Versión estenográfica de la reunión de trabajo de la Comisión de Desarrollo Social del Senado de la República con el titular de la Secretaría de Desarrollo Social, José Antonio Meade Kuribreña. (Primera parte)

SENADOR JESÚS CASILLAS ROMERO: Buenos días a todas y a todos.

Nos hemos puesto de acuerdo, a pesar de nuestras ideologías, de sacar adelante al país. En esta Comisión se conforma con personas de gran experiencia, empezando por la presidenta, quien ha tenido la capacidad de conducir los trabajos de esta Comisión de manera extraordinaria.
Ella, además usted ya los conoce, ella fue alcaldesa de la capital de Tlaxcala, dos veces diputada, coordinadora del grupo parlamentario de su grupo parlamentario en Tlaxcala, presidenta del DIF, lo que la hace una gran conocedora del tema.
Desde luego reconocer la experiencia de nuestro compañero senador, Ernesto Cordero, quien fue secretario de Hacienda y también titular de esta Secretaría de Desarrollo Social.
De nuestra compañera Sarahí Ríos de la Mora, ella fue diputada local y presidenta del Congreso del estado de Colima.
De nuestra compañera Blanca Alcalá Ruiz, ella fue presidenta municipal de Puebla, subsecretaria de Desarrollo Regional de la CEDESO del gobierno del estado y diputada local. Trabajó muy comprometida.
De nuestro compañero senador Luis Fernando Salazar Fernández, él fue delegado de SEDESOL en el estado de Coahuila y diputado local.
De nuestra compañera Martha Elena García Gómez, que fue presidenta del DIF estatal en Nayarit y también diputada federal.
De nuestro compañero Rabindranath Salazar Solorio, que fue presidente municipal de Jiutepec, Morelos y diputado local; coordinador de su grupo parlamentario.
De nuestra compañera senadora Luz María Beristain. Ella fue diputada local, presidenta de la Comisión de Derechos Humanos del Congreso del estado.
Y de nuestra compañera Silvia Guadalupe Garza Galván, que fue delegada de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente y diputada local.
Es decir, una gran experiencia.
Ah, y también nos acompaña el diputado federal, el diputado Guerrero, presidente de la Comisión de Desarrollo Social. Bienvenido.
Y a todos ustedes decir, hemos conformado un gran equipo, pero todos con la misma visión: sacar adelante al país, buscar trabajar para generar mejores condiciones de vida de todos los mexicanos.
Dicho lo anterior, no me resta más que comunicar a la presidenta que existe quórum para sesionar, señora presidenta.
SENADORA LORENA CUÉLLAR CISNEROS: Muchas gracias, señor secretario.
Y quisiera darle la bienvenida sobre todo al diputado Javier García Guerrero, presidente de la Comisión de Desarrollo Social en la Cámara de Diputados. Sea usted bienvenido.
Y quisiera pedirle al señor secretario dé lectura a la propuesta del orden del día.
SENADOR JESÚS CASILLAS ROMERO: Como lo indica, presidenta, propuesta del orden del día:
Registro de asistencia y verificación del quórum.
Lectura y en su caso, aprobación del orden del día.
Lectura y en su caso, aprobación del acuerdo de trabajo para la reunión.
Bienvenida y presentación por parte de la presidencia.
Intervención del doctor José Antonio Meade Kuribreña, secretario de Desarrollo Social.
Sesión de preguntas y respuestas.
Intervención final del doctor José Antonio Meade Kuribreña, secretario de Desarrollo Social.
Finalización de la reunión por parte de la Comisión de Desarrollo Social.
Es cuanto, presidenta.
SENADORA LORENA CUÉLLAR CISNEROS: Quisiera dar la bienvenida también al senador Ismael Hernández, al senador Miguel Romo y al senador Ernesto Gándara. Muchas gracias.
Le pido al senador secretario Jesús Casillas, consulte en votación económica si es de aprobarse el orden del día.
SENADOR JESÚS CASILLAS ROMERO: Consulto a mis compañeras y compañeros senadores, si es de aprobarse el orden del día.
Quienes estén por la afirmativa, sírvanse manifestarlo levantando la mano.
Quienes estén por la negativa.
Abstenciones.
Unanimidad, presidenta.
SENADORA LORENA CUÉLLAR CISNEROS: Muchas gracias, señor secretario.
Para dar inicio al desahogo del orden del día, quiero comentarles que el acuerdo de trabajo para el desahogo de la presente reunión, les fue entregado con antelación, incluso la versión que se está poniendo a consideración ya incorpora algunas aportaciones que nos hicieron llegar desde sus oficinas.
Por lo anterior, para agilizar los trabajos de esta reunión, quiero pedir al senador secretario, Jesús Casillas, consulte en votación económica si podemos omitir su lectura y pasar inmediatamente a su votación.
SENADOR JESÚS CASILLAS ROMERO: Con gusto, senadora presienta.
