Versión estenográfica del mensaje del senador Martí Batres Guadarrama, presidente de la Mesa Directiva del Senado de la República, durante la inauguración de la exposición “Zapata Vivo”, del maestro pintor Luis García Gascón.
Muchas gracias.
Me da mucho gusto estar aquí entre amigos.
Saludo con mucho afecto al senador Américo Villarreal.
Felicito mucho a la senadora Gloria Sánchez, que siempre tiene atinadas e inteligentes iniciativas.
Y, por supuesto, felicito y doy la bienvenida a Luis García Gascón, viejo amigo, quien es, además de un luchador social, un artista.
Estamos en estos días recordando al General Emiliano Zapata, a propósito del centenario de su muerte, del centenario de su asesinato.
Zapata tiene una influencia impresionante en nuestro país y en nuestra cultura política. Hay cientos de escuelas, organizaciones, instituciones que llevan el nombre del General Emiliano Zapata.
No sólo eso, sino que además Zapata está en las reflexiones vivas de diversas fuerzas culturales, sociales, políticas de nuestro país.
¿Por qué es así? Por la profundidad del significado de lo que es Zapata.
El propio Octavio Paz, ensayista y poeta, decía que Zapata estaba antes y después; está en el pasado y está en el futuro. Representa la tradición y representa la revolución.
Va más allá de los conservadores y de los liberales, todo eso decía Octavio Paz porque, en efecto, Zapata encabezó una revolución a partir de la tradición, apoyándose en los viejos pergaminos que otorgaban las tierras a las comunidades indígenas, Zapata luchó por la tierra para los pueblos de Morelos y del sur.
Se dice que Zapata era de Morelos, sin embargo, había zapatistas en Tlaxcala, Puebla, Guerrero, Michoacán, Chiapas; todas las comunidades que se incorporaron a la lucha en los principios del siglo XX, para recuperar las tierras de las cuales habían sido despojados.
Se identificaban con el General Emiliano Zapata y Zapata era un dirigente extraordinario que tenía algunas cualidades, una de ellas era el enorme amor a la gente, su apego a las comunidades, a los pueblos, su lealtad a los campesinos más sencillos del país.
Y tenía otra cualidad muy importante: era intransigente en sus principios, nunca se dejó cooptar, nunca se dejó comprar, nunca se dejó mediatizar.
No se dejó con el porfirismo, no se dejó con el huertismo, incluso no se dejó ni siquiera con el maderismo.
Zapata nunca bajó las armas, porque exigía que primero se entregara la tierra.
Su lucha no era por el poder político, no era por ocupar un espacio, por eso no se sentó en la silla presidencial; por eso, cuando llega el ejército del sur y se encuentra con la división del norte en el centro del país, y en el año de 1914 ocupan prácticamente todo el territorio nacional, se regresa a sus territorios, no se quedan a ocupar el Palacio Nacional.
Entre Villa y Zapata se ponen de acuerdo para apoyar a la Convención y que fuera la Convención la que eligiera al Presidente, pero él se retira a las tierras del sur a seguir luchando por el reconocimiento de las tierras de los campesinos.
Fue tan fuerte esa revolución que cambio el destino de lo que se propuso originalmente en 1910, porque la Revolución de Madero, muy importante y profunda también, era por sufragio efectivo y no reelección, era por la democracia, era por las libertades democráticas y la Revolución de Zapata era por la tierra, por la justicia, por los pobres.
Y ambas revoluciones concluyeron y al Revolución de Zapata se plasmó en el Constituyente de 1917 y se hizo realidad, sobre todo en el gobierno del general Lázaro Cárdenas del Río.
Muchos años después, como decía, muchos se siguen reivindicando zapatistas. ¿Por qué se siguen reivindicando zapatistas? Por el anhelo de justicia social, por la lucha por el bienestar, por la lucha por la igualdad.
Organizaciones que incluso no son agrarias, sino que están en la esfera urbana, se reivindican zapatistas, organizaciones que han luchado por la vivienda en las grandes ciudades, afirman que luchan por la tierra en la ciudad, por la tierra para los pobres de las ciudades.
Esa identificación tan profunda hace de Zapata un símbolo profundamente vivo, muchos podemos decir, hoy en día, somos zapatistas, porque queremos justicia social, somos zapatistas porque queremos bienestar para los más pobres, somos zapatistas porque no cedemos en nuestros principios de manera intransigente; Podemos ceder en lo secundario, jamás podemos ceder en los principios fundamentales.
Por eso tiene tanta fuerza el general Emiliano Zapata, él conjunta la honestidad del dirigente con la lucha por la justicia social. Por eso esta en nuestro imaginario de manera permanente.
Han pasado más de cien años desde que inició su lucha, se cumplirán mañana cien años de su muerte y sigue vivo su programa, su leyenda, su ideario en muchas mexicanas y mexicanos de nuestros días.
Por eso, qué bueno que se realiza esta exposición de Luis García, que nos demuestra que, así como hay otros íconos revolucionarios en el mundo, nosotros aportamos uno de los nuestros, porque tenemos muchos, que es el general Emiliano Zapata.
Felicidades a Luis García Gascón, felicidades maestra Gloria Sánchez, senadora de la República.
Gracias.