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El Senado de la República llevó a cabo, de manera conjunta con la Cámara de Diputados,  el foro: Trabajo en conferencia para la expedición de la Ley del Congreso.

En el Palacio de Minería, ambas cámaras acordaron convocar a cuatro foros de consulta donde la discusión con académicos y especialistas busca aportar ideas que permitan enriquecer la propuesta que será sometida ante los legisladores.

El vicepresidente del Senado, Luis Sánchez Jiménez señaló que mientras no haya claridad en las normas y una actualización de las reglas,   el trabajo legislativo será cada vez más complejo.

Apuntó que el trabajo parlamentario tiene que ser revisado periódicamente, por lo que exhortó a que el acercamiento entre cámaras sea más cotidiano, “ya que este podría evitar desgastes innecesarios y, a fin de cuentas, legislar para que la sociedad tenga mejores condiciones”.

Por su parte, el presidente de la Cámara de Diputados, Francisco Arroyo Vieyra, dijo que tiene que haber más comunicación entre ambas cámaras, a efecto de realizar las adecuaciones necesarias a un reglamento que permita a la Presidencia de la Mesa Directiva, tener mayores márgenes de maniobra.

Precisó que la conducción de la Mesa es regirse conforme a reglamento, pero también conducir las pasiones de los legisladores; “el Presidente de la Cámara vela por el equilibrio entre los derechos de los grupos parlamentarios y la libertad individual de sus integrantes”.

Expresó que la ley tiene que elaborarse bajo el proyecto fundamental de que las cámaras otorguen justicia, armonía y paz necesaria, “si logramos eso, estaremos cumpliendo con el objetivo último de la ampliación de la ley y del Derecho”.

Por su parte, el presidente de la Comisión de Reglamentos y Prácticas Parlamentarias del Senado,  Jorge Luis Preciado Rodríguez puntualizó que se requieren de ajustes que permitan establecer sanciones a los legisladores, ya que “a pesar de que actualmente se establecen algunas, no se aplica ninguna”.

Dijo que se requiere un código de ética que regule el comportamiento dentro y fuera de las cámaras, para sujetar a los legisladores a guardar una conducta que cuide la imagen del Poder Legislativo.

“Las leyes son actos de inteligencia, justicia y razón, el legislador no debe perder de vista que las leyes se hacen para los hombres y no los hombres para las leyes”, finalizó.

El diputado Marcos Aguilar Vega señaló que la legislación vigente es insuficiente, por lo que es necesario adecuarla a la realidad social y sujetarla a un control estricto del marco jurídico.

“Aprobaremos una norma que transforme al Poder Legislativo, que contribuya en la participación de un sistema de pesos y contrapesos”, expresó el legislador.

Por su parte, el presidente de Consulta Mitofsky, Roy Alberto Campos Ezquerra, señaló que los legisladores deben concentrarse más en comunicar a la ciudadanía sobre su trabajo,  “porque de nada sirve legislar si no se comunica sobre el actuar de la institución que les representa”.

Refirió que las encuestas miden solamente los intereses particulares, “por lo que el legislador no debe obedecerlas sino utilizarlas para dirigir la opinión pública, como asesor que le informen lo que el ciudadano piensa y le dé pautas para comunicar las decisiones”.

La investigadora del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, Cecilia Mora-Donatto, puntualizó que la nueva ley debe afinar las funciones legislativas, regular las facultades de control, perfeccionar procedimientos de trabajo, de designación y nombramiento, así como medidas para una mayor transparencia en actividades y recursos que ejercen los legisladores, además de regular instrumentos que permitan dotar a la oposición de mecanismos que permitan desarrollar su función opositora.

Argumentó que el Congreso Mexicano es prisionero de procedimientos “inventados, creados y recreados para fusionar un entorno de circunstancias distintos a los hoy existen”.

En tanto, el director de Transparencia Mexicana, Eduardo Bohórquez, planteó incluir en este nuevo ordenamiento legal la figura del Parlamento abierto, el cual no sólo significa que sea transparente sino que construya los mecanismos institucionales para la participación social.

Indicó que 70 por ciento de los mexicanos no se siente representado por su legislador y 80 por ciento no lo vio nunca, por lo que esta figura permitiría acabar con el estigma de que la representación popular está llena de corruptelas.

 


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