PARTICIPACIÓN DEL DIRECTOR DEL INSTITUTO MEXICANO DEL SEGURO SOCIAL, JOSÉ ANTONIO GONZÁLEZ ANAYA; DEL SECRETARIO GENERAL DE LA CONFERENCIA INTERAMERICANA DE LA SEGURIDAD SOCIAL, JUAN ALFREDO LOZANO TOVAR; Y CLAUSURA DE LA SEMANA DE SEGURIDAD SOCIAL 2014.
DOCTOR JOSÉ ANTONIO GONZÁLEZ ANAYA: Muchas gracias al Senador Mayans, a la Senadora María Elena Barrera, al Senador Carlos Mendoza, al Senador Joel Ayala –que no lo vi ahora que entré–; él es el culpable de que esté metido en estos temas desde hace más de 10 años, de la seguridad social, que he estado platicando temas con él y de quien he aprendido muchísimas cosas sobre estos temas en general.
Antes que nada, una reflexión sobre el Foro. De entrada, es para mí un honor participar de nuevo en esta Semana Nacional de Seguridad Social, que organiza el Congreso de la Unión; y participar en esta última sesión de la Cámara de Senadores.
Este tipo de diálogos fomentan y construyen alrededor de un tema fundamental para el país; que es la seguridad social. Y la seguridad social es uno, si no es que el más, pero sin duda es uno de los pilares más importantes para el bienestar nacional y la cohesión social que existe en este país.
En México, en el Instituto Mexicano del Seguro Social, existe desde hace 71 años –el año pasado cumplió 70 años–, y ha funcionado como una Institución fundamental para dar la seguridad social –y aquí soy amplio en la definición de la seguridad social–; y es por eso que estos foros son tan valiosos.
En esta mesa se han tratado el tema de la reforma de salud, los principios de la seguridad social, las reformas de salud en la creación del Sistema Nacional, el de Salud. Y aunque venía yo al cierre, algunas reflexiones sobre este tema: es de todos sabido que en México, como en el resto del mundo, estamos enfrentando una transición epidemiológica y una transición demográfica que le ponen presión a las finanzas de los institutos de seguridad social, en nuestro país, pero también en el mundo.
¿Qué significan estas dos transiciones?, y todos las conocemos: la primera, la demográfica, es el envejecimiento natural y progresivo de la población. Cada vez tenemos una proporción mayor de adultos mayores por cada trabajador que está laborando.
Esta cifra, a principios de los 70’s teníamos 15 trabajadores por cada pensionado o jubilado; y hoy tenemos 5, y esta cifra va a continuar bajando paulatinamente y no hay nada que nadie podamos hacer, eso está ocurriendo en todo el mundo y va a seguir ocurriendo.
La transición epidemiológica, en la cual hace unos 20, 30 o 40 años nos enfermábamos de enfermedades infecciosas, que se curaban con alguna pastilla, algún antibiótico, que hay algunas más o menos caras, pero al final del día era un tratamiento relativamente acotado.
Hoy nos enfermamos de cosas que son mucho más caras de tratar: nos enfermamos de cánceres, nos enfermamos de diabetes y nos enfermamos de hipertensión. Esto, naturalmente le pone presión a las finanzas de las instituciones de la seguridad social, y el IMSS no es la excepción.
¿Qué estamos haciendo para enfrentar este tema?
Tenemos una estrategia muy clara, dos objetivos muy claros, que parecen contradictorios pero no lo son: primero, mejorar la calidad y la calidez de los servicios, sobre todo de salud, pero también de los otros servicios que hay da la institución, que son muchos. Y, dos, sanar financieramente al IMSS.
Esto parece ser contradictorio, porque uno pensaría que para mejorar la calidad y la calidez de los servicios se necesitan mayores recursos y seguramente sí, pero si hacemos cosas como mejorar la productividad, como aumentar la transparencia con la cual compramos los bienes y servicios, y fomentamos el cumplimiento de las obligaciones de todos los participantes, de los patrones, de los trabajadores, de los derechohabientes y de la institución, podemos hacer cosas que nos permitan llegar a estos objetivos de una manera gradual pero segura.
Y hemos tomado algunas medidas alrededor de esto, no las elaboro todas, pero el IMSS ha estado trabajando ya desde hace algunos meses en simplificar sus trámites y eliminar algunos de sus trámites.
Hasta junio del año pasado, las cuotas obrero-patronales se pagaban en personas, en el banco o con un floppy; hoy ya no, hoy ya se pueden pagar de manera electrónica. Esto parece una trivialidad, pero hoy tenemos más de 350 mil empresas que están pagando de manera electrónica sus cuotas obrero-patronales que si, para visualizar el tema, son 350 mil gentes que no tuvieron que ir al banco, que no tuvieron que agarrar un coche, y si ponemos una fila de coches de 350 mil, es una fila de aquí a Mérida, es una cantidad muy grande.
