El Senado de la República hizo un llamado a las secretarías de Economía y de Agricultura para que restablezcan los mecanismos que permitan atender la problemática por la que traviesan los productores del sector cañero.
Asimismo, la asamblea los conminó a encontrar una solución a esta situación y mejorar la infraestructura, producción y los precios del azúcar en el país.
De igual manera, los senadores pidieron a la Secretaría de Economía que restablezca las mesas de diálogos con las diversas organizaciones de productores e industriales del sector, a fin de escucharlos antes de liberar los cupos de importación para azúcar o fructosa.
En el dictamen aprobado se destaca que la crisis por la que atraviesa el sector cañero afecta directamente a todos los eslabones de la cadena productiva y compromete el desarrollo económico de las regiones dedicas a esta actividad, lo que arriesgaría a más de 2.2 millones de empleos que genera esta actividad.
Se explica que esta crisis se generó por el déficit de azúcar en Estados Unidos, ya que los productores mexicanos incrementaron la superficie de cultivo de caña de azúcar para abastecer a ese país, lo que provocó un excedente de este producto y un consecuente desplome en sus precios.
En este sentido, se indica que al término de julio de este año la superficie cosechada fue de 781 mil 341 hectáreas y se obtuvo una producción de 6 millones 974 mil 686 toneladas de azúcar.
Ello --se agrega-- ha ocasionado que el precio promedio nacional de caña disminuyera en más de 250 pesos por tonelada, lo que significa que hubo una reducción de los ingresos de los productores en más de 13 mil 500 millones de pesos.
Al respecto, el senador perredista Fidel Demédicis Hidalgo mencionó que el sector cañero está en una situación “complicadísima”, sin embargo “hay una actitud de indiferencia por parte de todo el mundo, empezando por el ciudadano Presidente de la República”.
Se ha agudizado --puntualizó-- porque no se ha atendido al sector, por ello, el Senado debe realizar un seguimiento a este exhorto y vigilar que no sea sólo una “llamado a misa” y tenga el efecto para que sean atendidos.
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