El senador Arturo Núñez Jiménez, vicepresidente de la Mesa Directiva, se pronunció porque “nunca más el desprecio y odio sean motivo para atentar contra la vida”.

Precisó que la experiencia histórica del siglo pasado demuestra que el camino hacia la masacre de la 2ª Guerra Mundial estuvo nutrido por la indiferencia y a veces el odio, a pesar de las advertencias de quienes sufrieron en carne propia los efectos del abuso, discriminación y violencia física.

El legislador perredista encabezó, con la representación de Manlio Fabio Beltrones, presidente del Senado de la República, la ceremonia anual en memoria de las víctimas del Holocausto y de homenaje a Don Gilberto Bosques Saldívar, incansable defensor de la dignidad humana.

“No olvidemos --expresó-- que todo comenzó con la agresión de la palabra para derivar en la agresión física, la represión de las ideas, la marginación de las comunidades y para concluir en el exterminio de seis millones de judíos, de los cuales más de un millón y medio eran niños”.

Dio a conocer que la Comisión Permanente exhortó al Ejecutivo Federal y al Jefe de Gobierno del D. F. para que el nombre de Gilberto Bosques Saldívar sea inscrito en una plaza pública o en una calle de la Ciudad de México en su honor por su desempeño durante el Holocausto.

Por su parte, Lourdes Aranda Bezaury, subsecretaria de Relaciones Exteriores, subrayó que el Holocausto, aunado a experiencias como los genocidios ocurridos en Ruanda, Bosnia y Sudán, entrañan la advertencia de que actos similares pueden repetirse una vez más.

Destacó que en un mundo de paz, desarrollo, paz y prosperidad como al que aspiramos, la discriminación y exclusión no tienen cabida, porque no debemos tolerar que “hechos semejantes vuelvan a ocurrir jamás”.

Recordó que Don Gilberto Bosques Saldívar combatió el racismo al proteger, trasladar y brindar refugio y asilo en nuestro país, tanto a miembros de las comunidades judías europeas como a alemanes, belgas, italianos, franceses, polacos, yugoeslavos y españoles.

“Gilberto Bosques consideraba que la acción diplomática debe basarse en la ética internacional que postula tres principios: solidaridad, lealtad y justicia”, mencionó.

En su turno, la embajadora de Israel en México, Rodica Radian Gordon, manifestó que es necesario combatir sistemáticamente al antisemitismo en todas sus manifestaciones, pero también todos los tipos de racismo, discriminación, xenofobia y genocidio dirigido específicamente en contra de cualquier grupo político, étnico u otro.

“Sólo la voluntad de no olvidar puede hacer que estos crímenes no vuelvan nunca jamás”, enfatizó la diplomática israelí.

La memoria y estudio del Holocausto, dijo, son importantes para la interpretación de los valores sociales básicos como el respeto a las minorías, los derechos humanos, el valor de la vida y la importancia de una sociedad civil fuerte.

Magdy Martínez Solimán, coordinador residente del Sistema de Naciones Unidas, advirtió que “ver en el otro a un enemigo es resultado de un proceso de intolerancia, un valor corrosivo de la convivencia que Naciones Unidas lucha constantemente por erradicar”.

Con este acto de homenaje “queremos reflexionar, pero también llamar a actuar y condenar sin reservas cualquier manifestación de intolerancia religiosa, de acoso o violencia contra personas o comunidades basadas en su origen étnico o en sus creencias religiosas”, apuntó.

Por su parte, el presidente del Comité Central de la Comunidad Judía de México, Rafael Zaga, afirmó que el combate a la intolerancia, la exclusión, discriminación, satanización de individuos diferentes e ideas ajenas a las propias, es la lección universal que deja el Holocausto.

Añadió que a dos generaciones de estos hechos, aún se sigue luchando por transformar los ideales contenidos en la Declaración Universal de los Derechos Humanos para que sean “una realidad viva que defina nuestra existencia”.

La presidenta del Museo Memoria y Tolerancia: Del genocidio a la cultura de la tolerancia; una propuesta mexicana, Sharon Zaga Mograbi, señaló que el estudio del Holocausto no sólo es para recordar a las víctimas, sino para comprender cómo fue posible la participación de la sociedad en el asesinato de millones de personas.

“Han pasado 66 años, hemos sido testigos directos de terribles acontecimientos como en Guatemala, la ex Yugoslavia, Rwanda o Darfur, por eso hago un llamado para recordar el pasado y prevenir en el presente que se sigan repitiendo este tipo de actos de intolerancia”, enfatizó.

Posteriormente, en el patio central de la casona de Xicoténcatl, el senador Núñez Jiménez inauguró la exposición de pintura A las Puertas del Infierno.

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