Pero no terminamos ahí. Redujimos los trámites de afiliación a la mitad y estamos trabajando en digitalizar los trámites más utilizados y ya empezamos con los dos primeros. El primero, que ya está funcionando, no hemos hecho anuncios muy grandes porque todavía estábamos trabajando en la estabilización del sistema, pero ya lleva poco más de un mes funcionando, que es la asignación del Número de Seguridad Social.
Este trámite se hace unas 200 mil veces al mes; como 230 o 240 mil veces al mes. Llevaba varias horas hacerlo, desgraciadamente, y ahora se puede hacer de manera electrónica. Más de 60 por ciento de este trámite ya se está haciendo de manera electrónica. Eso es productividad pura para los usuarios, pero también para la institución, porque nos permite dedicarnos a otras funciones más esenciales.
He platicado y hemos platicado de la receta resurtible. El IMSS es una institución muy grande, todos la conocemos, pero hago un paréntesis con tres números que repito seguido, es una institución que tiene 428 mil empleados, seis mil unidades médicas, que implica que si visitáramos una diaria se necesitan como 20 años para visitar todas las unidades médicas del IMSS.
Da medio millón de consultas diarias; atiende a 200 mil niños en guarderías, 50 mil urgencias, cinco mil cirugías. Es una institución bastante grande.
Nos dimos cuenta que una cantidad significativa de las gentes que vienen a consulta todos los días era gente que venía a renovar su receta, nada más; y la mejor práctica médica nacional e internacional para algunos padecimientos es que sólo viniera una vez cada tres meses y no una vez cada mes.
Desde agosto del año pasado, para ciertos padecimientos crónicos que están controlados, sólo tienen que venir una vez al mes y reciben una receta que le llamamos “resurtible”. Eso libera, porque no le ahorra, pero le libera al IMSS siete millones de espacios de consulta al año.
Eso quiere decir que ya no vamos a tener los problemas de congestión que tenemos en el IMSS, no; pero sí significa que podemos atender a siete millones más de gentes que no estábamos atendiendo con la misma infraestructura; estamos aumentando la productividad, fomentando el cumplimiento de las obligaciones de todos.
Y finalmente una cosa que se ha comentado mucho: el IMSS liberó la compra consolidada de medicamentos más grande de la historia, compramos casi 43 mil millones de pesos en medicinas, que es poco más que una vez y media el presupuesto de la UNAM, para darnos una idea de qué tamaño es y esto produjo ahorros de 3 mil 700 millones de pesos para todo el sector salud que participó con nosotros.
Son medidas como éstas en las que estamos trabajando para mejorar la calidad y la calidez de los servicios y a la vez ir encaminando a la institución en una ruta financieramente sustentada.
¿Cómo embonamos todo esto?
Alrededor del mandato, la instrucción del Presidente de la República, de crear un Sistema de Salud Universal, pues estamos trabajando muy de cerca bajo la rectoría de la Secretaría de Salud en fomentar que los tres grandes prestadores de servicios de salud en este país, que son el IMSS, el ISSSTE y el Seguro Popular trabajemos de manera conjunta, para que en el tiempo podamos crear un solo sistema y la gente acceda a un sistema más eficiente, más eficaz y con mejor servicio y atención para los derechohabientes.
Sólo el IMSS tiene cerca de 70 millones de derechohabientes, lo que es una enorme responsabilidad.
Esas son mis reflexiones sobre en dónde estamos, en qué estamos trabajando y a dónde vamos, les agradezco, senador Mayans, senador Joel Ayala, por todas las pláticas que hemos tenido durante todos estos años, senador Isaías Cuello.
Felicitar al Senado de la República por la celebración de estos espacios de diálogo constructivo para fomentar la formación de acuerdos en temas tan fundamentales y tan esenciales para la población, como es la salud y la seguridad social.
Muchas gracias.
SENADOR FERNANDO ENRIQUE MAYANS CANABAL: Muchas gracias al doctor José Antonio González Anaya, Director General del Instituto Mexicano del Seguro Social, la institución de seguridad social más grande de América Latina.
Vamos a proceder a la clausura de esta semana maravillosa, estamos muy entusiasmados, teneos dos auditorios adicionales a este improvisados con pantallas, porque ha habido mucha audiencia afortunadamente.
