* Versión de la entrevista concedida por la senadora panista Gabriela Cuevas Barron

  

PREGUNTA (P): Sólo iba a preguntarle en relación a este tema, es que decía el señor Corcuera que hay que apuntalar la política pública para dar mejor protección a los refugiados, ¿qué es lo que tendría que hacer el gobierno concretamente para apuntalar esta política?

SENADORA GABRIELA CUEVAS BARRON (GCB): Hay distintas opciones en el mundo, es decir, la protección a los refugiados no es que haya un estándar en el mundo, por ejemplo, vemos lo que está sucediendo en Europa y las imágenes que ustedes ven de casos dramáticos.

Y me parece que la realidad que empieza a vivir México, sobre todo por el cruce de centroamericanos hacia Estados Unidos y muchos que ya están empezando a quererse quedar en México, obliga primero a tener un plan, ¿qué vamos hacer si estos flujos se incrementa como sucede por ejemplo con el flujo de niñas, niños y adolescentes no acompañados, cada verano?

Sabemos que cada verano estas cifras se incrementan, bueno, qué plan va a ver, me parece que uno muy importante, tiene que ver con brindar seguridad, es increíble que los migrantes sigan desapareciendo.

Otro tema muy importante tiene que ver con las políticas en materia de asistencia, a quien quiera solicitar asilo en nuestro país, es decir ¿qué le pasa a una persona, a un solicitante?, el solicitante, si se la quiere aventar, digamos, el procedimiento es que tiene que ir a la oficina de la COMAR, a una estación migratoria o algún espacio propio para esta solicitud como podría ser una Embajada mexicana en sus respectivos países, pero la mayor parte de estos casos suceden ya en las estaciones migratorias.

Al iniciar el trámite, no es un trámite breve, es una trámite que requiere también que del lado del gobierno mexicano  se investigue cuál es la condición real que vive esa persona en su país, es decir, si dice la verdad, si realmente su vida corre peligro o se están violando sus derechos humanos, y a partir de esa investigación el gobierno mexicano toma una decisión, que puede ser tanto la parte de asilo, puede ser también el otorgar o reconocer la condición de refugiado, o puede ser también brindar protección complementaria, son las tres figuras que se derivan del asilo.

Este proceso de investigación toma demasiado tiempo y entonces muchos de los solicitantes declinan y piden que los regresen a su país, eso es uno de los temas que debe cambiar, que México a través de esquemas de cooperación y de intercambio de información pueda tener mucho más claridad en quién es quién está solicitando.

Hay métodos también en términos humanitarios muy correctos para hacer estas entrevistas, por ejemplo, tanto que se habla de lo que cooperamos con lo Estados Unidos; Estados Unidos tiene procesos ya muy armados en esta materia o incluso se podría aprender también de la experiencia que vive la Unión Europea, hay mucho de lo que se puede aprender, sí se requiere perder u poco, digamos el miedo y la resistencia al tema, a mucha gente dice: “Oye, pero yo no sé quién va allegar a mi país”, o porque no privilegiamos, primero dar mucho más apoyo a los mexicanos que la mitad de nuestra población está en pobreza.

Este tema en un país como el nuestro, con 35 millones de mexicanos o descendientes de mexicanos en Estados Unidos, ¿cuantos de nosotros tenemos algún familiar, amigo o conocido viviendo en Estados Unidos?,  sabemos que migrar no es una decisión sencilla, la gente no migra por gusto y mucho menos el tema de cuando alguien está solicitando asilo.

Quien solicite asilo es de las personas más vulnerables, es aquellos que están viviendo a merced de las “maras”, es aquellos que están en la guerra como la de Siria, son aquellos que son como el caso que comentaba el compañero de Univisión hace rato, son personas que si regresan a su país los pueden matar, esos son los caos que México debe tenderles la mano.

Aquí también hay una experiencia que es importante retomar para perder el miedo al tema, no será la primera vez, México acogió –literal-- a miles de refugiados en el siglo pasado, guatemaltecos, chilenos, españoles, argentinos, brasileños, México fue la casa de muchos y a México no le fue mal. 

P: ¿La cobija sigue alcanzando para todos?

