· La norma inserta a México en un modelo urbano del siglo XXI, indicó
· La reforma impacta directamente en la calidad de vida de los habitantes de las ciudades, dijo
El Senado de la República aprobó con el apoyo de todos los grupos parlamentarios el dictamen mediante el cual se crea la Ley General de Asentamientos Humanos, Ordenamiento Territorial y Desarrollo Urbano, impulsada por el senador panista Francisco Búrquez Valenzuela, y que sustituye a la Ley General de Asentamientos Humanos de 1993.
En la elaboración de la ley participaron los grupos parlamentarios del PAN, PRI y PRD, gobierno federal, académicos y organizaciones ciudadanas, en un esfuerzo de 4 años.
Expertos en el tema señalan que esta reforma es “la más importante de esta legislatura, incluso por encima de las reformas constitucionales derivadas del Pacto por México”.
La ley, dijo, tiene por objeto sentar las bases de un nuevo modelo urbano incluyente, flexible y con participación ciudadana para enfrentar los retos de las ciudades en el siglo XXI.
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El senador Francisco Búrquez, principal impulsor de esta iniciativa, explicó que “esta reforma es profundamente humana pues trata sobre las ciudades, las cuales son el hábitat del ser humano”.
“La Reforma Urbana plantea un modelo urbano que se adapta al ciudadano, cuyo centro es la persona”, añadió el legislador, “que es flexible, permite la evolución; que respete las nececesidades de la población cada vez más diversa”.
Otro punto a destacar de la reforma es que rescata el concepto de espacio público, es decir, las vialidades, las banquetas, los parques, las áreas verdes, como columna vertebral de la ciudad; y el barrio y los principios urbanos desde la experiencia humana.
La Ley General de Asentamientos Humanos, Ordenamiento Territorial y Desarrollo Urbano fue aprobada con el reconocimiento del trabajo encabezado por el senador Francisco Búrquez durante cuatro años de trabajo. Al recinto acudieron representantes de organizaciones civiles, expertos, funcionarios, entre decenas de personas que han sido parte fundamental en el proceso de esta reforma.
Los ejes sobre los que se sustenta la nueva norma se resumen en siete conceptos:
- "Derecho a la Ciudad": garantía de que todos los habitantes deben tener acceso a infraestructuras, equipamientos y servicios básicos, a partir de los derechos reconocidos por la Constitución y los tratados internacionales.
- "Equidad e inclusión": garantía del ejercicio pleno de derechos de todos los habitantes en condiciones de igualdad, promoviendo la inclusión social a través de medidas que impidan la discriminación, segregación o marginación de individuos o grupos vulnerables, y para que todos los habitantes puedan decidir entre una oferta diversa de suelo, viviendas, servicios, equipamientos, infraestructura y actividades económicas de acuerdo con sus preferencias, necesidades y capacidades.
- "Derecho a la propiedad urbana": garantía de los derechos de propiedad inmobiliaria como base para el desarrollo económico de las ciudades procurando en todo momento la máxima certidumbre jurídica.
- "Productividad y eficiencia": énfasis en la productividad y eficiencia económicas como eje del crecimiento en las ciudades mediante la consolidación de redes de vialidad y movilidad, energía y comunicaciones, creación y mantenimiento de infraestructura productiva, equipamientos y servicios públicos de calidad; así como, la maximización de la capacidad de la ciudad para atraer y retener talentos e inversiones, minimizando costos regulatorios y facilitando la actividad económica.
- "Protección y progresividad del espacio público": creación de condiciones de habitabilidad de los espacios públicos, como elementos fundamentales para el derecho a una vida sana, la convivencia, recreación y seguridad ciudadana que considere las necesidades diferenciada por personas y grupos.
- "Sustentabilidad ambiental”: uso racional de los recursos renovables y no renovables, para evitar comprometer a las futuras generaciones.
- "Accesibilidad y Movilidad": promoción de una adecuada accesibilidad que genere cercanía y favorezca la relación entre diferentes actividades urbanas con medidas como la promoción de usos del suelo mixtos y compatibles, y densidades sustentables, un patrón coherente de redes viales primarias, la distribución jerarquizada de los equipamientos y una efectiva movilidad urbana que privilegie las calles completas, el transporte público, peatonal y no motorizado.