Consulto en votación económica si es de omitirse la lectura del acuerdo por el que se establece el procedimiento para el desahogo de la reunión con el Secretario de Desarrollo Social, José Antonio Meade Kuribreña.
Quienes estén por la afirmativa, sírvanse levantar la mano.
Quienes estén por la negativa.
Abstenciones.
Se aprueba, señora presidenta.
SENADORA LORENA CUELLAR CISNEROS: Proceda entonces, senador secretario, consultar en votación económica si es de aprobarse el citado acuerdo.
SENADOR JESÚS CASILLAS ROMERO: Consulto en votación económica si es de aprobarse el acuerdo por el que se establece el procedimiento para el desahogo de la reunión con el Secretario de Desarrollo Social.
Quienes estén por la afirmativa, sírvanse manifestarlo levantando la mano.
Quiénes estén por la negativa, sírvanse manifestarlo levantando la mano.
¿Abstenciones?
Se aprueba, señora presidenta.
SENADORA LORENA CUELLAR CISNEROS: Una vez resuelta la dinámica de trabajo, quiero reiterar la bienvenida y agradecer la disposición para acompañarnos en esta reunión de trabajo al señor Secretario Meade, a quien sin mayor preámbulo quiero ceder el uso de la palabra; no sin antes agradecer la presencia del senador Jorge Aréchiga, muchas gracias.
Tiene el señor Secretario la palabra hasta por 15 minutos.
SECRETARIO JOSÉ ANTONIO MEADE KURIBREÑA: Muchas gracias, muy buenos días.
Muchas gracias por la posibilidad de desahogar esta reunión de trabajo con la Comisión.
Muchas gracias a su presidenta, Lorena Cuellar; a su secretario Jesús Casillas; a Luis Fernando Salazar; Blanca Alcalá; senador Cordero; senadora Itzel Ríos; senador Gándara; senador Romo; senador Hernández Deras; senador Aréchiga; Rabindranath; Luz María Beristain y a todos; bueno, Javier Guerrero, que desde diputados nos hace favor de acompañarnos; a la senadora Martha.
Si me permiten, haré un breve recuento que sirva para dar marco al diálogo que habremos de tener de exactamente dónde estamos en materia de pobreza.
Recordar, aunque ustedes lo conocen bien porque es un tema en el que han sido ejecutores, en donde han diseñado política pública, en donde se han venido aplicando en diferentes cargos qué es lo que estamos viendo en materia de pobreza, cuál es la última medición que tenemos, cuál es la evolución de esos indicadores y qué sentimos y hacia dónde estamos queriendo trabajar hacia adelante.
El reto de la pobreza empieza por su medición, no resulta obvio el cómo definir pobreza.
Y hacerlo es importante, no sólo porque nos permitirá medirlo, porque nos permitirá evaluar la política pública alrededor de ella y nos permitirá además identificar cuáles son las variables sobre las cuales debemos de trabajar para generar mejores condiciones en términos de su combate.
Hay diferentes mediciones de pobreza en el entorno internacional conforme a ellas se ubique condición de pobreza a un distinto conjunto de mexicanos y cada uno nos da algunas luces respecto de qué política pública es adecuada para generar un mejor entorno en materia de su combate.
Es importante recordar las diferentes mediciones para ponderar cuál es el tamaño y cuál es la dimensión del reto y para recordar qué es lo que está implícitamente atrás de cada una de ellas.
Como ustedes saben, una primera frontera de pobreza casi siempre se refiere al ingreso. Y se define o se identifica como pobre a aquel que no tiene un nivel de ingreso suficiente.
Esta definición de un nivel de ingreso suficiente no se da en abstracto y es importante recordar, en términos de la definición de la política pública si es un nivel de ingreso suficiente y para qué efectos.
Un primer umbral que por mucho tiempo se utilizó en el mundo tenía que ver con el de un dólar 25 por persona por día. Este sale o este resulta de identificar y de promediar las líneas de pobreza de los 16 países más pobres del mundo.
En términos generales nos dice poco como umbral y no es claro que esa definición sea pertinente para México en términos de una ayuda de política pública porque no queda claro cómo traducir esos recursos al entorno mexicano y a nuestra propia realidad.
Una segunda definición relevante es la del dólar 90 per cápita, que resulta de actualizar esa cifra por cambios en el poder adquisitivo.
Esa cifra y ese umbral tienen una connotación relevante, toda vez que es la que es objeto de los objetivos del milenio POST-2030.
Cuando en Naciones Unidas se plantea como un reto global erradicar pobreza extrema, está pensando justamente en este umbral. Toda vez que este umbral tiene la misma fuente, el mismo origen que el previo, sigue sin ser un elemento que nos permita necesariamente diseñar política pública.
Hay dos umbrales que en el caso de México son relevantes y que sí nos permiten diseñar y ponderar elementos de política pública. En la línea de bienestar mínimo y la línea de bienestar que son en México las dos fronteras de ingreso que nos permiten identificar o empezar a construir la geografía de la pobreza en el país.
