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La Comisión de Energía del Senado de la República aprobó esta mañana por mayoría de votos la Estrategia Nacional de energía 2013-2027, enviada por el Ejecutivo Federal el pasado 27 de febrero, la cual será presentada al Pleno para su ratificación.
La Estrategia Nacional de Energía delinea el rumbo del sector energético con un horizonte de 15 años, que el Poder Ejecutivo presenta obligatoriamente al Congreso cada año para su ratificación, de conformidad con el artículo 33 de la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal.
El presidente de la Comisión de Energía, el senador David Penchyna Grub, sostuvo que la estrategia no es una reforma a la legislación correspondiente sino un marco de análisis que marca los objetivos que México tiene en este rubro estratégico de la economía.
Por tanto, dijo, este instrumento contiene datos fríos sobre el sector --que rebasan cualquier coyuntura o posición política-- debe ser útil para discutir las necesidades que nuestro país tiene en materia de petróleo, gas, electricidad y energías renovables.
Informó que el dictamen se presentará de primera lectura el próximo martes en el pleno del Senado, a fin de que sea votado en la sesión del jueves 14 de este mes.
En la discusión, el senador Salvador Vega Casillas, de Acción Nacional, aclaró que la Estrategia se presenta al Senado “pero no es vinculatoria y no obliga a nada”, pues sólo se trata de un documento para el conocimiento de los legisladores “que no podemos modificar”.
Dijo que su grupo parlamentario votaría a favor de la ENE “por el simple objetivo de cumplir un trámite que está en la Ley”; sin embargo, “esto no condiciona ni anticipa nuestra posición en los temas de la reforma energética”.
Al manifestar la abstención del PRD en la votación del dictamen, el senador Rabindranath Salazar Solorio reconoció que la Estrategia Nacional de Energía es un esfuerzo del Estado para plasmar en un diagnóstico claro la situación que guarda el sector.
Sin embargo, “vemos con preocupación que frente a la inminente discusión en el terreno legislativo de una reforma energética integral, la Estrategia se haya quedado en un mero catálogo de buenas intenciones”, en el que el sector encargado de su elaboración “desperdició una valiosa oportunidad para plasmar en sus contenidos los elementos de una política modernizadora y con perspectiva progresista”.
Por su parte, el senador Manuel Bartlett Díaz, del PT, manifestó que el documento no debe aprobarse, pues “carece de un diagnóstico del sector energético, no define una política para lograr nuestra independencia energética y tiene una marcada intención de incorporar la inversión extranjera suplantando a Pemex y a la CFE para transferir la renta energética”.
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