencia, habremos dado un gran paso como sociedad. Mientras, podemos expresar discursos, hacer legislaciones; pero si no existe la consciencia desde la formación del niño o de la niña en su casa, que así como nos enseñan a respetar a los maestros, a respetar a los adultos mayores, así debemos tener una consciencia para respetar a las mujeres.

 

No tenemos esa educación, la venimos a aprender en la vida cotidiana, la aprendemos en la escuela, lo aprendemos en las instituciones; pero fracasamos en la vida práctica.

 

Yo hago un llamado respetuoso y a la vez enérgico, a quienes están en el ámbito de la procuración de justicia, a quienes imparten justicia, que es momento de entrar de fondo a los problemas de tipo penal para castigar severamente. No queremos que ni un solo violador esté en la calle.

 

No queremos que aquel que maltrata físicamente a la mujer, sea visto como algo natural, sino lo condenemos. Condenado desde la ley, condenado desde la sociedad, es la única manera que tenemos nuestras instituciones, de poder reivindicar y de poder avanzar en la consciencia de un mundo y de una sociedad en pleno respeto y en igualdad entre hombres y mujeres.

 

Que sirva esta conmemoración para reconocer a todas las mujeres que han dejado un legado en nuestra historia, no solamente en nuestra historia política, sino en nuestra historia de vida, en nuestra formación como hijos e hijas, y se quede un legado que sirve vehementemente para todos.

 

Y que la conmemoración sirva para llamar la atención y volver visible este problema, que muchas veces quieren dejarlo a un lado.

 

Aquí en el Senado reconocemos a todas las mujeres, las de República Dominicana, las de México, las de los otros Continentes; todas las mujeres son dignas de un reconocimiento porque han peleado por sus derechos y, estoy cierto que así lo seguirán haciendo.

 

Agradezco a las senadoras que hoy nos acompañan, la senadora Claudia Ruiz Massieu, que es una mujer comprometida con la agenda de la igualdad y de la paridad.

 

A la senadora Bertha Caraveo, que tiene una gran apuesta en su estado, que es Chihuahua, y que ha luchado desde la academia para lograr participar no solamente en la vida política, sino también en la vida universitaria.

 

A Susana Harp, qué les puedo decir, una mujer, una artista en toda la extensión de la palabra y que a través de su música, que a través de su expresión va llevando la defensa de las mujeres, de las artesanas en el mundo. Se te reconoce.

 

A nuestra gran guerrera, Malú Mícher, que siempre está pendiente de la agenda que en el Senado no pase un solo periodo donde no se toque la agenda de las mujeres.

 

Al senador Miguel Ángel Mancera, que siempre ha estado muy comprometido y es un gran feminista, defensor de las mujeres en el Distrito Federal y en este Senado de la República. Quien además es el coordinador de la bancada del PRD y creo que todos juntos podemos conseguir un mundo mejor y sobre todo conseguir esa consciencia por la que luchamos todos los días.

 

Muchas gracias, enhorabuena.