Les quiero decir que hemos roto el rating del Canal del Congreso, de hecho ahorita hay sesión aquí, en el Senado de la República y lo que están pasando en vivo es esta sesión, estamos en vivo, con un saludo a todo el auditorio del Canal del Congreso de México.
Agradecerles a todos y cada uno de ustedes que son lo más importante para nosotros. Siempre nos tachan de que si hay compromiso político, no. Miren, se los digo modestamente, el único compromiso que tiene el Senado de la República es con el pueblo de México, no se equivoquen.
Por eso estamos haciendo todos estos ejercicios, por eso los diputados nos acusan de que si nos tardamos mucho, pero aquí abrimos las discusiones al pueblo de México.
Así estamos con el seguro de desempleo, la pensión universal, hemos tenido muchos foros, escuchamos a los trabajadores, al gobierno, a los académicos, a los empresarios, a todos y las puertas, todos ustedes son testigos, están abiertas de par en par del Senado de la República, para quien quiera entrar y escuchar y participar en todas estas discusiones, que sin duda alguna van a enriquecer el debate nacional y que el púnico objetivo es mejorar la vida de todos los mexicanos, vivir felices, con bienestar y ese es el objetivo de todos nosotros.
¿Qué tanto podemos lograrlo?
Nada más voy a decir una frase: con el pueblo todo, sin el pueblo nada y ahí está el ejemplo en la reforma energética, que nos dejó el pueblo solos acá.
Vamos a entrar a la clausura. Yo le pido al licenciado Juan Lozano Tovar, si hace uso de la palabra. Él es el Secretario General de la Conferencia Interamericana de la Seguridad Social, con una gran experiencia en la materia. Muchísimas gracias por acompañarnos y le cedemos la palabra.
DOCTOR JUAN ALFREDO LOZANO TOVAR: Gracias. Buenas tardes.
Senador Mayans: Gracias por la hospitalidad. Quiero decirle que muy probablemente el rating que tiene esta sesión de trabajo, no es producto de una casualidad.
Justamente hace unas semanas presentaba en México la OCDE, un informe al que le llaman “Cómo va la Vida”.
Este informe pretende recabar elementos fundamentales sobre la gestión de la vida de la población de los países miembros de la OCDE y sus niveles de satisfacción.
Y uno de los hallazgos relevantes de este estudio es que la gente tiene algo de hastío y de desconfianza.
Dice la gente, en términos generales, que los políticos de repente hablan mucho de política y poco de lo que a la gente le importa.
Y esta semana, esta sesión, este esfuerzo del Senado de la República, es una demostración de que es posible retomar aquellos temas que son efectivamente los que más le importan a la gente y no me extrañaría absolutamente nada que esa fuera una de las razones fundamentales por las que el Canal del Congreso tiene un rating tan elevado, exactamente viendo esto, porque la seguridad social está clavada en la médula del interés de la gente.
Saludo con mucho respeto y reconozco el esfuerzo que está haciendo el Senado de la República, particularmente la Comisión de Seguridad Social.
Quiero saludar a la senadora María Elena Barrera. Me da mucho gusto saludarla.
Saludo también con mucho respeto al senador Isaías González Cuevas, que nos hace el favor de acompañar. Qué gusto verlo senador.
Al senador Joel Ayala.
Al senador Carlos Mendoza Davis.
A los distinguidos miembros de esta Mesa.
Y con el permiso del Director General del IMSS, que es además el Presidente de la Conferencia Interamericana de Seguridad Social, les haré una reflexión muy breve.
Y es que, sin lugar a dudas, vivimos retos muy significativos en materia de seguridad social.
Hay muchos factores exógenos que están pegándole de hecho a la seguridad social y que demandan que estemos mejor preparados en el futuro para poder atajar estas nuevas circunstancias, estas emergentes circunstancias.
Por ejemplo, el cambio climático está provocando migraciones como nunca en la historia de la humanidad se habían presentado.
Tan sólo en el año 2012, 30 millones de personas migraron producto de sequías, por inundaciones, que son resultado del cambio climático. Las migraciones de ese tamaño tienen un impacto fundamental en la seguridad social.
Y se espera que en el año 2050, las migraciones estén implicando a mil millones de seres humanos.
Otros asuntos tienen que ver con el desempleo. Efectivamente, el desempleo es un flagelo contra el que se tiene que luchar; la informalidad es un flagelo importante.
Pero no debemos perder de vista la importancia que recae en analizar el desempleo desde la perspectiva del impacto nocivo que está generando en los jóvenes.
Por cada adulto que existe en el mercado desempleado, hay tres jóvenes desempleados. De ese tamaño es la desventaja que existe para los jóvenes en materia de desempleo.
