{audio}2012/boletines/mar/2012-03-28/865.mp3{/audio}
Durante la comparecencia del secretario de Medio Ambiente y Recursos Naturales, Juan Rafael Elvira Quesada, los legisladores pidieron evaluar la viabilidad del proyecto y los daños que podría ocasionar a la zona.
Al respecto, el senador del PAN, Juan Quiñónez Ruiz, manifestó que en cada obra que se construye hay un impacto ambiental y en este caso no es la excepción, por lo que se debe evaluar si es posible o no llevar a cabo la construcción en Cabo Cortés.
Primero --agregó-- se tienen que identificar los servicios que se pueden brindar para definir la cantidad de cuartos y casas habitación a edificar.
Por su parte, la senadora Margarita Villaescusa Rojo se pronunció porque el proyecto turístico sea auditado por un grupo de científicos y expertos independientes, con la finalidad de tener mayores elementos para determinar su viabilidad
Ello, debido a que el desarrollo inmobiliario de Cabo Cortés no garantiza que el parque Cabo Pulmo vaya a ser protegido.
El senador perredista Rubén Velázquez López mencionó que esta importante reserva ecológica podría ser afectada por el proyecto turístico de Cabo Cortés, por lo que es necesario analizar “en dónde está fallando el asunto”.
Ante ello, hizo un llamado al secretario Elvira Quesada para que revise qué es lo que está fallando “porque sí estamos teniendo problemas y a ello se debe su presencia en esta Comisión”.
En su turno, el senador Jorge Legorreta Ordorica, del PVEM, se pronunció en contra de este desarrollo, ya que afecta la reserva marina más importante de todo el Océano Pacífico.
Además, dijo que su grupo parlamentario “ve con preocupación” que últimamente se empiezan a otorgar permisos para la construcción de diversos desarrollos en lugares protegidos, ya que lo único que ocasiona es que se perjudique al medio ambiente.
Por su parte, el senador petista Francisco Javier Obregón Espinoza señaló que el sentimiento que existe en Baja California Sur es de rechazo a este tipo de megaproyectos por el “impacto tremendo” que tiene y la afectación al medio ambiente, a la forma de vida de la zona y el daño a los acuíferos de la península.
Destacó que gracias al esfuerzo de la comunidad, Cabo Pulmo es el mejor ejemplo de la conservación marina que tenemos en nuestro país que ahora se encuentra amenazada por el proyecto turístico de Cabo Cortés promovido por una empresa española que contempla construir en tres mil 814 hectáreas y que ha sido autorizado parcialmente por la Semarnat.
En tanto, Elvira Quesada explicó que hasta el momento las obras que se tienen autorizadas en el Parque Nacional Cabo Pulmo son para servicios básicos de infraestructura como la construcción de caminos, mallas, cercas, sistema de drenaje, cableado y telefonía.
Asimismo, la edificación de dos clubes de playa, dos campos de golf con 18 hoyos en cada campo que comprenden 161 hectáreas, de las cuales 65 son de conservación, así como espejos de agua y un acueducto.
El funcionario aclaró que aun no existe actividad alguna en Cabo Pulmo, ya que hay dos litigios en curso y un juicio de amparo, por lo que “seremos respetuosos de los procesos legales y esperamos que esto se defina en los próximos meses”.
Aunado a ello, señaló se pretende realizar un desarrollo inmobiliario para uso habitacional promovido por la empresa española Hansa Baja Investment y “que no son cuartos de hotel sino villas para ir a descansar en algunos momentos a lo largo del año”.
Mencionó que se trata de un predio de 3 mil 814 hectáreas distribuidas en tres polígonos diferentes y ubicado en un lugar denominado Punta Arena y se busca construir en el 33 por ciento del polígono total y dedicar el 67 por ciento restante a actividades de conservación.
Se construirían 3 mil 655 cuartos de hotel, “es así como lo conciben y como se presentan ante la autoridad para solicitar la resolución administrativa”, y 7 mil 816 viviendas.
Expuso que el Parque Nacional Cabo Pulmo es el único ecosistema de arrecife coralino en el área del Golfo de California, por lo que se creó un comité científico externo para que proveyera a la Secretaría de todos los elementos que se debían tomar en cuenta en el momento de emitir una resolución administrativa.
En este sentido, comentó que el 100 por ciento de las observaciones que se realizaron fueron integrados a la resolución ambiental que emitió la Semarnat al respecto de este proyecto.
“Lo que estamos haciendo está regido por una metodología y rigor científico y no hay inclinaciones ni cuestiones de gustos personales porque es un criterio científico lo que nos llevo a integrar la resolución de impacto ambiental”.
--ooOOoo--