Estas dos líneas son relevantes porque atrás de su metodología sí hay una definición e cuáles son los elementos que la integran. En el caso de la línea de bienestar mínimo hay una definición puntual de una canasta alimenticia, que se integra por 36 bienes genéricos que por razón de la importancia en el consumo de las familias mexicanas en lo general, pero de las familias pobres en lo particular, ameritan un seguimiento especial y particular.
Es interesante reflexionar sobre lo que ha venido sucediendo sobre todo con los precios de los bienes que integran esta canasta. Hasta el 2008 la tendencia en precios de los alimentos había observado una trayectoria hacia la baja, pero del 2008 a la fecha se ha observado un incremento importante sobre todo de la canasta alimentaria, que refleja, que subyace a la línea de bienestar.
Siendo una frontera fundamental para efectos de la pobreza, es interesante que dediquemos tiempo y no solamente tiempo, sino diseño de política a identificar cuáles son los elementos que subyacen a esa dinámica de precios, que identifiquemos dónde y cuándo esos precios tienen una conducta diferente de la que se observa en el resto del mundo, dónde y cuándo esos precios observan una volatilidad importante y qué tendríamos que hacer para reducir la volatilidad de ese subconjunto de precios; dónde y cuándo se aprecia oportunidad, al existir diferencia entre la dinámica de precios, de inflación e costos y la dinámica de inflación de precios.
Entonces, sí ya es una línea de bienestar que tiene una definición política respecto a cuáles son los bienes que nos preocupan, cuáles son los bienes que como objetivo de política pública debiéramos de buscar, que hubiera condiciones de abasto suficiente, amplio y en condiciones adecuadas de acceso.
A la línea de bienestar habría que o para la línea de bienestar habría que sumar a esta canasta básica alimentaria una canasta no alimentaria.
De nuevo implícita en consecuencia en la definición de esta línea de bienestar hay una reflexión de cuáles bienes no alimentarios son relevantes en los patrones de consumo de las familias mexicanas de nuevo, pero los más pobres en particular.
Y de nueva esa definición de bienes debiera de servir para orientar un esfuerzo de política pública, un esfuerzo de política pública que, generara servicios en condiciones accesibles, suficientes y de calidad.
Atrás de esta canasta no alimentaria está, por ejemplo, el gasto público, está el agua, está la luz, están una serie de satisfactores básicos, algunos vinculados con la educación, en materiales y útiles escolares; algunos vinculados con el mantenimiento del hogar, bienes de limpieza, algunos enseres domésticos.
De la suma de estos dos elementos que son los que constituyen la frontera de pobreza en México, hay una serie de condiciones que debemos de reflexionar y que debemos de cuidar.
Cuando tenemos una dinámica de precios en estos bienes, que supera la dinámica de incremento en los ingresos nominales, tenemos una presión hacia la alza de pobreza que es lo que ha venido caracterizando la dinámica de estos indicadores, por lo pronto desde el 2008.
Del 2008 a la fecha, lo que observamos en México es un proceso de crecimiento de los bienes de la canasta alimentaria y la canasta no alimentaria por arriba de los ingresos nominales, que están generando, que están desplazando la frontera de pobreza hacia arriba, incluyendo en ella en consecuencia más gentes y que debieran de movernos a una reflexión integral de política pública dentro de los programas que tiene el gobierno, pero dentro de aquellos elementos que inciden en los procesos de formación de precios.
En México se ha evolucionado para no tomar en consideración solamente los umbrales de ingresos como determinante de pobreza, sino que hemos venido moviéndonos hacia considerar que la pobreza se ve no solamente matizada sino en algunos casos condicionada por el ejercicio de derechos.
Hoy en México reconocemos, y con cargo a ello la CONEVAL evalúa seis derechos fundamentales que todo mexicano debiera de poder ejercer con plenitud.
Habremos de ver en láminas subsecuentes cuáles son esos derechos y cómo hemos venido evolucionando en la capacidad de ejercicio.
Pero baste como semblanza que en México se estima que cada mexicano debiera ser capaz de gozar y de ejercer plenamente un derecho a la educación.
Esto es, que no debiéramos de tener niños y niñas en México que abandonen la escuela para complementar su ingreso familiar.
Que debiéramos de tener un derecho y capacidad de ejercerlo a plenitud a la salud de la seguridad social.
De nuevo aquí la preocupación fundamental es que no haya en México quien al mismo tiempo sufra quebrando en su salud, y que ese quebranto en su salud se traduzca en un quebranto en su patrimonio.
Debiéramos de buscar que con plenitud puede ejercer el mexicano el derecho a dormir, habitar una vivienda digna y que esa vivienda cuente con servicios adecuados.
Y que debiéramos de buscar un México en donde no tuviéramos la preocupación, el fantasma del hambre y la preocupación de no ser capaces de alimentarnos y de proveer alimentos a la familia.
Cuando conjuntamos esas dos realidades, la realidad, la dimensión que tiene que ver con el ingreso, con la dimensión que tiene que ver con el ejercicio de derechos, el resultado es la geografía de pobreza que identifica que mide y que evalúa Coneval.
