(Primera parte)

SENADORA MARÍA ELENA BARRERA TAPIA: Como médico, como madre de familia y por supuesto, como senadora de la República, estoy muy entusiasmada del resultado que esperemos de este ejercicio y queremos, pues, que este debate técnico, alejado de suspicacias, alejado de ideologías, de convicciones personales; sea un debate adecuado y esperemos por el bien de México, también muy productivo para el bien de todas las mexicanas y de los mexicanos.
Y si ustedes nos lo permiten, solamente esta es la parte de mi intervención como Mesa Directiva y por supuesto, como está programado, será la senadora Cristina Díaz, quien fungirá como moderadora y le cedo la palabra.
SENADORA MARÍA CRISTINA DÍAZ SALAZAR: Muchas gracias, senadora, doctora María Elena Barrera.
Me gustaría muchísimo iniciar por la bienvenida y le pediría yo a quien preside la Comisión de Salud, si todos estuvieran de acuerdo, pedirle que nos dirija un mensaje la presidenta de la Comisión de Salud, nuestra amiga, la senadora Maki Ortiz.
SENADORA MAKI ESTHER OTRIZ DOMÍNGUEZ: Hola, bienvenidos todos al Senado de la República.
Doy la bienvenida a la senadora María Elena Barrera Tapia; a la senadora María Cristina Díaz Salazar; a la senadora Angélica de la Peña.
Bienvenido el diputado Fernando Rubio Quiroz.
Doy también la bienvenida al doctor David Kershenobich, director general del Hospital Salvador Zubirán, Hospital de Nutrición. Gracias por estar aquí.
Al señor Antonio L. Mazzitelli, de Naciones Unidas contra el Delito.
Al maestro Patricio Caso, de Cofepris. Gracias por estar aquí.
También a nuestros ponentes:
El maestro Martín Mosqueda Ventura. Gracias por estar aquí.
Al licenciado Aram Barra y al señor Raúl Elizalde y Mayela Benavides, padres de Grace. Muchas gracias por estar aquí.
Saludo con agrado también a los medios de comunicación, a mis compañeras y compañeros senadores, y a diputados y a todos los miembros del Consejo Técnico, aquí presentes.
Sean, como les dije, bienvenidos a las audiencias que se llevarán a cabo el día de hoy, con el tema de “regulación en el uso medicinal o terapéutico de la marihuana”.
Antes de comenzar, quiero aplaudir la realización de estas audiencias y la convocatoria que han tenido, ya que desde la semana pasada –como ustedes saben– se han puesto sobre la mesa diversos puntos de vista de expertos; con diversas formaciones en ámbitos como la experiencia que se tiene a nivel internacional, en países donde se ha legalizado ya o se ha legalizado parcialmente, en el tema de los derechos humanos, el sistema penitenciario y la seguridad pública; con la finalidad de crear un estudio con perspectiva integral en la que se tomen en cuenta todas las vertientes; pero sobre todo la realidad versátil y los avances de la investigación científica.
Estoy segura que se logrará diferenciar la ciencia de los prejuicios, y que se pondrá sobre la mesa la información oportuna y suficiente que permita delinear las políticas públicas adecuadas y eficaces, pero que hoy en día son tan necesarias para nuestro país y su población.
Esperamos y estamos seguros que el resultado de estas jornadas será toral para que desde el Congreso se tomen las mejores decisiones.
Bienvenida Grace, también aquí.
Como ya sabemos, uno de los temas más importantes tiene que ver con el derecho a la salud, uno de los bienes jurídicos tutelados más importantes para todos.
A través del tiempo, diversas civilizaciones han hecho uso de diversas plantas medicinales con la finalidad de aliviar diferente sintomatología.
Derivado de ello, y conforme a la evolución de la civilización, existe en el mundo investigación científica que ha impulsado el uso de diversos componentes extraídos de dichas plantas; tal es el caso de lo que estamos discutiendo aquí: la cannabis sativa.
A pesar de que el uso de componentes de la cannabis en medicamentos ha auxiliado en tratamientos de enfermedades y que si es utilizado de manera cotidiana, responsable, informada y bajo la supervisión médica ha dado resultados, por ejemplo en la disminución de los síntomas de las quimioterapias, como los vómitos, en depresión, en epilepsia, en migrañas, en algunos pruritos y dolores severos, no han sido regulados y tampoco tenemos resultados importantes de una investigación importante para conocer más sobre su uso.
Es entonces que se desprende la importancia de conocer el uso medicinal terapéutico de ciertos componentes de la cannabis con más profundidad, con la finalidad de tratar de aliviar diversos síntomas, según sea el caso, y si así son más efectivos que los tratamientos convencionales.
Este tema ha ganado terreno en varios países, tal es el caso por ejemplo de Canadá, que fue el primer país del mundo en regular el uso médico de la marihuana, seguida de Estados Unidos que en 1996 a la fecha tiene 23 estados que han aprobado la legalización del uso medicinal de la marihuana, entre otros.
Aunque no hay una evidencia científica definitiva muy amplia ni tampoco inversión en investigación en este país, que es algo que debemos de promover sobre este tema, debemos decir que hay una gran diversidad de estudios y artículos que sobreponen el uso medicinal como beneficio directo, como lo mencionaba, con beneficios terapéuticos para afecciones como la epilepsia, el vómito, los espasmos que ya les mencioné, glaucoma.
La cannabis tiene alrededor de 400 sustancias activas y alrededor de 66 cannabinoides. Por ende, es complejo determinar de manera contundente el resultado terapéutico y el posible impacto o beneficio los pacientes, por lo que los productos obtenidos del cáñamo o cannabis deben ser usados con precaución, ya que algunos estudios sugieren que en un inicio temprano en su uso pueden inducir un déficit cognitivo y al parecer también pueden actuar como un factor de riesgo en la aparición de psicosis entre jóvenes vulnerables.
Es importante que se logre definir en nuestro país el uso que se le da a la marihuana, ya que es del conocimiento de todos que el consumo de la misma a través de un cigarro o esos típicos pasteles, por ejemplo, de manera cotidiana tienen graves consecuencias en la salud humana.
Por ello, todos los involucrados, con base en evidencia científica, debemos dar certeza a la población para que a través de las leyes que se emitan y posterior a ello las normas y permisos que se deriven de ellas salvaguarden la salud de los pacientes y que el sistema sea cuidadoso y vigile apropiadamente, en su caso, la producción, la venta, la distribución, la importación o exportación de medicamentos derivados del cannabis.
Lo anterior, toda vez que debemos insistir en la necesidad de fundamentar las decisiones en un sólido respaldo científico.
El uso médico de los fármacos cannabinoides debe ser eficaz, seguro y con resultados superiores a los tratamientos convencionales, que no van a significar ningún daño colateral a la salud de los menores, como es el caso de Grace, y de ahí la competencia de emplearlo con fines terapéuticos bajo el modelo de la medicina basada en evidencias.
Por lo que nuevamente reitero la bienvenida a los expertos de la mesa, a los papas que hoy vienen con sus hijos y con la experiencia adquirida, pero sobre todo insistir que todos estamos con la mayor intención de lograr un desenlace de coincidencias, en el que el derecho a la salud y el uso de cannabis se regule con mayor responsabilidad, para cuidar que muchos pacientes que hoy la necesitan y que hoy pueden tener con esta utilización un avance en la disminución de síntomas que incluso les puedan impedir llevar a cabo una vida normal, debemos hacer esto con seriedad y tratar de buscar las mejores condiciones.
