Conferencia magistral sobre el Fenómeno Migratorio entre México y Estados Unidos desde el Poder Legislativo, de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado de la República, en coordinación con el Foro para la Cooperación, Entendimiento y Solidaridad (US-Mex FoCUS).

(Primera parte)

PRESENTADOR: Muy buenos días. Les damos la más cordial bienvenida al encuentro estudiantil de las universidades de México y Estados Unidos, que nos acompañan el día de hoy para abordar el postulado “El fenómeno migratorio entre México y Estados Unidos, desde el Poder Legislativo”.
Para este magno evento nos acompaña dentro del presídium, la senadora Gabriela Cuevas Barrón, presidenta de la Comisión de Relaciones Exteriores.
El senador Juan Carlos Romero Hicks, presidente de la Comisión de Educación e integrante de la Comisión de Relaciones Exteriores.
El senador Arquímedes Oramas Vargas, presidente de la Comisión de Asuntos Fronterizos Sur.
También está con nosotros el doctor Rafael Fernández de Castro Medina, jefe del Departamento Académico de Estudios Internacionales del ITAM.
El estudiante Nathaniel Rothschild, presidente de Focus Stanford.
Y el estudiante Luis David Cano Rodríguez, presidente de Focus ITAM.
Para comenzar este foro, tiene la palabra la senadora Gabriela Cuevas Barrón, presidenta de la Comisión de Relaciones Exteriores.
SENADORA GABRIELA CUEVAS BARRÓN: Muy buenos días. Sean todas y todos bienvenidos a este Senado de la República.
Le quiero también dar aquí la más cordial bienvenida a quienes nos acompañan en el presídium, sin duda a mis colegas, siempre muy solidarios, que están en los eventos como integrantes o como presidentes de las comisiones; y con quienes hemos logrado construir una agenda muy positiva sobre todos estos temas.
Sin duda también me da muchísimo gusto tener al doctor Rafael Fernández de Castro, quien además es culpable de que yo ande metida en los temas de migración y en especial, en los de niños migrantes no acompañados.
Y también a nuestros organizadores, que me da mucho gusto poder trabajar con ustedes; esta es creo que la segunda ocasión que trabajamos aquí en el Senado. Saben que las puertas siempre están abiertas y nos da mucho gusto estar cerca de ustedes, porque sabemos que de aquí también podremos nosotros aprender muchísimo; tener nuevas ideas y refrescar nuestro compromiso con el trabajo que realizamos.
Para nosotros aquí en el Senado, es muy grato ser anfitriones de este tipo de foros, que no sólo permiten enriquecer la vida académica y la formación profesional de estudiantes mexicanos y estadounidenses; sino que fomentan que jóvenes como ustedes cuenten con espacios para discutir y elaborar propuestas innovadoras en materia de política exterior, que contribuyan a que la relación bilateral entre México y Estados Unidos sea cada vez una relación más estrecha.
Como ustedes saben, la migración de mexicanos hacia Estados Unidos es uno de los movimientos poblacionales de mayor escala en el mundo; y a lo largo de los años ha provocado que cerca del 10 por ciento de nuestros connacionales residan en ese país, ya sea de manera temporal o de manera permanente.
Entre los años 2000 y 2010, mientras el total de la población en Estados Unidos creció en un 10 por ciento; la población de origen mexicano lo hizo en un 54 por ciento, pasando de 20.6 millones a 31.8 millones. Evidentemente, esto ha impactado diferentes ámbitos de la vida, tanto de los mexicanos como de los estadounidenses.
Llama la atención, por ejemplo, que los mexicanos representen el 12 por ciento de los inmigrantes dueños de pequeños negocios en Estados Unidos. Esto quiere decir que alrededor de 570 mil empresas en Estados Unidos o una de cada 25, son propiedad de inmigrantes mexicanos y generan anualmente 17 mil millones de dólares en ingresos.
Un dato por demás interesante, es que las mujeres inmigrantes son más propensas a tener un negocio propio en comparación con las mujeres nacidas en Estados Unidos, alcanzando un 9 por ciento contra un 6.5 por ciento, de acuerdo con un análisis del Centro por el Progreso Americano.
Otro hecho importante es que alrededor del 10.3 por ciento de la población estadounidense tiene ascendencia mexicana.
Todo esto visto en conjunto, evidencia que los mexicanos constituyen una minoría de gran importancia para la sociedad estadounidense. Por eso, el fenómeno migratorio entre México y Estados Unidos es, en definitiva, uno de los temas prioritarios de la agenda del Senado de la República; muestra de ello son las innumerables iniciativas y puntos de acuerdo que se han presentado a favor de los derechos de nuestros connacionales que se encuentran radicando en el extranjero, abordando temas distintos como el de las familias transnacionales, el de los niños no acompañados o separados, el de la protección consular y la deportación, por mencionar solamente algunos.
Considerando que la gran mayoría de los mexicanos que son repatriados desde Estados Unidos ya forman una familia, han tejido lazos emocionales y han construido un patrimonio.
