Número-534

  • En un país que se registran cambios políticos y sociales constantes, la Carta Magna no puede permanecer inmóvil.
  • Emprender una nueva Constitución sería un riesgo para las garantías.

Las reformas han permitido mantener vigente la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, señalaron los presidentes de las comisiones de Gobernación y Puntos Constitucionales, senadora Cristina Díaz Salazar y senador Enrique Burgos García, respectivamente.

Durante la presentación del libro “La Reforma Constitucional y su Problemática en el Derecho Comparado”, los constitucionalistas Alejandro Wong Meraz y Javier Ruipérez Alamillo advirtieron que un nuevo constituyente representaría un riesgo para la democracia y libertades.

La senadora Díaz Salazar expuso que las modificaciones a la Carta Magna han permitido afrontar eficazmente momentos de crisis, pues se ha reforzado un marco jurídico que da seguridad a los derechos de la población.

En un país que se registran cambios políticos y sociales constantes, la Constitución no puede permanecer inmóvil, pues debe mantenerse como la garantía última de la efectividad y supremacía de los valores constituyentes de la democracia y de la libertad, plasmados desde 1917.

El senador Burgos García aseguró que la Constitución ha logrado una sobrevivencia legítima, al ser reflejo del alma del pueblo mexicano.

Difícilmente se puede entender la Carta Magna si no se va a la entraña del pensamiento y ser de los mexicanos, de la historia del país, con retrocesos, pero, sobre todo, con importantes avances.

Alejandro Wong Meraz dijo que existen límites para hacer respetar la división de poderes, como un equilibrio dentro del Estado, así como los preceptos plasmados en el artículo cuarto constitucional, que establece a México como una República Federal y laica.

La Constitución de 1917, refrendó, se mantiene vigente gracias a las reformas, crear una nueva es un peligro, se puede desconocer todo el sistema constitucional. Criticar la Constitución mexicana, por contar con más de 700 reformas o porque tiene más de 100 años, es simple y sin ninguna razón de ser, acotó.

Consideró que estos pronunciamientos “provienen de sectores o de grupos con algún interés oculto, no válidos para la nación”.

Javier Ruipérez Alamillo manifestó su reconocimiento al Senado de la República que cumple con la acción fundamental de las instituciones, abrir espacios para los académicos y trabajar de manera conjunta con la realidad jurídica, política y la teoría, a fin de construir el desarrollo del país.

“El Senado es ejemplo de tolerancia, está abierto a encuentros con académicos para escucharlos, le gusten o no las conclusiones a los legisladores”, puntualizó.

Hay voces que se pronuncian por un nuevo proceso constituyente, en México no es necesario, porque la Constitución emitida en Querétaro en 1917 mantiene vigentes los preceptos democráticos a favor del pueblo y ha ampliado su contenido en derechos humanos; acaso, requiere de una reforma general para clarificar el horizonte jurídico y político, puntualizó.