Que quede claro: en el Senado de la República no le tenemos miedo a la legalización medicinal de la marihuana, como no le tuvimos miedo a los opioides que ahora utilizamos, por ejemplo la morfina, pero que también quede claro que la marihuana tiene efectos en la salud de las personas y sobre todo en los jóvenes, que tampoco tiene ningún beneficio, según estadísticas, en la mejora de la seguridad y la delincuencia de los países.
Sin embargo, aquí tendremos a los expertos para poder tener la mejor evidencia científica y llegar a conclusiones responsables, que nos permitan definir cómo podemos construir una política pública que le ayude a Grace y a 120 millones de mexicanos.
Muchas gracias.
SENADORA CRISTINA DÍAZ SALAZAR: Hoy continuamos con las audiencias públicas organizadas por el Congreso de la Unión y en esta ocasión tengo el gusto de moderar o el honor, la mesa sobre las regulación en relación al uso medicinal o terapéutico de cannabis.
Como se ha mencionado en mesas anteriores, creo yo y lo confirmo en lo personal, debemos alejarnos del debate sobre si la marihuana es buena o mala.
Creo que todos aquí coincidimos que ninguna sustancia es inocua y cualquier uso inadecuado de sustancias genera un daño a la salud.
Es claro que no sólo debemos evitar los malos usos de la marihuana, sino ampliar y evidenciar también los beneficios que puede traer a miles de pacientes con diversos padecimientos en el país.
Debemos reconocer que los peligros percibidos del consumo de cannabis no superan sus posibles efectos benéficos para ciertos grupos de pacientes, con enfermedades crónicas.
Hay casos paradigmáticos como el de la pequeña Grace, que hacen evidente que estos medicamentos no sólo funcionan como tratamientos paliativos, sino también como tratamientos para enfermedades crónicas.
Por eso en el Congreso celebramos que estemos debatiendo sobre la regulación, lo que implica revisar los controles que se pondrán en marcha ante el posible suministro y sobre la calidad que se deberá garantizar para este tipo de medicamentos.
Pero para poder regular de manera correcta es fundamental conocer qué modelos de regulación podemos implementar y cuáles de esos modelos que han tenido éxito en otros países, en otras sociedades.
En nuestro país existe un modelo de control estricto, por ejemplo, en los opiáceos, con doctores, recetas y farmacias controladas. Existe una norma oficial y yo preguntaría ¿podría ser esto un modelo para recular el cannabis medicinal o bien debemos ampliar hacia un modelo mucho más abierto, como en el que en algunos estados de la Unión Americana se practica?
O bien, es importante también señalar que no sólo podríamos utilizar estos medicamentos como tratamientos antes mencionados, también está la opción de utilizarlos como tratamientos alternativos para la reducción de daños o como droga de sustitución.
Y con ello damos hoy la bienvenida a todos ustedes y sin duda para mí es de manera muy importante darle la bienvenida a una familia que ha sido fundamental para que el día de hoy estemos coincidiendo a nivel nacional y debatiendo este asunto.
Su fortaleza y amor por Grace, han logrado romper mucha de la estigmatización que existe en nuestro país sobre esta planta y sus posibles usos terapéuticos. Yo me encuentro en ese caso.
Si no fuera por la familia de Grace, por sus padres, por Raúl y por Mayela, la verdad ellos me hicieron tomar conciencia de la posibilidad de un medicamento que pudiera ser un paliativo o más que eso mejorar la calidad de vida de un padecimiento crónico.
Yo pongo este ejemplo porque además me siendo muy emocionada por esta familia que ha atravesado un verdadero viacrucis para lograr que el tratamiento que hoy utiliza la pequeña Grace fuera importado de manera legal a nuestro país.
Sin embargo debo adelantar que esto es posible únicamente por una suspensión provisional. Es decir, en cualquier momento esto podría cambiar.
El día de hoy hemos escuchado una noticia importante de dos pacientes más que a través de la vía legal ha logrado hoy poder importar este tipo de medicamentos.
Para hablarnos de su caso y van a ser la voz de miles de familias mexicanas que se han acercado a Raúl y a Mayela, a partir de sus esfuerzos públicos, pues yo le quiero en verdad ceder la palabra a esta familia Elizalde Benavides, que es un ejemplo de lucha y de amor de padres y bueno, dejar en manos de ellos esta participación que sin duda nos va a ilustrar muchísimo pero también nos va a hacer muy sensibles porque lo que necesitamos hoy es ser sensibles ante el caso de una urgencia médica que hay en el país.
Hoy el país nos reclama a los legisladores prestar la mayor pronta atención a un tema que está sobre nuestros escritorios.
Es cómo lograr que muchas de estas familias puedan también tener acceso a ese tipo de medicamentos y que puedan mejorar su calidad de vida sus pacientes, o los pacientes que se han acercado con nosotros.
Y yo pues también aprovecho para dejar esta pregunta, su opinión sobre estos dos permisos que acaba de dar la COFEPRIS en favor de los menores Aline y Ana Paula, para importar el producto RCHOX y Real Scientific Hemp Oil, que sólo contienen cannabidiol, pero no el THS que sí están hoy ingiriendo la pequeña Grace.
Por ello les pedimos, sin duda, la participación de la familia. Entonces pedimos pues, que sean Raúl y Mayela, que es el caso que nos ha sensibilizado a todos nosotros y que es una fuente de inspiración para muchos de los que hoy estamos aquí.
Gracias.
SEÑOR RAÚL ELIZALDE: Buenas tardes. Gracias por invitarnos.
Muchas gracias por toda esta labor que está haciendo el Senado y el Congreso para poder regularizar algo que realmente necesitamos, y necesitamos muchísimas cosas respecto al cannabis y yo creo que es aquí, debe ser el inicio. Ustedes son los encargados de cambiar las leyes y qué mejor que empezar aquí en el Senado.
Grace, nosotros empezamos con esta lucha desde el, vaya, desde el año pasado; empezamos a pelear por obtener un medicamento en base a cannabidiol, el cual lo solicitamos y nos fue negado.
En base a eso tuvimos el acto de autoridad por el cual nos fuimos al amparo.
El doctor de Grace, su neurólogo, estuvo trabajando con nosotros para poder obtener este tratamiento.
El nos recomendó un aceite, el cual contiene principalmente el ingrediente activo de cannabis, que es el CBD, junto con todos los demás compuestos que aparte tiene, no es el puro CBD solo; y también tiene THC, en un porcentaje de 0.2 por ciento. Es absolutamente nada.
En Estados Unidos ese aceite no es ni siquiera considerado marihuana, es considerado un cáñamo industrial, que es sembrado en todo Estados Unidos, en Europa, en China, en Rusia, y se siembra como cáñamo industrial, ni siquiera es considerado marihuana.
Pero nuestras leyes nos prohíben la importación de cualquier producto a base de TCH porque decimos que tiene nulos beneficios terapéuticos, lo cual ya ha sido desmentido al pasar de los tiempos. Esto con base en que ya hay medicamentos en el mercado que son TCH sintéticos, como es el marinol, que se vende en todo Estados Unidos desde los 80’s; como es el sativex, que se vende en algunos otros lugares del mundo, que tiene 1-1 TCH y CBD; como el caso de estos aceites de cáñamo que se venden en todo Estados Unidos de manera legal como suplementos alimenticios, pero que ayudan considerablemente a la salud.
