La desesperación de las personas que buscan trabajo, provoca que sean víctimas de las llamadas “empresas fantasma”, las cuales ofrecen atractivos sueldos, jornadas laborales cómodas y desde el propio hogar, cuya práctica fraudulenta, ha proliferado en el mercado laboral, en perjuicio de los mexicanos.
Por esta razón, los senadores del PRI presentaron un punto de acuerdo que exhorta a la Secretaría del Trabajo y Previsión Social y a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, a verificar la operación de este tipo de compañías, ya que ofrecen mediante engaños atractivas ofertas laborales a través de medios masivos de información, como la prensa escrita, folletería y algunas páginas de internet.
En su exposición de motivos, los legisladores señalaron que cuando las personas acuden a la entrevista de trabajo, se les ofrece un “curso introductorio”, anunciándoles desde un principio en que “ya están aceptados a la empresa” y que de entrada deben cubrir un costo de al menos 150 pesos para diversos gastos que se generarán para el material del citado curso.
Durante este curso introductorio, agregaron, que generalmente dura una semana, en sesiones diarias de dos horas, se crea en los participantes la necesidad de contar con dicho empleo, y mediante técnicas de psicología social, se logra doblegar su voluntad y autoestima, engañándolos fácilmente.
También, se les obliga a que antes de poder empezar a trabajar, en algunos casos desde sus propios hogares, a la aprobación de una prueba de confianza en la cual “supuestamente deben vender” productos como perfumes, mismos que tienen que pagar por adelantado, y una vez que han pagado, la empresa y el inmobiliario de las supuestas oficinas desaparece, toda vez que no cuenta con un domicilio fijo, y vuelven a aparecer en otros edificios de la ciudad o en otras entidades.
De ahí, la necesidad de que las autoridades competentes intervengan para evitar mayores engaños a la población, consideraron los senadores priistas, quienes propusieron que la Secretaría de Hacienda debe auditar la operación de estas “supuestas empresas”, las cuales es factible que ni siquiera se encuentren dadas de alta en el Servicio de Administración Tributaria; mientras que la Secretaría del Trabajo debe intervenir toda vez que se trata de engaños que se presentan en contra de la población que busca un empleo.
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