SENADOR ROBERTO GIL ZUARTH: Buenos días tengan todas y todos. Sean bienvenidos a la instalación del Consejo Técnico del Congreso de la Unión, que tendrá la encomienda de analizar las alternativas regulatorias al uso de la marihuana.

Este Consejo Técnico se creó por acuerdo del Pleno del Senado y posterior acuerdo de la Cámara de Diputados, y va a tener como función acompañar al Congreso de la Unión en el análisis de distintas iniciativas, pero sobre todo en la conducción de un debate impostergable en nuestro país.

En ese sentido, le quiero dar la más cordial bienvenida al presidente de la Cámara de los Diputados, al diputado Jesús Zambrano Grijalva; a los integrantes de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados; a las y los señores senadores integrantes de las Comisiones que van a participar en la dictaminación de estas iniciativas y en el debate parlamentario con respecto al uso de la marihuana.
Y también dar la bienvenida a los integrantes del Consejo Técnico, que a continuación voy a mencionar:
A la profesora María Celia Toro Hernández, profesora-investigadora y coordinadora del PROMEC, representante del Colegio de México.
Al doctor Sergio López Ayón, director general del Centro de Investigación y Docencia Económicas, CIDE.
Al maestro Elías Rafful Vadillo, titular del Centro Nacional de Prevención del Delito y Participación Ciudadana.
Al doctor Mauricio Hernández Ávila, director general del Instituto Nacional de Salud Pública.
Al señor Antonio Mazzitelli, representante de la oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito.
Al licenciado Mario Melgar, integrante del Seminario de Estudios de la Globabilidad, de la Universidad Nacional Autónoma de México.
Al doctor Luis Escobar Aubert, director general jurídico del Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria, SENASICA.
Al doctor Rafael Estrada Michel, director general del Instituto Nacional de Ciencias Penales.
Al doctor Manuel Mondragón y Kalb, comisionado nacional contra las adicciones, CONADIC.
Al maestro Edgar Vielma Orozco, director general adjunto de Modelos de Información Gubernamental y Encuestas Nacionales de Gobierno, Victimización, Seguridad y Justicia del INEGI.
Al maestro Mikel Andoni Arriola Peñalosa, comisionado federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios.
Al licenciado Luis Raúl González Pérez, presidente de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos.
Al maestro Jaime Valls Esponda, de la Asociación Nacional de Universidades, Instituciones de Educación Superior, ANUIES.
Al doctor Jaime Urrutia Fucugauchi, presidente de la Academia Mexicana de Ciencias.
Al senador Alejandro Encinas, presidente de la Comisión de Estudios Legislativos Segunda.
Al senador Fernando Yunes, presidente de la Comisión de Justicia.
A la senadora Maki Esther Ortiz, presidenta de la Comisión de Salud.
A la senadora Cristina Díaz, presidenta de la Comisión de Gobernación.
A la senadora Angélica de la Peña, presidenta de la Comisión de los Derechos Humanos.
Al senador Luis Sánchez Jiménez, integrante de la Mesa Directiva.
Al senador Arturo Zamora Jiménez, vicepresidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Senadores.
Al senador Luis Humberto Fernández Fuentes, integrante de la Mesa Directiva de la Cámara de Senadores.
Al diputado Gerónimo Alejandro Ojeda Anguiano, vicepresidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados.
Al diputado Edmundo Javier Bolaños, vicepresidente.
A la diputada María Bárbara Botello Santibañez, vicepresidenta de la Cámara de Diputados.
A la diputada Daniela de los Santos Torres, vicepresidenta de la Cámara de Diputados.
Al diputado Elías Octavio Iñiguez Mejía, presidente de la Comisión de Salud.
A la diputada Mercedes del Carmen Guillén Vicente, presidenta de la Comisión de Gobernación.
Al señor David Kershenobich, director general de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán.
A la doctora María Elena Teresa Medina-Mora Icaza, directora del Instituto Nacional de Psiquiatría.
Al doctor Pedro Salazar Ugarte, director del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Nacional Autónoma de México.
Hemos convocado a este Consejo Técnico con la misión de dirigir la fase previa de la dictaminación de las iniciativas relativas a la regulación de la marihuana. La idea es que este Consejo convoque y coordine la discusión colaborativa entre expertos para garantizar un debate amplio, incluyente e informado.
Es nuestra convicción que la naturaleza de este debate nos obliga a aproximarnos desde los fundamentos técnicos más estrictos y objetivos. Por ello, consideramos indispensable la participación de las instituciones educativas y de investigación nacionales; la opinión de investigadores expertos, la participación y colaboración de las distintas áreas del Poder Ejecutivo que tienen incidencia en la temática y cuyo orden jurídico podrá ser modificado por este proceso.
La propuesta que le hemos hecho a este Consejo, es que organicen el debate en torno a diez temas mínimos que creemos que deben estar comprendidos:
Debemos analizar el tema del uso de la marihuana en todas sus implicaciones: desde la prevención, hasta la política criminal. Desde las características estrictamente sanitarias, hasta los efectos del consumo en los individuos y los efectos sociales que el consumo genere.
Desde la perspectiva de la libertad individual, pero también desde los costos sociales de la política de criminalización.
A partir de estas deliberaciones, el Consejo tendrá la tarea de redactar un reporte final y compartirlo hacia el primer trimestre del año con las Cámaras del Congreso de la Unión.
Quiero enfatizar el carácter incluyente de este proceso.
Queremos que todo aquel que tenga algo que decir y aportar a la discusión, sea parte del debate parlamentario. Que este debate sirva para informar la discusión legislativa, pero también para detonar buenas decisiones de política pública.
Vale la pena enfatizar que el ejercicio que hemos instituido en este Poder Legislativo no pretende rivalizar con otros ejercicios de participación y de deliberación ciudadana o institucional.
La intención es que las cámaras del Congreso se alleguen de elementos que nutran la discusión parlamentaria para poder, en su caso, legislar.
Es por ello que el Consejo que hoy se instala sesionará con diputados y senadores en un foro bicameral para ofrecer un producto integral, sólido y sobre todo responsable.
Habremos de analizar los distintos modelos de regulación; revisar las iniciativas presentadas con anterioridad en la Cámara de Senadores y en la Cámara de Diputados. Pero sobre todo, acercarnos de datos científicos y comparados que nos permitan un mejor conocimiento y comprensión de los temas involucrados en la discusión sobre los usos de la marihuana.
Quisiera insistir en que este debate no debería plantearse ni desde la ocurrencia ni desde posiciones ideológicas irreductibles.