Y tenemos otras circunstancias que son por demás retadoras y que le pegan en la médula a la seguridad social, y que tiene que ver con la inequidad.
Fíjense ustedes que esto es algo que nos pega en todo el mundo, no es exclusivo de nuestra Nación, pero efectivamente la brecha que existe entre riqueza y pobreza aún sigue siendo demasiada ancha.
En este salón probablemente tengamos espacio para más de 100 personas. Imagínense que en este salón hubiese exclusivamente 85 personas; las 85 personas más ricas del mundo.
Bueno, pues esas 85 personas más ricas del mudo tienen la misma riqueza que 3 mil 500 millones de habitantes del planeta tierra: 85 contra 3 mil 500.
Así que, en medio de estos retos, no nos resta más que tomar las cosas con mucha seriedad, identificar que las soluciones de fondo descansan en políticas públicas profundas, bien planificadas. Y también en el aliento que debemos tener en circunstancias emergentes, que nos permiten ver el entorno también con optimismo.
Hay dos elementos que para mi gusto, son muy relevantes y que deben llamar la atención: hoy más que nunca en las comunidades democráticas –y es el caso de México– somos más tolerantes, somos más incluyentes que nunca.
Los esfuerzos institucionales, los esfuerzos de la sociedad, los esfuerzos del sector político para incluir a la sociedad; los esfuerzos para la inclusión y para la tolerancia tienen muchas manifestaciones. Y hoy podemos disfrutar de ese beneficio fundamental que nos aporta la ventaja de vivir en un Estado democrático.
Y sin lugar a dudas, también hoy somos más conscientes de nuestro papel social. Es muy importante tomar en consideración que los seres humanos hoy, particularmente los mexicanos, estamos más conscientes de las medidas de autocuidado que debemos tener, nuestro autocuidado personal; estamos conscientes de las medidas de civilidad que debemos tener para coexistir con los demás; y estamos conscientes además, de las medidas de cautela que debemos tener para cuidar nuestro entorno, incluyendo nuestro planeta.
Pero esto forma parte de un camino alentador que, sin lugar a dudas, es un camino inconcluso. Y aquí se nos presentan dos circunstancias que son verdaderamente retadoras: una tiene que ver con nuestras grandes aspiraciones; y otra tiene que ver con daños que nosotros mismos nos hemos hecho.
Déjenme decirles, nuestras aspiraciones hoy son más altas que nunca. Uno de los legados fundamentales que nos dejó el siglo XX y que hoy emprendemos en el siglo XXI, tiene que ver con que cada vez son más consistentes y más serios los esfuerzos para establecer condiciones de equidad. Estamos hablando hoy cada vez más en el mundo de la importancia, de la necesidad de establecer pisos de protección social para los desprotegidos.
Hoy más que nunca se habla de la necesidad de que la seguridad social, el acceso a la salud, el derecho a una pensión digna, no sea un derecho exclusivo de los trabajadores o de sus familias; sino de cualquier persona en el mundo. Que sea la seguridad social un derecho humano.
Y esta aspiración, si bien es necesaria, si bien nos dignifica como colectividad, nos dignifica como sociedad; representa un esfuerzo, un reto monumental porque la siguiente pregunta que se hace cuando estamos elevando la barra de nuestras aspiraciones es, ¿y cómo le vamos a hacer para pagar? ¿De dónde vamos a sacar los recursos para poder dar satisfacción a necesidades que son tremendamente costosas?
Pensemos nada más que 500 millones de personas en el mundo, 500 millones hoy no están ahorrando para su retiro; y el 80 por ciento de la población global, no tiene garantizados servicios de salud. Ya no hablemos ni siquiera de salud de calidad o de servicios equitativos en materia de salud.
En este contexto, es muy importante tomar en consideración que este es un buen momento para que comencemos a pensar en la importancia de adoptar políticas públicas que, cada vez más puedan ir impactando el origen de los problemas, no solamente los efectos de los problemas.
Y el origen de muchos de los problemas financieros que hoy vivimos en materia de seguridad social, tiene que ver, tan sencillo como con nuestros hábitos: la obesidad, la diabetes, las enfermedades cardiovasculares y las enfermedades pulmonares, son las más costosas hoy del mundo; son las enfermedades que más incapacidad están provocando en el mundo; son las enfermedades que más daño nos están haciendo no solamente en términos de los costos que tenemos que pagar en términos de atención en salud, sino que también nos están pegando en términos de productividad.
Fíjense ustedes que tan sólo en el año 2000 en los Estados Unidos de América, las personas que tenían diabetes faltaron en promedio a trabajar ocho días; esto representó más de 14 millones de días de ausentismo, de incapacidad laboral. Imagínense lo que esto representa en términos de costos de productividad. Y estos flagelos necesitamos hacer un esfuerzo colectivo para enfrentarlos de origen.