Con base en esto, nosotros iniciamos esta lucha, empezamos a solicitar a las autoridades, a empezar a sensibilizar que necesitamos cambiar. Al principio pensamos que Grace era un caso a lo mejor uno entre mil, uno entre dos mil; pero nos dimos cuenta que no.
Muchas familias se empezaron a comunicar con nosotros, y están en esta urgencia de tratamientos similares o diferentes. Hay niños que tienen problemas con cáncer y que ya les están administrando en instituciones públicas, pero no de manera abierta, ya les están diciendo que la cannabis funciona para aminorar los efectos de las quimioterapias.
¿Por qué si los médicos ya lo están haciendo, pero no de manera abierta, por qué no mejor regulamos esto para que sea de manera fácil, segura y constante?
No es correcto hacer algo tan complicado para los padres, nosotros no tenemos el tiempo para estar haciendo trámites burocráticos para poder obtener un tratamiento que puede beneficiar la salud de nuestros hijos.
En el caso de Grace, aun con el juicio de amparo para poder obtener todos los requisitos que el juez nos pedía, aunque ya teníamos la autorización del médico, nos tardamos meses en poder obtenerlo.
En el caso de otros niños, como es el caso de Alina, como es el caso de algunos que están en trámite en Cofepris, son meses los que se han tardado en obtener estos permisos.
Estamos muy agradecidos con la Cofepris, que haya esta apertura al cannabidiol, realmente estos niños lo necesitan de manera urgente y qué bueno que ya hay esta apertura; pero nos gustaría que fuera algo más sencillo, ¿por qué?
Porque ahora hay que llenar un permiso, que no es nada sencillo, yo soy abogado y para mí es complicado llenar ese permiso si no tengo el conocimiento previo de un permiso anterior. Aparte tengo que conseguir un agente aduanal para que haga esta importación; entonces son cuestiones que se van complicando para que las familias tengan acceso a algo que en realidad es nuestro derecho.
Si nuestros médicos nos lo están solicitando y nos están diciendo que esto es una alternativa más dentro de todo el abanico de posibilidades que hay, ¿Por qué no facilitarle a los médicos esto?
Hay que hacer las cosas más sencillas, no hay que complicar esto a las familias. Hemos visto cómo estos tratamientos, para algunos son inalcanzables.
En el caso de Grace, el tratamiento, que es un suplemento alimenticio, tiene un costo aproximado de 2 mil 500 dólares al año, es el costo que tiene de manera aproximado; el cual en algunos casos es un precio inalcanzable, más ahora como está nuestra moneda, pero es un precio inalcanzable.
Si hablamos de una cantidad, de un medicamento que ya esté en Estados Unidos, como es el Marinol, al año una persona que lo necesita, con cáncer, gastaría en pesos 171 mil pesos anuales. En el caso de Sativex en Nueva Zelanda, que ya se está proporcionando, anualmente el gasto sería 343 mil pesos.
Estos precios son muy altos. Tenemos también que buscar, ahora necesitamos una importación urgente, como es el caso de nuestros hijos.
Pero necesitamos ver también la investigación nacional, ¿y por qué no? Tener una industria nacional regulada de calidad y a precios más accesibles para todos.
Está en las manos de ustedes ver todas estas regulaciones.
Sabemos que van a hacer lo mejor para todos los mexicanos, pero no nos dejemos engañar que estos medicamentos que toma actualmente no tienen efectos secundarios negativos, los tienen.
Hay niños que toman Rivotril antes de que tengan un año, como fue el caso de mi hija. Hay niños que consumen otras sustancias que tienen unos efectos secundarios terribles y no nos preocupamos por eso.
Entonces hay que ver que nosotros como padres ya hemos demostrado a todas las familias de niños con enfermedades, ya hemos demostrado que sabemos cuidar de los medicamentos. Sabemos que estos medicamentos no se pueden andar compartiendo, no se pueden dejar al alcance de sus hermanos, nosotros ya lo sabemos, hemos tenido acceso a medicamentos que son más duros que la cannabis.
Para nosotros, de todos estos medicamentos la que hoy recibe, que es un aceite con Cannabidiol y un poco de THC es el más inocuo que ha tenido.
Veamos, hagamos investigación primeramente. Si los médicos están de acuerdo y nos autorizan estos tratamientos, ayudemos a que sea más fácil; ayudemos a que todos estos tratamientos lleguen a nosotros.
No pongamos trabas, no pongamos burocracia. Yo creo que tenemos mucho qué hacer y creo que hay la voluntad de todas las partes. El mismo gobierno Ejecutivo ya mostró su voluntad de hacer esto, entonces queda en nosotros hacer una regulación responsable y que todas estas personas tengan acceso a una vida mejor.
Tengo una presentación, se las quería dejar, esa es.
Ese es el cerebro, la actividad en el cerebro de mi hija cuando empezó ella con su tratamiento. Así es como ella estaba normalmente despierta, así es como se ven sus ondas que están trabajando en el cerebro. Fue en octubre del 2015.
Esas parecieran como si fueran crisis, no, ella en ese momento aparentaba no tener crisis y así es como se veía.
Ese es su cerebro hoy. Así es como se ve después de tomar un aceite en base de Cannabidiol con un poco de THC, así es como se ve.
Los cambios ahí están. Los médicos están dispuestos a avalarlo.
Los cambios no se necesita ser doctor para entender que la salud de mi hija ha ido en beneficio.
Realmente tenemos que cambiar. Se los pedimos de todo corazón. Se los pedimos en nombre de todas estas familias.
Necesitamos que los tratamientos sean accesibles a las personas que realmente lo ocupan.
Y claro, tiene que haber una prevención para que esto no llegue a personas que realmente no lo ocupan, por eso decimos que tiene que ser una regulación de manera responsable, pero que no sea imposible de obtener.
Muchas gracias.
SENADORA CRISTINA DÍAZ SALAZAR: Bien. Pues yo también quiero saludar a los integrantes del Consejo Técnico, quienes hoy nos acompañan y nos honran con su presencia:
Al doctor Alejandro Madrazo del CIDE, al señor Antonio Mazzitelli de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito;
El maestro Patricio Cazo Prado de Cofepris; la doctora Deni Álvarez Icaza, UNAM; el doctor Víctor Manuel Guiza Cruz, coordinador de asesores del Comisionado Nacional contra las Adicciones;
El doctor Luis Escobar Aubert, Director General Jurídico del Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria;el doctor Kershenobich, director general del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición “Salvador Zubirán”. Muchas gracias por su presencia y su participación.
Contamos hoy con la presencia del maestro Martín Mosqueda, Ventura, quien es licenciado en psicología por la Universidad Nacional Autónoma de México; maestro en Ciencias Médicas por la Universidad Anáhuac y cuenta con una especialidad en investigación en Ciencias de la Salud por la Universidad Anáhuac y otra en Adicciones por el Centro de Estudios Superiores Monte Fénix.
Participó en un programa de intercambio con la Oficina Nacional de Políticas para el Control de Drogas de la Casa Blanca y ha publicado diversos trabajos sobre prohibición de adicciones y ha organizado diversos congresos y encuentros nacionales.
De 2006 a 2012 fue profesor de los módulos Introducción a la prevención y marco normativo en la Especialidad de Adicciones del Centro de Estudios Superiores Monte Fénix; participó en la guía de práctica clínica Prevención, Detección y Consejería en Adicciones para adolescentes y adultos, en el primer nivel de atención publicado por el CENETEC en marzo de 2015.