México se beneficia siempre de decisiones legislativas y de política pública informadas, pero siempre se beneficia de debates abiertos, incluyentes y responsables.
El mundo ya ofrece un laboratorio de ensayo, usemos los datos que nos provee. Estemos abiertos a consideraciones lejanas a nuestras convicciones y a nuestras realidades. Hagamos legislación con sentido de bien y de justicia.
Creo que no cabe duda de la urgencia que reviste el tema.
Por un lado, la reciente decisión de la Suprema Corte de Justicia de la Nación nos obliga a acelerar el paso para prever las obligaciones legales e institucionales que pudiera tener esa decisión.
Anticipamos un alud de precedentes que en nuestro sistema en este momento no tendría las capacidades institucionales para procesar.
Por otro lado, la urgencia también deriva de dinámicas internacionales.
Estados Unidos, nuestro principal vecino y principal consumidor, está ensayando distintas modalidades de legalización en sus estados.
Esto tendrá una implicación directa en nuestro país y tenemos que estar preparados.
México no puede seguir poniendo los muertos mientras que Estados Unidos sigue poniendo los consumidores.
Y claro, la urgencia relacionada al ramo humano del prohibicionismo. Los miles de sentenciados hasta a ocho años de prisión que realmente no constituyen un riesgo social, pero que están privados de su libertad por haber violado el umbral mínimo que establece la Ley General de Salud.
Los datos de mujeres que están en prisión por participar de manera marginal en delitos relacionados con la marihuana, mujeres que no tenían antecedentes penales, que no tuvieron comportamiento violento, y cuya encarcelación significa la desintegración de miles de familias, nos obligan a actuar de manera rápida y reducir los altísimos costos que se han generado a partir de la era prohibicionista en contra de las drogas y la marihuana.
En México, casi la mitad de los presos federales están cumpliendo sentencias de delitos contra la salud.
Tenemos sistemas penitenciarios que no sirven para disuadir ni el consumo ni una gran parte de delitos relacionados. Tenemos que repensar la política penitenciaria de manera integral.
Tenemos que replantearnos si el Estado va a seguir sosteniendo como prioridad la criminalización de los consumidores. Si el daño que estamos previniendo realmente existe y, sobre todo, si es racional tratar diferenciadamente decisiones de consumo y problemas de adicción.
Finalmente, quisiera hacer una reflexión sobre las expectativas que tenemos de este proceso.
Ciertamente la deliberación informada conduce a buenas decisiones.
El problema de las drogas y el crimen organizado que gravita en los mercados negros difícilmente será impactado o reducido significativamente con el mero hecho de la legalización.
Tenemos que ser prudentes con las expectativas que socialmente sembramos de los efectos que podría tener un cambio de política criminal hacia la legalización de la marihuana.
El problema criminal, el problema de la violencia pasa necesariamente por procesos de fortalecimiento institucional y de capacidades del Estado Mexicano para prevenir y sancionar los delitos.
Permitamos que las leyes atiendan cada uno de sus objetivos. Garanticemos que las iniciativas que tenemos en nuestras manos, sirvan para generar el bienestar de nuestra población.
Vayamos a un debate responsable, pero sobre todo vayamos a tomar las decisiones que le convienen a México.
Muchísimas gracias por su presencia esta mañana. Bienvenidos al Senado de la República, al Congreso de la Unión. Y la Patria sin lugar a dudas les agradecerá su contribución a este proceso de debate y de toma de decisiones.
Muchísimas gracias a todos.
Se concede ahora el uso de la palabra al diputado Jesús Zambrano Grijalva, a nombre de la Cámara de los diputados.
DIPUTADO JESÚS ZAMBRANO GRIJALVA: Muchas gracias senador presidente de la Mesa Directiva del Senado de la República.
Me da mucho gusto saludar desde luego a nuestras amigas senadoras, amigos senadores, diputadas, diputados presentes y especialmente, desde luego, a quienes están hoy aquí en representación de instituciones de alto prestigio y personalidades, organizaciones también representativas, significativas de la sociedad civil, en esto que yo le llamaría un ejercicio inédito o queremos que sea inédito.
Es como, en primer lugar lo dijo nuestro amigo presidente, senador Roberto Gil, un ejercicio bicameral acordado entre ambas cámaras, las representaciones del Senado de la República y la Cámara de Diputados, para que en diversos asuntos que son de interés general para el país, para la población, para la sociedad en su conjunto y que atraviesan necesariamente el quehacer legislativo, lo hagamos de manera conjunta, sumando esfuerzos, intercambiando puntos de vista, trabajando en los hechos, en una suerte de ejercicio de trabajo en conferencia, en las respectivas comisiones de las cámaras de Senadores y de Diputados.
Ya lo hemos empezado a hacer, por cierto en otros aspectos que están ya rindiendo frutos en las últimas semanas, para acompasarlos en nuestros trabajos legislativos.
Y este que hoy nos convoca, desde luego que es de un interés global, de un interés nacional y por lo tanto también en la medida en que, como bien se refirió, ahorita la resolución de la Suprema Corte de Justicia de la Nación hace impostergable el debate y al toma de decisiones al respecto.
Y no solamente por un ejercicio bicameral en un tema tan espinoso, con múltiples aristas en su propio contenido, sino también porque queremos que sea inédito en el sentido de que podamos, quienes vamos a tomar las decisiones como legisladores en ambas cámaras del Poder Legislativo, tener reuniones de trabajo, de intercambio diverso de información, en el que participemos los diputados, diputadas, senadoras y senadores de ambas cámaras, con los especialistas a discutir, a debatir, a plantear preguntas, dudas, escuchar opiniones, sugerencias, sobre lo que debiera ser una política integral de drogas en nuestro país.
Y cuando quiero recalcarlo inédito en el intercambio de información de valoraciones, de discusión, con quienes tienen distintas visiones desde distintas aristas que el tema involucra.
Quiero subrayarlo en el sentido de que no parezcamos, o que no sea éste un ejercicio fundamentalmente de carácter de organización de foros, en donde va, exponen los especialistas, en la mayoría de las ocasiones los que van a participar en la toma de decisiones legislativas están en la inauguración y se retiran y luego me pasan las conclusiones y ahí después vemos. Y lo que queremos, que sea un verdadero ejercicio de enriquecimiento.
Así lo hemos platicado, así lo hemos considerado para que al final terminemos tocando todos los temas que tienen que ver con salud, con seguridad, con justicia, con derechos humanos, con nuestras relaciones internacionales en la materia.