Además, establece la concurrencia de la federación, de las entidades federativas y de los municipios, para la ordenación y regulación de los asentamientos humanos en el territorio nacional; fija los criterios para que, en el ámbito de sus respectivas competencias exista una efectiva congruencia, coordinación y participación entre la federación, las entidades federativas y los municipios para la planeación de la fundación, crecimiento, mejoramiento, consolidación y conservación de los centros de población y asentamientos humanos, garantizando en todo momento la protección y el acceso equitativo a los espacios públicos.
De la misma forma, define los principios para determinar las provisiones, reservas, usos y destinos de áreas y predios que regulan la propiedad en los centros de población, y propiciar mecanismos que permitan la participación ciudadana en particular para las mujeres, jóvenes y personas en situación de vulnerabilidad, en los procesos de planeación y gestión del territorio con base en el acceso a información transparente, completa y oportuna, así como la creación de espacios e instrumentos que garanticen la corresponsabilidad del gobierno y la ciudadanía en la formulación, seguimiento y evaluación de la política pública en la materia.
El dictamen aprobado se turnó a la Cámara de Diputados para continuar su proceso legislativo.
Para consultar el dictamen de manera íntegra consultar:
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29 de septiembre de 2016
Versión de la intervención en tribuna del senador Francisco Búrquez Valenzuela al presentar un dictamen de las Comisiones Unidas de Desarrollo Urbano y Ordenación Territorial; de Vivienda; y de Estudios Legislativos, Segunda, que contiene proyecto de decreto por el que se expide la Ley General de Asentamientos Humanos, Ordenamiento Territorial y Desarrollo Urbano
Con su permiso, señor Presidente.
Vengo a esta tribuna a presentar el siguiente dictamen referente a la Ley General de Asentamientos Humanos, Ordenamiento Territorial y Desarrollo Urbano.
Hay una reforma que nos ha tocado a todos y es la que hace falta en el concierto de reformas que han llamado estructurales. Se trata de la reforma urbana; una reforma que toca el territorio donde se desarrollan nuestras vidas, nuestra economía, la inclusión social, la innovación y que genera el encuentro e intercambio entre las personas. Una reforma que impacta directamente en la calidad de vida de los habitantes de las ciudades: en sus tiempos de traslado, en el desarrollo de la economía local, en la inclusión y cohesión social que tanta falta nos hacen, en la seguridad de nuestros barrios, en la productividad y competitividad de los centros urbanos, en el equilibrio ecológico y en la sustentabilidad de nuestras ciudades.
La llamada “reforma urbana” es una gran reforma porque en ella y en nuestras ciudades habita el 80 por ciento de la población y todas las actividades que se realicen tienen por necesidad que tener un espacio urbano.
La ciudad es el gran invento de la humanidad; permite crear comunidades interrelacionadas. Permite definir la calidad de vida.
La ciudad es dinámica, se encuentra constantemente en evolución, más en un mundo como el que hoy en día que está caracterizado por la evolución del cambio y por la diversidad humana de las personas que habitamos nuestro mundo.
La diversidad humana requiere también, para ser reflejo en esas ciudades, de flexibilidad, de modelos urbanos flexibles; tener capacidad de adaptación, quitarle la camisa de fuerza, porque la población no es de masas, como se pensó en el siglo pasado; la población no es uniforme.
Primero el ser humano hace a las ciudades y después son las ciudades las que influyen y afectan al comportamiento humano.
La ciudad es el hábitat de los seres humanos, por eso la ciudad es profundamente humana, por eso la “reforma urbana” también es llamada la “reforma humana”.
Hemos tenido en los últimos 40 años ―y lo puedo decir también: en el mundo― un modelo urbano excluyente. En 40 años, en donde el mundo se ha transformado, hemos seguido con la misma legislación.
El mundo ha reconocido que ha habido errores en la concepción urbana, ha habido omisiones. Por ejemplo, voy a mencionar dos: en la actual legislación no se toca el tema del espacio público: las banquetas, las vialidades, los parques, las áreas comunes, que son la columna vertebral de una ciudad y no están presentes en nuestra legislación. De ése es el tamaño de la omisión.
La zonificación, que era una de las grandes promesas regulatorias de los últimos 50 años, ha destruido los barrios, separando los usos urbanos y haciendo que la gente cada vez tenga que emprender grandes trayectos para movilizarse, para vivir, para consumir o para trabajar, quedando todo a grandes distancias.
