* Versión de la intervención de la senadora Mariana Gómez del Campo Gurza, en la clausura del “Encuentro a favor de una migración con rostro humano”

Quiero agradecer a todos ustedes el que puedan estar aquí en el Senado de la República.

Para nosotros es muy importante escuchar sus testimonios y poderle dar seguimiento también a cada una de sus peticiones.

Yo quiero decirles que tristemente muchas de sus peticiones, de las angustias y de las tristezas por las que han pasado nosotros también se las hemos hecho llegar a las autoridades, hemos abiertos los espacios en este Senado de la República para escuchar las diversas voces, aquí no hay temor de escuchar a nadie, aquí todo lo contrario, queremos construir una mejor política migratoria, sobre todo con lo que le compete al Legislativo que, como decía el padre Solalinde en su intervención, hemos logrado esa empatía a hacer revisión a las diferentes leyes y hemos impulsado juntos legislación al respecto, que yo espero que pronto podamos estar discutiendo en este Senado; no sin antes mencionar que efectivamente contamos con una Ley de Migración.

Que a mí cuando me dicen que es una Ley de Migración a la vanguardia digo que qué bueno, y muchos otros países recogen nuestra Ley de Migración, pero lo importante es hacer que la ley se cumpla, que haya reglamentos, que se le cuide a la gente.

Aquí no nos importa si se es centroamericano o mexicano, aquí hay que respetar la vida, hay que respetar los derechos humanos de cada uno de ustedes y este Senado es muy sensible ante esta causa. Repito, en esta causa habemos legisladores de todos los partidos políticos reuniéndonos con autoridades, haciendo las gestiones necesarias. Para mí es muy triste escuchar estos testimonios.

Decía al principio en su intervención el padre Solalinde, lo importante aquí es abrir corazones, abrir puertas y eso es lo que hemos estado tratando de hacer. A mí el padre Solalinde también se convirtió en una de esas personas que abrió mi corazón, que aquí está, siempre lo tengo presente, vigente, y que además estamos trabajando de la mano hasta donde se pueda, tocando las puertas que sean necesarias y si él lo hace con esa vocación, pues yo también lo hago con ese mismo amor, con ese mismo dolor también, porque escuchar sus testimonios, uno se pone en sus zapatos y es realmente inimaginable.

Escuché con mucha atención las diferentes intervenciones de Wilson, de Luis, de Osvaldo, de Jeffrey, de Benjamín, de Albeiro, de cada una de las mujeres que aquí hablaron y que además nos conmueven con sus lágrimas, pero lo importante es ver qué sigue, ver qué sigue, cómo vamos a lograr también que este decreto del que hablaba el Padre Solalinde, decreto por el que se aprueba el programa especial de migración 2014-2018, ver cómo logramos concretar, Padre, esa reunión con los firmantes de este decreto.

Se habla de un México con responsabilidad global, atender las particularidades del fenómeno migratorio, involucrando aspectos como la diversificación al interior del flujo, los lugares de origen y destino, los perfiles migratorios, las estrategias de cruce, internación, la repatriación, inseguridad, los derechos humanos.

Si ustedes se dan cuenta, en gran medida lo que se dice en este decreto es lo que hemos estado conversando en estos momentos.

Ahora lo importante es ver, porque además es un decreto en el que firma el presidente de México, diferentes secretarios de Estado. Yo espero que a partir de este decreto también las cosas puedan cambiar.

Y para que las cosas pasen es muy importante seguir sensibilizando a las autoridades, los migrantes no son delincuentes, es lo que tenemos que decir a lo largo y ancho de este país.

No son delincuentes los migrantes. Recojo aquí la inquietud de la seguridad humana, mencionaba ya Wilson la parte de la atención médica, él al final del día es carpintero, le gustaría a él pues hacer su trabajo de carpintería, entonces sí me parece importante, Gonzalo, que podamos nosotros pues hacer lo necesario para que sus sueños puedan hacerse realidad, y que el camino por México pues deje de ser el calvario que es hoy en día.

El compromiso y además hablo por los senadores que hemos estado involucrados en este tema migratorio, el compromiso de los  senadores es buscar puntual seguimiento al programa especial de migración 2014-2018, provocar una reunión con los diferentes actores para conocer también el estatus del mismo, en donde van a participar los albergues, las casas, porque yo insisto: hay una iniciativa pendiente, no puede ser que nuestros albergues, que además hacen mucho de lo que el gobierno deja de hacer, muchas de las tareas que debiera estar haciendo el gobierno las hacen estos albergues, estas casas, ver de qué manera se les puede financiar y que dejan de estar viviendo de las limosnas.

Porque estar tocando puertas para que se cumpla con este programa especial de migración, con las leyes en materia de migración, y además de estar tocando puertas para poder tener fondos para mantener estos albergues, pues resulta sumamente complicado para personas como el padre Solalinde, como el padre Neiman, como doña Olguita, y podemos aquí enlistar muchos albergues y casas que hemos visitado y que tristemente cuentan con muy pocos recursos, pero eso sí, con un gran corazón, pero de corazón pues no come la gente, entonces sí es importante que nosotros insistamos en ello.

A mí me inquieta mucho también la parte…, mencionaban aquí las barras de concreto, que están puestas sobre todo en Tlaxcala, en Celaya, en Guadalajara, en Veracruz, que pareciera una política generalizada, no es una política aislada de un estado de la República.

Cuando ustedes mencionan que estas barras de concreto están, o durmientes de cemento, como me decía aquí el padre Solalinde, son utilizados como si fueran armas para que ustedes cuando caigan se lastimen, en el mejor de los casos se lastimen, y muchos otros migrantes pues han llegado a perder la vida.

Entonces entre muro y los durmientes de cemento pues hay que hacer algo al respecto. Nosotros no podemos ser y las autoridades no pueden ser las que pongan estos muros que los lastiman, que ponen en peligro su vida, la de sus hijos, la de sus niños, y yo creo que es una acción, padre Solalinde, que podríamos impulsar desde este Senado de la República para quitar esas barras de concreto que están en las diversas vías, ésa sería una acción concreta porque además yo sé que el padre Solalinde es muy ejecutivo, y siempre le gusta que lleguemos a acuerdos tangibles, a acuerdos medibles y pienso que éste podría ser también, Padre, uno de los acuerdos a los que lleguemos en esta reunión. Qué triste que éstos sean los acuerdos a los que tenemos que llegar y tengamos además que escuchar estos penosos, tristes, vergonzantes, testimonios que nos causan mucho dolor.

Y de verdad estamos muy sensibles ante su causa, estamos muy sensibles ante lo que les ocurre por su paso por México, insisto: debemos dar el mismo trato que exigimos a los hermanos, a nuestros hermanos mexicanos, debemos darle el mismo trato y pensar en ese mismo trato, así como se los exigimos a los Estados Unidos de Norteamérica, exigimos exactamente lo mismo para nuestros hermanos centroamericanos.

 

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