* Versión del discurso de la senadora Gabriela Cuevas Barron, durante la visita de los viceministros de El Salvador, Liduvina del Carmen Magarin; de Honduras, María Andrea Matamoros y de Guatemala, Oscar Adolfo Padilla Lam

Buenos días, quiero presentar a nuestros visitantes, en primer lugar, la honorable viceministra Liduvina del Carmen Margarin, quien es viceministra para los Salvadoreños en el Exterior, de la República de El Salvador; también dar la más cordial bienvenida a la honorable viceministra María Andrea Matamoros, quien representa a la República de Honduras, y al honorable viceministro, el embajador Oscar Adolfo Padilla Lam, quien viene de la República de Guatemala.

Nos da muchísimo gusto tener esta reunión con ustedes; nos da además mucho gusto poder intercambiar experiencias en una mesa con un diálogo más abierto.

Quisiera presentar a mis compañeros senadores, al senador Arquímides Oramas Vargas, presidente de la Comisión de Asuntos Frontera Sur; también a la senadora Martha Elena García Gómez, presidenta de la Comisión de los Derechos de la Niñez y la Adolescencia; a la senadora Ana Gabriela Guevara Espinosa, quien es presidenta de la Comisión de Asuntos Migratorios; también a la senadora Lisbeth Hernández, quien es integrante de la Comisión de Relaciones Exteriores.

Y darles también la más cordial bienvenida a académicos y organizaciones de la sociedad civil que nos acompañan; personalmente me da mucho gusto que nos acompañe el doctor Rafael Fernández de Castro, porque debo decirlo es su culpa que yo me haya metido en los asuntos migratorios, especialmente en los de niñez.

Y también nos acompañan varias organizaciones, se encuentra la Organización Save the Children, se encuentra también la organización Red por los Derechos de la Infancia en México (Redim) y se encuentra también el grupo de trabajo sobre las migraciones GTM.

Parte de lo que buscamos el día de hoy con esta reunión es sobre todo que podamos tener un diálogo, aquí más allá de pensar en fronteras o de los nombres o banderas de nuestros países, nuestra responsabilidad es pensar en la gente. El ser humano llegó a este planeta antes de que llegaran las fronteras, las migraciones y el movimiento de personas ha existido siempre, es intrínseco a la humanidad, la gente ha decidido migrar por cuestiones de clima, de la naturaleza, buscando mejores oportunidades, también buscando un mejor desarrollo económico y en muchos casos huyendo también de la violencia o de amenazas a su propia vida o la de sus familiares.

Hay quienes piensan que la gente migra por gusto, y nadie migra por gusto. Nadie deja sus comunidades ni su historia, ni deja de ir a visitar las tumbas de sus muertos solamente por gusto, y algo que sin duda nos ha fallado en nuestra región tiene que ver con la falta de oportunidades en muchas comunidades, la falta también de consolidar un Estado de derecho y algo que también es fundamental, y en lo que debemos avanzar, es en el respeto de los derechos humanos y a cuidar la vida y la integridad de cada una de las personas.

Me da mucho gusto que estén aquí viceministro, a mi amiga Liduvina, a Oscar, a Andrea, porque son personas que han demostrado con su trabajo estar comprometidas con la agenda regional, pero, sobre todo, con la agenda migratoria.

Quiero también aprovechar y dar la más cordial bienvenida a los embajadores que nos acompañan, embajadores de El Salvador y de Honduras, muchas gracias por su presencia, nos da mucho gusto que estén aquí, con ellos como comentamos hace rato hemos podido hacer eventos, reuniones, foros y un trabajo muy detallado de cómo mejorar las condiciones de nuestros hermanos migrantes, y sabemos que hay mucho por hacer, pero yo sí quiero a nombre de mis compañeras y compañeros que tendrán el uso de la palabra, dejar muy claro el compromiso del Senado de la República por desarrollar una agenda respetuosa y promotora de los derechos humanos.

También una agenda donde se conciba con un rostro humano a la migración, no como estadística, no como cifra de detenciones o deportaciones.

Y sin duda, también el compromiso que tenemos en este Senado, en especial con la agenda de la niñez migrante, que es una agenda que nos duele, sobre la que ya tenemos algunos resultados, pero que sabemos que también hay mucho por avanzar.

Antes de dar la palabra a mis compañeras y compañeros, sí quisiera hacer primero una petición a los viceministros, y es que la senadora Ana Gabriela Guevara organizó una visita por la ruta del migrante en la zona norte, hemos también visitado las zonas migratorias en Veracruz, en Chiapas y una de las constantes es que necesitamos mayor personal consular, que pueda ayudarnos a que no estén tanto tiempo, en especial los niños, niñas y adolescentes, en las estaciones migratorias. Para nosotros el tiempo de espera es un tiempo de riesgo, de frustración, de desesperanza y en muchos casos, pues sin duda, hasta de amenazas a la integridad de nuestros hermanos migrantes.

