*  Al presentar una iniciativa de reforma a la Ley de Desarrollo Rural, la legisladora indicó que es prioritario combatir de raíz la pobreza en el campo

La senadora Luisa María Calderón Hinojosa propuso que los recursos económicos que el gobierno mexicano otorga al sector agrícola se efoquen de manera prioritaria a casi cuatro millones de pequeños productores, para facilitar la organización de cadenas de valor.

Al presentar una iniciativa para reformar diversos artículos de la Ley de Desarrollo Rural Sustentable, la legisladora por Michoacán aseguró que su propuesta “tiene que ver con ir a la raíz de la pobreza; no se trata sólo de facilitar el consumo final y aprovechar los programas subsidiados, sino que los pequeños productores puedan tener la oportunidad consistente, constante, de asociarse para crear cadenas de valor”.

De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), en México el porcentaje de pequeños agricultores es de más de 70 por ciento de los productores, es decir, casi cuatro millones, cuyos ingresos no superan la línea de pobreza; además, producen 30 millones de toneladas de productos, aproximadamente el 12 por ciento de la producción agrícola nacional, refirió Calderón Hinojosa.

Añadió que ese 70 por ciento de unidades de producción agrícola, cultiva el 16 por ciento de la superficie laborable del país y produce uno de cada siete alimentos.

Además, siete de cada diez productores de cinco hectáreas o menos, aportan 40 por ciento de la producción de granos básicos y generan seis de cada diez empleos contratados, continuó.

Al reorientar el gasto público del sector agropecuario, agregó, se puede trabajar para que los pequeños productores puedan salir de la línea de pobreza, desarrollar capacidades, organizarse en cadenas de valor y tener una vida más digna, dando al campo la oportunidad de crear seguridad y soberanía alimentaria para la población.

La FAO ha considerado que la agricultura a pequeña escala debe ser el centro de las políticas agrícolas, ambientales y sociales de los gobiernos, pues juega un rol fundamental en la erradicación del hambre, en la nutrición de las familias rurales y urbanas y en la seguridad alimentaria de los países, dijo la legisladora.

Recordó que en la actualidad el Gobierno federal, a través de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa), sigue otorgando la mayor parte de los recursos a los grandes productores, quienes representan cerca del 10 por ciento del total de productores agrícolas.

La iniciativa se turnó a las comisiones unidas de Desarrollo Rural y de estudios Legislativos para su análisis y dictamen.

 

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29 de septiembre de 2016

 

* Versión de la intervención en tribuna de la senadora Luisa María Calderón Hinojosa, al presentar iniciativa con proyecto de decreto que reforma diversos artículos de la Ley de Desarrollo Rural Sustentable

Le agradezco, Presidente.

Vengo a presentar una iniciativa pequeña también, que modifica o reforma la fracción IX del artículo 32, el párrafo tercero del artículo 36, la fracción I del artículo 37, el segundo del 53, los artículos 67, 72 y 104, la fracción II del artículo 105, la tercera del 149, así como el artículo 182 de esta Ley de Desarrollo Rural Sustentable que tiene que ver con los pequeños productores.

En los últimos lustros, el campo mexicano ha experimentado una fuerte competencia internacional con la apertura de nuestro mercado, especialmente con el Tratado de Libre Comercio con América del Norte.

Esta competencia feroz, puede ser llevadera para los grandes productores, que aprovechando economías de escala pueden lograr tener precios competitivos en el mercado nacional e internacional, y es el caso en el caso, por supuesto, de algunos michoacanos de los que estamos orgullosos.

Sin embargo, en el caso de los pequeños productores la cuestión es más complicada, ya que como lo señaló la funcionaria de la ONU, Nuria Urquía Fernández, representante en México de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), en el contexto del lanzamiento del Año Internacional de la Agricultura Familiar en el 2014, los pequeños productores, además de ser los más numerosos a escala mundial, suelen ser los más pobres del campo.

En el caso de México, los agricultores a pequeña escala son más de 70 por ciento de los productores, es decir, casi cuatro millones, y sus ingresos no superan la línea de pobreza. 

Estamos comprometidos para el 20-30 en terminar con el hambre, por eso es muy importante hacer énfasis en que los productores del campo son los más pobres. Producen 30 millones de toneladas, aproximadamente 12 por ciento de la producción agrícola nacional.

Es por ello que se debe de invertir de manera prioritaria en el pequeño productor, porque ayudarle a fortalecer sus capacidades de producción, puede permitir a cerca de 4 millones de productores y sus familias, aumentar sus ingresos y superar la línea de pobreza.

La agricultura a pequeña escala debe convertirse en el centro de las políticas agrícolas, ambientales y sociales de los gobiernos, pues juega un rol fundamental en la erradicación del hambre, en la nutrición de las familias rurales y urbanas, y en la seguridad alimentaria de los países, lo dice la FAO.

A pesar de estas recomendaciones de la FAO, el Gobierno Federal sigue brindando la mayor parte de los recursos a los grandes productores, de acuerdo a Víctor Suárez, director ejecutivo de ANEC (Asociación Nacional de Empresas Comercializadoras de Productores del Campo), quien recordó que en el año 2000, la Sagarpa (Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación) tenía un presupuesto de 30 mil millones de pesos y hoy es 93 mil millones de pesos, pero tenemos más dependencia alimentaria porque el dinero se destina al 10 por ciento de éste a los agricultores que se considera comerciales. Así, mientras un productor de Chiapas recibe cinco mil pesos uno de Sinaloa obtiene 500 millones de pesos al año y no es posible que esta desigualdad subsista.

