{audio}2013/boletines/abr/2013-04-16/1358.mp3{/audio}
Así los destacaron los candidatos de las dos primeras ternas para integrar la Junta de Gobierno del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE) que comparecieron ante el Pleno del Senado de la República.
En su exposición, Benilde García Cabrero señaló que los procesos de formación inicial y de mejora continua no han podido dar respuesta cabal a la necesidad de profesionalización de la enseñanza que permita que los maestros desempeñen de manera eficiente sus funciones.
Dijo que en los últimos años se pasó de un modelo que privilegiaba la transmisión de información a la construcción del conocimiento y al desarrollo de competencias, pero estos dos últimos paradigmas no han sido entendidos a cabalidad por los decentes.
En su turno, Lorenza Villa Lever resaltó que una tarea cardinal del Instituto “es definir los alcances y límites de la evaluación en continuo diálogo con los maestros, pues son actores centrales para la calidad educativa que necesita el país”.
Además, consideró que es obligada una reforma para que el INEE sea la instancia que dirija el Sistema Nacional de Evaluación para la formación obligatoria, porque “evitará el juego ambivalente de las autoridades” que, al mismo tiempo que promueven este tipo de fiscalización, “son responsables del esquema educativo”.
Margarita María Zorrilla Fierro precisó que se trata de construir decisiones técnicas con “pertinencia política”, que estén al servicio de los sistemas educativos federal y estatal, de los docentes y directivos escolares, así como de autoridades, padres de familia y organizaciones sociales, por ello, la necesidad de generar consensos y acuerdos con todos los actores implicados.
Otro desafío, dijo, es conseguir un nuevo arreglo institucional, toda vez que el diseño y funcionamiento de los distintos proyectos de evaluación requieren de equipos de personas que los lleven a cabo bajo una dirección firme, técnicamente inobjetable, económica y políticamente viable.
En opinión de Eduardo Backhoff Escudero, el diseño e implementación de la evaluación de docentes es una tarea compleja a la que se tendrá que enfrentar el Instituto conforme las leyes secundarias y normatividad que se desprenda de la reforma educativa, por lo que dicho reto “deberá enfrentarse con la concertación de todos los actores involucrados”.
Ante la falta de experiencia y la diversidad de opiniones sobre la mejor forma de examinar a los docentes, enfatizó, el INEE se enfrentará al reto de hacer un trabajo limpio técnicamente en un lapso muy comprometido para cumplir con las alt as expectativas que gubernamental y socialmente se esperan.
Ángel Rogelio Díaz Barriga Casales señaló que la evaluación es una tarea relevante y de suma importancia por la información que genera, “pero no es suficiente para lograr un cambio profundo en la educación”, pues para ello se requiere que converja el esfuerzo de diversos actores: estudiantes, profesores, padres de familia, autoridades, especialistas y medios de comunicación.
Reconoció que “las pruebas a gran escala contienen un factor de discriminación social entre diversos sectores” y ya se han considerado la necesidad de realizar pruebas paralelas que respondan a la diversidad cultural.
Pedro Alejandro Flores Crespo propuso fortalecer la autonomía del Instituto Nacional para la Evaluación de Educación, pues este “no es un valor trivial” sino que implica la capacidad de actuar, libre, razonada e independiente en la construcción de mejores referentes de información.
Manifestó que actualmente para el diseño de programas en el rubro se “toman como referencia modas, presión política o esquemas ideológicos”, pero el INEE tiene toda la capacidad técnica para generar evidencia científica sobre la efectividad de las políticas orientadas a elevar el aprovechamiento escolar.
--oo0oo--