Asimismo, solicitó que los órganos públicos y autoridades federales promuevan que en los niveles de educación, se incluya la disponibilidad de intérpretes de la Lengua de Señas Mexicana, recursos de comunicación y personal docente capacitado para intervenir en la incorporación educativa de las personas sordas.
Explicó que en países como México las personas sordas que terminan la educación básica, se enfrentan a la barrera del lenguaje oral en preparatorias y universidades, en donde no les asiste el derecho a la educación bilingüe ni el de exigir la asistencia de intérpretes conocedores de la lengua de señas.
Por ello, dijo, el Estado mexicano debe garantizar su acceso a la educación en todos sus niveles, y no sólo al básico, sino al medio superior y superior, y formación profesional, ya que son de vital importancia para que la persona con discapacidad acceda y mantenga un trabajo digno, con un salario que le permita vivir de manera independiente.
Aseguró que el promedio de años de estudio de la generalidad de los mexicanos es de segundo de secundaria -8.1 grados de escolaridad-, mientras que en el caso de las personas con discapacidad auditiva es apenas de tercero de primaria -3.4 años-.
En tanto que el porcentaje de la población en general que no acumula ni un sólo año de escolaridad es de 8.4 por ciento, y tratándose de personas con discapacidad auditiva el porcentaje sin estudios se incrementa casi en cuatro veces, llegando al 39.4 por ciento, agregó.
El legislador también enfatizó que de los tres mil niños que nacen con sordera cada año, sólo 10 por ciento recibe educación.
La educación básica obligatoria para personas con discapacidad se encuentra al menos garantizado “en el papel”, pero la situación es de mayor gravedad la educación media superior y superior, donde las personas con discapacidad auditiva presentan menores porcentajes de ingreso y permanencia y las mayores diferencias respecto de la población total.
En el caso del bachillerato, el promedio de mexicanos con al menos un año de estudio es del 18.5 por ciento a diferencia del 4.4 por ciento del total de personas con discapacidad auditiva.
En educación superior, el porcentaje de la población en general con estudios universitarios es de 13.6 por ciento; en cambio, la proporción de personas con discapacidad auditiva que acumulan al menos un año de educación superior, es de 3.2 por ciento, solamente, finalizó.
La propuesta se turnó a las Comisiones unidas de Atención a Grupos Vulnerables y de Estudios Legislativos, Primera.
--oo000oo--