Y conforme a la cual, como ustedes saben bien, fue objeto además de una comparecencia reciente, en México hay 11.4 millones de mexicanos que generan ingresos por debajo de la línea de bienestar mínimo y que no tienen capacidad de ejercicio pleno de 3 o más de estos derechos.
Hay otros 44 millones de mexicanos que no pueden ejercer alguno de estos derechos y que se ubican por debajo de la línea de bienestar.
Eso nos deja 3 regiones adicionales que debieran ser también objeto, dos de ellos de reflexión y uno de ellos de destino.
Hay mexicanos que si bien tienen ingresos por arriba de la línea de bienestar, no ejercen a cabalidad sus derechos y que por lo tanto habría que buscar generar condiciones para que en esos derechos que son fundamentales, estemos incluidos todos.
Y hay algunos mexicanos que tienen ingresos por debajo de la línea de bienestar, aun cuando tienen capacidad plena de ejercer estos derechos.
Aquí hay una preocupación de vulnerabilidad toda vez que ingresos por debajo de la línea de bienestar pudieran llevar a que esos mexicanos volvieran a enfrentar las carencias de las que en el momento de hacer esta medición habían escapado.
Y una buena política pública debiera de conducirnos a un entorno en donde estuviéramos lejos de la pobreza y lejos de la vulnerabilidad.
Es difícil determinar si el ejercicio de los derechos genera prosperidad, o si es la prosperidad la que permite el ejercicio de los derechos.
Pero en cualquier caso, cuando nos metemos para conocer de mejor manera lo que está atrás de estas mediciones, lo que encontramos es que cuando un mexicano no puede ejercer ninguno de estos seis derechos; la probabilidad de que se ubique por debajo de la línea de bienestar es altísima. De hecho, solamente uno de cada 10 mexicanos de quienes no están en posición de ejercer ninguno de los derechos, se ubica con capacidad de generar ingresos por arriba de la línea de bienestar.
Esa es una realidad en la que hoy viven, más allá de las cifras, medio millón de mexicanos que no pueden en su vida cotidiana, ejercer ninguno de estos derechos.
Representativo de este medio millón de mexicanos es una niña que deja la escuela para complementar su ingreso familiar, que comparte habitación con tres o más de sus hermanos, que tiene que desplazarse para en cubetas hacer llegar a su familia de agua, que tiene que calentarles agua para hacerla potable, que tiene que calentar esa agua incluso para poder lavar su ropa. Esa es una realidad contra la cual debiéramos de sumar esfuerzos para por completo erradicar.
Encontramos el otro extremo en los mexicanos que pueden, a plenitud, ejercer todos estos derechos. Y ahí lo que vemos es que siete de cada uno de esos diez mexicanos que ejercen estos derechos, tienen al mismo tiempo capacidad de generar ingresos por arriba de la línea de bienestar.
Eso hace pensar que hay posibilidades de construir un círculo virtuoso en donde el ejercicio de los derechos tiende a la capacidad de generación de ingresos y la capacidad o estos ingresos generados, ayuden a dar soporte a la posibilidad de ejercer estos derechos.
Es importante reflexionar sobre cómo vamos evolucionando en términos ya de esta medición, en donde nos preocupamos de los diferentes rostros de pobreza, en donde hay pobreza que tiene rostro en las seis carencias; y hay pobreza que tiene rostro en menos carencias, pero en cualquier caso genera una preocupación importante.
Lo que debiéramos de aspirar a ver es que nos vamos moviendo en la dirección de que sea menos gente la que sufra carencia y por lo tanto, menor intensidad en la pobreza, y más gente la que se acerque a la posibilidad de generar estos mayores ingresos, idóneamente por la vía de un empleo de manera sostenible.
Y lo que vemos es que el número de mexicanos del 2008 para acá, que vivía en un entorno en donde no podía ejercer ninguno de los seis derechos; de nuevo recordemos: este es un mexicano que está preocupado por si va a poder alimentarse, por si le va a poder dar de comer a su familia; este es un mexicano que cuando se enferma no tiene quién le ofrezca atención médica; un mexicano que tiene condiciones indignas en su vivienda y que no tiene en ella servicios; un mexicano que no está yendo a la escuela o que no terminó su Primaria o su Secundaria.
El número de mexicanos en esa circunstancia del 2014 al 2008 cayó a poco más de la mitad. Esto es, esta era una realidad para más de un millón de mexicanos en el 2008, y hoy lo es para 470 mil mexicanos. Inaceptable que lo sea para ninguna, pero la evolución ha sido una evolución satisfactoria.
Si vemos el siguiente dato, y de nuevo, atrás de cada dato hay un rostro, hay una familia en donde cinco de cada seis de estos derechos, no estaban al alcance de su ejercicio cotidiano. En esta dimensión se ubicaban 4 millones 420 mil mexicanos, hoy se ubican 2 millones 350 mil.
