• La propuesta del Ejecutivo crea progresividad y pone a la gente en el centro: PRI
• Si no se cambia sustancialmente la iniciativa PAN votará en contra
• Para el PRD es fundamental que Senado conozca crecimiento real de la economía
• México no es ajeno al contexto mundial de franca desaceleración: PVEM
• Es una reforma antipopular y mentirosa, considera PT
Durante la comparecencia del secretario de Hacienda y Crédito Público, Luis Videgaray Caso, senadores del PRI, PAN, PRD, PVEM y PT manifestaron sus posturas respecto a la reforma Fiscal del presidente Enrique Peña Nieto.
Al fijar la postura del grupo parlamentario del PRI, el senador José Francisco Yunes Zorrilla expresó que la propuesta del Ejecutivo Federal implica los cambios de paradigmas que demanda el país, “porque de nada sirve estabilidad macroeconómica y crecimiento, si la pobreza aumenta como en los últimos 6 años, cuando cerca de la mitad de la población lamentablemente padecía hambre y miseria”.
Dijo que se busca poner en su “justo sitio” los problemas de falta de oportunidades, pobreza y la gran asimetría social, “que no permite que la gente pueda salir adelante y es desde el Senado de la Republica que se deben atender, de la mano de la propuesta del Gobierno de la República que ha de enriquecerse con la opinión participativa de todos”.
Expresó que a través de mayor déficit en el corto plazo y de acuerdo a los planteamientos en la Secretaría de Hacienda, no se esta poniendo en riesgo la sostenibilidad de la deuda mexicana.
Indicó que se tiene que replantear un nuevo modelo económico como el que presenta el Presidente de la República, que tenga a la gente como centro y como núcleo, que crea en la progresividad e involucre el sacrificio fiscal en términos proporcionales para quien más tiene, “de tal forma que se trate de regresarle vida, oportunidad y destino a quienes menos tienen”.
Por parte de Acción Nacional, el senador Ernesto Cordero Arroyo afirmó que si esta reforma no se plantea sustancialmente en otros términos, los senadores de su bancada la votarán en contra.
Lo anterior, debido a que esta iniciativa en, los términos en que fue enviada al Congreso profundizaría la recesión económica en puerta no contribuye a mejorar el mal momento por el que atraviesa México sino por el contrario, atenta contra el crecimiento y la generación de empleos, desalienta la economía formal y la inversión, dijo el legislador.
Aseguró que en tan sólo 10 meses, la situación del país se ha deteriorado notablemente, ya que el motor interno de la economía está detenido, “esto como consecuencia de las malas decisiones de política pública emprendidas por este gobierno”.
Aseveró que se proponen afectaciones serias en los sectores fundamentales, como el primario, la industria maquiladora, el de la construcción, vivienda, financiero y automotriz.
En este sentido señaló que la generación de empleo empieza a rezagarse de manera “preocupante”, ya que entre enero y agosto del presente año se han creado únicamente 352 mil empleos, lo que contrasta “dramáticamente” con los generados hace un año, cifra 62 por ciento mayor a la actual.
“La administración de Enrique Peña Nieto tiene que explicar en qué y cómo se desaprovechó el bono económico que le heredaron los gobiernos del PAN y desde el Senado exigimos al Gobierno Federal que enderece el rumbo y que garantice las condiciones para que las familias mexicanas puedan construir su patrimonio y su futuro”, finalizó.
A su vez, el senador perredista Armando Ríos Piter dijo que es preocupante la situación que guarda el sector económico, por lo que es fundamental que el Senado conozca si la economía nacional está o no en riesgo de una recesión.
Refirió que según “gente del Banco de México” se tienen proyecciones de que el crecimiento no será del 1.8 por ciento como lo habían estimado sino que puede ser de alrededor de 0.7 por ciento para este año.
Comentó que quitar el régimen de consolidación podría ser sólo un momento de “gatopardiz”, ya que se trata de sólo un cambio de palabras que establecerá un nuevo régimen opcional de grupos de sociedades.
“Ello, alertó, podría mantener la misma lógica de huecos que han permitido que importantes grupos económicos en el país se aprovechen y se excedan lastimando las finanzas públicas del erario”.
Por el PVEM, el senador Luis Armando Melgar Bravo expresó que México no es ajeno al contexto mundial de franca desaceleración económica, por lo que es indispensable que exista una política de Estado para atender desde los poderes Legislativo y Ejecutivo esta contingencia.
Consideró que esta es una oportunidad para que economías como la mexicana aprovechen áreas como la captación de inversión, la productividad y la competitividad.
Dijo que no hay tiempo que perder, pues suman ya más de 30 años de crecimientos insuficientes y 12 años sin reformas de gran calado que cimienten “el necesario desarrollo de México”.
En su opinión, el Ejecutivo Federal contempla esta coyuntura internacional y “asume la responsabilidad de hacer los grandes cambios legislativos y reformas constitucionales que el país requiere”.
En su turno, el senador petista Manuel Bartlett Díaz advirtió que la reforma fiscal de Enrique Peña Nieto significa una “injusticia brutal”, pues le cobrarán en todo a los trabajadores, se les carga todo el peso a ellos, mientras las empresas siguen protegidas.
Se nota --insistió-- que es una reforma antipopular y mentirosa, ya que sostiene toda la estructura inequitativa que ha venido manteniéndose desde atrás y se le carga todo el peso a los individuos.
Se dijo sorprendido porque el funcionario llegó a su comparecencia con una “actitud de propaganda” en lugar “de venir a presentarnos lo que tenía usted que hacer: responsabilizarse de lo que ha ocurrido en este año”.
“La comparecencia, señor secretario, es para que nos explique qué ha pasado en el año que llevan gobernando pero usted nos ha salido hoy con una propaganda sobre su proyecto de reforma fiscal”, apuntó.
Por último, manifestó que la propuesta del Ejecutivo Federal generará más deuda, la cual tendrá que pagar el pueblo de México y, con ella, “hasta sus amigos, los grandes capitales de este país, están enojados, ya no digamos clases medias”.
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