Versión del discurso de la senadora Gabriela Cuevas Barron, presidenta de la Comisión de Relaciones Exteriores, durante la inauguración del Foro ITAMMUN 2015.

Muy buenos días a todas a todos; muy buenos días y bienvenidos a nuestro presídium, que además nos honran con su presencia, pero también con dejar un gran ejemplo, me parece, para un ejercicio como este.

Yo creo que en la medida en que podemos estar más cerca, la clase política, de los jóvenes, es al revés. Normalmente se pensaba que vienen los jóvenes a aprender. Yo estoy convencida que es al revés. En la medida en que podemos estar más cerca, también nosotros como políticos aprendemos, refrescamos nuestra vocación, y sin duda también fortalecemos nuestros ideales.

Sean todos ustedes bienvenidos al Senado de la República, esta es su casa. Como Presidenta de la Comisión de Relaciones Exteriores y también como ex alumna del ITAM, es para mí un placer recibirlos en este recinto legislativo, que por segunda ocasión abre sus puertas a una edición más del modelo interno de Nacional Unidas ITAMMUN.

Para nosotros es muy grato ser anfitriones en este tipo de eventos, que no sólo permiten enriquecer la vida académica y la formación profesional de los estudiantes, sino que también reconocen la importancia que tiene la Organización de las Naciones Unidas como una pieza fundamental del sistema internacional actual.

La relación que guarda México con la ONU data desde su creación, cuando la delegación mexicana, conformada por Ezequiel Padilla, Manuel Tello y Francisco Castillo Javier Nájera suscribió la Carta de las Naciones Unidas el 26 de junio de 1945. Fue así como nuestro país se convirtió en uno de los 51 miembros fundadores de Naciones Unidas.

Históricamente México se ha posicionado como un participante activo de esta organización y ha impulsado temas como el desarme nuclear, el cuidado del medio ambiente, la protección de los derechos humanos, el tráfico de armas y de personas, la migración, la pobreza, la desigualdad, el combate a la delincuencia y al narcotráfico. Muestra de ello es que nuestro país lideró la proscripción del uso de armas nucleares en América Latina. De hecho el Tratado de Tlatelolco le valió al representante mexicano en estas negociaciones, Alfonso García Robles, el Premio Nobel de la Paz.

También México participó con otros seis países en la iniciativa conocida como la Nueva Agenda de Desarme, logrando el compromiso de las potencias nucleares para eliminar sus arsenales, promovió el desarrollo progresivo del derecho marítimo y ha participado activamente ante el Alto Comisionado de Derechos Humanos, apoyando la adopción de resoluciones relativas a la abolición de la pena de muerte y la protección de trabajadores migrantes.

Si bien existe una amplia variedad de temas en donde México ha intervenido directamente a través de las resoluciones y mecanismos de Naciones Unidas, es una realidad que los grandes logros alcanzados por la diplomacia mexicana sucedieron en otro siglo y ahora nos enfrentamos a un reto verdaderamente significativo, que es retomar nuestro liderazgo y recuperar el reconocimiento internacional del que gozamos en épocas pasadas.

Es necesario que asumamos el papel que nos corresponde en el consorcio internacional y por eso valoro y apoyo la organización de este tipo de eventos. Ustedes, aunque la típica frase es que son el futuro de México, realmente se están consolidando como un presente y como una esperanza para México.

Solamente conociendo a profundidad la realidad de hoy, es que podremos generar un verdadero cambio para el mañana. Por eso mismo me dio mucho gusto saber que el año pasado, durante la edición del ITAMMUN celebrado en este Senado, se contó con la más alta participación estudiantil que se haya tenido en este tipo de eventos y el día de hoy nuevamente los invito a que aprovechen este espacio para generar ideas y propuestas innovadoras, a que el formato de los debates les permita fomentar la tolerancia y resaltar habilidades como el liderazgo, la negociación, el trabajo en equipo y la solución de conflictos.

Estos son calificativos y cualidades que sin duda deseamos estén presentes en los profesionistas y líderes del mañana.

Como ustedes saben, México forma parte de las 20 economías más grandes del mundo, es el país número 11 en cuanto al tamaño de su población; estamos dentro de los 15 países principales exportadores e importadores de manufacturas y nos ubicamos dentro de los países con mayores reservas de petróleo en el mundo.

Por ello, lo que necesitamos son líderes que ejecuten una política exterior que corresponda con la importancia y el tamaño de nuestro país. Una política exterior que sea capaz de transmitir efectivamente la voz de los mexicanos en foros internacionales, como son las Naciones Unidas.

