Versión estenográfica de la comparecencia del Secretario de Educación Pública, Emilio Chuayffet Chemor, ante la Segunda Comisión de la Comisión Permanente del Congreso de la Unión, en el Senado de la República.
(Segunda parte)
SENADOR ARMANDO RÍOS PITER: Muchas gracias, señor Secretario.
Una vez que hemos escuchado su exposición, daremos paso a la ronda de intervenciones de los grupos parlamentarios prevista en el formato de esta reunión de trabajo.
Se concede la palabra, por parte del Partido del Trabajo, al senador Manuel Bartlett Díaz, hasta por tres minutos.
SENADOR MANUEL BARTLETT DÍAZ: Bienvenido, señor Secretario de Educación Pública, al Senado.
Hace unos momentos terminó la comparecencia de los integrantes del Instituto de Evaluación. Ahí le hicimos un planteamiento que repito y unos comentarios, que son útiles para esta primera intervención, señor Secretario.
El sistema ese que se creó, mal llamado reforma educativa, que es –y aquí se discutió en lo que se pudo– una reforma laboral que tuvo por objeto cambiar el estatuto que regula a los maestros, por otro estatuto.
La reforma, señor Secretario, nunca se discutió aquí. Entró una tarde y salió en unas cuantas horas, nunca se analizó. Lo digo porque una de los integrantes del Instituto de la Evaluación, señaló que es un sistema muy complejo “que ustedes crearon”, nos dijo. Y yo le dije a ella y a usted, señor Secretario, con todo respeto, no lo creamos nosotros, ese tema ni siquiera se discutió.
Y ese es el gran problema que tenemos con esta reforma llamada educativa, no se ha discutido: se ha impuesto. Y además, es –lo sabemos– la recomendación de la OCDE, que ha estado impulsando las privatizaciones de la educación en todo el mundo; y por eso tiene una dirección y una serie de limitaciones conceptuales, porque los objetivos de la OCDE están siempre disfrazados en su orientación hacia la privatización del sistema educativo.
Ese sistema complejo que creó esta reforma constitucional, es inviable. Por más que han hecho esfuerzos ha fracasado todos estos años.
El Presidente acaba de estar en no sé cuál organismo internacional y presentó la reforma educativa como su gran reforma, maravillosa que ya cambió al país, y es mentira. Es una reforma absolutamente limitada a ese objetivo y por eso la discusión está en torno a la evaluación de los maestros. La complejidad deriva de la intención.
El Instituto también nos recordó que su función es evaluar el sistema educativo en su conjunto, y no lo ha hecho. No lo ha hecho, y si no hace una evaluación del sistema en su conjunto, no puede exigírsele a los maestros, como se está haciendo, un desempeño que no corresponde a un sistema educativo en ruinas; que eso es lo que se ha estado señalando una y otra vez: el abandono de la educación, la falta de inversión en sucesivos gobiernos de los del Pacto, por cierto, que han avanzado hacia la privatización de la educación. De manera que no es un sistema que se pueda aplicar.
El primer problema de ese Instituto, que lo elimina usted del marco señor Secretario, lo dijimos cuando se discutió. Ese aparato, que tendría que ser el doble de la Secretaría de Educación, o sea, cuando menos igual a la enorme Secretaría de Educación, es incapaz de realizar sus funciones; es incapaz, aquí lo acaban de decir hace un momento: el problema –lo dijeron dos de los integrantes–, el gran problema que tenemos es el de la cantidad de los maestros que hay que evaluar.
Fíjense ustedes, son millón y medio, están distribuidos en todo el territorio del país. Ese es el gran problema para poder examinarlos, no van a poder, señor Secretario, no pueden.
Esa reforma, además, centralizadora, desapareció el proceso de descentralización que costó mucho trabajo y cuyo objetivo era que pudieran las autoridades locales estar atentas al desarrollo educativo de sus estados. Lo concentran y es imposible que lo trabajen, es un absoluto error.