Es una realidad que, tras un evento de deportación, todo lo construido con años de esfuerzo y dedicación se pone en riesgo en tan solo unos segundos.
Además de perder su trabajo y sus pertenencias, los connacionales repatriados se ven forzados a separarse de sus familias y de sus hijos.
Tan sólo entre 2010 y principios de 2012, cerca de 250 mil padres y madres de niños nacidos en Estados Unidos fueron deportados; esto sin considerar que hay aproximadamente 4.5 millones de niños que nacieron en Estados Unidos y que también podrían ser separados de sus padres en cualquier momento por una deportación.
¿Y qué pasa con los niños que vienen de Estados Unidos?
Según el censo del INEGI de 2010, hay 597 mil niños y niñas con ciudadanía estadounidense viviendo en nuestro país, y debido a las características propias de los distintos sistemas escolares prevalecientes en ambos países, esta situación es alarmante, porque muchos de estos niños se convierten en un sector de la población expuesta situaciones de riesgo en términos educativos, incrementándose las probabilidades de deserción o reprobación escolar por cuestiones como el idioma.
Todo ello da cuenta a la complejidad del tema y por eso debemos reconocer que, a pesar de los múltiples esfuerzos que se han llevado a cabo desde el periodo legislativo, los avances registrados resultan insuficientes para hacer frente a la realidad que afecta a millones de connacionales, porque son muchas las variables y los actores que deben incluirse para tener verdaderamente una solución integral.
En primer lugar, es necesario reconocer que el fenómeno migratorio entre México y Estados Unidos involucra también a la región centro americana, y como tal, los países de toda la región deben comprometerse a adoptar medidas de corto y mediano plazo para combatir las causas de la migración, como son la exclusión social, el desempleo, la violencia social e intrafamiliar, la falta de oportunidades educativas, así como la violencia que se registra en Centroamérica y en algunas partes de México.
En segundo lugar, es imperante que se tomen acciones inmediatas para frenar la separación de miles de familias; orientar la protección consular desde una perspectiva de los derechos de la infancia y fomentar que los procesos de atención a migrantes se sustenten sobre los principios de no detención y no deportación.
De lo contrario, vamos a seguir enfrentándonos a casos como el de Antonio Sambrano Montes, quien recientemente perdió la vida en Washington después de varios disparos de policías estadounidenses y que tristemente es uno de los muchos casos vinculados al abuso policiaco y al uso desproporcionado de la fuerza a manos de autoridades policiales.
En tercer lugar, es importante señalar que se requieren utilizar herramientas de poder suave que han probado una gran efectividad, y una de ellas es la diplomacia pública.
Si bien se debe ser respetuoso de principios, como el de la autodeterminación de los pueblos, la diplomacia pública es el intento de un actor internacional, de gestionar el entorno internacional mediante el compromiso con un público extranjero.
Y eso es justamente lo que debe de hacer el gobierno de México: entrar en contacto con las organizaciones no gubernamentales y con los mexicanos residentes en Estados Unidos para influir en la comunidad norteamericana y en las decisiones que están tomando.
FoCus, al ser una organización dedicada a promover las relaciones bilaterales entre Estados Unidos y México mediante la interacción de futuros líderes, es el más claro ejemplo de esto. A través de la creación de redes de líderes jóvenes, como ustedes, que están activamente interesados en las cuestiones sociales, cívicas y económicas, es que se puedan elaborar propuestas innovadoras e influir positivamente en los asuntos que competen tanto a México como a los Estados Unidos.
Ciertamente, desde el Poder Legislativo, se ha podido avanzar en la aprobación de leyes y la ratificación de instrumentos internacionales, pero es una realidad que el número de violaciones a los derechos humanos no ha sufrido un cambio significativo porque, como pasa con toda política pública, los problemas no se van a resolver por un simple decreto, y en muchas ocasiones las fallas se encuentran en la etapa de implementación.
En este sentido es necesario que se sigan impulsando esfuerzos a nivel internacional, porque la migración debe atenderse desde un enfoque de corresponsabilidad entre las naciones de la región.
Por esta razón, actualmente desde el Senado estamos impulsando diversas acciones, como la elaboración de una ley marco regional sobre niñez migrante no acompañada o separada.
Esta ley marco la estamos trabajando en el seno del Foro de Presidentes y Presidentas de Poderes Legislativos de Centroamérica y la Cuenca del Caribe, FOPREN, que es un espacio de diplomacia parlamentaria y que involucra de manera muy vinculante y muy clara, a todos los presidentes de los parlamentos de México, Centroamérica y el Caribe.
Esperamos en un par de meses contar con el primer borrador de esta propuesta de ley marco regional.
También, desde esta visión internacional, es importante la realización de este tipo de eventos, porque son el espacio ideal para que jóvenes comprometidos como ustedes puedan generar un verdadero cambio en el mundo y organizaciones como FoCUS permitan acercar a nuestras naciones y dar una mirada fresca a las relaciones internacionales.