En otro orden de ideas, también quisiera que buscáramos y lo platicamos el día de ayer con la subsecretaria Vanessa Rubio, en una reunión aquí en el Senado, es cómo podemos desarrollar una agenda regional, con objetivos, con presupuestos y con metas muy claras para que se desarrollen las comunidades de origen.

En tanto no exista un plan de desarrollo humano en las comunidades de origen, los incentivos a dejar las comunidades seguirán creciendo. Son comunidades que en muchos casos están caracterizadas por la violencia, por la falta de oportunidades, por ejemplo hasta para emprender un negocio no hay acceso al crédito, falta de oportunidades también para los niños y jóvenes en materia educativa o de empleo, en fin, problemática que ustedes conocen muy bien y que me parece que en tanto no resolvamos esa situación en las comunidades de origen, la gestión migratoria no será más que una puerta giratoria donde lo único que encontremos sea sufrimiento, sea frustración o sea incluso la muerte de los migrantes.

Hay algunos datos que nos duelen y que estamos conscientes de ellos aquí en México, sabemos que hay mucho que nosotros como país también debemos hacer. Algunas organizaciones de la sociedad civil nos han comentado que al menos 8 de cada 10 niñas y adolescentes son violadas en su tránsito por México, estas cifras sin duda, aunque fueran la mitad la estadística, sigue siendo aterradora, ninguna niña, ningún adolescente, ninguna mujer debiera pasar por una situación así.

Y sabemos también lo injusto que es el acceso a la procuración de justicia, a la seguridad en México, porque un migrante que sufre un delito pues no puede acudir al Ministerio Público, porque no va a tener con qué identificarse, lo van a detener y lo van a deportar; entonces va a sufrir una serie de victimizaciones, no sólo por la delincuencia sino por el mismo sistema legal que tenemos en México y que sin duda debemos cambiar.

Parte también muy importante para nosotros y que me parece es un trabajo que debemos hacer como región, tiene que ver con aquellas personas que están llegando a México y que los cónsules no están reconociendo como nacionales de cada uno de los países, y con esto se empiezan a presentar algunos casos de apatridia, y que si bien nuestra ley de migración y la Ley de Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes ya lo contempla para que el Estado mexicano pueda tutelar y proteger a estas personas, pues también la realidad es que es una responsabilidad que tenemos entre todos nuestros países.

Si a ello le aunamos todo lo que se sufre en un tránsito tan arduo y complejo, desde el clima, pasar por zonas con ríos hasta zonas con crueles desiertos, pasar por zonas violentas o incluso por zonas terriblemente oscuras para evitar ser identificados. Si le sumamos también la falta de claridad legal sobre quienes pueden solicitar la documentación a los migrantes y que entonces se vuelven presa fácil de todas las autoridades para ser extorsionados, pues difícilmente podemos augurar un buen tránsito en los migrantes por nuestro país.

Y finalmente, antes de concluir, yo sí quisiera hacer también una reflexión con ustedes y que tiene que ver precisamente, como lo comentaba en el tema que me ha ocupado estos tres años aquí en el Senado, lo digo a título personal porque sí ha representado una pasión, pero donde también he encontrado eco en todos mis compañeros y compañeras aquí presentes, incluso en algunos otros senadores y senadoras, y es el tema de los niños migrantes.

A mí me parece increíble que apenas el año pasado se dieran cuenta las autoridades de la crisis humanitaria que representaba, y le llamaron una crisis porque fue un pico, no porque no fuera una realidad desde antes, y eso es grave porque entonces, y como suele suceder, los políticos y las decisiones llegamos tarde a los problemas.

Todo parece indicar que este año no va a ser la excepción a lo que sucedió el año pasado, nos decía el día de ayer también el comisionado del Instituto Nacional de Migración, que en el año 2013 fueron repatriados 9 mil niños, niñas y adolescentes, en 2014 fueron más de 23 mil y en lo que va de este año ya son más de 30 mil. Esto quiero decir que sí hay más niños, niñas y adolescentes que están saliendo de sus países, de sus comunidades, pero también quiere decir que tenemos una crisis que debemos ver, como no un fenómeno temporal sino como un problema que se está generando y que está lejos de solucionarse por una, pues claramente no acertada política migratoria.

Nos interesa mucho a México trabajar en estas materias, cuenten con nosotros hoy y siempre para solucionar los problemas que aquejan a nuestros hermanos migrantes, independientemente de su edad, de su nacionalidad, de su nombre, de su género, de la cultura, de la religión.

En México hicimos una reforma muy importante en materia de derechos en 2011, hicimos también en materia migratoria y estamos comprometidos en este Senado de la República con la agenda de migración, con la agenda de nuestra región y, sobre todo, con lograr integrarnos y hacer una región cada vez más humana y una región donde las fronteras no sean si no un muy mal recuerdo.

Sean ustedes bienvenidos a este Senado de la República y vamos a darle ahora el uso de la palabra a la senadora Ana Gabriela Guevara Espinosa, quien es presidenta de la Comisión de Asuntos Migratorios de este Senado de la República.

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