Por ello, los productores del campo y organizaciones sociales, propusieron reorientar los apoyos del Gobierno Federal que se da a los productores y empresas grandes hacia los pequeños agricultores, lo que representa canalizar 35 mil millones de pesos del presupuesto para el próximo año en beneficio de este sector que aporta 40 por ciento de la producción nacional.

La importancia de los pequeños productores es evidente, ya que de acuerdo al Coordinador de Subsidios al Campo, los pequeños productores conforman 70 por ciento de las unidades de producción, cultivan el 16 por ciento de la superficie laborable del país y producen uno de cada siete alimentos. Siete de cada 10 productores, de cinco hectáreas o menos, aportan 40 por ciento de la producción de granos básicos; generan seis de cada diez empleos contratados y todas las empresas trabajan con pequeños agricultores.

A partir de estos números, podemos darnos cuenta de la relevancia que tiene enfocar el gasto público del sector agropecuario a los pequeños productores, ya que al reorientar los recursos hacia ellos, se puede trabajar para que las y los pequeños productores puedan salir de la línea de pobreza que es nuestro objetivo y nuestro compromiso.

Por ello, es importante analizar el concepto de “cadena de valor”, para tener claridad de a lo que nos referimos en esta iniciativa: 

Una “cadena de valor” en la agricultura identifica al conjunto de actores y actividades que llevan un producto agrícola básico, desde la producción en el campo hasta el consumidor final. No es posible que las políticas públicas, quitar la pobreza y en las propuestas de asegurar la alimentación sólo nos fijemos en el consumidor final, tenemos que fijarnos en el pequeño productor que sigue siendo pobre.

Así que, en esta “cadena de valor”, puede ser vertical o una red de organizaciones empresariales independientes, y puede incluir procesamientos envasados, almacenamiento, transporte y distribución.

Los términos “cadena de valor” y “cadena de suministro” suelen ser usados indistintamente. En general, las cadenas de valor agrícolas tradicionales están regidas a través de transacciones en el mercado al contado, involucrando una gran cantidad de pequeños productores y minoristas.

Las cadenas de valor, se caracterizan por su coordinación vertical, la consolidación de la base de abastecimiento, el procesamiento agro-industrial y el uso de estándares a lo largo de la cadena.

Así, la promoción de cadenas de valor en los pequeños productores, que representan el 70 por ciento que ya hemos hablado, puede permitir que, agregando valor a sus productos en cada etapa, las y los productores puedan aumentar sus ingresos que hoy no superan la línea de pobreza. Por lo que la inversión en estos pequeños puede hacer que sus cadenas resalten de manera estratégica.

Según el artículo 36 del decreto de Presupuesto de Egresos de la Federación para el Ejercicio Fiscal 2016, a partir de este año los programas y apoyos de la Sagarpa proporcionarán atención prioritaria a los pequeños productores y a las pequeñas unidades de producción, con base en los esquemas de impulso a la competitividad y a la productividad.

Sin embargo, esta orientación puede ser temporal, ya que las reglas de operación son modificadas cada año, por lo que, las modificaciones deben hacerse patentes en la ley. 

Además de que los programas están enfocados en apoyar al pequeño productor, para que en un plazo determinado pueda duplicar su producción, sin embargo, hace falta el esfuerzo de establecer cadenas de valor de pequeños productores, para que aprovechando las economías de escala que entre ellos pueden generar, puedan competir en el mercado nacional e internacional.

La Organización de las Naciones Unidas, la FAO en su documento “Hacia organizaciones de productores autosuficientes y orientadas al mercado” de 2012, estipuló los siguientes puntos de relevancia:

Se espera que continúe el rápido crecimiento de la clase media de muchas regiones y países en desarrollo, impulsado por una mejora de la gobernanza y la política económica.

Acompañado de políticas favorables a la actividad empresarial, el aumento de la población y la rápida urbanización, este crecimiento sostenido de la demanda y el gasto de los consumidores significa que los mercados actuales ofrecen mejores oportunidades a los agricultores, entre ellos los pequeños agricultores. Sin embargo, a los pequeños productores les cuesta mantenerse al ritmo de las demandas de los nuevos mercados, que requieren mayor volumen, regularidad del suministro y mayor calidad, así que se encuentran en una situación de desventaja debido a sus altos costos de transacción y a su escaso poder de negociación.

Es por ello, fundamentalmente, que estamos haciendo esta reforma a la Ley de Desarrollo Sustentable, y que se concentra, ya dije cuáles artículos, se concentra en que puedan los pequeños productores organizarse en cadenas de valor y que, estas cadenas de valor puedan proveer a comedores comunitarios, de la Cruzada Contra el Hambre, con alimentos frescos y nutritivos.

Ya que los comedores han sido ampliamente criticados, por hacer uso de enlatados, productos altos en valor calórico y sales, que lejos de nutrir a las y los ciudadanos, únicamente les quitan el hambre y les engordan.

Hay un montón de razones por las que me parece que esta reforma es válida, es una reforma pequeña pero tiene que ver con ir a la raíz de la pobreza.

No se trata sólo de facilitar el consumo final y de aprovechar a estos programas subsidiados, sino que los pequeños productores, --que son este 70 por ciento de los productores que están en la línea de pobreza--, puedan tener la oportunidad consistente, constante, de asociarse para tener cadenas de valor, que puedan entrar a la competencia nacional e internacional y que al fin salgamos de la pobreza y podamos cumplir con nuestro compromiso de la ONU, del 20-30.

Le agradezco, señor Presidente.

 

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