En estos días que se está llevando a cabo la Cumbre de las Américas vemos como de manera paralela se llevan a cabo eventos con la sociedad civil, con grupos empresariales, incluso entre parlamentarios y a veces parece que se llega a tener buenos acuerdos en estas reuniones.
Pero justamente el tema migratorio es el que debiera obligar a una cooperación y a un diálogo mucho más profundo. Si seguimos pensando en que de un lado está América del Norte y que de otro lado está América Latina y no entendemos que debemos vernos como una sola región y un solo continente difícilmente podremos trabajar las soluciones que se requieren para la población.
Si vemos las dinámicas y el movimiento de personas, van mucho más adelante de lo que va la política. Si vamos, por ejemplo, a la frontera norte de México, la vida en frontera va mucho más allá de los instrumentos internacionales o del diálogo que tenemos los políticos en lo ejecutivo e incluso en lo legislativo.
¿Por qué?
Porque se da una vida allá de facto de frontera que no espera a ver si los políticos un día se ponen de acuerdo.
Y lo mismo sucede en la frontera sur de México. La frontera sur de México tiene una vida mucho más estrecha con Centroamérica de lo que nos imaginamos y si no entendemos que debemos trabajar en generar espacios y regiones con un mejor desarrollo humano, jamás podremos tener una mejor gestión migratoria.
Si algo urge, es que en foros, como esta Cumbre de las Américas, se hable de derechos humanos, se hable de migración y se entienda que la política, lo que debe tener como centro es a las personas.
Es muy difícil entender que podamos ponernos de acuerdo en dinero, en comercio, en agricultura, hasta en energéticos, pero no seamos capaces de ponernos de acuerdo en las personas.
Hago votos por que ustedes, esta generación que está trabajando tan activamente, sean capaces de ponernos a todos este ejemplo y esta agenda.
Muchas felicidades por este esfuerzo y una vez más bienvenidos al Senado de la República.
PRESENTADOR: Muchísimas gracias, senadora.
Cedemos la palabra al senador Juan Carlos Romero Hicks, presidente de la Comisión de Educación e integrante de la Comisión de Relaciones Exteriores.
SENADOR JUAN CARLOS ROMERO HICKS: Muy buenas tardes a todos.
Señora presidenta de la Comisión de Relaciones Exteriores; señor presidente de la Comisión de Frontera Sur; don Rafael Fernández de Castro, amigo de muchos años; distinguidos alumnos:
La oportunidad que ustedes tienen es maravillosa. Estamos hablando de 30 personas que tienen nombre, rostro, corazón, domicilio y apellido en dos grandes países y se han reunido para poder darse la oportunidad de soñar.
Si en algún lugar la utopía se puede convertir en realidad es precisamente en el espacio universitario y esta construcción de idealismos hoy resulta fundamental.
La escritora nigeriana Ngozi Adichie señala que la historia única crea estereotipos y el problema es que en el tema migratorio tenemos estereotipos individuales y estereotipos colectivos y comunitarios.
Este foro que reúne a todos ustedes, no es solamente para comentar de un fenómeno etéreo. Por ejemplo, en mi caso, represento al Estado de Guanajuato.
Y en Guanajuato, dos de cada tres adultos ciudadanos tienen algún familiar en los Estados Unidos. Dos de cada tres.
Y hay lugares –porque tuve el privilegio de encabezar el gobierno local- en donde llegamos a una comunidad y lo único que encontramos son niños, mujeres y ancianos. El resto de la familia se ha ido.
Y el tema migratorio no es un tema reciente. Es un tema de 4, 5 ó 6 generaciones.
Y los que empiezan a estudiar esto confunden el sentido común, que es el menos común de los sentidos, con un examen acucioso de todo esto.
Me ha tocado entrevistarme con muchas personas antes de irse y otras que han estado yendo y viniendo y nos han comentado su experiencia.
Una de las variables más importantes en el tema de la migración es el aspecto socio cultural.
Las niñas, los niños y los jóvenes de esas comunidades, de lugares como Jalisco, que es como el 14 por ciento de la migración; Michoacán, que es como el 12 por ciento; Guanajuato aproximadamente el 10, por dar números aproximados, crecen con la expectativa de que tienen que emigrar.
Sí, hay falta de oportunidades: educación y empleo. Sin embargo, no es la única ni la principal explicación.
Por eso cuando hablamos de esta migración y de los grandes números que tenemos, hay que huir de los estereotipos.
Por ejemplo: de los poco más de 30 millones de mexicanos, ya sea de primera, de segunda o de tercera generación, alrededor de solamente el 17 por ciento de ellos son indocumentados.
Y muchos de ellos, alrededor de 23 millones, también ya son ciudadano de Estados Unidos, y son biculturales.
Y la diferencia de ser bilingüe y ser bicultural es inmensa, y es el reto que quiero poner para ustedes.
Ser bilingüe es como tener dos manos; ser bicultural es tocar el piano; es tener empatía, solidaridad, afecto y sobre todo la oportunidad de hacer las cosas de manera distinta.