Y que lo que se ha hecho evidente es que ya no debemos ni podemos posponer la discusión, es que prácticamente desde hace dos legislaturas o tres, contando la que hoy está en curso, se han presentado no menos de 10 iniciativas de diversos ángulos, por distintos grupos parlamentarios y el tema ahí está puesto sobre la mesa.
Y discutirlo con criterio abierto, no sólo con quienes aquí la composición misma lo evidencia, estén o podríamos estar de entrada de acuerdo en eliminar la política del prohibicionismo, el manejo, uso diverso de la marihuana, sino con quienes también –subrayadamente- han manifestado su oposición al tema; escucharnos entre todos.
Tengo aquí a la vista, por ejemplo, al doctor Mondragón y Kalb, que clara, abierta y tajantemente ha dicho que no está de acuerdo con esto, pero también tenemos aquí presentes a quienes tienen una idea y una visión distinta.
De eso se trata precisamente el ejercicio que queremos realizar en los próximos meses y que podamos concluir como lo decía, con una política integral de drogas, que está claro desde nuestro punto de vista que la política prohibicionista y la violencia que se quiso atajar cuando se avanzó de una manera más frontal en el combate al crimen organizado, vinculado con el uso y tráfico de estupefacientes, no ha rendido los frutos que se había pensado desde el principio.
Y entonces tenemos que abordar, desde nuestro punto de vista, desde distintos puntos existentes en la sociedad para ver lo que tiene que ver con la producción, con consumo, con control, con vigilancia y que al mismo tiempo hagamos una contribución a reducir los índices de violencia vinculados con el tráfico de estupefacientes.
Que por cierto no solamente tiene que ver con el tema éste que hoy nos empieza a ocupar ya a partir de la instalación de este Consejo Técnico, sino que tiene que ver también con una revisión integral sobre el combate a la delincuencia organizada.
Entre otro de sus puntos, de sus aristas está todo lo que tiene que ver con el lavado de dinero, que no ha sido tampoco de ninguna manera efectivo y que ya se está discutiendo el tema también, está por concluirse una discusión en el seno del Senado de la República, y que tendríamos que abordarle en poco tiempo nosotros en la Cámara de Diputados.
Pero ya tenemos acordado también este tema, trabajar en una suerte de conferencia para que entonces las conclusiones a las que lleguemos nos alumbren, nos echen luz sobre el conjunto de las decisiones que de manera muy responsable estamos obligados a hacer.
Yo en este mismo sentido cuando se nos propuso que viniéramos aquí, el día de hoy al Senado de la República, una representación de la Cámara de Diputados que va a tener que ver con el tema.
No tuvimos ningún empacho ni ningún celo, que luego también sucede entre ambas cámaras, para decir “vamos al Senado de la República a discutir”. Ya tienen iniciado un trabajo desde la pasada legislatura en la materia, qué bueno. Sumémonos a él y agarremos la parte que nos corresponde.
Sería desde luego, aconsejable que fuéramos alternando las sedes de las reuniones que tengamos hoy aquí, cuando llegue la siguiente estar en San Lázaro; y así alternadamente, para que también quienes luego ven con recelo que podamos asumir o pensar que el Senado nos está marcando la pauta; este es un tema que debe hacer a un lado los celos intercamerales y desde luego, mucho más todavía los celos o los movimientos que eviten una discusión amplia al respecto.
Yo celebro, pues, el que así suceda y agradezco la anfitrionía desde luego, a quienes hoy nos reciben aquí en la sede del Senado de la República; y les reconozco y agradezco a quienes en representación de la Cámara de Diputados estemos hoy aquí: vicepresidentas, vicepresidentes y representantes de las comisiones que tienen que ver con el tema.
Muchas gracias.
SENADOR ROBERTO GIL ZUARTH: Muchas gracias, presidente.
En efecto, este es un ejercicio bicameral y por supuesto que los senadores y los integrantes del Consejo Técnico tendremos la mejor disposición para acudir a la siguiente reunión de manera alternada, a la sede de la Cámara de los Diputados, para seguir con este trabajo conjunto.
Antes de entrar al orden del día que hemos dispuesto para el día de hoy, quisiera informar que las discusiones y los informes, estudios, datos que los integrantes del Consejo Técnico aporten a esta deliberación, serán socializados a través de un sistema electrónico, a través de una página específica; de tal manera que estará cien por ciento disponible para las sociedad en general. Toda la información que se presente, que se comparta y los resultados de nuestras discusiones, estarán perfectamente accesibles para el público en general.
El día de hoy, para abrir nuestra primera sesión, le hemos pedido a tres ponentes que hagan una primera aproximación al problema e inmediatamente después abriremos la mesa para las intervenciones de todas y todos ustedes.
En primer lugar, en consecuencia, le damos el uso de la palabra al doctor Pedro Salazar Ugarte, director del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Nacional.
DOCTOR PEDRO SALAZAR UGARTE: Muchas gracias, senador.
 Muchas gracias por la invitación al Senado de la República, me da mucho gusto además estar aquí con el señor presidente, también, de la Cámara de Diputados, y obviamente con usted, senador Gil.
Senadores, presidente de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, colegas de distintas instituciones académicas, sociales y vinculadas, interesadas con este tema.
Lo primero que quiero decir es que en verdad celebro que este diálogo tenga lugar, y lo celebro por la materia que nos ocupa, por la relevancia del tema que analizaremos en estos días, pero también por el contexto de cooperación interinstitucional que lo decanta.
El hecho de que una resolución de la Suprema Corte de Justicia haya sido, digamos, el punto de partida para esta deliberación ahora en sede legislativa, me parece que es una buena noticia para el país, máxime cuando se nos permite tener una interlocución directa también a quienes representamos distintas instituciones, ya sea de la sociedad civil o de la academia.
Lo segundo que quiero decir es que en la primera parte de mi exposición que, prometo, será muy breve, intentaré ceñirme únicamente a reconstruir los argumentos de la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia, y en ese sentido intentaré no editorializar, y espero poder ser lo más preciso posible únicamente para recordar a todos qué fue lo que dijo la Primera Sala de la Corte.
Y posteriormente, hacia el final, de manera muy puntual me permitiré hacer algunas observaciones de carácter personal y advertiré cuáles son estas.
Lo que nos dijo la Corte básicamente es que la prohibición absoluta establecida en la Ley General de Salud para el consumo de marihuana y las actividades conexas para la misma no superaba un test de proporcionalidad si se colocaban en la balanza judicial, si me permiten decirlo así, por un lado, el daño que en efecto los ministros reconocen que puede causar a la salud el consumo de marihuana, pero por el otro el derecho al libre desarrollo de la personalidad.
