• Con la propuesta presidencial sectores petrolero y eléctrico quedarán abiertos a las estipulaciones del TLCAN, advierte.

Senadores y diputados cuestionaron a Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano sobre su oposición a la reforma energética del Ejecutivo Federal, la participación de la iniciativa privada en empresas como Petrobras y las políticas energéticas que requiere México.

Lo anterior, durante los foros de debate sobre las distintas iniciativas que en materia energética se han presentado en el Senado que realiza la Junta de Coordinación Política para escuchar los planteamientos y opiniones de los sectores sociales, políticos, empresariales y académicos  sobre este tema.

La senadora Graciela Ortiz González manifestó que la iniciativa de reforma energética del Ejecutivo Federal  es “progresista y de avanzada”, ya que retoma el texto constitucional “que en su momento propuso el presidente Lázaro Cárdenas” que permite al Estado dirigir la participación de particulares en la industria del petróleo y del gas, a través de contratos.

Criticó la propuesta del PRD porque “se basa en que México siga siendo una ínsula, el único país en el mundo que no permite que privados, incluidos mexicanos, participen en cualquier tipo de actividad relacionad con el petróleo”, por lo que cuestionó a Cuauhtémoc Cárdenas por oponerse a la realización de modificaciones a la Constitución.

A nombre de Acción Nacional, el senador Jorge Lavalle Maury aseguró que es falso el debate de privatizar el petróleo, por lo que la reforma energética es un proceso de transformación que “no podemos darnos el lujo de postergar o evadir con cambios cosméticos o superficiales”.

Es por eso, dijo, que su partido busca impulsar las reformas estructurales que han sido largamente pospuestas, a fin de garantizar el crecimiento, competitividad y fortalecimiento de la economía mexicana con un desarrollo justo y más incluyente.

Por el PRD, el senador Luis Sánchez Jiménez consideró que para algunos el nacionalismo “ha pasado de moda” y ahora hablan de soberanía de forma “diluida”, por lo que preguntó si el nacionalismo es un valor que todavía sirve a los países.

Además, cuestionó si el sector estratégico energético da soberanía a México y si la iniciativa del Ejecutivo Federal retoma a la letra el modelo de expropiación del general Lázaro Cárdenas.

En tanto, la senadora Ninfa Salinas Sada, del PVEM, destacó que otros países como Brasil y Colombia han transitado por “el camino de la modernización y del cambio” en sus respectivas empresas petroleras ante “un mundo cada vez más globalizado que exige y demanda productividad y eficiencia”.

En este sentido, cuestionó a Cuauhtémoc Cárdenas sobre la forma en que se han visto afectadas las petroleras de esos dos países por la participación de particulares nacionales y extranjeros en sus respectivos mercados, si han perdido valor, si ha caído su porcentaje de producción y cómo han disminuido las reservas probadas en ambas naciones.

A su vez, el senador petista Manuel Bartlett Díaz coincidió en que la iniciativa del presidente Enrique Peña Nieto tiene como objetivo quitar de la Constitución los principios que establecen la exclusividad del Estado en la explotación del petróleo y en la electricidad.

Lo que se busca, es abrir las puertas a las empresas transnacionales --que fueron expulsadas de nuestro país por todo lo que conocemos-- a explotar el petróleo de México y su electricidad.

Por su parte, el diputado priista Javier Treviño Cantú externó que debido al esquema actual con el que Pemex funciona, se produce menos petróleo que hace una década e importamos la mitad de las gasolinas y el 85 por ciento de los hidrocarburos que consumimos.

El diputado perredista Luis Ángel Espinosa Cházaro le pidió que explicara las diferencias que existen entre México y Brasil respecto de sus industrias petroleras.

En su turno, el diputado Arturo Escobar y Vega, del PVEM, preguntó “qué hace a México tan especial en materia energética como para pensar que podemos construirnos reglas propias a diferencia de lo que el mundo entero ha hecho, o por lo menos, la mayoría del mundo entero”.

En sus respuestas, Cárdenas Solórzano sostuvo que no hacen falta las reformas constitucionales que propone el Presidente de la República para llevar a cabo las políticas energéticas que permitan impulsar a los sectores  petrolero y energético.

Advirtió que de quitarles la condición de estratégicos a dichos sectores quedarán abiertos a las estipulaciones del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, “por lo tanto vamos a tener la competencia abierta de los socios del acuerdo”.

Al referirse a la participación de la iniciativa privada en Petrobras y Ecopetrol consideró que ésta no ha sido determinante para el buen éxito de esas empresas, pues en Brasil existe una política petrolera, “algo de lo que aquí se ha carecido desde los años 80 del siglo pasado”.

Aquí --explicó-- la política petrolera que se ha impuesto a Pemex es la de producir crudo en la mayor cantidad posible olvidándose de la industrialización y de agregar valor, de la necesidad de crear empleos formales y de impulsar los desarrollos regionales.

Recordó que en el caso de Brasil, cuando se descubrieron importantes yacimientos en su territorio,  el presidente Lula no aumentó la inversión privada sino aportó esos depósitos a los activos de Petrobras y aumentó la participación estatal en esa empresa.

En tanto, refirió que en 1992 y en 1995 en México se abrió la industria petroquímica y el trasporte y distribución de gas a la inversión privada; sin embargo, ello no generó inversión en esas áreas porque “la simple apertura no es suficiente si se carece de una política de desarrollo de la industria petrolera”.

Cuestionó la estrategia del Gobierno Federal de aumentar a 3 millones en 2018 la producción de barriles diarios y a 3.5 millones en 2025, pues según los análisis, Estados Unidos que es el principal cliente de México,  será autosuficiente en 2020.

Entonces  ¿se nos va a reducir el mercado de exportaciones y queremos aumentar la producción? para qué la queremos aumentar si no hay una política de industrialización no sabemos si queremos fomentar la producción petroquímica y no sabemos para qué quiere el gobierno aumentar la producción, cuestionó.

Sobre el texto propuesto por Lázaro Cárdenas en 1940, explicó que el país se encontraba en otra condición, pero su visión a lo largo del tiempo “fue siempre buscar el fortalecimiento de una industria nacionalizada”.

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