Y ustedes están en esa etapa de la vida en que pueden ser biculturales.
Hace años tuve la gran oportunidad de ser convocado por una persona maravillosa que acaba de fallecer, de nombre Robert Amonson, que vivía en Dallas, Texas, y él formó un instituto y estuvo convocando desde principio de los años 80 –la mayoría de ustedes todavía no nacía- a personas del sector gubernamental, el sector político, el sector académico, con la noción de que si nos conocíamos en esa etapa de la vida, podíamos construir sueños y amistades.
Y si en algún momento en el camino alguno de ellos, en la empresa, en el gobierno, o en la Academia tenía alguna forma de decisión, podíamos hacer una transformación bastante considerable.
¿Qué significa entonces la emigración para nuestros pueblos? Pues es muchísimo: 1.4 millones de hogares dependen casi exclusivamente de las remesas que estamos recibiendo.
Y frente a estas consideraciones, la pregunta que ustedes nos hacen, es: qué está haciendo el Poder Legislativo.
El Senado de la República –y me da un gran gusto compartir esto con la senadora Cuevas, con el senador Oramas, y con Rafael Fernández- tiene una función sustantiva muy importante en el diseño republicano.
Porque toda la política exterior en algún momento es revisada y en ocasiones ratificada o no por el Senado de la República, la conduce el Ejecutivo Federal.
Yo quiero dar cuatro ejemplos el día de hoy, de aspectos en donde hemos hecho aproximaciones para poder tener algún acompañamiento:
Uno. Con los repatriados.
Dos. Con el voto de los mexicanos en el exterior.
Tres. En el diseño de una Ley General de Protección Consular.
Y, cuatro. Una ley donde varios participamos, que es la Ley General de Niñas, Niños y Adolescentes.
Estos cuatro son solamente casos aislados; no resuelven el problema completo.
Y celebro que esté, por ejemplo, el senador Oramas, que preside la Comisión de Frontera Sur, porque este es un tema de región. Por ejemplo, una de las cosas que no hemos sabido responder es por qué no atender a un concepto de América del Norte. Lo que Robert Pastor, de gratísima memoria y amigo de varios de nosotros nos decía, y que acaba de morir: “the north american concept”.
Nos tenemos que dar la oportunidad de diseñar un concepto diferente hacia una comunidad. Es más fácil llevar una cabeza de ganado, que obtener una visa para ingresar a los Estados Unidos, en algunas ocasiones; y esta contradicción es superlativa porque Estados Unidos es un país de migrantes.
Si uno observa el origen, prácticamente el 99 por ciento de la población de Estados Unidos no tiene un origen en ese territorio; vinieron hace cuatro, cinco, ocho, diez o doce generaciones. En mi caso, tengo también origen binacional y en la parte estadounidense, llegaron en el segundo barco; no en el Mayflower, llegaron en el segundo.
Entonces, cuando vemos qué podemos contribuir, voy a introducir en estos comentarios:
Recientemente en el tema de los repatriados, ante las exigencias de seguridad fronteriza, los temas de desempleo, condiciones sociales; estamos hablando que entre 2010 y 2012 tuvimos 1.24 millones de personas. Y cuando hablamos de esos números, huyendo del estereotipo, cada uno tiene nombre, rostro, corazón, domicilio, apellido y proyecto de vida.
En 2013, el Instituto de Migración nos decía que se recibieron 332 mil deportaciones en los nueve puntos de los estados de la frontera: Baja California, Sonora, Chihuahua, Coahuila y Tamaulipas; y esto se ha venido incrementando.
Y para hacer esto aún todavía más complejo, muchos de ellos son personas, niñas y niños, que no están acompañados.
Tenemos, por ejemplo, un senador de la República que es compañero nuestro, que fue alcalde de Mexicali, el senador Hermosillo; y ha venido empujando el tema porque de repente imaginemos lo que significa que en la frontera depositen niños y niñas sin acompañamiento, sin la adecuada atención. Es aberrante, es absurdo.
Y en un país como la Unión Americana esta frase tan despectiva: ilegal alliance, que es un monumento a la tontería, no es lo mismo eso que una persona indocumentada; es una falta administrativa, no es un delito, son seres humanos.
Además, la migración en el mundo es parte de la vida cotidiana. Año con año, hay más de 150 millones de inmigrantes en el mundo en movimiento; y si yo hiciera la pregunta a cualquiera de nosotros: ¿quiénes vienen de familia de migración?
Seguramente todos levantarían la mano, sea en migración regional, nacional o internacional.
Se han hecho propuestas, entonces, para que la Ley General de Población y la Ley de Migración puedan tener una atención mejor a este tema; reconociendo que desde luego, la ley es importante pero no cambia la realidad.
Segundo tema: el voto de los mexicanos en el exterior. El año pasado se aprobó una reforma política.
Ya desde las elecciones de 2006 y de 2012 los mexicanos viviendo en el exterior, tenían la posibilidad de votar para la Presidencia de la República. Sin embargo, las condiciones para poder votar eran sumamente adversas.