Desde el punto de vista de los ministros, una vez que se sometía a un test de proporcionalidad la ponderación de estos dos derechos, se llegó a la conclusión de que las disposiciones de la Ley General de Salud que establecen esta prohibición absoluta no superaban el test de proporcionalidad, y por lo tanto son inconstitucionales.
Dicho esto, para los quejosos que promovieron el amparo, y eso hay que decirlo con mucha claridad, por el momento solamente para las personas que promovieron el amparo se ordenó que se pudieran, digámoslo así, expedir las autorizaciones que les permitan no solamente el consumo de marihuana para fines lúdicos y recreativos sino las actividades conexas al mismo.
Es decir, aquello que tiene que ver con el cultivo, que tiene que ver con el transporte, que tiene que ver con el tratamiento de la marihuana precisamente para poder consumirla con esta finalidad lúdica y recreativa.
Es muy importante advertir que, dado que no lo solicitaron los quejosos, no existe un pronunciamiento de la Corte sobre el tema de la comercialización.
De hecho, el que este aspecto no haya sido planteado en la demanda de amparo, fue lo que motivó que uno de los ministros de la Primera Sala se separaran del voto mayoritario de sus colegas y votaran en contra.
Con un argumento interesante, el ministro Pablo Rebolledo sostuvo que, dado que la comercialización parecía ser lógicamente un eslabón de la cadena necesario para poder llegar al cultivo y no había un pronunciamiento sobre la institucionalidad de la comercialización, entonces no podía pronunciarse sobre el resto de los actos.
Y sí es importante advertir eso, porque la comercialización es un aspecto que está relacionado con otra serie de factores y problemas y no hay un pronunciamiento jurisdiccional sobre la misma.
La segunda cuestión que quiero advertir, queda muy claro en el foro pero creo que no está de más decirla, es que el pronunciamiento de la Corte es exclusivamente sobre la marihuana. No es un pronunciamiento que pueda hacerse extensivo y que podamos nosotros, digamos, inferir de ahí sus efectos legales para el consumo de otro tipo de drogas.
No hay un pronunciamiento en ese sentido, y sí es relevante porque lo que aunque lo que se realizó es un juicio de ponderación en el cual se consideró el daño específico que podía causar el consumo de marihuana a la persona que lo consumiera, entonces no podemos nosotros inferir que este razonamiento puede trasladarse a otro tipo de drogas que requerirían, en su caso, un juicio de ponderación específico.
Dicho esto, permítanme subrayar algunos aspectos relevantes:
Uno. El derecho que coloca la Primera Sala de la Suprema Corte en el centro de la ecuación: el derecho del libre desarrollo de la personalidad.
En primer lugar, no es un derecho contenido de manera expresa textual en la Constitución; es un derecho inferido jurisdiccionalmente por parte de la Suprema Corte de Justicia, como han hecho otros tribunales constitucionales en el mundo y es un derecho que, si me permiten decirlo así, es una suerte de derecho de libertad residual.

Es decir, todas aquellas libertades que no se encuentran expresamente contenidas en la Constitución, como podría ser la libertad de expresión, la libertad de reunión, la libertad de tránsito, caben en este derecho residual que se construye a través de una interpretación jurisdiccional.
Este derecho está íntimamente vinculado con el principio de autonomía de las personas. Lo que potencia este derecho es la capacidad de las personas para tomar las decisiones que conciernen a su vida y asumir las consecuencias de esas decisiones.
Es decir, es un derecho que coloca en el centro de la ecuación nuestra capacidad para libremente decidir el plan de vida que queremos llevar a cabo e intentar materializarlo asumiendo las responsabilidades que ello conlleva. Es el, digamos, como el núcleo del derecho.
La Suprema Corte este mismo derecho ya lo había utilizado para declarar inconstitucionales, por ejemplo, las causales en materia de divorcio. Había sostenido siguiendo la lógica del potencial de este derecho que no se justificaban causales, la necesidad de demostrar, de acreditar causales para poder eventualmente materializar un divorcio.
También se había utilizado para cuestiones de identidad de género, exactamente el mismo derecho.
Es decir, lo que quiero subrayar es que es un derecho con potencial muy grande que trasciende el tema específico que ocupa nuestra atención el día de hoy y que creo que es un derecho que puede impactar en otras esferas de la vida social de manera relevante.
Segunda cuestión que quiero advertir desde el punto de vista jurídico: creo que es muy relevante subrayar que la Corte realice este ejercicio de proporcionalidad.
Es decir, la Corte, vuelvo a decirlo, ya lo había dicho al inicio, sí coloca sobre la balanza los distintos aspectos vinculados con el consumo de la marihuana y lo que va realizando es un test de proporcionalidad, para ver si las medidas en este caso de prohibición absoluta son idóneas, son necesarias y son proporcionales para el fin que se persigue con las mismas.
Y a la conclusión a la que llegan es que sobre todo por lo que hace al principio de necesidad y de proporcionalidad, desde el punto de vista de los ministros, la prohibición absoluta no resiste el test de constitucionalidad. Eso es lo que sostiene.
Siguiente cuestión: se trata, y esto se ha dicho mucho y creo que es preciso y hay que subrayarlo, de una decisión que en principio atañe exclusivamente la materia administrativa, en principio: las disposiciones de la Ley General de Salud, lo sabemos todos, son materia administrativa y en principio la decisión de la Corte únicamente versa sobre las mismas; la declaratoria de inconstitucionalidad se reduce a ese ámbito.

Pero en realidad potencialmente –debo ser muy cauto— tiene un efecto también en materia penal. ¿Por qué? Porque en este tema la materia penal descansa sobre la materia administrativa y entonces si al menos para las personas que tienen el amparo se otorga la autorización que solicitan para el consumo de marihuana y actividades conexas, entonces ya no existe, para estas personas por el momento, la base legal, ya no habría la violación a la materia administrativa sobre la cual se materializaría la comisión del delito.
Y entonces creo que es un tema que vale la pena tomarlo en cuenta porque, vuelvo a decirlo, la configuración del delito y este caso descansa sobre la dimensión administrativa.
Cuarta cuestión que a mí me parece muy relevante.
Se ha dicho mucho en la prensa, es cierto, pero también en el estupendo la vedad quiero decir, acuerdo que nos presentan de la Cámara de Senadores queda muy claro que sí es cierto que es una sentencia con efectos relativos a los quejosos.
Pero su potencial, y lo han dicho los propios ministros de la Corte, pues es un potencial muy grande, no sólo porque es previsible que existan otra serie de decisiones jurisdiccionales en la misma dirección, eventualmente si la misma Sala, y eso es importante, emitiera cuatro sentencias en el mismo sentido, pues bueno, se configuraría jurisprudencia. En fin.
