Número-122
- La región necesita compartir mejores prácticas en normatividad, gobierno abierto, legalidad, Estado de derecho, migración y seguridad: Anthony Wayne
- En 2013, México realizó intercambio de mercancías por un monto de más 500 mil millones de dólares con Estados Unidos y Canadá: senadora Marcela Guerra.
Agregó: “Estados Unidos está dispuesto a colaborar con México en todas estas áreas, en la lucha contra la corrupción y la criminalidad. Nos gustaría definir nuestra colaboración para que tenga mayor impacto. Trabajar juntos en estas áreas para promover la prosperidad y el crecimiento económico nos hará a todos más seguros”, dijo.
Wayne afirmó que económicamente, América del Norte es una de las regiones más integradas del mundo; “nuestras familias están conectadas, nuestros negocios están conectados, nuestros gobiernos colaboran en una gran gama de asuntos, bilateral y trilateralmente”.
Pero, dijo, se requiere usar esos lazos para ser competitivos, trabajar juntos para hacer crecer a nuestras economías, “quitando impedimentos al comercio, preparando a nuestra fuerza laboral, combatiendo problemas globales como la corrupción, trata de personas o la inseguridad cibernética, y defendiendo la democracia en el mundo”.
En el panel “Los retos de la integración norteamericana: Las relaciones con Estados Unidos y Canadá, el embajador expresó que “si queremos competir en el mercado global tenemos que facilitar el comercio y la inversión a través de nuestras fronteras”.
Además, dijo que el Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP) abrirá mercados importantes en Asia para México, Estados Unidos y Canadá y traerá estándares más altos y esto será visible en la agricultura, la manufactura y la propiedad intelectual, por lo que el convenio es una oportunidad monumental para América del Norte.
Previamente, la senadora Marcela Guerra Castillo destacó que a 20 años del Tratado de Libre Comercio se han logrado proporcionar a la región de América del Norte una certeza e identidad por la innegable integración de cadenas productivas entre los tres países.
El convenio, dijo, ha sido instrumento para implementar mecanismos y acercamiento gubernamental trilateral, que han sido útiles como ejercicio de cooperación y disposición para avanzar hacia una región más competitiva.
Refirió que en 2013, México realizó intercambio de mercancías por un monto de más 500 mil millones de dólares con Estados Unidos y Canadá, y que una revolución energética contextualiza la actual coyuntura en la que se encuentran las tres naciones.
Thomas D´Aquino, jefe ejecutivo de Intercounsel Ltd, señaló que México debe cambiar el enfoque tradicional de su política exterior para favorecer un desarrollo democrático y fortalecer los derechos humanos, así como analizar otros acuerdos comerciales de no intervencionismo y para evitar conflictos armados.
Asimismo, aseveró que Estados Unidos tendría que relacionarse primordialmente con los países que conforman Norteamérica, Canadá y México, por las ventajas que representa, que no son comparables con ningunas de algún otro bloque de naciones en otra parte del mundo.
Detalló que se trata de tres democracias que no renunciarían a soberanía por una integración del tipo europeo. Sin embargo hay que repensar los paradigmas norteamericanos y plantear un enfoque común en las legislaciones; por ejemplo, en metas ambientales conjuntas, mejorar la competitividad y la movilidad social; pero sobre todo los mecanismos comerciales, pues los tres países tienen un intercambio de 1.3 billones de dólares anuales, lo cual representa una cuarta parte de la economía mundial.
Michael Shifter, presidente del Think Tank Diálogo Interamericano, opinó de la misma manera, pues determinó que Estados Unidos tiene políticas pendientes en su relación con países de Norteamérica, en temas de inmigración y el tráfico de drogas; y lo que puede ayudar a resarcir esa situación es una integración con Canadá y México, mediante la modificación de los esquemas que existen en cuanto a movimiento de personas para lograr una integración global; construir una estrategia común en materia energética; buscar reducir las disparidades económicas entre las tres naciones; y proponer una moneda común para Estados Unidos, Canadá y México.
Arturo Sarukhán, ex embajador de México en Estados Unidos, consideró que la región más importante para la inserción de México en el mundo, es Norteamérica. No obstante se tienen que mejorar las condiciones de intercambio comercial entre México y Estados Unidos, pues las actuales no son las idóneas para el comercio que representa 1.4 mil millones de dólares diarios.
Detalló que el marco regulatorio del Tratado de Libre comercio debe modernizarse porque está rebasado; pero sin renegociarlo, por lo que, dijo, una solución podría ser la modificación del acuerdo transpacífico. Del mismo modo, aseveró que Estados Unidos debe apoyar su desarrollo en Norteamérica, porque el futuro de las tres naciones depende de ello.
Andrew Selee, vicepresidente para Programas del Woodrow Wilson Center, destacó que el ámbito económico seguirá siendo el eje central de la relación, pero la seguridad pública formará parte de la agenda porque “compartimos grupos criminales, que viven de los dos países, corrompen y afectan a comunidades de ambas naciones”.
Por ello, asentó, es necesario pensar cómo se comparten responsabilidades en esta materia.
Sergio Alcocer Martínez de Castro, subsecretario para América del Norte de la Secretaría de Relaciones Exteriores, el reto es diseñar una región donde establezcan los principios básicos de soberanía de los tres países y en donde cada nación tenga el privilegio de mantener relaciones bilaterales.
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