Para los que hemos encabezado gobiernos locales de estados migrantes o como senadores, hemos ido a las comunidades de migración; esto se resume en una expresión muy sencilla: con voz, foto y voto.
Voz, porque quieren ser escuchados. Foto, porque quieren ser credencializados; porque no existía la posibilidad –y esto ahora ya existe– en el plano legal, porque la cédula, la carta de identidad que otorga el Gobierno Mexicano no era la Credencial para Votar; pues ahora van a poder tener la credencia para votar.
La matrícula consular que se hizo como un gran avance no logra ser suficiente, porque no lo acredita como mexicano.
Lo primero fue la posibilidad de credencialización en el extranjero, entonces ahora va a haber un libro para mexicanos viviendo en México y otro libro para los mexicanos en la frontera.
Por ejemplo, si alguien de Michoacán quería votar para Presidente de la República tenía que prácticamente mentir porque tenía que decir, no podía decir “vivo en Chicago” sino decía “vivo en Jiquilpan, Michoacán” para poder votar.
Segundo, la forma de lograrlo. Ya no solamente va a ser el voto postal, va a ser el voto presencial y eventualmente el voto electrónico.
Para las próximas elecciones federales –no este año, las de 2018– los consulados de todo el mundo van a habilitar casillas para que las personas puedan hacer el voto presencial. Y si las condiciones de seguridad electrónica se dan, las personas van a poder votar de manera electrónica.
Una vez que se aprobó esto el año pasado en mayo, en una revisión más exhaustiva advertimos que había dos detalles que estamos queriendo corregir: Uno, el que el padrón esté permanentemente actualizado y que no solamente se actualice de manera periódica; y segundo, el que los Organismos Locales Electorales puedan tener mayor comunicación para poder ser eficaces.
La otra parte de la reforma –eso está pendiente– la otra parte de la reforma que logramos es que los mexicanos en el exterior van a poder elegir a sus gobernadores y a sus senadores, no solamente a su Presidente de la República. Esto de alguna manera los va a conectar un poco más.
Se dio una gran discusión si esto podría ser parar alcaldes o para diputados locales o diputados federales, en este momento se consideró que no era la mejor solución porque son personas que ya no están en un domicilio cercano y el origen de la representación es diferente. Sin embargo, si alguien vive en otro país y puede elegir a su gobernador, a su senador y a su Presidente de la República, consideramos que se podría dar un avance.
Tercer ejemplo. Entre algunos de nosotros estamos trabajando en el diseño de una Ley General de Protección Consular.
Tan sólo en Estados Unidos hay 52 consulados. No hay país del mundo que tenga más cantidad de consulados en un solo territorio, como el caso mexicano; y la cantidad de trámites que se hacen son inmensos.
Les platico una anécdota. Cuando estuve al frente del gobierno de Guanajuato teníamos una comisión de gobernadores en el área de migración y en ese momento los gobernadores de Oaxaca, Jalisco, Michoacán y Guanajuato visitamos los consulados de Los Ángeles, Dallas y Chicago. Y recuerdo mucho la conversación que tuve con el Cónsul General de México y le preguntaba cómo le iba, y me dijo: “Pues le voy a compartir. Mi nivel de atención es aproximadamente la población que tiene Guanajuato –Guanajuato tiene más de cinco millones– pero no tengo un gobierno para poder atenderlos”.
Solamente imaginemos la cantidad de trámites que se hacen en un Consulado. El Consulado tiene tres funciones: Uno, la parte registral (Actas de Nacimiento, de defunción, todo lo que se hace en materia registral, como Registro Civil); dos, la promoción de México (la parte económica, comercial, académica, política, turística); y tercero, la defensa de las personas.
Teniendo una comunidad de más de 30 millones de personas en Estados Unidos, imaginemos la cantidad de problemas civiles, penales, mercantiles, que son de una población de ese tamaño van creciendo.
Y particularmente ahora que el Presidente Obama anunció –aunque se está litigando la acción ejecutiva– que quiere proteger la deportación de al menos cinco millones de inmigrantes indocumentados de los 11 millones que ya radicaban en Estados Unidos; esto en acción diferida nos obliga también a tener mejores condiciones.
Por ejemplo, algo que no ha sido sencillo de modificar es la identificación. Un mexicano en Estados Unidos no tiene las facilidades próximas para que se le emita un acta de nacimiento.
Entonces, se ha venido trabajando para que, a través de los secretarios de gobiernos de los gobiernos estatales, de la Secretaría de Gobernación, el apoyo de la Cancillería, en algunos estados, sobre todo los de más alta migración, se pueda dar eso.
Hoy les platico una anécdota: un colaborador mío que estaba conmigo hasta la semana pasada, Juan Francisco Martínez, estudió RI en el Tec de Monterrey, se acaba de vincular al Consulado General en Miami y no llevaba su acta de nacimiento.