Fue subdirector de Información y Evaluación del Instituto Mexiquense contra las Adicciones y forma parte del Grupo Técnico para el Control de Drogas Sintéticas, coordinado por el Centro Nacional de Planeación y Formación y Análisis para el Combate a la Delincuencia de la PGR. Actualmente es director de Coordinación de Programas de CONADICT.
Bienvenido y también queremos agradecer mucho la presencia del papa de Lina, una de las niñas que hoy celebramos que haya logrado esta suspensión para importar el medicamento.

Le damos la más cordial bienvenida al señor Abelardo Maldonado Constantino. Muchas gracias, señor, por acompañarnos.
Adelante.
MAESTRO MARTÍN MOSQUEDA VENTURA: Muchísimas gracias.
Antes que anda quisiera, a nombre del doctor Manuel Mondragón y Kalb, Comisionado Nacional contra las Adicciones, agradecer la invitación que nos hace el Senado de la República para participar en estas sesiones.

Más que debate, en lo personal me parece que es una oportunidad de dialogar, es una oportunidad para encontrar consensos, aún cuando haya disensos.
Me parece que al final del día el diálogo plural nos va a permitir encontrar las mejores decisiones, como ya lo han apuntado, a partir de la más sólida evidencia científica ene l tema que el día de hoy nos ocupa.
Agradecer en particular a la presidenta de la Comisión de Salud del Senado de la República, la doctora Maki Ortiz; asimismo a la senadora maría Elena Barrera Tapia y a la senadora Cristina Díaz, por la bienvenida que nos han dado en esta ocasión.
Yo me permití preparar una presentación simplemente como apoyo, porque tampoco se trata de venir a aquí a pretender dar una clase. Me parece que también en el Consejo Técnico y entre la concurrencia hay personas que saben mucho del tema, pero simplemente quisiera ir yo haciendo algunas precisiones.
Tal parece que la planta de cannabis ahora es la buena de la película, porque gracias a ella estaos todos aquí reunidos, con el propósito como ya decía, de encontrar las mejores alternativas a este problema de salud que representa no sólo lo que padece la niña Grace, Ana Paula, Aline y otros tantos niños en México.
La planta de cannabis se divide en tres grandes especies, como ustedes pueden ver en la diapositiva: En primer lugar el cannabis sativo, la cannabis índica y la cannabis ruderalis.
A partir de ella y gracias a diferentes modificaciones genéticas, ahora también podemos encontrar una gran variedad de las mismas que en algunos casos podrán tener una mayor concentración de THC y en otros casos una mayor concentración de cannabidiol.
Esto es algo que iremos viendo poco a poco conforme avance yo en mi charla.
Algunos de los compuestos identificados son exclusivos de esta planta y entre los cuales podemos encontrar algunos componentes como la clorofila, el agua y el alquitrán.
Hasta el momento tenemos el conocimiento muy, muy puntual de 66 cannabinoides, de los cuales podemos ya inclusive contar con su estructura molecular y su fórmula química. La siguiente por favor.
Ahora bien, dependiendo de su origen encontramos 3 principales tipos de cannabinoides:
En primer lugar, los fitocannabinoides, que son sintetizados de forma natural por la propia planta.
En segundo lugar los cannabinoides endógenos, o endocannabinoides, que se producen de manera natural tanto por animales como seres humanos, de tal suerte que ahora sabemos que nuestro organismo cuenta con una serie de receptos cannábicos identificados como los receptores CB1 Y CB2, que son aquellos que van a recolectar, si me permiten el término, los diferentes tipos de cannabinoides que produce la planta de la que hoy platicamos.
Y en tercer lugar los cannabinoides sintéticos que son principalmente compuestos similares a los anteriores y que se van a producir en laboratorios.
Ahora bien, los que han sido objeto de más estudios en los años recientes son precisamente el Delta 9, tetrahidrocannabinol, que además es el ingrediente psicoactivo de la planta de la cannabis, que la ha convertido con el paso del tiempo en una droga de abuso, que ahora sabemos puede generar problemas de tolerancia, de dependencia y síndromes de abstinencia.
En segundo lugar el cannabidiol y, en tercer lugar, el Cannabinol. La siguiente por favor.
Esos 66 cannabinoides que mencioné anteriormente están bien clasificados en 10 grupos, los cuales ustedes pueden ver en esta diapositiva. No me voy a detener en ellos; simplemente acotar que en cada caso hay 10, en otros casos hay 7, en otros casos hay 5, pero al final, si los sumamos todos, tenemos como resultado 66 cannabinoides bien identificados a la fecha. La siguiente por favor.
Esto nada más a manera de ejemplo de cómo ahora los avances de la ciencia nos han permitido conocer de manera muy puntual la estructura química, la molécula y la fórmula de los componentes cannábicos.
En primer lugar tenemos ahí el grupo y la clase del cannabigerol; en segundo lugar aparecen los cannabicromeno y, en tercer lugar, la molécula principal del grupo del cannabidiol. Vamos con la siguiente, por favor.
Ahora bien, ¿qué es el uso medicinal de la marihuana?
Como ya bien apuntaban aquí, se refiere precisamente al hecho de generar medicamentos a partir de algunos componentes cannábicos.
No se refiere al hecho de fumar marihuana porque ante esta práctica que ha acompañado al hombre desde tiempos ancestrales, no sólo en el caso dela cannabis sino también en el caso de otras substancias que van a modificar los estados de ánimo, pues sería imposible conocer bien a bien cuál debe ser la intensidad o la profundidad de la inhalación, digamos que uniformizar la planta de cannabis para que todo el mundo la fumara de la misma manera.
Entonces a esta práctica, a este uso, a esta costumbre que el ser humano ha llevado a cabo desde hace muchos años sería un error considerarla como uso medicinal.
Reitero: el uso medicinal va a ser lo que vayamos generando a partir de algunos cannabinoides de la planta.
Ahora bien, tiene definitivamente varios productos, como ya lo hemos visto, que podrían ser útiles para tratar síntomas de algunas enfermedades, lo cual también muchas veces es el causante de que algunas personas se confundan y pretendan legalizar su uso genéricamente, como ha estado ocurriendo en otros lugares, para fines médicos.
De tal suerte que actualmente aun cuando en Estados Unidos hay 23 estados que ya la han legalizado para fines terapéuticos, la FDA todavía no la aprueba como un medicamento.
Ahora bien, también es cierto que a nivel internacional existen toda una serie de protocolos y una serie de procedimientos que deben cumplir las empresas farmacéuticas para poder decir “he descubierto un nuevo medicamento y lo estoy poniendo a disposición del público en general para atender x o y padecimiento”. De tal suerte que entre los criterios, entre los requisitos que se deben llevar a cabo está el desarrollo de ensayos clínicos en miles de personas para determinar los beneficios y los riesgos de los medicamentos.
De hecho, en la farmacología actual sabemos que cualquier medicamento que se precie de estar bien elaborado, debe atravesar por cuatro fases: la fase 1 implica incluso el hecho de probar esta nueva molécula a nivel preclínico, ya sea en células, en tejidos o en animales.
Y una vez que se aprueben los beneficios, estaríamos en posibilidad del salto hacia la segunda fase, que implica ya la participación de seres humanos.
Finalmente tendríamos la tercera y cuarta fase de estos estudios, en donde cada vez se debe incrementar el número de seres humanos que participan en los mismos, inclusive se habla en muchos lugares de hacer lo que conocemos como estudios multicéntricos; de tal suerte que lo mismo que puede funcionar para la población mexicana, pudiera funcionar tal vez para la población en Japón, en Australia o en Oceanía. A eso se refieren los estudios multicéntricos.