GCB: Es que no son tampoco cifras gigantescas, somos un país de 120 millones de habitantes. Somos la decimoquinta economía mundial, lo que sí nos parte la cara es nuestra desigualdad, nuestra corrupción, nuestra impunidad, pero sí somos un país que tiene la capacidad que para poder dar mucho más acogida, por ejemplo pongámoslo en números y realidad regionales Brasil ya dio 8 mil Visas a sirios, la totalidad de las Visas no se han utilizado, pero es un proceso que va paulatinamente, no es algo que vaya hacernos ni más pobres ni más ricos en México, pero que sí por el contrario le puede cambiar la vida a centenas de personas.

P: ¿Estamos fallando los trámites burocráticos, digamos?   

GCB: Yo creo que estamos fallando en entender el concepto y creo que por eso quedo mal la reforma desde  2011, porque incluso lo platicábamos en la rueda de prensa, duró tres años el debate de esta iniciativa, llegar hasta la parte conceptual ¿cuál es la diferencia entre asilo, refugio y protección complementaria?, eso nos tomó muchísimo tiempo y fue a revisar las convenciones, los tratados, las prácticas internacionales, revisar todo el marco normativo, para entonces decir cómo queremos que pueda ser esa mejor redacción del artículo 11.

Entonces, creo que nos hace falta entenderlo más, pongo un ejemplo, que creo que va a ser una de los siguientes debates, lo apuntaba Santiago Corcuera en la rueda de prensa, el principio de la no devolución.

Cuando uno oye en estos debates de migración o de refugiados y demás, el principio de no devolución, los gobernantes y los políticos todos se aterran. ¿Por qué?, porque no está bien entendido, el principio de no devolución quiere decir que no voy a hacer devoluciones masivas, quiere decir que primero voy a investigar tu caso y te voy a preguntar antes de devolverte a tu comunidad de origen, donde probablemente tu vida correrá peligro.

Entonces, hay un marco conceptual que no está tan claro y que requiere de todos: legisladores, políticos, gobierno, todos ponernos a estudiar mucho más sobre el derecho internacional de los derechos humanos, sí hay, insisto, una parte de técnica.

Y la otra sí tiene que ver con política pública. Política pública que me refiero, bueno si comparamos una vez más la experiencia internacional hay algunas experiencias que yo francamente no quisiera ver en mi país, como son aquellos campamentos de refugiados que tienen a ser espacios, que lo menos que tienen son humanitarios, si quieren luego les puedo compartir algunas fotos.

Pero los campamentos de refugio en muchos países son espacios bardeados con estas  mallas ciclónicas, con púas y demás y a veces hasta con militares custodiando esas instalaciones, pero también hay casos de países que no están tan lejos sus economías de las nuestras, donde se busca que hayan albergues, muchos de ellos administrados por la sociedad civil, pero donde se busca, primero tener un espacio para sobre todo niños y jóvenes que son de lo más vulnerable, que puedan estar ahí mientras se hace toda esta investigación se si sí requieres que te dé protección o no México, ¿no?, o en el país en estos casos.

Y también que van preparándolos para políticas de acogida, es decir, ya te vas a quedar en México o te vas a quedar en X país, ¿qué es lo que tienes que hacer?, tienes que aprender el idioma, tienes que buscar un oficio, un trabajo, dónde vivir, es decir, hay todo un mecanismo para ir generando una acogida que no impacte –digamos- en quitarle la cobija a alguien.

P: Pero aquí el problema que se ve es que ¿cuál responsabilidad va a ser de los gobiernos como Guatemala y el Salvador que expulsan tanta gente, y aquí como dicen ustedes vienen  a formar parte de las redes delincuenciales, o sea…?

GCB: Pues lo mismo de México que ha expulsado a millones de mexicanos.

P: Pues sí, ¿pero?

GCB: Básicamente nosotros deberíamos ser los más sensibles al tema, porque, insisto, si aquí levantáramos la mano, cuántos tenemos algún familiar, amigo, conocido, que ha migrado, yo creo que todos.

Entonces me parece que por congruencia México no puede tener un discurso con Estados Unidos y decir que la frontera es inhumana y que Trump quiere hacer muros, y por otro lado nosotros levantar cada vez políticas de mayor seguridad y menos humanas en la frontera sur.

Es un tema me parece de elemental congruencia y si bien a mí me gustaría que los millones de mexicanos regresaran a México, también creo que aquellos que necesitan salir de sus hogares y que muchos lo harían de alguna forma hasta temporal, cuántos guatemaltecos, o cuántos chilenos, o cuántos argentinos, o cuántos brasileños o españoles que vinieron en el siglo pasado, cuántos se quedaron a vivir en México. Claramente no todos.  