Nos es dado pensar y pensar equivocadamente que la atención de estos flagelos es responsabilidad exclusiva del sector salud y no, en realidad esto debe ser parte de un esfuerzo colectivo que involucre al sector educativo, que involucre al sector regulatorio, que involucre al sector financiero y que existan los pesos y contrapesos que nos permitan establecer condiciones para que este tipo de flagelos no nos estén provocando los profundos daños que están ocasionando en nuestra sociedad.
Y las cosas van a seguir complicándose. En los próximos años se nos va a acabar un bono que nos regaló el siglo XX. En el siglo XX hablábamos con mucha frecuencia y con mucha alegría que teníamos el llamado “bono demográfico”; esto es que había más jóvenes que adultos, que había más jóvenes que viejos.
Esto está a punto de acabarse en México y está a punto de acabarse en la mayoría de los países del Continente Americano en el transcurso de los siguientes 20 o 25 años.
En el año 2020 se romperá ese equilibrio y a partir de ese momento ya no podremos decir que vivimos en un país predominantemente joven. Y la implicación de esto es muy seria para la seguridad social, ya lo comentaba el director general González Anaya, cuando un sistema de seguridad social depende con tanta necesidad de los jóvenes, porque son los jóvenes y su fuerza de trabajo, su fuerza laboral y la productividad que ellos generan la que nos permite establecer mejores condiciones para el financiamiento de la seguridad social.
Así pues, no me resta más que reiterar mi reconocimiento y nuestro respeto al Senado de la República por el gran esfuerzo que está haciendo. Y señalar que los grandes cambios que se pueden producir en la sociedad, sin lugar a dudas los más relevantes, los más importantes, los más trascendentes, son los que resultan de los procesos legislativos, porque esos procesos acompañan a los cambios de un pilar fundamental, que es el pilar de la ley; es la solidad y la fuerza el imperio de la ley lo que nos permite generar cambios de largo plazo, cambios importantes.
Muchas gracias por su atención.
PRESENTADOR: Muchas gracias al señor licenciado Juan Lozano Tovar, Secretario General de la Conferencia Interamericana de Seguridad Social.
Distinguidas, distinguidos invitados; señoras y señores: A continuación, el señor Senador Fernando Mayans Canabal, Presidente de la Comisión de Seguridad Social del Senado de la República nos habrá de dar a conocer los puntos finales y conclusiones de este foro.
SENADOR FERNANDO ENRIQUE MAYANS CANABAL: Nuevamente agradecerles a todos y a cada uno de ustedes, a los que nos acompañan hoy en día aquí en el auditorio, a los que nos ven, por ese entusiasmo, ese interés y ese empuje que le dan a la seguridad social en nuestro país, que es nuestro motor que necesitamos para ir avanzando, ir mejorando.
Segundo, agradecerle al doctor José Antonio González Anaya, que nos acompañe hoy en el evento, en la clausura. Quisiéramos aprovecharlo todo, en sacarle información, que nos diga preguntas, pero bueno, decía Borges que la vida es un instante y los instantes de la semana se terminan.
Obviamente el tema da para mucho más y vamos a seguir insistiendo en estar consultando al pueblo de México sobre los temas fundamentales para el país.
Les quiero decir que con el doctor José Antonio González Anaya tenemos una comunicación constante, directa y fraterna, de confianza, y podemos discutir y analizar todos los temas, decirnos de todo, y créanme que hemos llegado a buenos consensos con el Director General del IMSS. Además, es una gente joven, es una gente preparada y con mucha sensibilidad social, que eso ayuda mucho a que los temas avancen.
También quiero aprovechar la ocasión de agradecerle profundamente a la maestra Odilia Ulloa, que es una de las partes fundamentales de la Comisión de Seguridad Social de este Senado de la República. Es de la gente que más sabe que conozco de seguridad social en México y afortunadamente la tenemos aquí, entre el equipo de la Comisión de Seguridad Social.
Igual al maestro Enrique Pedraza, el Secretario Técnico de la Comisión, también por su amplio conocimiento y su dedicación y esfuerzo para que este evento fuera posible. Muchas gracias Enrique Pedraza y muchas gracias a todos los que forman parte de la Comisión de Seguridad Social y por supuesto muchas gracias a todos mis compañeros senadores, que forman parte de la Comisión de Seguridad Social, el senador Joel Ayala, líder y un ejemplo muy comprometido con el sector de los trabajadores.
