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Vivimos una epidemia mundial de sobrepeso y obesidad, padecimientos que se han convertido en uno de los más grandes retos para la sustentabilidad del sistema de salud pública en México, no sólo por los altos niveles sino por los costos sociales y económicos que representan para el país, la familia y la persona que los padece, aseguró la senadora panista Marcela Torres Peimbert, en la presentación del libro: Obesidad en México: Recomendaciones para una política de Estado.
México se encuentra entre los primeros lugares a nivel mundial en sobrepeso y obesidad, después de Estados Unidos es el segundo lugar con más obesos, ocupa el primer lugar en obesidad de mujeres y uno de los primeros lugares en obesidad infantil, así como el primer lugar en consumo de refresco con 163 litros por persona al año, cifra 40  por ciento mayor a la de Estados Unidos, advirtió.
Durante su exposición, la legisladora destacó que según datos de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición de 2012, siete de cada 10 adultos y uno de cada tres niños sufren de sobrepeso y obesidad en el país, padecimientos que inciden en enfermedades crónicas no transmisibles como la diabetes, cáncer e hipertensión.
El costo total del sobrepeso y la obesidad, agregó, ha aumentado a 67 mil millones de pesos y se estima aumentará a 151 mil millones de pesos en 2017, equivalente a cinco veces el presupuesto de la UNAM para 2012 -32 mil millones de pesos-.
Por todo ello, es imperante impulsar una agenda de política pública destinada a hacer frente a la obesidad de manera integral y multisectorial, tratando de disminuir principales factores de riesgo y promover hábitos y estilos de vida saludables.
En su oportunidad, la senadora priista Lisbeth Hernández Lecona manifestó su preocupación por el tema y destacó que recientemente promovió una iniciativa de reforma a la Ley General de Educación, a fin de incluir una materia a nivel preescolar, primaria y secundaria, sobre alimentación sana y nutritiva.
A su vez, la senadora María del Rocío Pineda Gochi, del mismo grupo parlamentario, dio a conocer que está conformando una propuesta sobre la calidad de tiempo libre de los mexicanos, en la que analiza -por ejemplo- que en la construcción de las nuevas unidades habitacionales los espacios para la convivencia familiar y deportiva son cada vez menores.
Por su parte, el director fundador del Centro de Investigación en Nutrición y Salud en el Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), Juan Ángel Rivera Dommarco, resaltó que quienes más padecen los efectos de la obesidad son los más pobres y que se ha dado un aumento inusitado de la epidemia que ha generado 48 millones de adultos y 12 millones de niños obesos.
El poder Legislativo, expresó, puede hacer mucho por la lucha contra la obesidad, es indispensable la infraestructura normativa necesaria y las formas de asegurar el cumplimiento y presupuesto fiscal necesarios.
El control de la obesidad requerirá de un trabajo legislativo oportuno que permita influir en la problemática para cumplir con el derecho de la protección a la salud, por lo que se requerirá de la regulación y verificación del cumplimiento dirigidas al combate de la epidemia.
Destacó que se necesita operar sobre el entorno a través de la regulación y en el conocimiento y motivación a través de la educación, por lo que recomendó posicionar la prevención de la obesidad como prioridad nacional; crear una política nacional sustentada en evidencia científica, multisectorial de aplicación por los distintos niveles de Gobierno que involucre a los poderes de la Unión, industria de alimentos, medios de comunicación, entre otros.
Al hablar de las causas y consecuencias de la obesidad en México, el doctor Simón Barquera Cervera, director del área de Investigación en Políticas y Programas de Nutrición del INSP, destacó que dicho mal es ya una epidemia y mencionó que son tres los factores de riesgo que la causan: el tabaco, la dieta pobre y la falta de actividad física.
Dichos factores provocan enfermedades coronarias, diabetes, pulmonares y cánceres que, en conjunto, representan 50 por ciento de las muertes en el mundo y enfatizó que en el país la ingesta de “refrescos” y bebidas con azúcar en exceso son un serio problema.
Precisó que el aumento de la obesidad en México ha sido dramático y estimulado por una dieta inadecuada y por la falta de actividad física, lo que ha provocado principalmente enfermedades degenerativas y cardiovasculares, por lo que hay que cuidar el equilibrio entre lo que se come y las calorías que se gastan.
Insistió en que el problema no es individual sino multicausal, ya que el entorno es determinante, hecho que afecta a la sociedad en su conjunto y finalizó su exposición con un llamado a legislar sobre la publicidad “engañosa”.
Finalmente, la doctora María Cristina Gutiérrez Delgado, de la división de Riesgos Institucionales de la Dirección de Finanzas del IMSS, se refirió a los altos costos de la obesidad y dijo que tan sólo en el año 2008, el costo público directo ascendió a 42 mil millones de pesos, que de no corregirse mediante acciones preventivas, la suma se elevará hasta 78 mil para el año 2017.
Por otra parte, el costo indirecto en el mismo año se estimó en 25 mil millones de pesos, pero con el riesgo latente de sumar 73 mil también para el 2017, afectando 68 mil familias por año.
Además, subrayó la necesidad de estar bien informados para conocer qué es lo que se está comprando para alimentarse, pues la información nutricional de los productos es poco clara y difícil de interpretar y puede solucionarse mediante iniciativas de los senadores.
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