Y esa situación que le achacan a usted, de haber violado la autonomía y toda esta autonomía, una autonomía muy especial porque ellos emiten directrices que no han emitido; porque ellos tenían que haber analizado el sistema educativo y no lo han hecho, porque tenemos un sistema educativo abandonado, que a decir de los primeros días del presidente Peña Nieto, fue expropiado, expropió la señora Gordillo, dijo, que está a buen recaudo, por ahora. Entonces, la tarea esta no es factible.
Otro punto, señor Secretario. No está definido el concepto de calidad. Usted es un hombre inteligente, lo he reconocido siempre, podría yo decir brillante: ha sido Secretario de Educación, entre otras tantas cosas. No hay una definición de calidad de educación.
Y se utiliza todo el tiempo: “Es que la calidad de la educación. Es que buscamos…”. No está definida la calidad de la educación, porque no se define para qué es esa educación, si no para dar clases nada más; y el modelo educativo…
SENADOR ARMANDO RÍOS PITER: Su pregunta, señor senador.
SENADOR MANUEL BARTLETT DÍAZ: ¿Y los objetivos en dónde están?
No hay una estructura más que la de conminar a los profesores y no lo van a lograr, y lo dijimos aquí en la Tribuna y lo tengo registrado: no van a poderlo hacer. No se puede imponer a los maestros, de cualquier signo, no se les puede imponer un sistema que atenta contra sus derechos, no se puede, porque el sistema educativo depende de los maestros, depende de las escuelas y el trabajo en ellas.
Imagínese usted, llueve o truene van a tener que aprobar un sistema: no tienen capacidad de vigilarlo. Es un galimatías total y el único objetivo que ha tenido ha sido precisamente ir llevando a México a la privatización del sistema educativo nacional; por eso…
SENADOR ARMANDO RÍOS PITER: Senador, le pido que concluya, senador.
SENADOR MANUEL BARTLETT DÍAZ: Concluyo, señor presidente.
Dice usted que se ha demostrado contundentemente, “contundentemente”, así dice usted, el apoyo de la sociedad a la evaluación; en una intervención anterior dijo usted que si había que preguntar si había apoyo, ahí estaba el reclamo que le hicieron a usted por ese boletín que nos describe.
¿Y quién es esa sociedad que reclama? ¿Quién es?
México evalúa; Mexicanos Primero; México Cómo Vamos; Centro de Estudios Económicos del Sector Privado; Centro de Estudios Espinosa Yglesias; el IMCO; Transparencia Mexicano. Esos están integrados por los mismos privatizadores, que están al servicio de estas líneas que están destruyendo la estructura política de este país.
No hay un apoyo contundente, señor Secretario, está rechazado en todo el país. Y la imposición a los maestros que no lo aceptan, no se hace por la vía de la Policía o del Ejército, se hace el diálogo real, auténtico, democrático, en búsqueda del apoyo a un modelo que es el artículo 3º constitucional, que es escamoteado: soberanía, nacionalismo, justicia social, que no está en los dictados de estos organismos privatizadores…
SENADOR ARMANDO RÍOS PITER: Gracias, senador.
SENADOR MANUEL BARTLETT DÍAZ: Ni tampoco de quienes apoyan este sistema.
Muchas gracias, señor presidente, por su…
SENADOR ARMANDO RÍOS PITER: Tolerancia excedida. Gracias a usted, senador.
Diputado Danner, Movimiento Ciudadano.
DIPUTADO DANNER GONZÁLEZ RODRÍGUEZ: Gracias, presidente.
Cada que entramos en la discusión de las reformas estructurales de este Gobierno de la República, viene a mi mente una escena de la Ley de Herodes, que todos ustedes recordarán: El Presidente Vargas anuncia con voz engolada –como decía el poeta León Felipe– que la modernidad y el progreso social ha llegado a San Pedro de los Saguaros. Y como parte de esa modernidad, anuncia obras de electrificación. Empiezan los preparativos, se pone un poste en medio del pueblo y se cae de inmediato. El doctor Morales le dice: “Ahí está su magna obra”.
Ahí está la magna reforma educativa, en medio de terribles indicadores, en medio de proceso de evaluación cuestionados, que no se llevan a cabo. Más adelante hablaremos de ello, sobre las observaciones que hizo la Auditoría Superior de la Federación, sobre los indicadores de evaluación en la cuenta 2013.