Y posteriormente, realizar una serie de estudios de seguimiento a partir de una disciplina que conocemos como farmacovigilancia, para identificar posibles reacciones adversas. Que no es lo mismo que los efectos secundarios.
Un efecto secundario de un medicamento es algo que yo como investigador o como laboratorio espero que ocurra; pero que no va a poner en riesgo la integridad y la salud de las personas que lo están recibiendo.
En cambio, las reacciones adversas sí pueden representar un riesgo mayor que el beneficio que está aportando esta propuesta terapéutica.
Ahora bien, los dos principales cannabinoides de interés terapéutico actualmente, son precisamente el TCH y el cannabidiol, y están presentes –como ya mencioné– en diferentes cantidades en la planta de cannabis.
Ahora bien, vale aquí también la pena apuntar que la mayor parte de la marihuana que se vende en los dispensarios de otros países como medicina, en esencia no difiere mucho de la que pretendemos que sea utilizada con fines terapéuticos, ya que puede conllevar riesgos similares.
No obstante y debido al interés que tenemos recientemente por los efectos del cannabidiol para beneficio de la salud, se han desarrollado sepas que empiezan pues, a presentar una relación CBD-THC mucho más equilibrada; de tal suerte que estas sepas no son apetecibles para las personas que consumen marihuana simplemente con el propósito de modificar sus estados de ánimo; ya que el THC, que es el ingrediente psicoactivo, va a estar presente en cantidades menores y se va a incrementar la cantidad de cannabidiol.
Ahora bien, el potencial terapéutico de estos cannabinoides se va a limitar al hecho de reducir síntomas de algunas enfermedades, y en algunos casos como una posición secundaria o hasta terciaria, como alternativa terapéutica.
Algunos de los síntomas están señalados aquí, y abarcan desde náuseas y vómitos secundarios a quimioterapia o radioterapia por cáncer, hasta algunos cuadros de convulsión epiléptica.
Ahora bien, efectivamente a la fecha tenemos identificados cuatro medicamentos que se elaboran a partir de componentes cannábicos:
El primero ya por ahí también lo habían mencionado, es el Dronabinol. Es un fármaco aprobado por la FDA en los Estados Unidos, que contiene TCH sintético y se utiliza principalmente para tratar las náuseas secundarias a la quimioterapia, y la planeixa, que es la pérdida de peso extremo en pacientes que padecen síndrome de inmunodeficiencia adquirida.
En segundo lugar, tenemos la Nabilona, cuyo nombre comercial es el Cesamet, que fue aprobado también ya hace algún tiempo por la FDA. Y fíjense, curiosamente en México también está aprobado por la COFEPRIS desde el año 2006, el problema es que no lo sabemos, y a lo mejor ni siquiera tenemos la obligación de saberlo.
Yo tuve la suerte de platicar con algunos compañeros de COFEPRIS y me decían que efectivamente está disponible. En México lo producen los laboratorios Grossman, pero debido a que no lo prescriben los galenos en su práctica habitual, muchas veces dichos laboratorios han tenido que donar los lotes que van produciendo porque no hay una demanda. Es decir, el médico no prescribe Cesamet.
Tendríamos ahí a lo mejor una ventana de oportunidad. Tal vez aquí lo que haga falta es actualizar a los médicos respecto a la existencia de este medicamento y para qué puede ser utilizado.
El tercer y cuarto medicamento, aparecen aquí, son el Sativex y el Epidiolex. Ambos todavía se encuentran en fase de estudio. No han sido aprobados por la FDA ni por alguna otra instancia reguladora a nivel internacional, de tal suerte que particularmente el Sativex hoy se encuentra ya en la fase tres de ensayos clínicos en los Estados Unidos para determinar su eficacia y seguridad. Y particularmente va enfocado al tratamiento del dolor causado por diferentes tipos de cáncer.
Y el Epidiolex sí es un medicamento precisamente en base a Cannabidiol para tratar determinadas formas de epilepsia infantil. Que, repito, no ha sido todavía objeto de ensayos clínicos.
E incluso, no sé si alcancen a ver ustedes un recuadro en color rojo que coloqué a propósito en la segunda imagen, en la imagen inferior, dice: “Caution”. Lo que dice ahí, aunque está en inglés, es una leyenda precautoria, porque están alertando a la población consumidora en el sentido de que es una droga nueva que todavía no tiene aprobación por la FDA y que se encuentra en fase todavía de experimentación.
¿Aquí qué es lo que se recomienda?
Si ya hay personas que lo están tomando, lo más recomendable es que sean incorporados a protocolos de farmacovigilancia, porque por un lado sí estamos viendo que tienen un efecto benéfico, pero no sabemos todavía, desconocemos cuáles pudieran ser las reacciones adversas a largo plazo.
Aquí lo que se recomienda es precisamente hacer estudios longitudinales, si es posible estudios de cortes para ir viendo cómo evolucionan los pacientes e identificar oportunamente posibles reacciones adversas.
Esta es una tabla que nos permitimos elaborar en la CONADIC a partir de revisar una gran cantidad de artículos en la literatura científica.
Y fíjense, ahora yo podría compartirles que identificamos algo así como 250 estudios que hablan de las propiedades benéficas de estos componentes.
¿Pero qué creen? Que muchos de ellos adolecen del rigor científico necesario.
Muchos de ellos están reportados nada más como estudios de un solo caso. Otros de ellos únicamente nos reportan los efectos positivos pero dejan de lado los efectos negativos.
En otros casos lo que hemos encontrado ha sido conflicto de intereses entre los investigadores; es decir, son juez y parte.
En otros casos lo que hemos encontrado también es el hecho de que, como dice en la diapositiva, muchos estudios son realizados en comparación con placebo. Y actualmente la investigación nos dice que para generar la más sólida evidencia científica debemos comparar una nueva propuesta terapéutica contra un estándar de oro, lo que se conoce en Inglés como el gold standard.
¿Por qué? Porque además desde los principios de la bioética, si hoy día sabemos que hay un medicamento que es efectivo para curar o para atenuar la sintomatología de un paciente, como investigadores estaríamos incurriendo en una falla al no proporcionárselo.
Es decir, si yo quiero comparar cualquier medicamento nuevo contra placebo, a sabiendas de que hay una alternativa mejor, estaría yo incurriendo en falta, y eso obviamente le resta validez a los hallazgos que pueda encontrar en mi investigación.
Como ya les decía, en nuestro país tanto la Cofepris como el Consejo de Salubridad General cuentan con una serie de mecanismos y protocolos para la autorización de nuevos fármacos y entre la información que se debe compartir está lo que ustedes ven ahí: la presentación de información técnica acerca de la pozología, cuáles serían las posibles interacciones medicamentosas con otras alternativas terapéuticas.

Deben conocer bien quienes lo están elaborando, cuáles son las dosis terapéuticas, las posibles dosis tóxicas y en algunos casos hasta las dosis letales.
Obviamente esto nos va a permitir conocer cuáles serían las contraindicaciones. Además el hecho de haber realizado ensayos clínicos, como había mencionado, controlados, aleatorizados, doble ciego y en algunos casos de pueden conducir hasta ensayos clínicos triple ciego.
Y como bien abundaba también hace rato, si son multicéntricos, mucho mejor y reportes sobre la seguridad y eficacia del medicamento, que tiene que ver con el hecho de haber identificado o no posibles reacciones adversas.