Entonces, hoy en la mañana me mandó un mensaje para decirme: pues se me olvidó mi acta, sin embargo la tramité de inmediato, pagué 13 dólares y ya me entregaron mi acta de nacimiento. Creemos que el cobro de los 13 dólares es excesivo, pero esa es otra historia.
Pero hay personas que ya pueden tramitar su acta de nacimiento y son aspectos donde en la vida cotidiana se tiene que ir viendo de manera muy directa.
Este nuevo proyecto que queremos trabajar para la atención consular, involucra al Instituto de los Mexicanos en el Exterior, involucra a toda la red consular y sobre todo una mejor articulación entre todas las autoridades, tanto del ámbito federal, como de los ámbitos estatal y municipal.
Cuarto ejemplo, a la que se refirió ya doña Gabriela Cuevas: la Ley General de Niñas, niños y Adolescentes. Uno de los temas y aquí está la cadena, Rafael Fernández la fue educando en el tema de la migración, es que la Comisión de Relaciones Exteriores y la Comisión de Educación y varias en el tema de los niños migrantes, pusimos un capítulo especial para una mejor atención a la niñez migrantes.
Una de las caras más invisibles y más dolorosas de la migración es esta parte. Imaginemos lo que significa dejar la familia en el Salvador, en Honduras, en Nicaragua, en Guatemala o lo que puede ser en Jalisco, Michoacán o Guanajuato: es destrozar la unidad familiar en la búsqueda de un sueño que es un tanto etéreo y que sigue siendo válido para muchos de ellos.
Y muchos de ellos adicionalmente viajan no acompañados y al no estar acompañados exponen su vulnerabilidad en una cantidad enorme de riesgos, su salud, su integridad física, su dignidad, su viuda misma, la explotación, la trata, razones sexuales, laborales, el abuso físico, sexual, en fin.
Y por eso en la nueva ley general que se promulgó en diciembre del año pasado, uno de los capítulos que quisimos cuidar con mayor detalle es la parte del acompañamiento a la niñez y a la adolescencia migrante y esto protege no solamente a los mexicanos, protege también a cualquier persona que esté en territorio nuestro.
Implica armonizar tratados internacionales, ver el alcance del interés superior de protección de la niñez, como principio de derecho internacional, poner las garantías de debido proceso, porque no son delincuentes, son personas que están en tránsito y que tienen problemas y que tienen que ser mejor atendidos.
Y si la autoridad los intercepta, pues tiene que haber un principio de respeto a la unidad familiar. Por ejemplo, si vienen acompañados por un familiar, que no los separen; si no vienen acompañados, buscar que estén en un mejor resguardo.
Hace un momento, en una entrevista, la senadora Cuevas comentaba que lamentablemente los centros que tenemos en el país parecen más centros de detención y es una autocrítica que tenemos que asumir y corregir, que centros de atención para este tipo de personas.
Entonces, estamos viendo el fenómeno de manera más integral, para ver la migración y eventualmente, cuando haya casos de repatriación.
En suma, el Senado es un lugar de encuentro y ustedes hoy, lo que están escuchando de parte de nosotros, son algunas experiencias aisladas muy importantes.
Les dejo solamente una imaginaria de 25 años. Si tuviéramos la oportunidad de reunirnos aquí dentro de 25 años, que probablemente sería imposible, pero vamos a pensar que lo logramos, ¿qué podríamos decir de cada uno de nosotros?
¿Tendríamos una comunidad de América del Norte? ¿Tendríamos una mejor atención a la migración? ¿Estaríamos pensando en un aspecto de alianzas más armonizadas y más sensibles en la vida empresarial, en la vida académica, en la vida política o estaríamos cómodamente sentados escuchando a otros senadores y a otros alumnos que nos estarían platicando lo que no hicimos y lo que dejamos de hacer?
En este sentido, la responsabilidad es muy importante. La palabra responsabilidad viene a dar respuesta a las cosas.
Y por eso tenemos que preguntarnos: si no es hoy, ¿entonces cuándo? Si no es aquí, ¿entonces dónde? Y, si no soy yo, ¿entonces quién lo va a hacer?
Bienvenidos.
La página de la historia está por construirse.
Su liderazgo, sus sueños, sus esperanzas, ahí tienen que reflejarse.
Muchas gracias.
PRESENTADOR: Escuchemos ahora, la intervención del senador Arquímedes Oramas Vargas, Presidente de la Comisión de Asuntos Fronterizos Sur.
SENADOR ARQUÍMEDES ORAMAS VARGAS: Primero, antes que nada, permítanme saludarles con gran respeto a todos.
Déjenme comentarles que me siento muy orgulloso de poder compartir este Foro con jóvenes.
Yo he tenido la gran oportunidad de construir, durante muchos años, con nuevas generaciones y creo mucho en el tema que los jóvenes no son el futuro sino son el presente.
Pero de manera especial creo que son quienes tienen la alta responsabilidad de poder construir un mundo mejor.
Y me siento muy orgulloso porque en el Senado de la República me ha tocado trabajar con grandes senadores.