La misma evolución, la misma tendencia se aprecia entre quienes tenían cuatro y tres carencias, en donde vemos también que son menos los mexicanos que se ubican en esa condición de no poder ejercer esos derechos.
Y por el contrario, encontramos que hay más mexicanos que están en la posibilidad de ejercer un mayor conjunto de derechos.
En el extremo, quienes no tienen ninguna carencia, esto es mexicanos que pueden a plenitud ejercer sus derechos, hoy hay 33, cuando antes había 26. Esto es, ha habido un incremento de siete millones de mexicanos que pueden ejercer a plenitud sus derechos.
Y de nuevo esto es relevante si recordamos que son estos los mexicanos que están además teniendo capacidad de generar ingresos por arriba de la línea de bienestar.
Eso eso de bienestar.
ad de generar ingresos por arriba de la lexicanos que estitud sus derechos. quiere decir que desde el punto de vista de la complejidad que tiene el analizar estos datos; de la complejidad que tiene entender cuál es la dinámica cuando al mismo tiempo estamos viviendo en diferentes dimensiones. Pero permite acreditar que en términos generales nos estamos moviendo hacia un entorno en donde son más los mexicanos que pueden ejercer estos derechos.
Siendo eso cierto, siguen siendo muchos los que o para los que una vida en donde no sean parte plena de ella las condiciones que estimamos como mínimas sea la regla general, y por lo tanto nos debe de mover a hacer mayores esfuerzos.
Esto resume lo que aquí hemos venido hablando y permite redondear la exposición que me pedía hiciera la presidenta.
Se ve en los primeros dos recuadros lo que ha venido pasando por cuanto a la dinámica de ingresos, y en donde podemos ver con claridad que el porcentaje de mexicanos que viven tanto por debajo de la línea mínima de bienestar como por debajo de la línea de bienestar se ha venido incrementando.
De nuevo esa dinámica es resultado de la combinación de la evolución del ingreso y de la evolución de los precios.
Aquí hago solamente un paréntesis para decir que una y otra dimensión tienen retos.
No es sencillo el medir los ingresos; no es sencillo el medirlos de manera adecuada; no es sencillo medirlos de suerte tal que describan de manera fehaciente la realidad de ingresos en el país. No es sencillo en México y no es sencillo en el mundo.
Y, por lo tanto, en elementos de reflexión adicional para que tengamos un buen diagnóstico quiere decir que profundicemos en cómo se miden los ingresos y qué tipo de implicaciones tiene esa forma de medición para efectos del diagnóstico que hagamos de pobreza.
También es importante destacar que atrás de la reflexión de precios sigue habiendo una agenda que tenemos que revisar.
Los precios que enfrentan los más pobres tienden a no ser los mismos de los que enfrentan nuestras clases medias. En muchas ocasiones son precios que son muy superiores.
Por ejemplo, en el caso del agua, el precio promedio del agua en México es de aproximadamente seis pesos por metro cúbico de agua.
Ese no es el precio relevante para una familia que no tiene agua entubada en su hogar. Para esa familia el precio que no se expresa en pesos es el de tener que ir a buscar agua y acarrearla de regreso a su hogar.
Ahí no hay un mercado que defina el precio, y sí hay en cambio una reflexión de pobreza que debemos de reflejar y que no se captura a plenitud en estas medidas.
Por lo que el reto y la reflexión que implica cómo medimos el ingreso y cuáles son los retos relevantes es un tema en el que debiéramos de seguir trabajando.
Termina y termino, presidenta, esta exposición, señalando cómo vamos en los diferentes indicadores en materia de estos derechos fundamentales y cómo se descomponen estos derechos en cada uno de sus componentes, y cuántos mexicanos se ubican en una situación en donde ese derecho particular es su única carencia o es una carencia que los lleva a pobreza extrema.
Por cuanto al rezago educativo, en términos de dimensión del reto, hay 22.37 millones de mexicanos que tienen rezago educativo.
La parte más complicada, la parte más importante de corregir el rezago tiene que ver con aquellos niños de entre 3 y 15 años de edad que no están yendo a la escuela.
Aquí el reto es diferenciado. La mayor parte de este rezago se concentra en niños entre 3 y 5 años que a donde no están asistiendo es a la preprimaria. Y por lo tanto nos da una ruta clara de en dónde tenemos que concentrar esfuerzos para abatir ese rezago.
Y nos refleja al mismo tiempo una realidad que preocupa en México y que debemos de trabajar también por subsanar.
Si bien es cierto hoy, que prácticamente todos los niños en edad de aprender primaria lo están haciendo; que prácticamente todos los niños están atendiendo ya por lo menos un año de preprimaria, también es cierto que hay un número muy importante de mexicanos que no terminó la primaria o la secundaria.
Y son mexicanos que cuando en el mercado laboral se reclaman esos mínimos de competencia, no tienen posibilidad de acreditarla para efectos de conseguir un empleo.
