Número-870

Necesarios, mecanismos para monitorear su evolución e implementación y, en su caso, para establecer medidas internas compensatorias para sectores y regiones perdedores.

La prosperidad no se debe al clima, geografía, cultura, sino a las políticas dictaminadas por las instituciones de cada nación, advierte el Instituto Belisario Domínguez.

La firma del Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP) puede asumirse como parte de un esfuerzo de largo plazo para convertir al mercado externo en motor del desarrollo, pero requiere de mecanismos para monitorear su evolución e implementación y, en su caso, para establecer medidas internas compensatorias para los sectores y regiones potencialmente perdedores.

Así lo destaca el artículo “Oportunidades y desafíos para México ante la incorporación al TPP”, publicado en el número 28 de la Revista Pluralidad y Consenso del Instituto Belisario Domínguez del Senado (IBD).

En el documento se menciona que los beneficios, ventajas y riesgos para México al ratificar el tratado no sólo se pueden proyectar a partir del cierre de las negociaciones y su ratificación en la Cámara de Senadores, sino también en la medida en que nuestro país sea capaz de armonizar los compromisos al interior de sus regiones y sectores productivos.

“De ahí la importancia de conocer con apego al texto del tratado cuáles son los compromisos asumidos en el mismo”, se enfatiza en el análisis.

Y agrega: “No puede dejarse de lado que si bien el proceso de negociación del TPP ha sido criticado por negociarse en secreto y a puerta cerrada, volviéndolo un proceso antidemocrático y opaco, adolece de un momento en que se puedan establecer medidas internas de carácter compensatorio para los potenciales perdedores del tratado, y complementarias para poder aprovechar mejor las oportunidades”.

Esto, considera el IBD en el artículo, supone asumir una perspectiva de mayor plazo y tratar de vincular el proceso de aprobación de un instrumento inicialmente comercial con algunos elementos relacionados con el desarrollo de México de largo alcance.

La prosperidad, subraya el Instituto, no se debe ni al clima, ni a la geografía ni a la cultura, sino a las políticas dictaminadas por las instituciones de cada nación. Debido a ello, los países no conseguirán que sus economías crezcan hasta que no dispongan de instituciones que permitan desarrollar políticas acertadas

En este sentido, en la ratificación del Acuerdo de Asociación Transpacífico, además de ser valorado como parte de una política comercial, puede ser apreciado como política pública, ya que se trata de poner en marcha una serie de decisiones o de acciones, intencionalmente coherentes, tomadas por diferentes actores, públicos y no públicos.

Se trata, enfatiza el análisis, de desplegar instrumentos de monitoreo de su desempeño ligados a complementar medidas alternativas para potenciar el desarrollo de México y sus regiones y sectores productivos concretos.

A partir del texto del TPP se advierte que el principal objetivo es eliminar obstáculos al intercambio comercial.

En este sentido, el tratado incorpora asuntos relativos al comercio de servicios: telecomunicaciones, financieros, profesionales, construcción, software; al comercio electrónico: compras gubernamentales, promoción y protección recíproca de inversiones, protección de los derechos de propiedad intelectual.

Además, al ser un tratado de última generación, abarca otros ámbitos y temas relacionados con la transparencia, anticorrupción, salud, derechos laborales, desarrollo de capacidades, propiedad intelectual, el medio ambiente y aplicación de mecanismos de solución de controversias.

El artículo se puede consultar en el siguiente enlace:

http://revista.ibd.senado.gob.mx/index.php/PluralidadyConsenso/article/view/330/336

El número 28 de la Revista Pluralidad y Consenso se puede consultar en:

http://revista.ibd.senado.gob.mx/index.php/PluralidadyConsenso/issue/view/35