Pero si no porque tiene, digámoslo así, la fuerza que provoca el encuentro que tenemos el día de hoy.
Y aquí ya no hablo de la sentencia de la Corte. En los próximos 3 minutos haré algunas reflexiones de carácter personas.
Hasta aquí llega, digamos, la decisión de la Corte.
Reflexión personal es la siguiente:
Me parece, y por eso vuelvo a celebrar este Foro, que una vez que la Primera Sala de la Corte decidió lo que decidió, lo que corresponde es que este tema sí sea trasladado a la sede legislativa y sea desde acá, desde donde se dicten las normas que construyan una política pública que debe de ser desde mi punto de vista y como lo han dicho otros colegas, entre ellos Sergio López Ayllón, Alejandro Madrazo, que están aquí presentes, una política pública general en materia de salud sobre el tema.
Y creo que esa política pública no puede construirse a fuerza de sentencias. Es decir, tiene una enorme relevancia lo que hacen los jueces, faltaba más, creo que estamos viendo en este caso el impacto potencial de las sentencias jurisdiccionales.
Pero sin duda el diseño de una política integral en materia general de salud, compete a los órganos representativos, compete al Poder Legislativo y eventualmente si se tratara de reformas constitucionales, pues obviamente al Poder de Reforma Constitucional.
La segunda cuestión tiene que ver con esta política general de salud.
Creo que debe ser una política en la que se integren y se ponderen todos los derechos que están implicados.
Es decir, sin duda; sin duda el derecho de protección a la salud, pero sin duda también porque la Corte nos pide que lo hagamos, y creo que tiene sentido, también este derecho del libre desarrollo de la personalidad, vinculado, ya decía yo, a las libertades y a la autonomía de las personas.
Esto supone –y aquí soy cauto porque no soy experto en la materia- pero integrar de manera muy consistente acciones preventivas, acciones informativas y por supuesto acciones terapéuticas.
Es decir, no puede ser una política parcial, tiene que ser una verdadera política integral que se haga cargo de todas las dimensiones relacionadas con el consumo de la marihuana y actividades conexas.
Siguiente cuestión, lo decían tanto el senador como el diputado, y no puedo dejar de subrayarlo:
Creo que es muy importante lo que nos pide la Corte y que es mirar este problema haciendo énfasis en la agenda de derechos.
Es decir, sí hay un cambio de visión en la manera en que la Corte nos pide ver el problema. No que no haya una dimensión relevante vinculada con el tema de la seguridad. Sin duda la hay.
Pero lo que la Corte nos pide es que coloquemos en el eje de la ecuación la perspectiva de los derechos y que sea esta perspectiva la que oriente y guíe el diseño de esta Política General de Salud.
Sí es relevante decirlo porque en los énfasis van implícitas muchas decisiones.
Es decir, al día de hoy la lógica del prohibicionismo, que tiene como núcleo medular la lógica de la seguridad, no desconoce la importancia de los derechos, pero no los coloca en el centro de la ecuación.
Y lo que la Corte hace en esta sentencia es colocar a los derechos en el centro de la ecuación, lo que no supone ignorar que en este tema también nos tenemos que hacer cargo de problemas, por ejemplo, vinculados con la seguridad.
Pero cuál es el eje central si te predetermina cuál es, digámoslo así, el destino del diseño de la política pública que vas a llevar a cabo.
Y creo que esta es una oportunidad para mirar este tema con toda la seriedad que merece, pero dándonos cuenta que también lleva implícita una agenda de derechos humanos muy importante y que creo que porque además es el mandato que nos hace el Artículo Primero de la Constitución, debe ser éste y no otro el énfasis que guíe la labor legislativa.
Sin más, agradeciendo de nuevo esta oportunidad.
Muchas gracias.
SENADOR ROBERTO GIL ZUARTH: Gracias doctor Salazar.
Para tocar los aspectos de salud personal y salud pública tenemos dos intervenciones más:
La primera, a cargo de la doctora María Elena Medina Mora, Directora del Instituto Nacional de Psiquiatría, y posteriormente el doctor David Kershenobich, Director del Instituto de Ciencias Médicas y Nutrición “Salvador Zubirán”.
Adelante, doctora María Elena Medina-Mora, por favor.
DOCTORA MARÍA ELENA MEDINA-MORA ICAZA: Muchísimas gracias por la invitación y le agradezco también su magnífica introducción, que me parece muy ponderada y que incluye todos los aspectos y, desde luego, la participación de Pedro Salazar, porque nos pone en eje de lo que tendríamos que estar discutiendo.
Y me parece que todas las políticas tienen sus efectos positivos y sus efectos negativos. Hay costos en todas las políticas y que lo que nos toca evaluar es cuáles son los costos, no para desecharlos sino para atenderlos y poder tomar decisiones adecuadas.
Desde la perspectiva de salud, me parece que nuestra obligación es desde luego defender los derechos de las personas que son vulnerables y que están en situación de vulnerabilidad. Y estas personas en situación de vulnerabilidad son los niños, incluyendo el niño cuando está en formación, es decir, la exposición de la pasiva, del humo de marihuana, potencial daño al bebé, que se tendría que proteger; si bien los resultados de las investigaciones no se han entendido totalmente, porque hay muchos factores que entran en juego, sí hay evidencia suficiente que nos implicaría prevenir, pues, como se previene y se protege en el caso de la exposición al tabaco.
El siguiente aspecto es esta vulnerabilidad importante que tienen los adolescentes. En las encuestas de población, vemos claramente cómo tienen un menor desempeño escolar y tienen más índice de reprobación escolar cuando el consumo es muy alto. Desde luego siempre estamos pensando en personas, es una interacción de la droga, del individuo y del medio ambiente; es muy difícil evaluar la sustancia, tenemos que pensar, creo, en esta perspectiva global.
Y lo que vemos es que la droga afecta estas áreas del cerebro que están asociadas con la memoria reciente, con la atención, con la concentración y que eso hace que bajo sus efectos se tenga daño o disminución de las capacidades para realizar las tareas que un éxito escolar implica. Entonces, tenemos que proteger, me parece, esto.
Creo que nuestros estudiantes están ya muy afectados o con mucha situaciones de vulnerabilidad, derivadas de la pobreza, derivadas de condiciones no muy propicias en su medio ambiente y tendríamos que proteger este efecto.
El siguiente problema es que sí se ha visto una tendencia de incremento del riesgo de desarrollar dependencia, cuando el inicio se desarrolla en etapas tempranas. En las encuestas vemos que más o menos, el índice internacional estima el 10 por ciento de la población que consume marihuana desarrolla dependencia; este porcentaje a nosotros, las encuestas mexicanas es un poco menor, pero podríamos pensar en este término nacional-internacional.
