Regularizar la producción y consumo de la marihuana en nuestro país, generaría un problema grave de salud pública y violencia intrafamiliar, ya que no sólo se incrementaría el número de personas que la consuman, sino que los jóvenes llevarían el mayor riesgo, pues de acuerdo a estudios serían los más potenciales consumidores, afirmó la senadora Maki Esther Ortiz Domínguez.
En el marco del debate en torno a la propuesta de regularizar la producción, distribución y consumo de marihuana en México, la presidenta de la Comisión de Salud del Senado señaló que su legalización incrementaría el número de consumidores “ya que a mayor disponibilidad, mayor consumo”, como se observa en la Encuesta Nacional de Adicciones 2011, donde se encontró que en un año se incrementó la prevalencia en el consumo de esta droga hasta en 1.2 por ciento, es decir, alrededor de 400 mil personas entre 12 y 65 años de edad, comenzaron a fumar esa droga.
La legisladora panista por el estado de Tamaulipas, advirtió que el sistema de salud en México es de prevención y combate a las adicciones, más no de alentar el consumo, por lo que cambiar el modelo resultaría mucho más caro e imposible de atender. “La marihuana es la puerta a otras adicciones y estimula el consumir otras drogas como son cocaína o heroína, además de que se incrementa la delincuencia juvenil”, puntualizó.
Maki Ortiz expresó que si se regulariza el consumo y producción de la marihuana, México corre el riesgo de convertirse en América Latina en un país captador de adictos extranjeros, como le sucedió a Holanda, país en que por el estatus legal de esta droga, ahora padece de la llegada de turistas únicamente para consumirla, cuestión que obligó a prohibir la venta a personas extranjeras.
En este sentido, dijo que en el Distrito Federal la marihuana representa el nivel más alto de consumo de esta droga en el país (61 por ciento), ya que es aquí donde los adictos inician a los 11 años, y donde el grupo más afectado es el que tiene entre 15 y 19 años de edad, además de que el nivel de consumo es más frecuente, con 20 días o más durante un mes.
Añadió que en términos patológicos, la marihuana crea apatía a todo y daña la salud de manera severa para quien la consume, pues se trata de una sustancia psicoactiva, cuyo uso habitual afecta a los sistemas respiratorio y cardiovascular, así como el desarrollo cognitivo (aprendizaje, recuerdos y procesos asociativos).
También afecta – dijo – la coordinación motora, la atención dividida y las tareas operativas, llevando a un mayor riesgo de accidentes de tránsito, a situaciones violentas, a prácticas sexuales irresponsables y produce un síndrome de dependencia.
Alertó también que los más afectados serían los niños, adolescentes y jóvenes, ya que dispondrían de mayor facilidad la droga, lo que implicaría que la edad de inicio en el consumo de drogas y generación de a adicciones, sería más corta.
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