Número-1296

  • El senador Juárez Cisneros señaló que es preocupante el hecho de que a mayor escolaridad hay más desempleo juvenil.
  • Aseguró que los empleos a los que aspiran los jóvenes son precarios, sin seguridad social y con bajos niveles salariales, como resultado de una excesiva concentración del ingreso.

 

Ante la inadecuada inserción de los jóvenes en la vida productiva del país, el senador del Grupo Parlamentario del PRI, René Juárez Cisneros, propuso reformar la Ley de la Economía Social y Solidaria, con el propósito de que el Instituto Nacional de la Economía Social implemente una política para el desarrollo integral de los jóvenes.

La iniciativa establece que a través de esta política se busca impulsar las acciones que apoyen preferentemente los proyectos productivos de grupos integrados mayoritaria o totalmente por jóvenes.

 

También, se propone que el Consejo Consultivo de Fomento de la Economía Social, tenga como función proponer acciones ejecutivas para promover el desarrollo integral de los jóvenes a través del apoyo a proyectos productivos

Asimismo, plantea que los programas gubernamentales para fomentar la economía social y solidaria, establezcan acciones específicas para impulsar y apoyar con recursos públicos los proyectos productivos de los organismos del sector, conocidos como empresas sociales, conformados mayoritaria o exclusivamente por jóvenes.

Lo anterior, debido a que la población activa juvenil el 7.7 por ciento está desocupado, en tanto que de la población activa total, el índice es de 4.4 por ciento. La población inactiva, el 17.2 por ciento está disponible para trabajar y no disponible el 82.8 por ciento, de los cuales el 60.0 por ciento estudian y el resto realiza otras actividades.

Refirió que según la revista México Social, en las últimas tres décadas el crecimiento de la economía mexicana ha sido insuficiente para satisfacer la demanda de empleo, educación, salud, vivienda y seguridad de la población.

 

Destacó que en los casos en que los jóvenes encuentran empleos, éstos son precarios, sin seguridad social y con bajos niveles salariales, como resultado de una excesiva concentración del ingreso.

En este sentido, 39 por ciento de los jóvenes que trabajan se ubica en puestos formales y el 61 por ciento en actividades informales.

Aunado a ello, es preocupante el hecho de que a mayor escolaridad hay más desempleo juvenil, el desempleo sólo afectó al 2.4 por ciento de los jóvenes con primaria incompleta y al 44.3 por ciento de los que habían concluido estudios en los niveles de educación media y superior, respectivamente.

Manifestó que resulta inaceptable que la única forma que tienen de vivir millones de jóvenes es la pobreza, la marginación de oportunidades, espacios, capacitación y educación, “en la marginación de la esperanza”.

 

Por tanto, es urgente desplegar las capacidades de recursos humanos, financieros y estructurales disponibles, al tiempo de promover de manera productiva, formal y rentable el empleo de los jóvenes, pues las perspectivas son pésimas, puntualizó.

 

El documento se envió a las comisiones unidas de Juventud y Deporte, de Estudios Legislativos, Segunda.

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