El Secretario de Seguridad de Estados Unidos, Jhon Kelly, está en México para una visita de tres días, conocido como uno de los halcones del gobierno de Donald Trump por la dureza de sus posturas conservadoras, es además, el zar de la antiinmigración de su país.

Parece Trump decidió enviar a su policía malo por delante para ablandar a México en la renegociación próxima del Tratado de Libre Comercio.

Demandamos que el gobierno de Peña Nieto informe con rapidez y amplitud sobre los tratos que sostiene con funcionarios de un gobierno que no ha tenido, precisamente, muestras de amistad con México.

Según, algunas informaciones en la víspera del encuentro que sostendrá con Trump  en Alemania, Peña Nieto pactó con Kelly mantener la cooperación, que para México ha significado convertirse en el deportador en jefe, en la patrulla fronteriza de Estados Unidos, pues, como es sabido deportamos más ciudadanos centroamericanos, que nuestro vecino del norte.

Aunque, los vecinos del norte reconocen que muchos de los problemas de violencia en México se deben al consumo de drogas, el gobierno de Estados Unidos no asume ningún compromiso, ni ha movido un dedo para detener el tráfico de las armas que llegan a manos de los narcotraficantes mexicanos y que han costado decenas de miles de vidas.

Estados Unidos pone las armas y la demanda de drogas y México pone los muertos.

Preocupa, enormemente,  que el procurador de la república, Raúl Cervantes y el Secretario de Relaciones Exteriores, Luis Videgaray negocian a puerta cerrada con Jhon Kelly, porque han mostrado una posición muy dócil ante ese gobierno y además, si están a escondidas sólo pueden estar negociando contra los intereses de México.

Sen. Dolores Padierna Luna

Coordinadora del Grupo Parlamentario PRD

 

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