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La senadora panista Marcela Torres Peimbert propuso aplicar un impuesto del 20 por ciento al precio de venta de refrescos, productos endulzados con azúcares, aguas naturales y minerales gasificadas, así como a polvos, jarabes, esencias o extractos de sabores.

De igual manera, planteó que los recursos tributarios recaudados se destinen a satisfacer los gastos que provocan las enfermedades originadas por el consumo de ese tipo de bebidas.
 
Al presentar una iniciativa para reformar la Ley del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios, dejó en claro que esta medida tiene como objetivo desincentivar el consumo de esos productos y proteger la salud pública, por lo que no debe tomarse como una acción que atenta contra los compromisos internacionales contraídos.

Indicó  que los problemas de sobrepeso y obesidad que padece México tienen como causa central el consumo de refrescos, pues nuestro país es el principal consumidor de estas bebidas en el mundo.

México --agregó-- consume un promedio de 163 litros de refresco por persona al año, lo que es 40 por ciento  mayor al consumo de un estadounidense promedio, que se ubica en 118 litros.
 
Refirió que según la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares 2010, los hogares mexicanos destinaron la misma cantidad de dinero en refrescos que en carne de res y ternera.

Aunado a ello, subrayó, la Secretaría de Salud informó que el aumento en el consumo de refrescos provocó que los casos de diabetes y obesidad temprana en los niños y jóvenes mexicanos se incrementaran por el consumo de líquidos elaborados con sacarosa, glucosa y fructosa.

Torres Peimbert dijo que en México el costo total del sobrepeso y la obesidad se duplicó entre 2000 y 2008, al pasar de 35 mil 429 millones de pesos a 67 mil 345 millones de pesos y se estima que aumentará a 150 mil 860 millones en 2017, lo que representa cinco veces el presupuesto de la UNAM para 2012.
 
Ante este panorama, la senadora consideró necesario gravar este tipo de productos, pues ayudaría a disminuir su consumo de 163.3 litros por persona al año a 120.9 litros.
 
Recordó que la demanda de refresco en México es “elástica”, por lo que incrementar impuestos a su venta desincentivaría su ingesta y fortalecería la capacidad recaudatoria del país.

Con ello, estimó que se recaudarían cerca de 22 mil 861 millones de pesos, lo que permitiría al gobierno destinarlos al sector salud, o bien, introducir bebederos de agua potable en escuelas y espacios públicos, además de la implementación de programas en contra de la obesidad y el sobrepeso.
 
Asimismo, ayudaría a reducir en 12 por ciento la prevalencia de diabetes en el país, así como a disminuir en 26 por ciento los costos de nuevos casos de diabetes en los próximos 10 años, además de reducir el costo directo de la atención médica de enfermedades relacionadas con la obesidad de 42 mil millones de pesos a 35 mil millones.
 
La iniciativa que fue suscrita por senadores de diversos grupos parlamentarios se remitió a la Cámara de Diputados.

 


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