• Aproximadamente 23 mil personas al día tienen que abandonar su hogar alrededor del mundo, señaló
• El gobierno mexicano debe redoblar esfuerzos para mantener abiertas sus fronteras y ofrecer un lugar seguro a miles de personas que buscan protección y auxilio, comentó
• Con estas modificaciones armonizaremos nuestra Constitución con los instrumentos internacionales a fin de recibir y dar cobijo a quienes son perseguidos en otras naciones, puntualizó
Con el fin de recibir y dar cobijo a quienes son perseguidos en otras naciones y para armonizar la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos con los instrumentos internacionales suscritos por nuestro país, la senadora Gabriela Cuevas Barron presentó ante el Pleno del Senado de la República, una iniciativa que reforma el artículo 11 constitucional en materia de asilo y refugio.
Lo anterior, explicó, bajo los siguientes términos:
Primero. Se establece que no a cualquier persona o por cualquier motivo se le reconocerá el derecho a buscar y recibir asilo, sino sólo en los casos en que la vida, la seguridad, la libertad o la integridad personales estén en riesgo. Asimismo, se prevé que no se reconocerá la condición de refugiado a quien se encuentre escapando de la justicia por delitos de orden común o por razones similares.
Segundo. Se hace referencia expresamente a que el derecho a solicitar y recibir asilo es en “territorio mexicano”, circunscribiendo dicho reconocimiento al llamado asilo territorial y no al asilo diplomático que, como ya mencioné, no se trata de un derecho sino de una potestad soberana del Estado.
Tercero. Se incorpora como tercer párrafo del artículo 11 constitucional el principio de no devolución, lo que significa que el Estado mexicano no podrá expulsar, devolver o poner en modo alguno a un solicitante de asilo o cualquier persona, en las fronteras de territorios donde su vida o su libertad peligre por causa de su raza, religión, nacionalidad, pertenencia a determinado grupo social, opiniones políticas, violencia generalizada, agresión extranjera, conflictos internos, violación masiva de los derechos humanos u otras circunstancias que hayan perturbado gravemente el orden público.
La legisladora federal señaló que el 27 de enero de 2011 se publicó la Ley sobre Refugiados y Protección Complementaria, ordenamiento que representó un gran avance en esta materia porque cumple con los estándares que se han fijado en diversos instrumentos internacionales.
Cuevas Barron puntualizó que tan sólo a 5 meses de la publicación de la ley citada, se aprobó la reforma constitucional sobre derechos humanos, pero fueron modificaciones en el artículo 11 con una redacción desafortunada, debido a que no es congruente con las definiciones contenidas en la ley secundaria, ni mucho menos se basa en las definiciones consagradas en el Derecho Internacional de los refugiados.
La senadora panista resaltó que se establece en el artículo 11 constitucional que el llamado asilo diplomático es un derecho, cuando en realidad es un privilegio de los Estados dar o no asilo político a quien lo solicite. Lo que quiere decir, que México estaría obligado a dar asilo político a cualquiera que se lo pida, bien sea un dictador, un genocida o un espía.
“De hecho, si Edward Snowden hubiera solicitado asilo político, el gobierno mexicano hubiera tenido la obligación de dárselo”, dijo.
Actualmente, la Constitución circunscribe el derecho a solicitar y recibir asilo a motivos exclusivamente de orden político, sin tomar en cuenta que en el sistema interamericano también se consideran circunstancias que ponen en peligro la vida, la seguridad, la integridad o la libertad de las personas; situaciones que el artículo 11 establece erróneamente como “causas de carácter humanitario” por las que se recibirá refugio.
“Con estas modificaciones armonizaremos nuestra Constitución con los instrumentos internacionales a fin de recibir y dar cobijo a quienes son perseguidos en otras naciones”,señaló.
Tomando en cuenta que 23 mil personas al día tienen que abandonar su hogar alrededor del mundo, el gobierno mexicano debe redoblar esfuerzos para mantener abiertas sus fronteras con las consideraciones aquí expuestas y así recuperar la generosidad que nos hizo brillar en el pasado para ofrecer un lugar seguro a miles de personas que buscan protección y auxilio.
Como dice Luis Ortiz Monasterio: “No existe un indicador más preciso, en el ámbito de los derechos humanos, que la política de asilo y refugio para clasificar los genuinos sentimientos de un pueblo y la verdadera cara de un régimen político dado”, concluyó la senadora Gabriela Cuevas Barron.
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