Número-175

  • Los legisladores coinciden en delinear estrategias para combatir pobreza y violencia intrafamiliar.
  • La funcionaria dijo que la tendencia de los últimos 25 años muestra una reducción de todas las carencias sociales.

 

En reunión de trabajo con la titular de la Subsecretaría de Planeación, Evaluación y Desarrollo Regional de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol), Vanessa Rubio Márquez, integrantes de la Comisión de Desarrollo Social, solicitaron que se fortalezcan las políticas para reducir las carencias de la población y se revise la duplicidad de los programas.

 

Al respecto, la presidenta de la Comisión, senadora Iris Vianey Mendoza, solicitó a la servidora pública de la Sedesol que establezca una ruta que permita erradicar la competencia entre gobiernos estatales, municipales, y organizaciones civiles para obtener beneficios de la dependencia, “la cual se ha identificado a partir de una mayor participación de la Iniciativa Privada en el respaldo de los programas sociales”.

En tanto, el presidente de la Comisión de Desarrollo Regional, senador René Juárez Cisneros, solicitó que se atienda integralmente a los 30 millones de jóvenes de entre 15 y 29 años de edad, de los cuales 8.3 millones viven en condiciones de pobreza y marginación. Destacó que el Senado ha hecho diversas propuestas con respecto a este problema, pero “la respuesta ha sido que no hay dinero. Si no se atiende ahora, se convertirá en un problema gravísimo para el país”.

La senadora del Grupo Parlamentario del PRI, Margarita Flores Sánchez, consideró necesario aumentar el número de comedores comunitarios, de cursos de capacitación y servicios sociales en materia de salud para las comunidades más lejanas, con el propósito de mejorar sus condiciones de vida.

Su compañera de bancada, la senadora Yolanda de la Torre Valdés, dijo que se debe tener atención especial en los grupos vulnerables, como las personas con discapacidad, al manifestar que no hay una definición clara de las acciones para este sector, que en su mayoría también padece condiciones de pobreza.

Por su parte, la senadora Lisbeth Hernández Lecona, también del Grupo Parlamentario del PRI, señaló que el desarrollo humano debe ser parte de los programas que impulse la Sedesol, ya que va en aumento la desintegración de las familias a causa de cuestiones como violencia intrafamiliar, drogas y embarazos en adolescentes, fenómenos que se pueden prevenir.

El senador Jesús Casillas Romero, secretario de la Comisión de Desarrollo Social, subrayó la necesidad de que la Sedesol logre una mejor coordinación con otras dependencias, como la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu), a fin de evitar la duplicidad de programas, el desperdicio de recursos, e impedir confusiones sobre quien encabeza proyectos, como en el caso de vivienda para jefas de familia.

En su oportunidad, la subsecretaria de Sedesol, Vanessa Rubio Márquez, señaló que desde que el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) comenzó a medir en el año 2008 de manera multidimensional la pobreza, “el acceso de los mexicanos a los derechos sociales ha mejorado, la pobreza extrema ha disminuido y la moderada se ha incrementado”.

 

Aseguró que, como país, más allá de una o dos administraciones, la tendencia de los últimos 25 años muestra una reducción de todas las carencias sociales para los mexicanos. “Mientras menos vayan siendo las carencias que tengan los mexicanos, más los estamos habilitando para el ejercicio de sus derechos sociales”.

 

La funcionaria refirió que en el año 2008 más de medio millón de mexicanos tenían seis carencias y se encontraban por debajo de la línea de bienestar mínimo: “hoy este universo está acotado a 288 mil personas, lo que indica que vamos por la dirección correcta, pero no podemos decir que la situación está resuelta”.

 

En este sentido, precisó que en ese año, 34.3 millones de personas tenían tres o más carencias, mientras que para 2014 fueron 26.5 millones, es decir, 7.8 millones de mexicanos disminuyeron su incidencia de pobreza.

 

Precisó que, en el año 2000, México pasó de una población carente de 58.6 por ciento, a una de 16.7 por ciento en 2015; en lo que se refiere a servicios básicos en la vivienda pasó de una carencia de 40.3 por ciento a 7.9 por ciento; respecto del agua, se transitó de 24.2 por ciento a 5.4 por ciento.

 

Señaló que en 2015 solamente una de las 32 entidades federativas no ha podido transitar a una cobertura de drenaje mayor al 70 por ciento, “pero prácticamente todas lo han logrado”.

 

En lo que a carencias se refiere, en la intervención particular de los 400 municipios de la primera fase de la “Cruzada Nacional contra el Hambre 2013-2015”, aseguró que se redujeron todas las carencias.

 

Se redujo la carencia alimentaria de cien por ciento a 42 por ciento; en salud de 32 a nueve por ciento; calidad y espacios de la vivienda de 56 a 38 por ciento; servicios a la vivienda de 57 a 42 por ciento; seguridad social de 97 a 87 por ciento y rezago educativo de 32 a 26 por ciento, subrayó.

 

Indicó que hoy se cuenta con cinco mil 200 comedores comunitarios a nivel nacional, “se trata de una red de protección social a las familias que no tienen los ingresos adecuados para hacerse de una canasta básica”. Dijo que se busca robustecer este programa social a fin de que la gente no sólo vaya a comer, sino que asistan con la posibilidad de superarse, proveer ingresos por sí mismos y tener un centro comunitario que beneficie a todos.

 

Al final, estos datos nos demuestran que sí hay posibilidad de que a través de la focalización apropiada y los incentivos adecuados es posible disminuir las carencias de la población, “nadie puede vanagloriarse de que ya se resolvieron los problemas, pero si es importante que como país vamos en la dirección correcta y que es necesario fortalecer acciones que permitan resarcir la pobreza en México”.

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