Buena parte del rezago educativo tiene que ver con esos mexicanos que hoy no cuentan con el apoyo de un certificado que avale sus conocimientos cuando busca desplegarse en el mercado laboral.

Uno de los rubros donde más se ha adelantado en México tiene que ver con el acceso a la salud. Este es uno de los indicadores en donde más, de hecho es el indicador en donde más se avanzó del 2012 al 2014, se avanzó en buena medida por la vía del Seguro Popular, pero se avanzó también en aquellos mexicanos que tienen acceso a la salud, al amparo de los institutos de seguridad social.
Aquí hay dos retos: el reto de seguir generando ese derecho, pero también el reto de que este derecho se pueda ejercer a plenitud. Por ejemplo, hoy en México los estudiantes de nivel medio superior y superior en las instituciones del estado tienen derecho a que su salud sea cubierta por el Instituto Mexicano del Seguro Social.
Este es un elemento que poco se conoce y en la medida en que un derecho no se conozca, no se puede ejercer y por lo tanto permite todavía identificar en materia de salud un reto relevante.
Lo mismo es en seguridad social, el avance ha sido importante, habla de una economía que se está formalizando, pero son todavía un número muy importante de mexicanos que no tienen bien derecho a la seguridad social o bien teniéndolo, que no están en capacidad de ejercerlo a plenitud.
En términos de vivienda y servicios a la vivienda, los retos siguen siendo claros. Se ha avanzado mucho en dotar a la vivienda mexicana estructuras firmes, tanto en techo como en piso y como miro, pero seguimos teniendo una realidad de hacinamiento que lastima y que vulnera y que genera para el mexicano que al vive, diferentes tipos de fragilidades que van desde la violencia hasta la incapacidad de aprovechar ese espacios de forma productiva en sui desahogo cotidiano.
Tenemos todavía retos importantes en servicios a la vivienda, los tenemos en drenaje, los tenemos en agua, los tenemos en electricidad y los tenemos todavía en un grupo muy importante de mexicanos que no tienen acceso a una matriz energética sana.
Estos e expresa de dos maneras, se expresa en la medida en que hay todavía muchos mexicanos que utilizan leña para calentarse o para cocinar y que al hacerlo no cuentan con condiciones mínimas de salud, pero el reto es aún más profundo.
El mexicano que se calienta todavía o que cocina con leña, es un mexicano que no está teniendo acceso a una matriz energética más barata y más eficiente.
Y por otro lado y para terminar, presidenta, mi exposición, sigue habiendo un entorno de inseguridad en la alimentación.
Esto no refleja nutrición, esto no refleja anemia, este sirve como un indicador que está correlacionado con muchos de esos elementos y que sí refleja una preocupación de la capacidad de proveer alimentos variados, suficientes y nutritivos que tenemos que cuidar.
Para todo ese esfuerzo, Presidenta, estoy seguro contaremos en la Secretaría, como hemos contado siempre, con el apoyo del Senado, en la construcción, en el desahogo, en la reflexión de una política pública que nos lleve a generar un entorno de mayor bienestar en nuestro país. Y estamos ciertos que habremos de contar también con el apoyo de la Cámara de Diputados.
Nos sentimos honrados, presidenta, agradecidos de la invitación que usted le extendiera a Javier Guerrero, que como el resto de quienes integran la Comisión de Desarrollo Social en el Senado, es una gente con un gran conocimiento, una participación de muchos años en el diseño de la política social.
Uno de los pioneros en materia de desarrollo de esta política y que tuvo la oportunidad de manera reciente de conducir los trabajos de desarrollo comunitario en la SEDESOL y ahora de brindar los apoyos de la Cámara de Diputados.
Señora Presidenta.
Señores senadores:
Muchas gracias por su atención.
SENADORA LORENA CUÉLLAR CISNEROS: Muchas gracias por su intervención.
Señor Secretario:
Conforme a lo establecido en el acuerdo de trabajo, voy a mencionar el orden y dinámica de participación, misma que será de la siguiente manera.
Primero: Grupo Parlamentario del Partido del Trabajo.
Segundo: Grupo Parlamentario del Partido de la Revolución Democrática.
Tercero: Grupo Parlamentario del Partido Acción Nacional.
Cuarto: Grupo Parlamentario del Partido Revolucionario Institucional.
Para la formulación de cada pregunta, se contará con un máximo de 5 minutos.
Posteriormente, se otorgará la palabra al doctor José Antonio Meade, quien dispondrá de hasta 2 minutos para responder a cada uno de los cuestionamientos.
Los legisladores podrán contar hasta por 2 minutos para efectos de réplica.
Dicho esto y al no contar con la participación del Grupo Parlamentario del Partido del Trabajo, la de la voz hará uso de la palabra, en mi calidad de senadora integrante del Grupo Parlamentario del Partido de la Revolución Democrática.
Señor Secretario José Antonio Meade.
Compañeras y compañeros senadores:
El Tercer Informe de Gobierno coincidió con la presentación de resultados sobre medición de la pobreza por parte del Coneval, situación que nos hace tener un balance más completo en materia social de la primera mitad del sexenio y un escenario más claro en materia de pobreza, desigualdad y exclusión en el país.