El senador Carlos Mendoza David, el senador Isidro González, nuestra amiga María Elena Barrera Tapia, muchas gracias y muchas gracias también a los panelistas.
Quiero comentar que la Comisión de Seguridad Social del Senado de la República, con la celebración de esta semana, refrenda su compromiso con la principal propuesta de la Declaración de Guatemala de 2009, que es la de sensibilizar e involucrar a las actuales y futuras generaciones en el conocimiento de la seguridad social.
Con los acuerdos aprobados por el pleno en las sesiones ordinarias de fechas 7 y 20 de febrero del 2013 y 2014, respectivamente, el senado de la República ha exhortado respetuosamente al titular del Poder Ejecutivo Federal, para que declare la última semana de abril como la semana de la seguridad social en México, con una votación unánime, todos los senadores a favor.
Sin embargo, desde aquí aprovecho para decirle al señor Presidente Enrique Peña Nieto, que seguimos esperando, que no nos deje plantados y que declare la última semana de la seguridad social en México, la última semana de abril, que con mucho respeto ya van dos exhortos y vamos a seguir como disco rayado, hasta que el Presidente se anime y declare la semana.
Una declaratoria de esta naturaleza permitirá comprometer a las autoridades de nuestro país de educación, del trabajo, de salud y de seguridad social, a impulsar acciones educativas permanentes, que incidan en la niñez hasta las personas adultas mayores para generar y arraigar la cultura de la seguridad social, como un derecho social integral, como obligación solidaria de todos y de cada uno de los mexicanos, en la medida de sus posibilidades y de sus capacidades y como garantía del Estado para la justicia, la redistribución y la estabilidad social.
Con la celebración de la semana de la seguridad social, el Senado de la República constituye un espacio para la reflexión, el diálogo, el debate informado, respetuoso y como todos aquí hemos testificado, plural, sobre todo los principales temas, avances, diagnósticos, problemas, oportunidades y retos de nuestras instituciones de salud y de seguridad social.
Y para cientos de miles de trabajadores de la salud, que se encargan día tras día, jornada tras jornada, de la salud, la enfermedad de la inmensa mayoría de la población de nuestro país.
Como dijo el día de ayer nuestro compañero senador y Secretario de la Comisión, Isaías González, la semana debe convertirse en un foro a favor de una cultura de escuchar y de la cultura democrática y agregaría; buscamos que se constituya en un foro abierto para la búsqueda de consensos, más que de disensos.
Esta semana la dedicamos a un debate abierto, de la mayor trascendencia para nuestra generación, que nos compromete con las futuras generaciones, para asegurarles su derecho a la protección de su salud y a su seguridad más amplia, la seguridad social.
Este debate no es menor, porque las propuestas que se formulen al Congreso de la Unión para una transformación o reestructuración del sistema público de salud, necesariamente tendrán que ser evaluadas, si bien considerando el estado real en que se encuentra la salud y la seguridad social, considerando en todo momento el derecho que los mexicanos nos hemos dado en la protección de la salud, plasmado en el Artículo 123, Cuarto y Primero de nuestra Constitución Política.
Este debate no es menor, como hemos podido constatar a través de las exposiciones de nuestros panelistas, en las participaciones agudas, inteligentes y respetuosas de asistentes a las mesas temáticas de estos cinco días.
Las intervenciones del público son para todos nosotros una muestra, un termómetro de lo que la gran mayoría de la población espera y demanda.
Es decir, que el sistema de salud y de seguridad social atiende integralmente a la persona y a su comunidad.
¿Esto qué quiere decir? Que el sistema se oriente a la promoción, educación para la salud y en la prevención, y al mismo tiempo garantice a las personas enfermas un tratamiento integral, desde el diagnóstico hasta su rehabilitación.
Un sistema basado en este principio, supera el falso debate que coloca como una demagogia el derecho de toda persona a la protección a la salud, que establece nuestra Constitución.
Una visión de esta naturaleza, eventualmente reclamaría la Reforma del texto Constitucional, por una exigible, judiciable y universal derecho de acceso efectivo a servicios de salud de calidad, que como el Seguro Popular achicaría el principio Constitucional.
El nuevo derecho así concebido como acceso efectivo a servicios de salud, hasta donde el Estado se comprometa a garantizar, contradice el principio sobre el cual se pretende erigir.
Es decir, el derecho humano a la salud que tutela el Artículo Primero de nuestra Ley Suprema, así como los instrumentos jurídicos internacionales en la materia ratificados por México.
En todas las mesas de trabajo se abordó el tema de la universalidad de los servicios de salud. Desde el enfoque anterior, el Programa Sectorial de Salud establece una serie de mecanismos para sentar las bases de un tipo de universalidad, mecanismos que también fueron abordados en las mesas de la semana, entre ellos precisamente el de establecer la garantía estatal y acceso efectivo a servicios de salud.
