Asimismo, cuestionó cuál sería el plazo razonable para que México viera reflejados los efectos de la Reforma Energética y de la participación de más empresas en una mayor competitividad.
Por su parte, el senador Humberto Domingo Mayans Canabal inquirió a Luis Téllez Kuenzler, en su calidad de ex Secretario de Energía, cuáles serían las políticas públicas que habría que impulsar para que México esté a tiempo con los cambios que se están dando, sobre todo en Europa y Estados Unidos, a fin de entrar de lleno al siglo XXI.
Igualmente, preguntó a los ponentes qué aspectos se deben incluir en la reforma para impulsar el desarrollo del sector portuario desde la lógica de la industria petrolera y qué impacto tendría para la industria siderúrgica contar con combustibles a precios competitivos y tarifas eléctricas más bajas.
Mientras tanto, el senador panista Salvador Vega Casillas interrogó a los ponentes sobre qué puntos de las tres iniciativas presentadas en la materia son los más importantes para tener un mejor desarrollo y una mejor economía. Igualmente, preguntó cuáles son los elementos que debe contener la actual reforma para recuperar el tiempo perdido y que nos permita tener ventajas como país.
Adrián Lajous Vargas, presidente de Oxford Institute of Energy Studies, enfatizó que el régimen petrolero mexicano está agotado, por lo que es imprescindible tomar decisiones fundamentales en la materia, particularmente en los aspectos de transparencia, rendición de cuentas y la introducción de competencia. Después de todo, dijo, el que haya más jugadores beneficia tanto a la industria, como al país.
Sin embargo, aseguró que el punto fundamental que tienen que abordar los legisladores es la definición del régimen petrolero. Al respecto señaló que las actividades de producción primaria, es decir, de exploración y producción, deberían contar con un régimen moderno de licencias como los utilizados en los países de mayor desarrollo y estabilidad jurídica que tienen petróleo y gas natural.
Por el contrario, dijo, los regímenes de contratos son propios de los países más pobres, menos desarrollados o con problemas severos en cuanto a su régimen jurídico.
En su respuesta, Luis Téllez Kuenzler, presidente de la Bolsa Mexicana de Valores, aseguró que las leyes secundarias que regulen el cambio constitucional deben ser los suficientemente flexibles para que se adapten a las nuevas tecnologías que van surgiendo. Más aún, se deben de tener contratos y esquemas de participación generales que sean tan simples como en otros países.
“Si los esquemas se vuelven complicados, vamos a tener una reforma que no va a dar los frutos que estamos esperando, como ya tuvimos en materia de contratos incentivados hace algunos años y algunos otros tipos de contratos en los que se buscaba una asociación entre Pemex y otros participantes del sector petrolero,” precisó.
Incluso, dijo, si la reforma y sus leyes secundarias son las adecuadas para atraer inversión extranjera y nacional a nuestro país, el efecto de su aprobación sería tan inmediato como que al día siguiente se observaría su efecto en los mercados financieros, las menores tasas de interés, la mejor calificación crediticia y un estímulo importante para que las industrias generadoras de energía eléctrica se establezcan en México.
Así, puntualizó que la Reforma Energética debe incluir, además de los hidrocarburos, la parte eléctrica; ya que ésta es la que ultimadamente le dará competitividad al resto de la economía, puesto que la electricidad es el principal insumo energético del sector económico en sus distintas ramas.
Por su parte, Juan Pablo Vega Arriaga, presidente de la Cámara Mexicana de la Industria del Transporte Marítimo, afirmó que aunque indiscutiblemente la industria petrolera ha detonado el desarrollo de la marina mercante, existen otras ramas industriales que deberían de participar en su crecimiento.
En efecto, afirmó, “un solo litro de la venta de petróleo no se transporta en ningún barco de bandera mexicana ni por ningún empresario nacional”; al tiempo que señaló que es ahí donde existen áreas de oportunidad, las cuales deben incluirse en la Reforma Energética, a fin de desarrollar beneficios para la marina mercante y los marinos y una fuente de impuestos para el país.
El presidente de la Cámara Nacional de la Industria del Hierro y el Acero, Alonso Ancira Elizondo, aseguró que de lograrse la competitividad energética y laboral y un sistema fiscal adecuado, la industria siderúrgica pasaría de generar 120 mil empleos directos a 180 mil y de 600 mil empleos indirectos, a un millón. Asimismo, pasaría de representar apenas un 5 por ciento del PIB a competir con los niveles de la industria automotriz.
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