Quiero hacer una mención especial el hecho de que hablar después de escuchar a la senadora Gabriela Cuevas, con quien me ha tocado estar en muchas reuniones pero ella con una gran entereza, un gran conocimiento de causa, es una gran responsabilidad.
Hablar después de mi amigo y senador Carlos Romero Hicks, que realmente es uno de los grandes educadores del país, para mí es un orgullo, estimado amigo.
Y hablar ante tan selecto grupo de jóvenes y de profesores universitarios, de personas que están construyendo de manera distinta, es una gran responsabilidad.
Por eso, ahorita que platicaba yo con David Cano, que también orgullosamente, y me da un gran gusto, es mi paisano, del Estado de Tabasco.
Y platicaba yo cómo estaba trabajando y cómo estaban haciendo las cosas desde este grupo de enfoque. Realmente me da mucho gusto.
Y poder compartir con Atanael de Stanford y todo el grupo que está aquí, para mí, en serio que me permite construir de manera distinta.
Ya me he llevado algunos minutos en esto, pero yo creo, de manera especial, que hoy el mundo ha cambiado mucho.
Ha cambiado; hoy estamos hablando de un mundo de comunicación muy rápida, de watts, de manera distinta, de redes sociales, y lo que decimos ahorita en tres segundos se sabe fuera.
Hoy, de repente volteamos a ver el problema de migración que, como bien decía mi amigo don Carlos, es un problema de hace muchos años.
Pero que de repente después de un estallido social y después de que un escándalo internacional, porque se encontraron muchos niños ahí deambulando por México y transitando México solos; solos, menores de 15 años entonces de repente voltearon a ver; la comunidad internacional volteó a ver a México.
Y de repente dijeron: hay una frontera sur, y voy a hablar por mi frontera porque al fin de cuentas, porque todo mundo veía la frontera norte.
Una frontera próspera, porque la cercanía con Estados Unidos le ha permitido establecer lazos comerciales, pero también le ha permitido hace las cosas totalmente distintas.
Hablamos de que la frontera con Estados Unidos son más de 3 mil kilómetros, y la frontera del sur son mil 200, mil 300 kilómetros pero totalmente distintos. Y de repente, después de encontrarnos con un problema donde se encuentran unos niños, dijeron: “¡Ay!, tenemos frontera sur también”.
Y entonces, de repente voltearon a ver qué teníamos qué hacer para que no llegaran tantos indocumentados a Estados Unidos. Estados Unidos, que yo siempre he tenido la gran percepción de que tenemos que ser grandes aliados, y bien lo comentaban mis compañeros senadores, Estados Unidos tiene un origen multicultural.
Hace unos días tuve la oportunidad de estar con el gobernador Greg Abbott, ahí en Texas, en la toma de protesta del secretario de Estado; y mi gran sorpresa fue que el secretario de Estado, Carlos Cascos, es de padre de Tamaulipas y de madre del DF; y que me dio mucho gusto saber que se había ido a los cuatro años pero que sigue permanentemente vinculado con los mexicanos; y que uno de sus grandes estandartes es seguir fomentando el tema de la prosperidad entre los países a través –como bien lo decía la senadora Gabriela– de la prosperidad con las organizaciones civiles y las organizaciones empresariales.
Así fui, así llegué y me dio mucho gusto, porque en la toma de protesta durante ocho minutos hablaron de México; y eso me dio más gusto todavía porque hablaron y de repente se dieron cuenta, y es la temática que se está presentando en Estados Unidos, el hecho de que nos necesitamos; que necesitamos mejorar nuestras relaciones; que necesitamos construir una relación distinta.
Y en esa construcción muchos soñamos en un mundo sin fronteras, porque creemos necesariamente que el tema de los derechos humanos, el tema de que no se debe de violentar el derecho y el libre tránsito y en la búsqueda de mejores oportunidades, muchos de Centroamérica pasan por México.
Por eso, cuando se habla acerca de cuántos hispanos están en Estados Unidos, y hablamos de que para el 2060 va a haber una proyección de casi 129 millones, que esto va a significar casi el 31 por ciento de la población en Estados Unidos; pero bueno, comenzamos a voltear a ver que necesitamos hacer más próspero todo el entorno.
¿Por qué? ¿Cuáles son los retos de la frontera sur? ¿Cuál fue la manera en que el gobernador Abbott ve el tema de la frontera?
Porque uno de los problemas que tienen, y Texas tiene una gran migración y tiene una gran cantidad de mexicanos trabajando allá; pero efectivamente, muchos de los mexicanos van y regresan; muchos de los mexicanos van, están allá y se regresan; cosa que no pasa con muchos de los que vienen de Centroamérica, que ese ha sido un problema muy grave.