Al respecto, el Programa Sectorial no define un paquete o catálogo de servicios de intervenciones.
Se indica que se buscará la participación de los beneficiarios en la definición de los beneficios –así dice, ¿eh?—
Al respecto, los servidores públicos del IMSS y el ISSSTE coincidieron en señalar que el mandato de universalización del Plan Nacional de Desarrollo y del Programa Sectorial para, necesariamente, por el fortalecimiento de los institutos, por lo que habremos de tener en cuenta que el objetivo de acceso efectivo a servicios de salud, asegure la integridad que garantizan las leyes del Seguro Social y del ISSSTE, a su población derechohabiente que constituyen poco más del 60 por ciento del total de la población del país.
La otra, promoción de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público de esquemas financieros, que incentiven inscripción a empresas y personas del IMSS y del ISSSTE.
Esta base y el Acuerdo de Certidumbre Tributaria por el Acuerdo del Gobierno Federal, se comprometió a no proponer nuevos impuestos en lo que resta del sexenio.
Ponen en tela de duda que el Sistema de Salud Universal que se propone se financie gradual y mayoritariamente por impuestos generales, reemplazando el esquema actual de financiamiento, de impuestos, cotizaciones y gasto del bolsillo.
También, preparar el sistema para que las personas usuarias seleccionen a su prestador de servicio. No se define explícitamente la participación y el rol de prestadores privados en el Sistema Nacional de Salud Universal.
Pero esta propuesta, sin duda también sería objeto de un gran debate, porque la aparentemente inocua –entre comillas—“libertad de selección” que plantea este mecanismo en sí misma sostendría una nueva arquitectura financiera y organizacional del sistema de salud y de seguridad social, basado en el llamado pluralismo estructurado.
Es decir, en la competencia entre múltiples prestadores de servicios públicos y privados que compiten por –entre comillas—“clientes” y que con ello, por el financiamiento público, una de las preguntas que seguramente estarán presentes en el debate, es si este modelo de competencia no debilitará aún más las finanzas de las instituciones de salud y seguridad social para eventualmente atender con menos recursos a una mayor población, más enferma, de mayor edad y de menos ingreso.
El establecimiento del modelo de competencia conlleva a su vez el establecimiento de otros dos mecanismos consubstanciales: la separación de la función financiera y la prestación de los servicios.
En todas las instituciones públicas de salud y de seguridad social; y la creación de un fondo nacional que asegure equidad en su financiamiento público, como establece el Programa Sectorial.
Al respecto, cabe señalar que la Ley del ISSSTE del 2007 ya dispone esta separación de funciones para la competencia interna y externa de sus llamadas Unidades Prestadoras de Servicio de Salud.
Por su parte, las reformas al Seguro Popular que actualmente se discuten en el Congreso de la Unión, tienen entre sus objetivos precisamente establecer la separación de las funciones en los sistemas estatales de salud que opera el Seguro Popular.
Algunas de los conferencistas que participaron en la Semana, a partir de las experiencias resultados en las reformas a la salud en Chile, Colombia, nos alertaron sobre el riesgo de un modelo basado en la libertad de elección y de competencia, como base de las prestaciones de servicios de salud de las personas.
Amigas y amigos, permítanme reiterar que la Semana es una prueba de que el futuro inmediato de la salud y la seguridad social en México, tiene en el debate y deliberación plural abierta, una enorme oportunidad de ganar consensos y dejar atrás la costosa vía de la imposición de políticas de salida única.
El éxito de la Semana reposa en que demuestra que hay muchos más disensos operables, que consensos excluyentes. Más debate es la mejor ruta para reducir disensos, ganando consensos amplios.
Tal vez la única excepción sea la de reducir prestaciones integrales y ofrecer paquetes básicos. Ahí sólo algunas voces creen que hay consenso: la verdad es que no lo hay. Lo que la Semana demostró es que hay enormes riesgos de racionar el derecho a la salud.
Algunas de las conclusiones más relevantes de las cinco mesas que podría cita, son las siguientes: frente a la propuesta de universalidad del Poder Ejecutivo, que aspira a un sistema de protección social que, al mismo tiempo quiere fortalecer las grandes instituciones nacionales, este Foro abrió rutas prometedoras de debate para tomar las debidas precauciones respecto a la reiterada propuesta de recurrir a los impuestos generales para financiar nuevos derechos, de amplia vocación social. El riesgo fiscal es eso, un grande riesgo.