Ya también por ahí lo habían mencionado, en México hay un procedimiento que a veces puede efectivamente parecer tortuoso, que establece la Cofepris para la importación de medicamentos como el cannabidiol.
Aquí simplemente lo que estoy permitiéndome es describirles a ustedes cuáles son los pasos que había que seguir la persona interesada para poder obtener este permiso que, dicho sea paso, no tiene costo alguno, es un procedimiento totalmente gratuito, simplemente hay que llenar un formato como lo va estableciendo la propia página web de la Cofepris.
Ya algo que sí quisiera aprovechar aquí es lo siguiente: la salud nos interesa mucho, porque es nuestra esencia: proteger la salud de la población.
Por eso nos interesa realizar y proponer políticas públicas obviamente con el apoyo de los legisladores y con el apoyo de todos los órganos de gobierno del país, proponer instancias, acciones y medicamentos y acciones de política pública basados en la mejor evidencia científica.
Pero también nos interesa cuidar la economía de las familias de México. Ahorita don Raúl Elizalde nos platicaba de cuánto puede costar un medicamento por el lapso de un año, que supera los 300 mil pesos.
En farmacoeconomía existe un concepto que en inglés se conoce como Out Pocket¸ que se refiere precisamente a la capacidad que tiene una persona de sacar del bolsillo el dinero en efectivo para poder comprar cualquier medicamento.
Aquí me parece que valdría la pena tomar en cuenta también elementos de farmacoeconomía, porque al final, a través de esta disciplina se va a identificar cuál es el mejor medicamento para un gripo de población y se toman en cuenta ese tipo de elementos.
Y que realmente mejore la calidad de vida que no atente contra la capacidad de Out pocket de la población, más otros elementos que ya hemos ido viendo en la presentación.
Aquí me permití compartirles el link de la página de Cofepris donde puede uno descargar el formato para la importación de medicamentos cuyo principio activo sea el cannabidiol.
Yo entendería que las niñas Aline y Ana Paula, sus padres pasaron por estos procedimientos. Ellos supongo que no tuvieron que llegar al mismo grado que ustedes, porque el cannabidiol simplemente no tiene combinación con THC en este caso.
Para fines de investigación, la Ley General de Salud contempla precisamente algunas autorizaciones especiales para obtener ciertos psicotrópicos, estupefacientes asimismo.
A manera de conclusión yo me permitiría compartirles las siguientes reflexiones: nuestra misión fundamental es precisamente velar por la salud de las y los mexicanos y no podemos renunciar a esta misión.
Bajo este precepto apoyamos con toda la convicción posible el desarrollo de investigaciones científicas para desarrollar medicamentos a base de componentes cannábicos y si se requiere modificar la reglamentación también lo apoyamos.
Hasta el momento ustedes deben recordar que la Ley General de Salud clasifica a la marihuana como un estupefaciente, pero al THC lo considera como un psicotrópico y lo ubica en el grupo uno.
Es decir, en aquellas substancias que tienen escasa o nula utilidad terapéutica y representan un grave riesgo para la salud pública.
Nosotros no estaríamos en desacuerdo en que esta clasificación se modificara y tal vez se pasara al grupo 2 o al grupo 3.
Es decir, en aquellos medicamentos que tienen cierta utilidad terapéutica y representan un riesgo para la salud, pero no en las dimensiones que actualmente están clasificado.
En tercer lugar, al comparar la efectividad de diversos medicamentos, las investigaciones que generan mayor evidencia, como les había dicho, comparan la nueva propuesta contra un estándar de oro, no contra placebo.
Siempre estaríamos también propugnando porque así se desarrollen las nuevas investigaciones.
Y finalmente, bueno, todo medicamento también debe conllevar estudios de fármaco vigilancia para asegurar que realmente cumpla con los estándares para los que ha sido creado: de eficacia, de calidad y de seguridad, reduciendo los riesgos de posibles daños a la salud.
Bien, yo con esto concluiría.
Les agradezco mucho su atención y quedo aquí a sus órdenes para aclarar cualquier duda.
Muy gentiles. Gracias.
SENADORA MAKI ESTHER ORTIZ DOMÍNGUEZ: Diputado Rubio: ¿quiere usted comentar algo?
DIPUTADO FERNANDO RUBIO QUIROZ: Claro que sí.
Voy a ser muy preciso con un par de preguntas a los dos ponentes, para que terminando las intervenciones de todos los ponentes… ¿falta un ponente? Entonces me espero. Entonces nos esperamos.
SENADORA CRISTINA DÍAZ SALAZAR: Continuando.
El propósito es garantizar las buenas prácticas médicas y debe existir una regulación que contemple controles claros en el uso de estas substancias.
Una mala regulación o una incorrecta implementación de los ordenamientos repercutirán en la salud de los pacientes que busquen acceder a este tipo de medicamentos.
Por ello resulta fundamental conocer las prácticas que han introducido otros países sobre el control de estas substancias y las medidas de reducción de daños que podrían utilizarse con tratamientos a base de cannabis.
Para platicarnos más sobre estos temas, contamos con la presencia del maestro Aram Barra, quien es Oficial del Programa Conjunto para América Latina de la Transform Drug Policy Foundation y México Unido contra la Delincuencia.
Los últimos 13 años el maestro Aram ha trabajado en temas como Empleo Digno, Derechos Sexuales y Reproductivos, Migración y Política de Drogas, y es co fundador de Espolea, una organización de jóvenes que busca empoderar a pares en sus propias comunidades con una perspectiva de género.
Es también miembro del Consejo Directivo de Just Rice, una red mundial de jóvenes que trabaja en la reducción de daños y la reforma de la política de drogas.
Licenciado en relaciones internacionales y también ha hecho estudios especializados sobre políticas de drogas en la Universidad Centro Europea en Hungría.
Le damos la bienvenida al maestro Aram.
MAESTRO ARAM BARRA: Muchas gracias senadora.
Primero que cualquier otra cosa muy buenas tardes a todas, a todos.
Muchas gracias por acompañarnos aquí.
Muchas gracias al Congreso de la Unión por organizar esta serie de audiencias públicas sobre las varias alternativas que existen para la regulación de la marihuana.
Un debate justo, un debate necesario que varias personas venimos impulsando en el caso mexicano desde hace muchos años pero que el día de hoy gracias al fallo de la Primera Sala del Tribunal Supremo del país se acelera la necesidad de pensar cómo regular el mercado de la marihuana y en esta mesa en específico el uso médico o el uso medicinal, que es por supuesto una parte muy importante de las implicaciones de la regulación del mercado.
Agradezco por supuesto al diputado Fernando Rubio, aunque me quería quitar la palabra; y a la senadora María Cristina Díaz; Maki Ortiz; la senadora María Elena Barrera Tapia y Angélica de la Peña, por acompañarnos en esta mesa, así como a los varios miembros del Consejo Técnico que nos acompañan.
Lo primero que quisiera hacer es una recapitulación muy, muy rápida sobre en dónde está la ciencia, dónde están los estudios científicos sobre varias de las enfermedades, cuáles son las utilidades que se han encontrado, cuál es el estado del arte en términos científicos.
Como ya nos anunció el maestro, la planta del cannabis sativa se viene utilizando no sólo de manera personal, pero también como medicina desde hace varios miles de años; y se han utilizado en varias sociedades.
En las flores del cannabis, también como ya nos adelantaban, se concentras cientos de diferentes compuestos químicos, de los cuales más de cien son compuestos exclusivos de la planta y esos son a los que llamamos cannabinoides.
