El paso de las tormentas Ingrid y Manuel por el territorio nacional ha lesionado gravemente a millones de mexicanos y a consideración del Premio Nobel de Química, Mario Molina, este tipo de fenómenos podrían repetirse, a consecuencia del cambio climático.
Al respecto, la senadora Ana Gabriela Guevara Espinoza presentó un punto de acuerdo para que la Presidencia de la República considere una reestructuración del paquete económico del Gobierno Federal para 2014, luego de la declaración en que sugirió su modificación debido a que los 12 mil millones de pesos del Fondo para Desastres Naturales (FONDEN) ‘‘no serán suficientes’’.
El comentario presidencial es pertinente, porque es urgente la modificación del presupuesto, “siempre y cuando”, se trate de una profunda reingeniería en la que se construya un equilibrio social en el reparto de la riqueza, no se maquille la tragedia y se inhiban los causales de magnificar los daños de los eventos naturales.
La nueva propuesta, por lo tanto, debe contener planteamientos que eviten la dilapidación de recursos en todos los rubros, desaparezcan los gastos suntuarios e innecesarios, se imponga una política de respeto al recurso público para que el ahorro sea un concepto rector y se abran las posibilidades para combatir la corrupción que genera obras de menor resistencia y asentamientos en zonas de riesgo.
Además, debe considerar la estructuración de una Secretaría de Protección Civil que coordine al Sistema Nacional de Protección Civil y no una Coordinación General de Protección Civil que ha sido superada por la dimensión de los anunciados “súper ciclones” y eventos sísmicos, detalló la legisladora petista.
“Recordemos que la misión es integrar, coordinar y supervisar el Sistema Nacional de Protección Civil para ofrecer prevención, auxilio y recuperación ante los desastres a toda la población, sus bienes y el entorno, a través de programas y acciones”, puntualizó.
Todo esto, advirtió, porque se han expuesto procesos de responsabilidad humana que, al coincidir con los eventos naturales, muestran omisión, planificación errónea y construcciones débiles e inadecuadas, producto de una cultura de corrupción que es imposible de ocultar.
“Como todo evento mayor que somete a prueba la calidad de la infraestructura, de las planificaciones de seguridad y de Protección Civil, la justicia de los presupuestos y la eficiencia real de las instituciones, ha quedado en evidencia en nuestro país que urgen decisiones políticas de varios estratos”, aseguró.
Por ello, reiteró la urgencia de la reestructuración de presupuestos no para atender ese tipo de eventualidades sino para que se confronten desde antes que ocurran, con justicia social verdadera que propicie acciones contundentes contra la desigualdad social, la corrupción, la ineficiencia institucional y en favor de la austeridad en el gasto.
El punto de acuerdo se turnó a la Comisión de Hacienda y Crédito Público.
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