* Versión del discurso del senador Fernando Herrera Ávila, coordinador del Grupo Parlamentario del PAN en el Senado de la República, durante la firma del convenio de colaboración entre el Instituto Belisario Domínguez y el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología,

Muy buenos días.

Gracias por la oportunidad de platicar con ustedes el día de hoy, de compartir estos momentos que, sin lugar a dudas, son especiales para el Senado de la República, para el Instituto Belisario Domínguez y entiendo yo que también lo será para la comunidad Conacyt, para los investigadores mexicanos y para todos aquellos que apostamos a la investigación como una herramienta de construcción de los mejores escenarios para un futuro mejor en nuestro país.

Gracias doctor Enrique Cabrero, director del Conacyt, por su presencia el día de hoy, por su colaboración, por su acompañamiento, por habernos permitido tener este acercamiento que el día de hoy concretamos con la firma de un convenio de colaboración.

Gracias a Juan Carlos Romero, senador, director emérito del Conacyt (inaudible), no dejarás de ser ex director de Conacyt durante mucho tiempo; y, bueno, pues ésta es una comunidad verdaderamente aleccionadora y motivante para todos los que estamos inmersos dentro del trabajo legislativo.

Me permito saludar también de manera muy afectuosa a la senadora Angélica Araujo, a quien le agradecemos su presencia, su colaboración y su participación de manera decidida en los trabajos del Instituto Belisario Domínguez; al senador José Rosas Aispuro, que por aquí andaba ahorita, ahorita regresa, por aquí anda; y desde luego también a don Manuel Pérez Cárdenas, quien es el coordinador ejecutivo del Instituto Belisario Domínguez, quien con su trabajo técnico, serio, (inaudible), responsable, ha logrado darle una dimensión especial al Instituto.

Me voy a permitir compartir con ustedes algunas reflexiones después de transmitirles el gusto que nos da por estar el día de hoy aquí participando en la firma de este convenio de colaboración con el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, el cual permitirá la realización de actividades con el Instituto Belisario Domínguez en materia legislativa y de investigación científica.

México atraviesa por una importante coyuntura económica que lo obliga a acelerar el paso para hacer de la ciencia, la tecnología y la innovación verdaderas palancas del desarrollo, además de recurrir al talento y capital humano que existe en el país, tarea a la que está dedicada con muy buenos resultados el Conacyt.

En este sentido, en el pasado periodo de sesiones, como bien lo refirió Juan Carlos, los senadores aprobamos un nuevo marco jurídico para que los investigadores en el servicio público de ciencia, tecnología, innovación, puedan vincularse con el sector privado a través de alianzas estratégicas ya sea a través de consorcios o con nuevas empresas.

Esta reforma abre la puerta a México para que se sume a países como Estados Unidos o Japón, donde los investigadores son académicos y a la vez empresarios, nos falta darle el último empujón.

Se incluye en esta nueva legislación un esquema de transparencia y rendición de cuentas que permite a los investigadores de universidades, centros públicos de investigación y dependencias de la administración pública federal desarrollar actividades científicas y tecnológicas, vincularse con el sector privado y beneficiarse de las inversiones que desarrollen de manera conjunta.

En este terreno cabría, por ejemplo, el desarrollo de un nuevo material denominado madera líquida para combatir la deforestación en México, concebido por un grupo de investigadores del Centro de Innovación Aplicada en Tecnologías Competitivas, desde luego financiado por el Conacyt, este material está siendo propuesto ya en todos aquellos mercados que utilizan la manera convencional.

En abril pasado, en la entrega del Premio de Investigación de la Academia Mexicana de Ciencias, el presidente de la República afirmó que pese a las coyunturas económicas y presupuestarias que enfrenta el país, se mantendrá firme la inversión en ciencia, tecnología e innovación para alcanzar en 2018 la meta de lograr en gasto en este sector el equivalente al 1 por ciento del Producto Interno Bruto.

Como todos ustedes saben, se ha anunciado un presupuesto base cero a discutir en la siguiente Legislatura. Conceptualizado como es el presupuesto base cero, pudiera llamarnos a la reflexión de las terribles restricciones económicas que tendrán que afrontarse en el ejercicio del gasto público.

Aquí lo importante ahora será privilegiar aquel gasto de inversión que sea verdaderamente necesario para el desarrollo del país, y la investigación y el Conacyt no pueden detener su marcha ante este objetivo que ha sido planteado por el presidente de la República, y desde luego que es un sueño acariciado a lo largo de diversas legislaturas para llegar a este porcentaje de inversión para desarrollo y tecnología.

Este propósito verdaderamente es complicado ante los serios problemas económicos que enfrenta el país, para este año se está ya en el proceso de elaboración del presupuesto base cero, con el propósito de optimizar el ejercicio del gasto público.

Tanto los funcionarios dedicados a este trabajo como los diputados que habrán de aprobarlo, deberán ser muy cuidadosos ante rubros prioritarios como educación, salud y por supuesto ciencia y tecnología.

La tendencia va en el sentido de detectar y evitar duplicidades, en el caso del Conacyt en algunos centros, habrá también que explorar la posibilidad de compartir equipos y personal.

De una cosa sí pueden estar seguros quienes se dedican a la investigación científica, así como a la innovación tecnológica: desde este Senado de la República estaremos al pendiente de lograr un presupuesto adecuado para sus necesidades, acompañarlo en la parte de revisión que nos corresponde al análisis de la Ley de Ingresos y, desde luego, hacer la gestión correspondiente en la Cámara de Diputados para que, dentro de su atribución de revisión del Presupuesto de Egresos, esté considerado este gasto, esta inversión.

La firma de convenios específicos entre instituciones de alta calidad y prestigio permite llevar a cabo actividades conjuntas que contribuyen al mejor desempeño de las respectivas funciones y atribuciones de cada una de las entidades firmantes, de la conjunción de esfuerzos estamos seguros que emanarán interesantes y beneficiosos proyectos de investigación y análisis en diversas materias relacionadas con el desarrollo científicos y la innovación tecnológica.

De gran ayuda será la labor para la difusión de las actividades y material de consulta del Belisario Domínguez que, a través de diversos eventos de carácter académico, realice en lo sucesivo con el Conacyt, así como la asesoría y apoyo que nos puedan brindar para que nuestros investigadores puedan incorporarse al Sistema Nacional de Investigadores.

Bienvenido sea este convenio que busca coadyuvar al mejoramiento de la actividad de ambas instituciones, falta aún mucho por hacer, pero creo que en la medida en que nos comprometamos y que juntos empecemos a dar pasos o que continuemos la marcha que ya han iniciado diversas generaciones pronto podremos llegar al objetivo que hemos estado diseñando y sobre el cual estamos luchando para alcanzar a llegar.

Muchísimas gracias.

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