Cuando hablamos de Centroamérica, estamos hablando de pobreza, estamos hablando de falta de oportunidades de crecimiento y muchas están creciendo y están pasando por México para llegar al otro lado. Y entonces su preocupación, la preocupación que se ha dado en la comunidad internacional es:
Uno, que tenemos que atacar los lugares de origen, en otras palabras, en México lo estamos haciendo a través de que aquí en el Senado inició un proyecto de conformación de una dependencia, que está en la Secretaría de Gobernación, para atender los asuntos de la frontera sur. Pero se pensaba y se piensa en la comunidad internacional, que tenemos que atacar, que ahí en los lugares de Centroamérica haya más prosperidad; porque si tienen lo necesario ahí, no van a ir a Estados Unidos.
Necesitamos ver cómo hacemos próspera toda la franja de Centroamérica y, efectivamente ahí hay grandes factores y una gran necesidad.
Pero también en México necesitamos ver eso. En México ha pasado el hecho de que por la frontera sur, fíjense nada más que tengo en tendido que son 14 puntos de paso, no pasan de 15 puntos de paso lo que son en toda la frontera en Estados Unidos, no, perdón, en el sureste, cuando en Estados Unidos existen más de 50 pasos, pero además existen más de 300 pasos informales en la frontera sur, es una frontera muy porosa, y lógicamente ahí pasa de todo, pasan cosas buenas y pasan cosas malas, porque si llegan a Estados Unidos y dejan la ruta de la droga, que mucha gente se resiste a decirlo pero por aquí pasa de todo. Qué casualidad que van a llegar los medios de transporte llenos y se van a regresar vacíos; algo tiene que regresar.
En ese tema de la necesidad se ha pensado en detenerlos acá, pero con esa iniciativa que se realizó, con una iniciativa que se hizo aquí en el Senado de la República de pensar en la frontera próspera, nosotros seguimos pensando que hay que seguirle invirtiendo a la frontera.
¿Cuáles son los programas de la Frontera Sur?
Uno, hay que cuidar los derechos humanos. Dos, hay que ordenar el flujo migratorio, porque efectivamente en muchas ocasiones no solamente Estados Unidos tiene problema, sino la zona sur-sureste de México ya lo tiene.
Antes los tabasqueños veíamos que la frontera estaba lejísimos, porque no veíamos a los centroamericanos caminando por nuestras calles; hoy los vemos ahí.
Tabasco tiene el tercer lugar de secuestro en todo el país y la frontera tiene una gran incidencia, los secuestran en México y se los llevan al otro lado y después aparecen.
Tenemos una gran necesidad de que haya seguridad, por eso también se pensó en ordenar el paso y alentar que se regularicen los que están en esa zona. Hay que ordenar y hacer una protección y una acción para que los migrantes que pasen por México también se les cuiden sus derechos.
Yo creo de manera muy especial que tenemos que pensar y ser responsables también con nuestros amigos y hermanos centroamericanos.
Pero no solamente pasan centroamericanos. Hay una ruta, que es un tema muy largo de explicar, pero que algún día me va a permitir la vida también construir en ese tema, porque hay otros; de repente encontramos migrantes de otras latitudes. Gente que viene de Asia, gente que viene de África y ahí los encontramos.
¿Por qué? Porque también se ha hecho un tema de comercio humano y que tenemos que cuidarlo, porque se están vulnerando los derechos humanos de los seres.
Por eso yo quisiera terminar hablando que, como tabasqueño y como senador Presidente de la Comisión de Asuntos Fronterizos Sur, estoy plenamente convencido que la atención al fenómeno migratorio entre México y Estados Unidos no debe de centrarse exclusivamente en las fronteras comunes. Se tiene que pensar también en todas las acciones que tenemos que hacer en bien de la humanidad.
Considero que deben haber mejores respuestas a los problemas de todos los centros mexicanos y buscar y atender las dos dimensiones de la frontera.
Sí, atender los problemas que hay en la frontera norte, pero también tenemos que voltear a ver la frontera sur.
Que tenemos que buscar que haya una frontera próspera no solamente en Estados Unidos, con la de Estados Unidos, sino también con la que hay en el sur-sureste.
El fenómeno migratorio entre México y Estados Unidos tiene un origen que en gran medida no solamente se da ahí, allá, sino estamos pensando que en México pasan cerca de 250 mil migrantes y muchos de ellos son centroamericanos.
Yo quisiera terminar diciéndoles: Yo creo en un México distinto. Yo creo en un México distinto porque yo creo en un mundo distinto. Yo creo que efectivamente tenemos que pensar en la paz; yo creo que sí hay soluciones para la pobreza y que se debe de terminar con la desigualdad y yo creo que ustedes son un motor muy importante para ello.
Y cuando digo ustedes, porque ustedes están en el sistema educativo, porque ustedes y hemos coincidido muchos, de que el sistema educativo es el motor para el desarrollo de cualquier parte del mundo, pero muy pocos sabemos cómo echarlo a andar.
Ustedes son la gasolina, ustedes son ese motor.
Yo creo en un México distinto, por eso lucho todos los días pensando que hay que poner a la hora todas las legislaturas y pienso de manera muy especial que nuestros hijos, mis hijos, merecen un México y un mundo mejor.
Muchas gracias y muy buenas tardes.

****** (Sigue segunda parte) ******