Pero cuando el inicio se da en la adolescencia, el índice de dependencia es mayor y sí hay un síndrome de abstinencia asociado con dejar de consumir.
Si bien se puede comparar con otras drogas, hay drogas que tienen mayor índice de riesgo de dependencia y mayor índice de gravedad en el síndrome de abstinencia, es un efecto que observamos y también vemos cómo en México y en otros lugares del mundo, cuando incrementa el consumo incrementa la demanda, tratamiento específicamente por marihuana.
Y cuando se inicia en la adolescencia, se va a hacer como 16 por ciento, sube entre .5 y 1.0 por ciento más; y esto me parece que tendríamos también que tomarlo en cuenta.
Tenemos otras poblaciones vulnerables, como son los enfermos mentales, que también forman parte de su derecho de la protección social a la salud, que los tenemos que proteger; y desde luego las personas que ya tienen alguna vulnerabilidad.
Entre ellas sería, por ejemplo, el riesgo de psicosis, esto lo vemos durante la adolescencia y hasta los 23 años, en donde sí hay un aumento de riesgo de psicosis y de esquizofrenia.
Estamos hablando de una proporción pequeña en la población, la psicosis más o menos afecta al 1 por ciento de la población, pero desde luego, se concentran en las instituciones que los atendemos, entonces para mí este es un elemento también muy importante.
De tal manera que sí tendríamos que evaluar estos costos y atenderlos como se debe.
Me parece que el hecho de que no se piense en la comercialización, da tiempo para poder evaluar las implicaciones.
Un libre comercio me parece que es muy peligroso y me parece que es peligroso porque tenemos las lecciones aprendidas de la regulación del tabaco y el alcohol. El tabaco sigue causando muchas muertes prevenibles y el alcohol sigue siendo el principal factor de riesgo de enfermedad y de muerte prematura en adolescentes y en jóvenes.
Me parece que tendríamos que estar atentos a estos riesgos y poder regular de tal manera que nos permita proteger a todas estas poblaciones vulnerables.
Hay otros efectos para la salud, que son: enfermedades respiratorias, enfermedades cardiovasculares, especialmente en poblaciones que están afectadas, que también tendríamos que considerar, como bien lo dijo usted senador, en el sentido del costo para la salud, porque al final es el libre derecho de consumir pero también el costo de la atención.
Y me parece que ponderar los beneficios y los riesgos nos permitirá llegar a una situación mejor para nuestro país. Muchas gracias.
SENADOR ROBERTO GIL ZUARTH: Gracias, doctora Medina-Mora.
Doctor Kershenobich, por favor.
DOCTOR DAVID KERSHENOBICH STALNIKOWITZ: Buenos días.
Yo también quiero agradecer la invitación y celebro la oportunidad de estar escuchando este foro.
Yo coincido también en los aspectos jurídicos, el aspecto de vulnerabilidad, y creo que un tercer componente muy importante tiene que venir desde el enfoque de la salud.
Y creo que dentro de los avances muy importantes que están ocurriendo en este siglo, uno de ellos tiene que ver precisamente con los cannabinoides, o sea, con la marihuana.
Los avances han sido muy importantes y nos han permitido, por una parte, conocer que tiene efectos benéficos, y por otro que tiene riesgos, y creo que hay que ponderar ambos aspectos desde el punto de vista de la salud en lo que tiene que ver con riesgos la posible eficacia clínica.
También creo que al ponderar estos aspectos, es muy importante que tengan evidencia científica y no nada más el feeling, el sentido subjetivo, y tenemos que apoyarnos mucho en la evidencia científica enfocada desde el punto de vista de la salud para entonces poder tocar aspectos jurídicos.
En los cannabinoides, la parte que se ha avanzado muchísimo es el entender que a nivel del cerebro hay dos tipos de receptores sobre los cuales puede actuar. Unos que se conocen como receptores uno, y otros que se conocen como receptores dos.
Y ahí hay una diferencia muy importante, porque los receptores uno son los que tienen que ver con la memoria, con los aspectos cognitivos, con los aspectos que tienen que ver con ansiedad, con depresión.
Y, en cambio, los receptores dos tienen que ver con una respuesta inmune, y en esa respuesta inmune vienen muchos de los efectos que se pudieran aducir como efectos medicamentosos que pueden tener los cannabinoides.
De tal manera que las manifestaciones médicas adversas, algunas las decía María Elena, tienen que ver por ejemplo con aspectos cardiovasculares, arteritis, posibilidades de infarto agudo del miocardio.
Los cannabinoides tienen un efecto vasoconstrictor que hace que puede haber tos crónica a los efectos y al inhalar el humo de la marihuana se pueden inhalar algunas sustancias muy parecidas a lo que tienen el tabaco, y eso puede resultar en enfermedad pulmonar obstructiva crónica.
Otros de los efectos secundarios que puede tener es que, así como produce euforia, produce una mayor ansiedad entre los consumidores crónicos, de tal manera que la ansiedad, y en estas épocas de salud mental, se vuelve un problema importante el considerar el impacto que pueda tener precisamente sobre la ansiedad, incluso más que la depresión, porque parten a partir del hecho de que produce euforia, que es uno de los efectos que tiene el uso de los cannabinoides.
Y algo muy importante en lo que la doctora Medina Mora mencionaba hace unos momentos, tiene que ver con la susceptibilidad individual. En el campo médico actual ya hay marcadores genéticos que pueden identificar una mayor susceptibilidad de algún tipo de población.
O sea, hay variaciones étnicas, hay variaciones genéticas que pueden tener que ver en el aspecto de susceptibilidad individual y que también se debería de considerar sobre todo en lo que tiene que ver con esas poblaciones que dice la doctora Medina Mora, que sabemos que son más riesgoso su consumo, como pueden ser los niños o pueden ser los adolescentes.
En relación a los efectos benéficos, se han descrito muchos, se han descrito que puede tener efectos sobre autismo, que puede tener efectos sobre epilepsia; quizá uno de los más comunes es el efecto antiemético para los enfermos que reciben quimioterapia.
Todo esto, sin embargo, hay que interpretarlo con mucho cuidado, porque casi siempre son casos anecdóticos que no soportan una evaluación científica mu a fondo.
Entonces, sí se debería recabar la bibliografía que, sustentados estos efectos benéficos que pueden tener antes de pasar al aspecto puramente jurídico de aprobar para algunos los aspectos benéficos en algunas poblaciones en especial.