Los principales cannabinoides, a estas alturas ya nos los sabemos de memoria, son el TCH y el CBD; y son los principales porque son de los que más tenemos estudios y a los que más se les han conocido propiedades terapéuticas.
Sin embargo, creo que es muy importante decir que cada día que pasa se descubren nuevas propiedades a estos cannabinoides y a otros cannabinoides.
Existe acuerdo, y esto creo que es muy importante para este debate, de que los diferentes compuestos que existen en la planta del cannabis colaboran –por decirlo de alguna manera– entre ellos. Esto es, si uno aplica un cannabinoide y quita a los demás, la efectividad o el impacto que puede tener ese cannabinoide es mucho menor que si actúan en conjunto.
Y eso va a ser muy importante, en un momento más me quiero referir a algunas de las iniciativas que están presentadas ante el Congreso de la Unión.
En la mayoría de las enfermedades para las que pueden estar indicados varios de estos compuestos, obviamente el uso terapéutico, la efectividad del uso terapéutico va a mejorar en la medida en la que los combinemos. Así sucederá también con la tolerabilidad para el paciente, que si utilizamos compuestos aislados.
Finalmente, a manera de resumen, decir como también ya nos anunciaba el maestro Mosqueda, que los cannabinoides ejercen sus efectos terapéuticos por interacción en el sistema cannabinoide endógeno, que es un sistema que todos los seres humanos y los animales tenemos y que producimos cannabinoides de manera natural; y ahí hay varios receptores, principalmente el CB-1 y el CB-2; que buscan justamente atraer a estos cannabinoides con la función de mantener un equilibrio general en el organismo.
Cada día se van conociendo mejor cuáles son los funcionamientos del sistema cannabinoide endógeno; y también se van descubriendo nuevos cannabinoides y nuevos receptores en el sistema, así como su implicación en determinadas enfermedades y en nuevas herramientas.
Sabemos que en los estudios basados en encuestas realizadas hasta la fecha, los pacientes prefieren el cannabis herbal, en cualquiera de sus presentaciones ya sea en extractos, en tinturas, en resinas o en flores; que a los compuestos puros, ya que siendo al menos igual de eficaces, son de más fácil administración cuando son derivados, son mejor tolerados y son también menos costosos. Una parte muy importante que anunciaba el maestro Mosqueda.
Sabemos, hasta donde hay evidencia, que los papeles o el papel beneficioso de los cannabinoides en varias enfermedades tienen utilidad los cannabinoides en enfermedades neurológicas, en enfermedades y síntomas del aparato digestivo y del estado nutricional; en enfermedades de salud mental; en el cáncer, por supuesto en los cuidados paliativos; pero también nos sirve para mitigar y para paliar el dolor.
En lo que respecta a las enfermedades neurológicas, apuntaría al menos tres: la esclerosis múltiple, en donde se ha encontrado bastante evidencia y bastante sólida para reducir los temblores y la rigidez muscular.
En segundo lugar, en la enfermedad de Alzheimer que, como se sabe, es una enfermedad prioritaria para el sistema de salud, dado que el día de hoy no hay un tratamiento, no hay una cura para la enfermedad del Alzheimer. Y ahí el THC y el CBD en conjunto tienen una acción muy importante en la protección de la beta proteína, que es la que se piensa es la causa principal de la enfermedad.
Finalmente, en la Esclerosis Lateral amiotrófica, los cannabinoides debido al efecto neuroprotector y antioxidante que tienen, pueden ser de utilidad en enfermedades neurológicas, como la esclerosis Lateral Amiotrófica o la Enfermedad de Lou Gehrig.
Mencioné varias enfermedades y síntomas del aparato digestivo y estado nutricional, no me quiero detener.
Me quiero detener en una que el ex diputado Fernando Belaunzarán que nos acompaña hizo bastante énfasis durante la última legislatura, que es la utilidad del THC para paliar el dolor.
La acción analgésica que tiene el THC se debe a su acción sobre los receptores CB1, que es uno de los que nos mencionó el maestro, que se encuentran ampliamente distribuidos en las áreas cerebrales encargadas de procesar señales del dolor.
El CBD, por su parte, tiene propiedades analgésicas y también tiene propiedades antiinflamatorias, por lo que desde un punto de vista clínico es más recomendable la utilización, una vez más en conjunto del THC con el CBD.
Quiero hacer énfasis en un punto sobre un tema de salud mental, que es un tema que además mencionó la senadora Maki Ortiz, que me parece muy importante y sobre el que hay poco conocimiento en la opinión pública, pero donde la evidencia científica es bastante robusta.
A pesar de que la investigación hasta el día de hoy administrada en animales donde se estimula con THC el sistema de recompensa cerebral ha tenido algunos resultados, aún no existen en realidad evidencias sólidas que indiquen que la estimulación con THC del sistema recompensa en humanos sea una condición suficiente para desarrollar la dependencia; de ahí que el potencial adictivo del cannabis es mucho inferior al del resto de las llamadas “drogas de abuso”, y por lo tanto la baja potencia adictiva del cannabis y la influencia en el desarrollo de dependencia se verifica en el uso médico.
Existen numerosas evidencias provenientes de la investigación animal que indican que el cannabis puede ser de utilidad en los tratamientos de la adicción de otras drogas, sobre todo como lo mencionó la senadora Cristina Díaz a psicoestimulantes.
También hay nuevos estudios de la utilidad del cannabis en personas que han desarrollado el Trastorno de Estrés Postraumático, sobre todo en Estados Unidos, y eso será también importante en México mientras avanzamos.
En lo que respecta al cáncer y a los cuidados paliativos, sabemos que el cannabis y los cannabinoides se han mostrado eficaces en el tratamiento de algunos síntomas relacionados con el tratamiento de la enfermedad, principalmente sobre las náuseas y los vómitos originados por los tratamientos quimioterápicos.
El cannabis, al actuar sobre diferentes grupos de síntomas, también permite mejorar la calidad de vida de los pacientes con cáncer, aumentando su apetito, reduciendo su ansiedad y depresión y permitiéndoles dormir mejor.
Finalmente, la combinación de cannabis con opiáceos es de especial importancia en los cuidados paliativos, especialmente en los cuidados paliativos extrahospitalarios; en pacientes en los que el cáncer cursa con dolor, ya que permite reducir la dosis de opiáceos, y con ello reducir la eventual mortalidad por sobredosis.
Hasta aquí mi resumen de la ciencia.
Y ahora quiero hacer una segunda parte muy breve sobre los impactos o las implicaciones políticas del tema de la marihuana médica.
Primero, me parece hay que tomar en cuenta al momento de hacer política pública y de regular la marihuana con fines medicinales tres impactos negativos que han tenido las políticas de drogas en el tema médico.
En primer lugar, nos ha inhibido el acceso y ahí no tengo más que voltear a mi izquierda y mencionar una vez más a la familias Elizalde Benavides, a Grace, que nos acompaña, también Abelardo que nos acompaña, a quien hoy la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios le otorgó un permiso de importación para su hija Aline Maldonado Montes de Oca, así como para María Paula Acevedo Cardos, que le dicen de cariño Pauli. Que no nos acompaña el día de hoy.
Estas tres familias son el ejemplo perfecto de la falta de acceso que tenemos a estos medicamentos, incluso al CBD, que como nos anunció el maestro de Conadic, es legal bajo el marco legal actual.
Incluso si el medicamento no está per se prohibido, la familia tiene que hacer una serie de saltimbanquis para poder acceder a un medicamento bastante caro.