También tomar las debidas precauciones debido a las reiteradas propuestas de eliminar cuotas obrero-patronales. ¿Cómo se van a sustituir?
El debate sobre los catálogos esenciales, postula un problema de fondo que no cubre la propuesta de pisos de protección de la OIT. La Auditoría Superior de la Federación ha documentado que las causas apenas cubren menos del 2 por ciento de la mortalidad nacional.
Pregunta, ¿se les puede extender al IMSS y al ISSSTE sólo como derechos exigibles; así sea a través de la procuraduría de la salud, que ha anunciado la Secretaría del ramo, cuando dejan tanto afuera?
Ahí queda esa pregunta.
La pregunta central es, ¿qué margen da en las grandes disponibilidades presupuestales del IMSS, ISSSTE, Secretaría de Salud, para potenciar la integridad de las prestaciones y actualizar la condición ciudadana del siglo XXI, sin racionar el derecho a la salud y la seguridad social?
En este debate –amigas y amigos– sobre la salud, sigue siendo y sigue estando poco definido el beneficio médico-clínico, que la supuesta competencia entre prestadores plurales.
La participación privada es un tema abierto, en el caso del sector asegurador, la Semana confirmó que hay mucho todavía que conocer de su visión y alternativas, para complementar la propuesta de universalidad del Ejecutivo.
El gran pendiente del futuro de la protección social está en los jóvenes, y lo está en dos áreas críticas que, lamentablemente, el Plan Nacional de Desarrollo no acabó de tematizar: las pensiones y la salud. Ahí, casi todo está por debatirse, aunque el tiempo apremia.
Nuestro agradecimiento infinito a los conferencistas, a las instituciones nacionales, internacionales que colaboraron en la realización de esta Semana de la Seguridad Social; y todos los asistentes a este evento.
A nombre de mis compañeras y compañeros senadores, integrantes de la Comisión de Seguridad Social, muchas gracias. Les agradezco mucho.
PRESENTADOR: Muchas gracias, Senador Fernando Mayans Canabal, Presidente de la Comisión de Seguridad Social del Senado.
Estimados amigos, como ustedes saben, porque participaron en estas etapas de la Semana de Seguridad Social, toda la mañana de este día se desarrolló la mesa número 5, donde tuvimos la presencia de la Secretaria de Salud del Gobierno de la República; donde además participaron ponentes muy distinguidos, destacados y especialistas en el tema.
Por eso, antes de pasar a la clausura del evento, la Comisión desea hacer entrega de reconocimientos a quienes participaron en esta mesa número cinco.
Pedimos a los señores senadores, a la Senadora María Elena Barrera Tapia, que además fue la moderadora, sea tan amable de hacer entrega de los reconocimientos a nuestros panelistas.
En primer término, a la licenciada Carmen Ramona Ponce Meléndez. Se les entrega también, además del reconocimiento, un libro sobre las casas del Senado de la República.
De igual manera, se entrega el reconocimiento a la doctora Oliva López Arellano. Lo entrega el señor Senador Carlos Mendoza Davis, integrante de la Comisión.
Y, desde luego, al señor doctor Rafael González Guzmán. Lo entregan el Senador Joel Ayala Almeida y el Senador Isaías González Cuevas.
Ese aplauso es, sin duda, merecido para los panelistas y para la Senadora María Elena Barrera Tapia, participantes en esta mesa número cinco.
Muchas gracias.
Ahora, esta Comisión de Seguridad Social del Senado de la República invita al señor José Antonio González Anaya, Director General del Instituto Mexicano del Seguro social, tenga a bien clausurar esta Semana de la Seguridad Social en el Senado de la República.
DOCTOR JOSÉ ANTONIO GONZÁLEZ ANAYA: Consideramos que la Semana de la Seguridad Social es del 2014 organizada por la Comisión de Seguridad Social del Senado de la República en su segunda edición ha sido todo un éxito.
Nos permitimos felicitar al Senado de la República, agradecer la invitación, las ponencias que se desarrollaron durante esta semana por destacados servidores públicos de diversas instituciones y de expertos nacionales e internacionales, sirvieron para fomentar el diálogo sobre estos temas tan fundamentales para el país y para la vida de todas las personas.
Por todo ello, en el Senado de la República, en México Distrito Federal, siendo las 13:30 horas del día viernes 25 de abril de 2014, se dan por concluidos exitosamente en este Auditorio Octavio Paz los trabajos de las mesas temáticas desarrolladas en el marco de la Semana de la Seguridad Social bajo el eje temático “La Reforma de Salud en México y su impacto en los principios de seguridad social”.
Muchas felicidades al senador, a todos los miembros de la Comisión y al Senado de la República.
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