Se ha dicho una y otra vez que esta es la joya de la corona de la reforma educativa. Y quizá en eso coincidamos todos los grupos parlamentarios: se trata de la parte más noble de esta reforma, que es la evaluación a fin de premiar los méritos y la preparación de los profesores y a fin, también, de sancionar a quienes han hecho de la educación un coto de poder y un chantaje político.
Son incalculables que un verdadero y moderno sistema educativo produciría en el país. Las plazas que hoy son meros elementos lucrativos, se convertirían en profesiones honrosas y recomendables por la ilustración de sus titulares, zanjando con ello los cimientos de una sólida educación que requiere este país y de grandes consecuencias, inconmensurables –diría yo– para la prosperidad nacional.
Sin embargo, permítame una reflexión:
¿Cómo podemos evaluar a los profesores en abstracto?
Porque en efecto, es importante reconocer que es apremiante eliminar las prácticas clientelares en la promoción del profesorado, que no reconocen ni motivan al que mejor enseña y que, en todo caso, muestra la deformación del ejercicio legítimo de asociación del magisterio, que hace que un asunto de interés nacional como la enseñanza básica, se vuelva un coto de negociación patrimonial.
También hay que reconocer que el Sistema Educativo Nacional está desdibujado. La actual política educativa ha puesto a los educandos entre la espada y la pared; en medio de jaloneos políticos y componendas de grupos con intereses mezquinos, por decir lo menos; a las limitaciones en infraestructura de las escuelas, de escasez de recursos humanos y materiales, sobre todo en zonas rurales e indígenas; se suman otras acaso más relevantes como las deficiencias pedagógicas, la existencia de planes y programas de estudio que quieren abarcarlo todo y acaban diluyendo absolutamente todo.
En síntesis, tenemos que cambiar ese sistema educativo que es vertical, que sigue siendo autoritario y que es poco propicio para la innovación y la competitividad de este país.
Es triste, de verdad, ver consignado en la Carta Magna principios educativos de una eterna justicia social; de una necesidad incuestionable, pero que en la práctica jamás llegan a hacerse efectivas, nulificadas hoy por un motivo, mañana por otro distinto.
Nadie puede negar la factibilidad de esta reflexión, cuando se aplica a lo que hoy es materia de esta comparecencia: la decisión de este 29 de mayo del año en curso, en el que un boletín, nos dice hoy el Secretario, dejó en suspenso la evaluación, no sólo es una invasión a la competencia del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación; sino que incumple también lo señalado en las fracciones III y IX del artículo 3º constitucional, y en lo que establece el artículo 7º de la Ley General del Servicio Profesional Docente: se trata de un agravio al interés superior de más de 25 millones de niños que cursan la enseñanza básica en el país y que convierte la calidad de la educación en un instrumento de jaloneo y de operación política.
Lo hemos dicho en esta Comisión Permanente, se trató de una medida temporal que buscaba ver si atraía votos para el partido en el poder.
Este boletín al que alude, señor Secretario, dejó en suspenso una norma constitucional, paradoja muy peligrosa es que quienes son los encargados de aplicar las leyes que hace el Congreso de la Unión, sean los primeros en violentarla.
Concluyo diciendo que en esta hora crítica de la nación, a todos los partidos políticos nuestros electores nos exigen resultados. Se trata del futuro de la educación de niños y jóvenes, y se trata del futuro y de la prosperidad económica de esta nación, lo que está en juego.
Tenemos, entonces, que ver más allá de los intereses de grupo y más allá de los colores. Necesitamos que la política se haga en la Secretaría de Gobernación; pero nos parece que es momento de darle paso a que en la Secretaría de Educación sean quienes hablen los que saben de educación, que se tome en cuenta a los académicos y académicas de este país, que tienen la preparación necesaria para resolver los problemas y necesidades de la educación de los mexicanos.
Por su atención, muchas gracias.
SENADOR ARMANDO RÍOS PITER: Muchas gracias, diputado Danner González.
Tiene la palabra el senador Gerardo Flores Ramírez.
(Sigue tercera parte)