En segundo lugar, un impacto negativo sobre la investigación y eso nos lo anuncian bastante los investigadores de la UNAM, pero también de varias otras universidades e institutos de investigación: la poca investigación que se puede hacer por el poco acceso que se tiene a la planta, con calidades farmacéuticas, con cepas controladas, para poder hacer estos estudios rigurosos.
Y finalmente la limitación en las opciones de tratamiento que tienen diversos pacientes. Acabo de hacer un resumen muy breve de algunas de las enfermedades en donde hay utilidad de la planta, de sus varios componentes, del THC, del CBD, entre otros, pero el día de hoy los médicos se encuentran limitados en su capacidad o en su opciones de tratamiento, al no poder acceder a varios de estos medicamentos, con distintos balances de THC, CBD y otros cannabinoides.
Creo que si bien reconozco yo personalmente la voluntad política que ha tenido COFEPRIS, aquí nos acompaña Patricio en representación del Comisionado, Mikel Arriola, creo que ha habido una muy buena voluntad política parta permitir que las familias que han llamado la atención y han pedido acceso a estos medicamentos, lo tengan, creo que la falta de adecuación del marco regulatorio, de la ley, sigue siendo algo que nos ata de manos, tanto al Poder Ejecutivo, como a las y los mexicanos y a las familias que buscan acceso.
Sobre ese punto me parece, insisto, muy importante resaltar, que si bien ahorita tenemos acceso a medicamentos a base de CBD, no hay nada en realidad que nos inhiba o que nos debería prohibir acceder a otros medicamentos que también contienen THC y que ese medicamento al que ha accedido Grace.
Sobre el medicamento al que accedió Grace y justamente por eso Raúl explicó muy bien, tuvo que pedir una suspensión provisional ante la negativa del gobierno federal, la Secretaría de Salud, a través de su Consejo de Salubridad General, de acceder al medicamento, tuvimos que ir a los juzgados y el día de hoy ese proceso, me parece importante decirlo, sigue en curso.
El gobierno federal interpuso un recurso de revisión que hoy se encuentra en un juzgado federal y es por eso que recientemente pedimos la atracción del caso a la Suprema Corte de Justicia de la nación, para que en el caso, yo espero dudoso y poco viable de que no transite nada en estas mesas y el Congreso de la Unión no avance regulando, Grace pueda seguir accediendo al medicamento y dibujemos un camino legal para otras familias que quieran acceder.
Finalmente me quiero referir a; yo conozco dos iniciativas que hay presentadas en el Congreso de la Unión, una aquí en el Senado de la República, una iniciativa presentada justamente por la senadora Cristina Díaz, que nos acompaña, pero después firmada por varias senadoras y senadores de varios grupos parlamentarios, y otra iniciativa impulsada por el PRD en la Cámara de Diputados y también impulsada por el Jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera, y por el doctor Juan Ramón de la Fuente.
Ambas iniciativas permiten la importación legal de medicamentos a base de cannabis en distintas proporciones.
Sin embargo hay una diferencia fundamental en las dos iniciativas que quiero resaltar y a continuación verán por qué.
La iniciativa a la que me referiré como la iniciativa de la senadora Cristina Díaz, pero a la que se han sumado varias y varios senadores más, permite la importación de medicamentos con THC y CBD en dos formatos, tanto en extracciones naturales de la planta como en cannabinoides sintéticos.
Por el otro lado, la iniciativa que fue presentada en la Cámara de Diputados, permite únicamente la importación de cannabinoides sintéticos.
Como ya dije al principio, la evidencia científica que tenemos disponible hasta el momento nos dice que los pacientes prefieren acceso a substancias que son de extractos de la planta y no a substancias creadas de manera sintética porque es mucho más fácil tolerarlas.
Probablemente se escuchó el caso de algunos pacientes que lamentablemente fallecieron en Francia hace algunas semanas en un protocolo de investigación.
Quizá vale la pena resaltar que el protocolo de investigación utilizaba cannabinoides sintéticos.
Ahí nada más como para decir lo que sabemos sobre los cannabinoides sintéticos es bastante menos que lo que sabemos sobre los cannabinoides extractos naturales de la planta.
En ninguna de las iniciativas, y ahí me pronuncio desde México Unido contra la Delincuencia, en ninguna de las iniciativas se permite la producción nacional.
Y eso a mí me parece muy importante porque si bien en el momento en que las iniciativas se redactaron, eso respondía a un contexto nacional donde la opinión pública no apoyaba de manera tan fuerte como apoya el día de hoy la regulación del mercado de la marihuana con fines médicos o terapéuticos.
El día de hoy ese costo político, si lo queremos ver así, se ha movido.
Justamente en respuesta a la preocupación que mencionó tanto Raúl en su pasar sobre los varios precios que tienen los varios medicamentos como hacia la fármaco economía, me parece que sería verdaderamente lamentable que el Congreso de la Unión decidiera no aprobar la producción nacional y no aprobar la producción de calidades farmacéuticas de la planta y de los cannabinoides por parte de la industria farmacéutica mexicana.
En otras palabras: permitir únicamente la importación pues ata de manos a la industria farmacéutica mexicana de participar de un mercado que va en crecimiento, un mercado internacional para el que cada día hay más evidencia científica y cada día habrá más aplicaciones de los medicamentos.
Me parece que aquí ante la evidencia científica, he mencionado muy brevemente pero que dejo en un resumen que hicimos en una carpeta a la mesa del Consejo, aquí ante la evidencia científica pues toca regular.
Nos toca establecer las reglas para la producción y para el cultivo de la marihuana con calidad farmacéutica, con cepas controladas para el uso médico de la marihuana.
Nos toca quitar el castigo penal que hoy existe en el Código Penal Federal para los médicos que busquen prescribir derivados de la marihuana que incluyan THC.
Nos toca impulsar, y creo que ahí estamos muy en el mismo lugar con Cofepris y con Conadic, nos toca impulsar protocolos de investigación.
Queremos que en México se haga ciencia sobre las aplicaciones y las utilidades del CBD, del THC y de otros cannabinoides en la salud.
Y finalmente, nos toca establecer un mercado regulado que responda a las necesidades de las familias que el día de hoy buscan urgentemente acceso a estos medicamentos controlados.
Muchas gracias.
SENADORA MARÍA CRISTINA DÍAZ SALAZAR: Muy bien. Hemos llegado a la etapa de preguntas.
Le preguntaría a nuestros compañeros legisladores, al diputado Fernando Rubio y a la senadora Maki Ortiz, hay dos preguntas que nos están formulando por parte de las personas que hoy nos acompañan; y posteriormente ustedes. Podemos intercalar, si están de acuerdo.
Esta pregunta es para el representante de la Comisión Nacional contra las Adicciones, y es la siguiente:
¿Por qué no se autorizan protocolos de investigación para conocer los efectos de la cannabis, incluyendo THC, en beneficio de la salud?
Posteriormente, haré la segunda y ya daremos la respuesta de parte suya.
Esta es para los legisladores, diputado y las senadoras:
Si la Suprema Corte de la Nación ya otorgó un amparo a cuatro personas para un consumo recreativo y lúdico de la cannabis, ¿por qué no decir que los mexicanos mayores de edad decidan por sí solos sus dosis de consumo?
Estas son las dos primeras preguntas. Tiene la palabra el maestro Martín Mosqueda, y posteriormente ustedes me dicen quién de los legisladores daría la respuesta por parte de las señoras que nos acompañan.

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