En este sentido, México debe fortalecer los esquemas de cooperación con otras regiones para potenciar su papel en la ONU. Se requiere, por ejemplo, contar con el apoyo de países de Asia-Pacífico, Medio Oriente y África, para armar estrategias y posicionar los temas comunes en las asambleas de Naciones Unidas.

Por supuesto, sin dejar a un lado los países de América Latina y particularmente de Centroamérica, quienes son nuestros aliados y nuestros hermanos por naturaleza.

Además de eso, México debe empezar a ser coherente en sus decisiones internas con la política exterior. Por ejemplo, el gobierno mexicano, junto con Francia, propuso al resto de los países miembros de la ONU, limitar el veto, es decir, que los cinco Estados miembro que tienen derecho renuncien a él cuando se esté ante un genocidio o crímenes de lesa humanidad.

Sin embargo, nuestro país, el mismo que reclama precisamente esta renuncia al veto, cuando se trata de los temas que tienen que ver con la política interior, México se ha reusado a suscribir el Segundo Protocolo Adicional de los Convenios de Ginebra, referente a la protección de las víctimas en los conflictos armados sin carácter internacional.


Claramente una incongruencia.

Si queremos estar en condiciones de demandar un lugar a nivel internacional, necesitamos ser coherentes con las acciones que se llevan a cabo en nuestro propio país, es por esto que los invito a que el día de hoy reflexionen, no nada más sobre las áreas de oportunidad que existen en política exterior, sino que aprovechen este espacio para tomar posturas y preparar propuestas de política pública que puedan verse reflejadas en beneficio de los mexicanos.

Existe además un gran reto en el que espero también ustedes logren ayudarnos a encontrar una solución, y es que si bien, México es un país activo en materia de política exterior, claro que no con el liderazgo y con la influencia que debiéramos tener, lo que sí es muy importante es cómo logramos que todo lo que México está trabajando en la agenda política exterior se traduzca en un verdadero beneficio para las y los mexicanos.

México tiene una red muy importante de tratados comerciales, tiene también una red de instrumentos internacionales importantes para proteger inversiones y para fomentar el intercambio económico; tenemos también instrumentos en materia de derechos humanos, no todos los que deberíamos tener y con criterios equivocados de la Corte, pero tenemos instrumentos firmados al respecto, pero no hemos logrado que las y los mexicanos, todos, tengan acceso a estos instrumentos y puedan utilizarlos de forma cotidiana.

Cómo lograr a través de ustedes, las nuevas generaciones, pero también a través de quienes hoy estamos tomando decisiones, que la política exterior no sólo sirva a México, como este gran nombre que nos gusta a veces defender, quienes estamos en nuestros cargos lo defendemos siempre, pero luego por ahí cuentan un chiste: qué tiene en común un mexicano y un brasileño: que los dos hablan mal de México y hablan bien de Brasil.

Así vamos a aprender hablar bien de México, a estar orgullosos de un país porque aunque hoy no tenemos el país que quisiéramos tener, sí la realidad nos obliga a todos a construir un país mejor.

Hoy, sin duda, México necesita de sus jóvenes, de sus jóvenes con capacidad crítica, con valores, con mucho entusiasmo; que este ejercicio ITAMMUN 2015 sea exactamente eso: un ejemplo de los mejores valores, profesionalismo y entusiasmo que tienen los jóvenes mexicanos y que tienen mucho talento para entregar a nuestro país.

Antes de concluir quisiera hacerles una invitación, aprovechando precisamente que aquí tenemos jóvenes talentosos y entusiastas: quien tenga ganas de trabajar o de estar participando más activamente en la política, háganlo, acérquense; me queda clarísimo que no están de moda los partidos políticos, para nada, son justamente los partidos políticos, los legisladores y los policías los peores evaluados para la gente, pero por lo mismo hay que participar y hay que encontrarle soluciones, porque al final es el modelo institucional que prevalece y que tenemos que cambiarlo desde adentro y modificar todo aquello en lo que no estamos de acuerdo.

Participen, acérquense a quien más le crean o con quien menos desconfíen y quien quiera hacer aquí en el Senado su servicio social, quien quiera participar, hacer prácticas, tener pues mucho más de cerca la vida política de nuestro país, sepan que las puertas están abiertas.

A veces se acercan jóvenes y no lo que dicen es: “¿oye por dónde se empieza?”; se empieza porque ustedes tomen la decisión y nuestra obligación de quienes hoy estamos en estos cargos es aprender a abrir las puertas y, sin duda, también a pasar la estafeta a las nuevas generaciones.

Bienvenidos al Senado de la República.

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