A la gente le gusta regresar a donde enterró a sus muertos, a donde está su familia, a donde está la escuela de sus niños. La gente, todos quieren volver a su casa, no es un tema aquí de migrar por gusto sino imaginémonos qué se siente que lleguen los “maras” y que te amenacen en tu casa o que amenacen a tus hijos. Y eso es lo que México debe escuchar.

P: En relación de la embajadora de Estados Unidos en México, ¿ya sabe cuándo llegará?, y ¿cuál será la principal preocupación a externarle a la embajadora?

GCB: Hay varias. La agenda entre México y Estados Unidos es una agenda amplísima, es por mucho nuestra relación bilateral más importante, es donde está concentrado el 80 por ciento de nuestras exportaciones, es donde está concentrada gran parte, 99 por ciento de los mexicanos que viven en el exterior, y también muy importante, es una relación que tiene  pues sus claro obscuros, mientras por un lado, por ejemplo, la semana pasada ratificábamos aquí el convenio sobre servicios aéreos con Estados Unidos que le daría un mayor dinamismo a la relación comercial o de turismo, en muchas razones, de carga, etcétera, por otro lado existen todos los problemas de derechos humanos. Una frontera donde policías han matado a connacionales haciendo un uso excesivo de la fuerza, y están también los problemas, y bueno las imágenes que veíamos el Día del Niño, de tratando de no separar tanto a las familias, que están obviamente separadas.

Todavía hay una agenda muy importante a tratar ahí. Me parece que las prioridades tienen que ver en cómo dejar claro que es una relación que nos conviene a ambos. Todo el discurso de Trump, que no es nuevo y siempre ha habido precandidatos y candidatos con discursos xenófobos, hoy cobra mayor relevancia porque hoy nos toca a nosotros decir por qué es tan importante Norteamérica.

Y si nosotros queremos jugar Norteamérica no sólo por el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, no sólo por un tema energético, no sólo por un tema de productividad sino incluso por un tema, insisto, donde ya también el centro sean las personas, un tema donde digamos hay que subir el debate migratorio, pues requerimos también que México haga su propio cabildeo.

Hay grandes historias de éxito de mexicanos en los Estados Unidos, yo creo que nos falta a México demostrar cuán orgullosos estamos de nuestros connacionales.

P: ¿Cuándo llegará, senadora?

GCB: No lo sabemos, no tengo una fecha, espero saberlo pronto.

Me parece que de tener una reunión aquí en el Senado de la República, que por su puesto estaremos invitándola en cuanto llegue será la primera carta que firmemos. Buscaremos primero, insisto, que haya un diálogo de alto nivel en materia migratoria, las personas no pueden estar fuera del  diálogo entre ambos países. Hay un diálogo económico de alto nivel, hay diálogo, bueno en todas las materias, tienen que estar las personas también en el centro de esos debates.

Otro tema muy importante que tenemos que buscar es cómo agilizar y cómo ser mucho más dinámico los encuentros con nuestros pares, no únicamente bajo el esquema de las reuniones interparlamentarias sino incluso bajo intercambios, por ejemplo temáticos.

¿Cómo le vamos a hacer los legisladores de ambos países para entrarle a los temas que más les duelen a nuestros países? , que tienen que ver sí con las facilitaciones en comercio y todo el debate que se generará con el TPP que llegó apenas hace unos días aquí al Senado de la República, pero también por ejemplo temas de narcotráfico, de crimen organizado, de la legalización de la marihuana en varios estados de la Unión Americana y que aquí parece que no acusamos recibo. Temas tan importantes como el flujo de armas.

Parte de lo que veíamos aquí con todas estas cifras, ¿qué país de América Latina produce armas?, la inmensa mayoría vienen de potencias militares y un vendedor de armas muy importante de armas son los Estados Unidos y es un tema que ha quedado echo a un lado, como muchos otros, como el fallo Avena, como muchos otros.

Pero creo que es importante pedirle a la que será la nueva embajadora de Estados Unidos en México, a la embajadora Jacobson, será muy importante que nos ayude también a agilizar la relación parlamentaria con los senadores, con los congresistas estadounidenses y, por supuesto, incluso hasta niveles locales, no podemos dejar pasar que California, por ejemplo, es la octava economía del mundo, tiene 98 por ciento de sus trabajadores agrícolas son trabajadores latinos, hay una realidad y yo creo y sí quisiera pedirle a la futura embajadora que esté también trabajando cerca del Senado. Los senadores tenemos una voz, tenemos mucho que decir y por supuesto que queremos entrarle a la defensa de nuestros connacionales coordinándonos con el embajador Sada y también con ella.