Yo creo que es muy importante una reunión de este tipo, celebro que esté ocurriendo y espero que los expertos apoyen distintas evidencias que permitan conjuntar el aspecto jurídico, la vulnerabilidad del aspecto de salud.
Muchas gracias.
SENADOR ROBERTO GIL ZUARTH: Gracias doctor Kershenobich.
Vamos a abrir la mesa a diálogo, los iré escribiendo en el estricto orden en el que me soliciten la palabra. Evidentemente podrán hacer cualquier tipo de intervención, formular preguntas unos hacia otros, o hacer algún comentario general.
Tengo en primer lugar al senador Luis Humberto Fernández Fuentes. Antes, me pide el diputado Jesús Zambrano, lo disculpemos, tiene que atender un compromiso institucional. Le agradecemos su presencia y de nueva cuenta bienvenido al Senado.
Adelante senador Fernández Fuentes.
SENADOR LUIS HUMBERTO FERNÁNDEZ FUENTES: Primero que nada agradecer el tiempo y la disposición y la idea de las presidencias de las mesas directivas, porque esto que parecería como muy lógico y muy obvio tener un diálogo de esta naturaleza, es fundamental porque, uno, no se había hecho y es lo que hace falta para hacer realidad un cambio legislativo que resuelva el tema de fondo.
Y no es tan obvio, porque la verdad es que enfrentamos unos dilemas bien interesantes en el caso del Senado y estoy seguro que también en diputados, que es cómo hacer un debate ordenado, un debate coherente, con pasión, con objetividad y cómo hacerlo sin que parezca un cliché y la verdad es que como hemos visto, es un tema que tiene muchísimas aristas y lo peor que puede hacerse es hacer un debate político.
La función de la política y la función del Legislativo pues es tender los cauces para que se logre un equilibrio entre diversas áreas del conocimiento; la justicia no puede ir contra la salud y la salud no puede ir contra el interés del Estado.
Entonces, este es un equilibrio de muchas áreas del conocimiento, que sólo en este diálogo podremos avanzar.
La verdad es que los veo muy contentos y les acabamos de bajar el sueldo, porque van a tener más chamba por el mismo sueldo, entonces, no estaría tan contento porque estoy seguro que le van a echar mucho tiempo y mucho trabajo a esto.

Nada más una súplica que creo que sería importante el tema y es que desde mi punto de vista el tema de fondo no es sólo si se legaliza o no; creo que eso, como parte aislada, es medianamente intranscendente.
El tema es si creamos un mercado o no como algo aislado, es algo también que puede ser muy peligroso. Hay evidencias de los dos lados, Gaviria nos comentaba unas muy interesantes hace unos días que estuvo en México, comparando los casos de Suecia y de Noruega.
Pero creo que el tema de fondo es cómo fortalecemos un estado vulnerado; cómo fortalecemos un estado que su potencia está muy limitada y uno de los principales lastres, además de la corrupción, es precisamente su incapacidad de enfrentar el tema de las adicciones.
Entonces ojala en la Mesa podrían revisar cuáles son las alternativas no sólo que más convienen a la salud, o no sólo que más convienen a la justicia, sino cuál sería la alternativa que le dé más potencia, más credibilidad y mayores posibilidades a las instituciones.
Es cuanto señor Presidente.
SENADOR ROBERTO GIL ZUARTH: Gracias senador Fernández.
Doctor Sergio López Ayllón, por favor.
DOCTOR SERGIO LÓPEZ AYLLÓN: Gracias Presidente.
Y muchas gracias por la invitación a formar parte de este Comité Técnico.
Yo brevemente le diré que el debate me parece está planteado sobre tres coordenadas, quizá cuatro.
Ya Pedro Salazar decía: una es la visión que impone la Corte en Derechos Humanos.
Yo simplemente añadiría, congruente con el principio de integralidad, tenemos que considerar todos los derechos involucrados en un tema de esta naturaleza, es decir, no sólo en el libre desarrollo de la personalidad sino el derecho a la salud, el derecho a la protección de menores, el derecho a la seguridad, en fin.
Es un conjunto de derechos los que tienen que estar interactuando para poder orientar el debate, que quizá aquí conviene en el temario es esta perspectiva de derechos para poder darle un mejor encuadre al debate.
Segundo, que me parece aquí ya es una cuestión personal, tiene que ver con un problema de política pública de salud, y otra vez en una política pública se pueden integrar todos los elementos de riesgo, eventualmente de beneficio y todas las etapas de una política:
Debates de la previsión, educación, el tratamiento, y esto nos permitiría tener entonces una visión completa y un elemento central de una política tiene que ver con el riesgo, cómo definimos el riesgo, cuáles son las poblaciones más vulnerables y cómo marcamos entonces estos elementos.
Y esto me lleva, el tercer elemento que tiene que ver con el modelo de regulación.
Si hoy tomamos la experiencia internacional y vemos que se han desarrollado varios modelos de regulación alternativos, donde ya vamos controlando prohibir, ya no es la única alternativa y hay un conjunto de alternativas que buscan justamente reducir riesgos asimétricos y que consideran los costos asociados a los modelos de prohibición absoluta que generan efectos perversos en otras dimensiones, particularmente en poblaciones vulnerables que son sujetas de procesos penales sino vienen una serie de secuelas, es decir, también es una población de riesgo donde se encuentra.
Quizás nos lleve, va a ser un debate largo, cuidadoso pero en este ánimo de encontrar coincidencias, de aportar evidencia, de discutir alternativas me parece y estoy convencido que podemos llegar a un acuerdo que considerando todos estos elementos y que aunque quizá no sea perfecto, nos permita tener un modelo de regulación.
Pienso no sólo en la cannabis o en la marihuana. Pienso que hay otros temas relevantes en materia de salud que nos deberían estar preocupando y tienen que ver con consumo de azúcar, con tabaco, con alcohol. En fin.
Si podemos ver esta política mucho más amplia podremos dar un paso muy importante para, sin menoscabo, el derecho de libre personalidad, establecer los parámetros en que éste se puede ejercer para reducir los riesgos de todos aquellos que se encuentran en situación de vulnerabilidad.
Muchas gracias.
SENADOR ROBERTO GIL ZUARTH: Muchas gracias doctor López Ayllón.
Senador Marco Antonio Blásquez Salinas, por favor.
SENADOR MARCO ANTONNIO BLÁSQUEZ SALINAS: Muchas gracias señor Presidente.
La verdad estoy muy sorprendido de que las principales autoridades, los grandes conocedores, que lo son en la materia como don Pedro y María Elena, como don David y el propio doctor Manuel Mondragón y Kalb, muestran su oposición al consumo.