Los síntomas que vemos pues son afectaciones en la salud, ¿por qué?, porque ya no se privilegia al peatón; a la seguridad, porque no hay ojos las 24 horas caminando por las banquetas; los traslados se han incrementado; la gente dura de dos a tres horas diarias en transporte y qué decir de la contaminación y, por supuesto, la convivencia.
No por nada los bienes raíces con mayores plusvalías hoy en día son los bienes raíces que se hicieron en la primera parte del siglo pasado y en el anterior siglo, en el siglo XIX.
¡Qué increíble, pues, que esos principios hoy comercialmente están mejor valorados!
Este modelo ha afectado sobre todo a los más pobres; expulsado a los más pobres a la periferia y ¿por qué? Pues porque pedimos tantas restricciones para vivir en buenas ubicaciones en la ciudad que prácticamente les hacemos imposible la vida dentro de estas ciudades, y se tienen que ir a la periferia. Les pedimos que compren una cochera en un edificio vertical, cuando ni siquiera tienen coche, el 80 por ciento de las personas, y esto eleva el costo.
Limitamos las alturas, haciendo mucho más caras las mejores ubicaciones para quienes no tienen los suficientes ingresos.
Y también, la sobrerregulación hizo y expulsó la mayor parte de los mexicanos que inician 900 mil hogares al año; en este país 500 mil, o sea el 55 por ciento lo inician en los hogares en zonas ilegales, en zonas de peligro o en zonas irregulares. Esa es una gran tragedia de el resultado urbano de hoy en día en nuestra ciudades de México. ¿Por qué? Porque no se reconoce la realidad mexicana, que es la urbanización progresiva y la autoproducción de vivienda.
La movilidad motorizada ha sido privilegiada, las autopistas, y como dicen bien, no hay mejor estrategia para el transporte que no necesitarlo, pero hemos destruido los barrios en donde teníamos muchas soluciones a los equipamientos y a los servicios a nivel peatonal, expulsando a las Pymes de nuestros barrios.
¿Qué proponemos en esta reforma?, que ha sido y está impulsada por un número muy importante de ustedes y por comisiones unidadas que de manera unánime y yo representó ahorita la presentación de este dictamen de senadores y senadoras que están comprometidos y que han estado analizando esta propuesta, un modelo urbano democrático e incluyente, muy propio para el siglo XXI.
Un modelo urbano que se adapte al ciudadano y no como hasta hoy que el ciudadano se tiene que adaptar al modelo urbano. Un modelo urbano cuyo centro sea la persona, que permita y reconozca la diversidad humana de nuestras ciudadades. Un modelo urbano que permita la evolución, la capacidad de adptación y la flexibilidad para responder a las diveras necesidades, gustos y capacidades de las personas.
Un modelo urbano que reconozca que la columna vertebral de nuestras ciudades es el espacio público, el espacio común, la vialidad de las banquetas y los parques, que verdaderamente son la función principal del gobierno, que el gobierno tiene que prever con décadas de anticipación a que llegue el desarrollo la buena traza de este espacio público, porque va a definir la calidad de vida y la capacidad y el potencial de nuestras ciudadades.
Un modelo urbano que respete, decíamos, las necesidades, gustos y preferencias de la gente, que cada vez son más diversas. Un modelo urbano que rescate conceptos como el barrio, un barrio de usos mixtos con diversidad humana, con diversidad de tipologías de vivienda, que rescate principios urbanos que fueron desarrollados a través de la experiencia urbana de miles, de miles de millones de personas que con sus decisiones van construyendo las ciudades.
México con esta reforma urbana puede ser punta de lanza, punta de lanza para Latinoamérica, punta de lanza y ejemplo --como lo fue en el pasado-- para el mundo. Tenemos en puerta Habitat 3, para que México vuelva a ser ese ejemplo y ese referente urbano.
En esta iniciativa que se está presentando ya dictaminada pues han participado --no de ahorita sino de mucho tiempo atrás-- funcionarios públicos comprometidos con el tema urbano de los tres órdenes de gobierno, institutos de planeación, funcionarios del Ejecutivo en los estados, pero sobre todo expertos y sociedad civil, que ha estado interesada y luchando desde muchos años antes desde legislaturas anteriores. A ellos los honramos, a ellos les agradecemos su enorme compromiso y su participacipación.
Y esperemos que con su apoyo esta reforma urbana sea ese referente para Latinoamérica y para el mundo, para que México vuelva a ser este país de las grandes ciudades, ese país que reconozca en sus ciudadanos ese gran valor humano y ese gran valor urbano.
Muchas gracias.
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