P: Fue lamentable que haya tardado tanto este nombramiento, si finalmente pasaron muchos meses sin embajadora y seguían las relaciones normales.

GCB: Pues yo creo que los embajadores existen por algo y creo que el diálogo y la representación que tiene un embajador es importante.

En el caso concreto de Roberta Jacobson me parece fundamental porque además es una gran diplomática estadounidense, es la artífice de este relanzamiento de relaciones entre Estados Unidos y Cuba, que fue básicamente lo que le costó la ratificación es precisamente lo que dilató su ratificación en el Senado estadounidense.

Yo creo que va a ser una buena apuesta, y es una buena apuesta porque nace de una coyuntura importante. México renueva su embajador en Estados Unidos, se va Carlos Sada para allá, un funcionario que si bien no es de carrera en el Servicio Exterior Mexicano, básicamente ha pasado por todos los consulados importantes en la Unión Americana y en todos con extraordinarios resultados. Y por otro lado ya se incorpora, por fin, esta embajadora de Estados Unidos en nuestro país.        

Entonces, creo que será una oportunidad para renovar diálogo y para buscar que ambas embajadas no sean únicamente voceros de, en el caso nuestro de la Secretaría de Relaciones Exteriores, o en el caso de la señora Jacobson, del Departamento de Estado sino que sean realmente voceros de todos los Poderes, de todas las entidades de gobierno, incluso de la sociedad civil.

El diálogo entre México y Estados Unidos es un diálogo que probablemente nos equivocamos muchos, y creo que todas las partes en darlo por hecho, pensamos que la relación ya caminaba bastante bien sola, porque ahí están los resultados, pero a veces creo que como a los políticos se nos olvida decir lo que sí hacemos bien y a México se le olvidó decir lo que se hace bien, lo mucho que Estados Unidos necesita de México.

P: ¿Tocarán el tema Trump, con ella?

GCB: Pues mira probablemente se toque porque ya se toca en todos lados, pero al final creo que todos seguimos tocando madera para que un xenófobo, misógino no vaya a llegar a presidir el país más poderoso del mundo.

P: ¿Se ha hecho una agenda en comisiones para el análisis del TPP?

GCB: Hay un acuerdo que se votó en el Pleno del Senado de la República en diciembre pasado y que dice cómo serán los trabajos para la dictaminación del TPP.

La Comisión de Relaciones Exteriores será la comisión que tendrá el primer turno, ya fue turnado por la Mesa Directiva a comisiones, así que será la comisión coordinadora y responsable de emitir el dictamen.

Nuestros compromisos son muy claros, primero queremos que sea un proceso ejemplar, inédito y transparente.

Sabemos que el TPP tiene muchísimas materias, muchísimos ángulos, bueno no solamente por la cantidad de páginas sino por los compromisos que adquiriría México, es un tratado importantísimo y que involucra a 12 economías del mundo, que representan nada más 40 por ciento del Producto Interno Bruto mundial.

Entonces la responsabilidad es altísima, lo que nosotros tenemos como compromiso es trabajar con las otras ocho comisiones codictaminadoras, elaborar un plan de trabajo, se van a llevar acabo audiencias públicas donde en nuestra expectativa es por un lado incluir a todas las voces, no queremos que sean mesas únicamente de una sola voz o una sola tendencia sino queremos que sean plurales, que representen al gobierno, a los negociadores, a los sectores productivos, a las ONGs, a la sociedad civil, queremos que estén realmente todas las voces.

No va a ser un ejercicio sencillo, insisto, es un inédito, entonces tenemos que ponernos muy creativos cómo lograr hacer esa gran convocatoria que merece este tratado y que merece ese debate.

Y por otro lado, también muy importante buscar cuáles serán los mecanismos de gran transparencia. Sabemos que el Canal del Congreso realiza un labor muy importante, pero queremos llegar, literal, a todos  los hogares, a todas las personas y que nos den su opinión.

Si bien es difícil pensar como trasladarse a estos foros y que buscaremos incluso que unos se hagan en distintos estados o regiones del país, sabemos que no todo el mundo puede lograr esa participación aunque quisiera. Entonces hay que buscar cómo podrán hacernos llegar sus preguntas, sus inquietudes, que sea realmente un debate de México, no únicamente del Senado de la República.

P: Gracias senadora.

 

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