Las cifras dan a conocer datos devastadores que de ninguna manera pueden verse a la luz de una coyuntura, sino como resultado de la continuidad a una estrategia de política social que data de más de 25 años y que hoy tiene a nuestra sociedad resignada al estancamiento, a la pobreza, a la inseguridad y a la extrema desigualdad.
Entendemos que usted va asumiendo el cargo.
Sin embargo, como usted bien sabe, durante los primeros 2 años del actual gobierno se aumentó en 2 millones el número de personas que viven en condición de pobreza.
Hoy, 1 de cada 2 mexicanos es pobre. A cambio nos hablan de 87 mil personas menos en pobreza extrema, cifra por demás corta si consideramos que de 2010 a 2012 ésta disminuyó en 1.4 millones.
Es decir, la actual política social ni siquiera ha podido mantener la tendencia de reducción más reciente.
Además, esta supuesta mejoría es una afirmación que en la realidad nos habla de 11.4 millones de personas que no desayunan, no comen, no cenan porque no cuentan con el recurso suficiente para sus alimentos.
En cuanto al ingreso, visto en cifras deflactadas, permanece siendo casi un 10 por ciento más bajo que los niveles que teníamos en 1992. En ese momento, el 53.1 por ciento de nuestra población tenía ingresos por debajo de la línea de bienestar, hoy esa cifra es de 53.2 por ciento; es decir, tenemos un claro rezago con tendencia negativa.
En materia de carencias sociales, pese a la importante inversión para ampliar la cobertura de servicios, seis de cada 10 personas no cuentan con seguridad social; dos de cada 10 no tienen acceso a servicios de salud; 22.4 millones presentan rezago educativo; 21.2 millones carecen de servicios en su vivienda.
En síntesis, apenas 2 de cada 10 mexicanos no son pobres ni vulnerables; tienen garantizados todos sus derechos sociales y no padecen un ingreso insuficiente. En contraste, 95 millones de personas se encuentran en situación de vulnerabilidad.
Como hemos señalado desde el PRD, de permanecer la dinámica actual de la política social, los 11.4 millones de personas en pobreza extrema tardarían 664 años para abatir su rezago educativo; 46 años para contar con servicios de salud; 398 años para acceder a la seguridad social; 78 años en tener mejores servicios en la vivienda y 164 años para tener garantizado el acceso a su alimentación.
Recientemente el Coneval mostró que la Cruzada Nacional contra el Hambre es el eje de articulación de la actual política social, presenta serias inconsistencias: falta de indicadores, cuantificación de la población atendida, claridad en los programas y sobre todo no cuenta con los mecanismos adecuados para la focalización que permita la identificación y atención de la población más pobre de este país.
A esto debe agregarse que la Auditoría Superior de la Federación exhibió los excesos de dicha estrategia, al evidenciar gastos en vasos desechables por 57.2 millones de pesos; tortilleros por 96.8 millones de pesos y paliacates por 79.4 millones de pesos.
Lo anterior muestra que algo está equivocado y por lo tanto, es necesario darle un giro a la política social de nuestro país.
Señor secretario Meade, a nombre de millones de mexicanas y mexicanos quiero pedirle no dar continuidad a una estrategia que viene sumiendo en pobreza a 2 mil 470 personas por día. Por ello, mi primera pregunta es en el sentido de conocer ¿cuáles serán sus acciones para dar el giro que necesita nuestra política social y rediseñar la estrategia de combate a la pobreza?
Y como segunda pregunta, y creo que lo vivimos a diario los que estamos inmersos en la política, sobre todo en los temas de los programas sociales como es la Cruzada Nacional contra el Hambre, el Programa de Prospera, que son programas que se condicionan día con día en programas electorales, es importante que pongamos fin a esa situación y que pongamos realmente en su caso, un firme sesgo a esta permanente actuación de los delegados, de los funcionarios que utilizan estos programas para ocuparlos en situaciones electoreras.
Así que ojalá que también tomen en cuenta sobre todo que ahora se vienen campañas políticas, que podamos evitar ese tipo de situaciones, ya que estos son derechos adquiridos y sobre todo son recursos federales para todos los mexicanos.
Muchas gracias, señor Secretario.
SECRETARIO JOSÉ ANTONIO MEADE KURIBREÑA: Muchas gracias, senadora Cuellar.
La pobreza es un fenómeno complejo que es difícil y yo creo incorrecto tratar de reducir a una sola estadística o a un solo indicador.
México tiene la fortuna, dentro de muchos países en el mundo, de que mide y de porque mide puede evaluar, y porque evalúa puede realizar ajustes.
Tenemos métricas claras en cada uno de los diferentes elementos que se ha estimado importante, no por esta administración sino en términos de ley, de cuáles son los derechos que deben de ejercer los mexicanos y de cómo podemos evaluar si hay o no una evolución en el ejercicio de estos derechos.
