Número-1562

  • Se inaugura en el Senado de la República el foro “Fibrosis quística, su tratamiento y su futuro”.
  • En México persisten rezagos de 30 años en esta materia, en comparación con los países desarrollados.

 

Durante la inauguración del foro “Fibrosis quística, su tratamiento y su futuro”, el presidente de la Comisión de Salud del Senado de la República, Francisco Salvador López Brito, dijo que el Senado debe coadyuvar en la mejora de programas y atenciones médicas que permitan llevar a cabo un diagnóstico temprano de esta enfermedad, a fin de que niñas, niños, jóvenes y adolescentes que la padezcan, mejoren su calidad y esperanza de vida.

 

Aseguró que la fibrosis quística es una enfermedad que no tiene cura, pero que el diagnóstico y tratamiento temprano es fundamental para darles una buena calidad de vida a las personas que la padecen.

 

Señaló que en México, el 15 por ciento diagnosticado tempranamente lleva una sobrevida promedio de 18 años, pero el 85 por ciento que no lo hace y no tiene los tratamientos adecuados, tiene un promedio de sobrevida de cuatro años de edad.

 

Es un gran reto para el sistema de salud, médicos de primer nivel, padres de familia, maestros, porque todos debemos tener información suficiente y adecuada.

 

En tanto, Guadalupe Campoy Ruy Sánchez, directora general de la Asociación Mexicana de Fibrosis Quística, dijo que es fundamental que los pacientes mexicanos, tengan acceso a medicamentos innovadores que mejoren sustancialmente su calidad de vida, “por eso hacemos un llamado para que se construya una iniciativa de ley, que establezca a esta enfermedad como parte de las enfermedades “atendidas con dignidad”, en las instituciones públicas de salud.

 

Advirtió que a pesar de los esfuerzos, algo se está haciendo mal, ya que en México sólo el 15 por ciento de los niños que nacen con esta enfermedad están siendo diagnosticados y que el promedio de vida de este porcentaje es sólo de 18 años, mientras que en países desarrollados es de 40 años.

 

En México persisten rezagos de 30 años en comparación a países desarrollados, por lo que sólo con el esfuerzo conjunto de pacientes, tomadores de decisiones, médicos, profesionales de la salud y actores sociales, se lograran cambios que mejoren el panorama actual.

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