Nosotros estamos discutiendo en el Foro Nacional, estamos en un debate sobre una situación que de antemano sabemos afecta a la sociedad, afecta a las personas y se menciona el derecho a la personalidad, a la personalización. Yo pienso que esto sería el derecho a la despersonalización.
Creo que estamos librando una batalla contra ciertos elementos que afectan la salud, como es el caso del cigarro. No sabemos dónde meter a los fumadores, realmente; salimos de los aeropuertos: están fumando; caminamos por la acera, están fumando; vamos con niños de 3, 4, 5 años, no les interesa, ellos fuman; ¿por qué?
Porque son adictos. Entonces, me parece que la discusión del tema como le quieran llamar: de la despenalización, del libre derecho a la personalidad, es un asunto bam.
He mencionado en algunas ocasiones, lo que aquí escucho ratificado por la boca de expertos, que la marihuana tiene efectos sicotrópicos, es una droga; no sé de dónde surge ahora el culto a la marihuana desde el punto de vista clínico, médico; cuando todos sabemos que es una droga, afecta la psiquis de la gente, afecta sus decisiones, afecta su desarrollo; y cuando se transmite esta situación al fumador pasivo, potencializa aún más los efectos que el propio cigarro.
Yo no veo de dónde sale ahora la confianza de que los señores que fuman marihuana van a seguir al pie de la letra un manual que les vamos a imponer, para que no fumen por lo menos a 100 metros del fumador pasivo potencial o para que no fumen marihuana dentro de sus casas. Y ya los veo a pie juntillas, combinado con algún otro elemento, siguiendo al pie de la letra un manual que les imponga el uso del buen marihuano. Y lo digo con mucha insatisfacción, que no sé si los que están a favor, a los cuales respeto, estarían en disposición de aceptar un debate con sus hijos, de entre 16 y 20 años, sobre el libre derecho que ellos tendrían a consumir marihuana e inclusive a producirla dentro de sus casas.
Cuando ustedes procesen lo que yo les digo y me contesten, entonces también nos daremos cuenta si nosotros, cuando estamos persiguiendo a los cárteles de la droga, cuando va de por medio la vida de miles de mexicanos inocentes, víctimas colaterales, policías; vamos a estar tomando el papel de despenalizar el uso de la marihuana para darles todavía ciudadanos con mayor vulnerabilidad a los traficantes de la droga.
El argumento de que si les quitamos a los cárteles, si les despenalizamos la actividad y permitimos que socialmente, lúdicamente –ridículo el término–, lúdicamente es ridículo, es absurdo, no puedo concebir que una Corte pueda aceptar ese término aplicado a la resolución que dio.
Entonces, si les hacemos ese trabajo, estamos renunciando, el Estado estaría renunciando a ese derecho, a esa tarea criticada, alabada, como sea, pero que se ha sostenido; porque entonces bajo esa lógica vamos a despenalizar las anfetaminas, las metanfetaminas, que también tienen un uso de carácter terapéutico, las efedrinas, las pseudoefedrinas; y vamos todos a nuestra cada a gusto a fumar el porro, a pasarnos la dosis.
La verdad creo que es un asunto en donde tenemos que ser muy serios, porque se define el futuro de nuestras generaciones.
He comentado en algunos foros que si les van a quitar a los cárteles, como se dice, del negocio, entonces también me gustaría saber si esto se va a despenalizar, y como es imposible la autoproducción; si el Estado va a concesionar la producción de la marihuana para usos marihuanoides; entonces que nos digan a quiénes les van a concesionar los cultivos legales.
A quiénes les van a concesionar el procesamiento, el transporte, la venta final y cuál va a ser el impacto de carácter fiscal que ese producto va a tener, cuando el consumidor final lo obtenga.
Cuando me expliquen ese proceso y me den el Know-how del negocio, entonces estaré dispuesto a entrar en un debate serio sobre esta materia.
En tanto creo que es un debate de “fúmale compita”.
Muchas gracias.
SENADOR ROBERTO GIL ZUARTH: Licenciado Mario Melgar de la Universidad Nacional Autónoma de México.
LICENCIADO MARIO MELGAR: Muchas gracias, presidente. Expresarles a ustedes el interés y el beneplácito de la Universidad Nacional Autónoma de México, así me lo ha comentado el doctor Enrique Graue que lo expresara a ustedes.
Y decirles también que la Universidad ha venido trabajando y debatiendo este tema desde hace muchos años y que algunos de sus institutos, tanto de ciencias como de humanidades, se han ocupado con interés de este asunto.
La universidad lo hace porque entre sus fines está atender los problemas nacionales, pero a mí me parece, esta es una opinión personal, que lo hace porque, y lo debe hacer también porque finalmente es la casa de más de 300 mil jóvenes mexicanos.
Y bueno, ya nos ha alertado inicialmente la doctora Medina-Mora del riesgo que puede haber para jóvenes y adolescentes en el consumo.
Me parece también que es importante que ustedes conozcan un producto último generado por la Universidad Nacional Autónoma de México y la Academia Nacional de Medicina, que derivó de un seminario de poco más de dos años en que se analizó el tema “marihuana y salud”, y que dio como consecuencia un informe inicial que se convirtió después en un libro, que aparece justamente cuando el Senado de la República, y después de la resolución de la Primera Sala de la Suprema Corte, aparece al público en un libro editado por el Fondo de Cultura Económica, la UNAM y la Academia.
Me parece que este libro “Marihuana y salud” responde, desde el punto de vista mexicano, a lo que el doctor Kershebobich ya nos decía de que hay que ir hacia la ciencia, hay que ir hacia la bibliografía, y me parece que es una aportación importante hecha por estudiosos mexicanos al tema, y que está justamente en este momento circulando en librerías.
Creo que podría ser una buena ayuda para los trabajos que vamos a emprender.
Efectivamente tengo entendido que está a punto de agotarse. Ya en Fondo anunció que vendrá una segunda edición. El libro ha tenido mucho éxito.
Y ahí encontraremos que hay cerca de una relación de 800 libros publicados sobre la materia, entonces me parece que puede ser eso y las reflexiones y las concusiones a las que se arriba en distintos capítulos sobre aspectos médicos, pedagógicos, sociales, incluso un capítulo sobre temas legales que puede ser de particular importancia.
Por otra parte, reitero el beneplácito y la gratitud por estar en este Consejo Técnico.
SENADOR ROBERTO GIL ZUARTH: Gracias a usted, licenciado Melgar.
Senadora Angélica de la Peña.

****** (SIGUE SEGUNDA PARTE) ******

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