* Versión del discurso de la senadora Mariana Gómez del Campo Gurza, en la inauguración del "Diálogo nuevas tecnologías y movilidad: aplicación y regulación en ciudades y zonas metropolitanas"

Bueno pues muy buenos días tengas todas y todos ustedes, es un gusto recibirlos aquí en el Senado de la República.

Ya llevamos pues varias semanas organizando este encuentro sobre movilidad en nuestro país. Como ustedes saben, además tenemos una Comisión de Movilidad en el Senado de la República, por lo tanto éste es un tema prioritario.

Yo agradezco mucho que haya aceptado el estar aquí al periodista Carlos Zúñiga, muchas gracias por acompañarnos, por ser parte de este encuentro y además siempre ha sido un periodista muy activo en temas de movilidad, cómo lograr que en las zonas metropolitanas de este país pueda haber una mayor agilidad y cómo lograr la sana convivencia entre usuarios de transporte público, peatones, transportistas y todos los que convivimos en el día a día por las calles de nuestro país.

Es un gusto poder organizar este encuentro con el senador Mario Delgado, con el diputado federal Fernando Rodríguez Doval, con el diputado también Juan Pablo Adame. Le agradezco también el que nos acompañe esta mañana al senador Fernando Yunes, muchísimas gracias a todos los que van a intervenir en las mesas de diálogo, qué bueno que están aquí, que aceptaron, yo espero que se pueda dar una discusión muy rica.

Saludo también a la gente que nos ve a través del Canal del Congreso, a quienes siguen la transmisión de este encuentro por vía streaming a través de Uno más Uno Televisión, y un saludo también a las personas que nos escuchan en vivo por Radio Trece a través del 1290 de AM.

Compartirles que, entre el año 2000 y el 2012, México experimentó un crecimiento de la población de un 20 por ciento. En ese mismo periodo de tiempo, el parque vehicular se duplicó al pasar de 15.6 a 35 millones de unidades.

Lo que llama poderosamente la atención es que el número de automóviles privados representa el 66 por ciento del parque total, con una tasa de crecimiento anual del 7.4 por ciento en promedio, lo que supera en 5 veces la tasa a la que creció la población a nivel nacional, que es del 1.4 por ciento.

Esto nos habla de que en las últimas décadas, desafortunadamente, México ha enfocado la movilidad hacia uno de los más ineficientes medios de transporte a nivel urbano, que es el uso intensivo del vehículo privado, ocupa más espacio y traslada a mucha menos gente.

Las ciudades mexicanas, como lo ha dicho ONU Habitat, comparten, aunque en diferentes grados, los mismos síntomas de movilidad deficiente y poco sustentable que se traducen en: congestionamientos viales, deficiencia y baja calidad del transporte público; costos crecientes para las personas, los gobiernos y el ambiente, que afectan la competitividad y disminuyen la calidad de vida.

Es increíble, por ejemplo, que en 1990 la velocidad promedio para trasladarse en auto en el Distrito Federal era de 32 kilómetros por hora en promedio, hoy esa cifra se ha reducido a menos de 11 kilómetros por hora.

Urge un replanteamiento, urge un rediseño, urge una revolución en materia de movilidad orientada a transformar de fondo el paradigma del transporte público en nuestras urbes. Mientras se sigan destinando cantidades millonarias, --hemos sido muy críticos, por ejemplo--, a los segundos pisos, o se sigan también destinando recursos privados a la construcción de supervías, pero no acompañados de una inversión sin precedentes en transporte público eficiente, de calidad, seguro, moderno, amigable con el medio ambiente y cómodo, los ciudadanos pues seguirán teniendo todos los incentivos para preferir comprar un automóvil, incluso endrogarse con un automóvil y preferir gastarse sus ahorros y lo que no tienen para comprarse un automóvil, que eso es lo que ha venido ocurriendo en las zonas metropolitanas.

La falta de inversión en transporte público afecta directamente a quienes menos tienen, en una proporción de 70 por ciento de personas de menores ingresos contra el 8 por ciento de quienes tienen ingresos altos y que utilizan el transporte público.

La enorme preocupación que tenemos es que hoy en día no está claro el rumbo de la política en materia de transporte público en muchísimas ciudades del país.

La visión pues no es la visión adecuada y hoy estamos teniendo un problema con el tema de los taxis en el Distrito Federal, sabemos que es un tema polémico si puede seguir Cabify y Uber en la Ciudad de México o no, pues yo creo que más allá de esa discusión que se ha dado en los medios de comunicación, de pensar si puede solamente existir el taxi en el Distrito Federal y no existir ninguna otra alternativa, bueno, yo creo que desde un principio desde Acción Nacional hemos señalado que la competencia es lo más sano, la competencia es lo que genera además que pueda ser un transporte pues más eficiente, de calidad y que traten todos de darle el mejor servicio a los ciudadanos, yo creo que ése es el gran reto.

Hemos expuesto y seguramente aquí se discutirán diversas tablas de lo que tiene que invertir un ciudadano que pretende tener un taxi en esta ciudad y, bueno, lo que tiene que invertir un ciudadano pues si pensamos en que las placas de un taxi se tienen que pagar cuando no debieran pagarse y lo que tienen que pagar es entre 80 mil y 120 mil pesos solamente para poder adquirir las placas, aunque, insisto, debieran ser gratis y así con cada uno de los pasos burocráticos por los que tienen que atravesar los que pretenden ser taxistas en esta ciudad, por lo tanto muchos de los que pretenden ser taxistas pues sí son taxistas, pero se quedan en la irregularidad porque es el mismo gobierno el que incentiva a que los taxistas sean irregulares o, como se les llama cotidianamente, “taxistas piratas”.

Yo creo que todos aspiramos a tener los mejores taxis en la ciudad, a tener los mejores medios de transporte y aspiramos, sobre todo, a combatir la corrupción en las diferentes instancias de gobierno que es lo que desafortunadamente nos va comiendo.

Yo he dicho en varias ocasiones que aquí la discusión debiera ser por qué existen alrededor de 40 mil los que tienen registrados en el gobierno de la ciudad, por qué existen alrededor de 40 mil taxis irregulares cuando muchos de ellos pretenden poder entrar en regla, poder estar registrados ante la Secretaría de Movilidad del Distrito Federal y son las mismas instituciones las que no les permiten estar en regla.

Yo espero que se pueda dar un rico debate el día de hoy, los que nos acompañan y con los que organizamos este foro, que somos legisladores que estamos a favor de la movilidad, que estamos en comisiones que tienen que ver con el tema, que desde incluso desde, por ejemplo, el caso de Fernando y mi caso, desde la Asamblea Legislativa hemos insistido en la necesidad de cambiar la dinámica en cuanto a transporte público se refiere en el Distrito Federal porque desafortunadamente, insisto, la corrupción es lo que nos está matando en la Ciudad de México, y no queremos que el caso de los taxis, el caso de Uber o Cabify también pueda caer en un proceso de corrupción que no nos lleve a nada.

Queremos todo lo contrario: competencia y que sea competencia sana, en la que los ciudadanos estemos pues todos contentos y conviviendo sanamente.

Muchísimas gracias y bienvenidos.

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