Hay algunas variables que se afectan con programas; hay algunas variables cuya dinámica tiene que ver con condiciones que privan en el mundo y que por lo tanto es difícil afectar con variables particulares.
Y lo que vemos en México es que se consolidan avances importantes.
Si bien es cierto, las carencias que hoy todavía tenemos son inaceptables, también lo es que la evolución que se ha tenido en muchas de ellas cuando se les ve con dimensión histórica han acreditado, y ustedes lo han visto, casi todos ustedes han tenido experiencia en un gobierno local; han tenido experiencia en un espacio federal; lo han tenido en alguna instancia de atención de seguridad social en sus comunidades.
Hace 20 años, 25 años, planteaba la senadora en su reflexión, la carencia de agua potable, la carencia de luz eléctrica, la carencia de servicios básicos en la vivienda se encontraba por los millones y era un porcentaje muy grande de la población la que no tenía acceso a esos bienes.
Tan temprano como hace 10 años, el rezago en materia de piso firme, que es uno de los principales elementos en términos de acceder a condiciones de vida diferentes para no ser vulnerables por el contacto cotidiano con un piso que no sea de cemento y las enfermedades que ello ocasiona, era una realidad que era cotidiana en cada uno de los recorridos que ustedes hacían en el país.
Hoy, los mexicanos tienen un entorno de muchos mejores elementos de acceso, de acceso que hay que consolidar, de acceso que hay que reforzar, de millones de mexicanos que aún no tienen todo el conjunto en materia de seguridad de su vivienda y de viviendas dignas, pero que sin embargo lo tienen en cada vez mayores números.
Y esto es cierto en prácticamente todos los indicadores que vemos.
México ha cambiado, ya ha cambiado como el resultado de esfuerzos que han hecho millones de mexicanos a lo largo de muchos años; y ha cambiado para bien.
Justamente este cambio para bien hoy nos permite ser más exigentes respecto de lo que esperamos de nuestra política pública y de lo que esperamos para los mexicanos que habrán de seguirnos a nosotros.
Esperamos mucho más hoy de lo que esperamos hace algunos años, y podemos hacerlo porque es también mucho lo que hemos avanzado.
Por eso podemos fijarnos estándares diferentes a los que se fija el mundo. Por eso podemos imponer a nuestra métrica un rigor distinto del que se tiene en el resto del mundo, porque consideramos que el México que queremos construir hacia adelante es un México en donde todos los días se ejerzan estos derechos, es un México en el que todos los días se tenga la posibilidad de que el mexicano genere un ingreso suficiente, un ingreso remunerador.
No estamos hoy en el México que queremos, pero sería poco generoso respecto a los esfuerzos de muchos, incluidos muchos quienes hoy aquí están, que fueron actores de esta política y este espacio de construcción de desarrollo, el no reconocer que tenemos un México diferente, que tenemos un México que puede ver su futuro con optimismo.
De que tenemos un México además en donde la política pública se evalúa para ajustarse, y en donde cada vez tenemos que desarrollar estatutos diferentes y ajustar los que tenemos para mejores resultados.
Hoy contamos con cuatro que son interesantes: la cruzada que debe entenderse como una mecánica de coordinación; la cruzada que debe entenderse como un espacio que congrega a 19 dependencias, a 90 programas y que las obliga a desplegarse juntas en el ánimo de un mismo objetivo.
Cruzada que puede potenciarse si uno aprovecha de mejor manera incluso la coordinación que al cruzada nos implica, el espejo que la cruzada se hace hoy en cada vez más estados y en cada vez más municipios.

La transformación de oportunidades en Prospera, es una transformación que reconoce que es la generación de empleo y al inclusión productiva, la que permite cogenerar de manera estructural un entorno de pobreza diferente y que por lo tanto obliga a los programas de inclusión productiva a trabajar con los mexicanos que hoy reciben algún programa de apoyo para construir ese puente hacia un México más productivo y más incluyente.

Las zonas económicas que el senado aquí está revisando nos dan un instrumento adicional, porque reconoce que así como las personas, las regiones requieren de una política pública diferenciada.
Y yo creo que en la medida en que vayamos haciendo lo nuestro todos, el Poder Legislativo, el Poder Ejecutivo, los diferentes niveles de gobierno, el que estos son los derechos que tenemos que habilitar y revisemos que cada acción de política pública efectivamente empodere, habremos de lograr un mejor resultado y eso empieza con los programas de la Sedesol.
Estamos ahora en un proceso de revisar cada uno de nuestros programas para estar ciertos que los incentivos que esos programas generen, sean incentivos para permitir una mejor inclusión en los derechos de los que aquí estamos hablando.
Si no es el caso y donde vayamos detectando que no es el caso, habrá que hacer los ajustes necesarios para que no sean los programas los que generen pobreza, sino los programas los que generen un piso que permita abandonar esa condición.
SENADORA LORENA CUÉLLAR CISNEROS: Muchas gracias señor secretario.
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