Al clausurar el seminario internacional “Libertad de Expresión, Disidencia y Democracia”, Ciro Murayama, coordinador ejecutivo de investigación del Instituto Belisario Domínguez, aseguró que el Parlamento y las instituciones deben estar abiertos a la crítica y reflexión, porque es una manera de fortalecer la democracia.

Señaló que el ser humano, para tener una existencia libre, autónoma y digna, no puede ser callado, vulnerado, espiado o intimidado.

“Las posibilidades de expresarse se amplían gracias a las tecnologías, pero también se amplían los riesgos de que la integridad y los derechos de las personas sean vulnerados”, apuntó.

Dijo que una sociedad sin derechos como el de la libertad de expresión “no puede llamarse democrática”, y como sociedad mexicana, que hemos empezado el andar democrático, tenemos que seguir insistiendo sobre estos asuntos.

Refirió que el seminario permitió analizar los desafíos, riesgos y oportunidades contemporáneos que tienen que ver con los asuntos fundamentales para las personas y sus derechos.

Durante la mesa de trabajo denominada Redes sociales: contraste, equilibrio o autocomplacencia, participaron Eduardo Arriagada Cardini, periodista y catedrático de la Universidad Católica de Chile, y Roberto Julio Balaguer, del Centro Latinoamericano de Economía Humana de Uruguay.

Además, intervinieron Paula Hannemann, de la Organización change.com y Gabriela Warkentin, de la Universidad Iberoamericana.

Los especialistas coincidieron en que la conectividad es una gran oportunidad para el empoderamiento y para ello las redes sociales están contribuyendo muy activamente al cambio social.

Estas nuevas herramientas están ayudando a un proceso de inspiración en las relaciones entre las personas, y están transformando la dimensión del poder, precisaron.

También se llevó a cabo la mesa El periodismo y su responsabilidad social, con la participación de Todd Gitlin, de la Columbia School of Journalism, quien señaló que la libertad de expresión, la disidencia y democracia son todo un conjunto indivisible.

Sostuvo que la libertad de expresión y la disidencia son necesarios para la vida democrática y para una respuesta más madura a los problemas que se reflejan en todo el mundo, como violencia, crimen organizado.

Mencionó que este derecho “no es simplemente un beneficio para nosotros mismos como individuos, también es un regalo al mundo”.

Por su parte, el periodista Carlos Armando Dada Sánchez, fundador y director de El Faro, medio especializado en investigaciones sobre crimen organizado y violencia, señaló que el periodismo ha tenido muchos problemas para adaptarse a este nuevo mundo, y los ha tenido como consecuencia directa de las crisis en los modelos y negocios de los medios de comunicación.

Dijo que la crisis de negocios y la urgencia por adaptarse a las nuevas tecnologías han hecho que muchos medios de comunicación pierdan de vista su razón de ser.

“Las primeras víctimas han sido el periodismo y los periodistas, despidos masivos, el cierre de espacios para publicaciones de textos largos, el cierre de espacios y de oficinas internacionales, y de equipos de investigación”, indicó.

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