El senador Manlio Fabio Beltrones Rivera, presidente de la Mesa Directiva, hizo un llamado para transformar las instituciones y construir “una nueva gobernabilidad”, a fin de hacer frente a las amenazas a la seguridad regional, el hambre, las migraciones, el desempleo masivo y la desesperanza de millones de personas en América Latina.

Advirtió que los avances para reducir la pobreza y la desigualdad de la región, en particular en México, “podrían estar en riesgo ante los efectos de la recesión global y las incertidumbres que persisten en el entorno económico”.

Esto eleva la presión sobre los regímenes políticos y su capacidad para transformar el triángulo de democracia, desigualdad y pobreza en un círculo virtuoso donde el crecimiento refuerce la justicia y la cohesión social, subrayó el legislador.

Beltrones Rivera habló así al inaugurar el Encuentro Internacional de análisis y prospectiva sobre la situación política, económica, social y cultural en América Latina, organizado por la Comisión Especial Encargada de los Festejos del Bicentenario de la Independencia y Centenario de la Revolución y el Parlamento Latinoamericano.

Expresó que “tenemos el reto de concretar un visión de futuro deseable y posible sustentado en políticas públicas de mediano y largo plazo y dejar atrás las coyunturas para transformar la realidad nacional”.

Son necesarias, añadió, nuevas instituciones que permitan apremiar las nuevas condiciones de una gobernabilidad distinta a la conocida en el pasado, a fin de obtener mayor crecimiento económico y empleo.

Dijo que hay nuevas amenazas a la seguridad de los estados, al desarrollo de la sociedad y el bienestar de los ciudadanos como el crimen organizado, por su enorme potencial financiero y organizativo, así como su capacidad de diversificación y expansión hacia nuevas regiones geográficas y áreas delictivas.

Además, consideró indispensable consolidar las capacidades y autonomía del Estado para que sea capaz de servir, representar mejor a la ciudadanía, cumplir y hacer cumplir la ley, y consolidar su función regulatoria, redistributiva y de conducción del desarrollo.

“Se trata de superar el falso dilema entre el viejo Estado interventor y obeso o uno neoliberal y ausente”, subrayó.

Para ello, agregó, es necesario “construir una nueva gobernabilidad”, fundada en la pluralidad y en mecanismos de la democracia directa que impulsen una ciudadanía participativa y consoliden una instancia adicional de escrutinio y contrapeso institucional

Consideró que los nuevo retos que enfrentan los estados “elevan nuestra responsabilidad y la demanda de traducir las propuestas y debates en acciones efectivas” que marquen la diferencia entre una gestión pública tradicional y un trabajo legislativo sustentado en una visión de presente y futuro.

“La mejor manera de evitar nuevas revoluciones como las que hemos tenido en el pasado, --apuntó-- es intentar las nuevas evoluciones que vengan de manera sistemática y con seguimiento puntual a transformar nuestra sociedad y crear las nuevas instituciones de la gobernabilidad”.

En tanto, Julio Cobos, presidente de la Cámara de Senadores de Argentina coincidió en que las instituciones deben seguir consolidándose de acuerdo a las circunstancias actuales.

Las crisis que se han presentado al interior de los países, así como el reciente colapso financiero global “hacen necesario repensar el rumbo económico”, señaló el también vicepresidente de la nación sudamericana.

“Debemos apuntar al capital humano y a la educación” para impulsar el desarrollo económico, “porque no podemos estar con índices de pobreza y desigualdad como los que hoy tenemos; no puede haber países como Haití que padecen plagas y exclusión social”, asentó.

A su vez, Jorge Pizarro, presidente del Parlamento Latinoamericano, manifestó que la conmemoración de los movimientos independentistas en América Latina “nos obliga a entender que nuestros países pueden salir del subdesarrollo y avanzar en el combate a la pobreza”.

Pero esto, enfatizó el presidente de la Cámara de Senadores de Chile, sólo es posible con políticas de Estado que permanezcan y tengan estabilidad en el tiempo.

Afirmó: “Tenemos 200 millones de pobres en América Latina, de los cuales casi 50 millones de nuestros compatriotas viven en situación de hambre, en extrema pobreza y miseria”.

En este sentido, aseguró que “no hay instrumento más eficiente para luchar contra la pobreza que la educación, porque quien tiene mejor educación siempre tendrá un mejor empleo y por ende más ingresos”.

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