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El subsecretario de Agricultura, Mariano Ruiz-Funes Macedo, aseguró a senadores que para el próximo año se liberará el desarrollo de maíz genéticamente modificado “tolerante a la sequía”.

Ante la Comisión de Agricultura y Ganadería, que preside el senador Alberto Cárdenas Jiménez, el funcionario dijo que en los mercados internacionales no sólo existe disponibilidad de semillas resistentes a determinadas plagas, “sino que empiezan a desarrollarse variedades para resistir los embates del cambio climático”.

“Esto es particularmente interesante para nosotros si lo vemos en el contexto de un año como el que ha padecido México, empezando por las heladas en Sinaloa y el periodo prolongado de sequías”, enfatizó.Ruiz-Funes Macedo recordó que el uso de organismos genéticamente modificados “no es marginal” en nuestro país, pues a nivel internacional ocupamos el lugar 17 en esta materia y “llevamos más de 10 años importando maíz” de este tipo de Norteamérica.

En 2010, añadió, se importó de Estados Unidos y Canadá poco más de siete millones de toneladas de maíz amarillo transgénico, 85 por ciento de esa cantidad se destinó al sector pecuario y el resto al industrial.Afirmó que en México se tiene todo el control de los organismos genéticamente modificados, desde la siembra, transporte y comercialización, hasta su consumo final.

Subrayó que la biotecnología aplicada a la agricultura permite incrementar la producción agrícola y el valor de los cultivos, disminuir el uso de plaguicidas y fertilizantes, así como mejorar en el ingreso neto de los productores.

Al respecto, Cárdenas Jiménez aseveró que la decisión para impulsar la utilización de tecnologías e innovaciones a todas las ramas productivas “es la adecuada” y no se debe frenar este proceso.

El legislador panista destacó que hay en México más de mil científicos altamente preparados, programas, instituciones y presupuesto “que nos dan certidumbre en lo que se hace”, por lo que la “transferencia es lo peor que puede pasarnos como sociedad, gobierno y como país”.

Su compañero de bancada, senador Javier Castelo Parada, subrayó que es necesario proteger “nuestras semillas originales”, pero también tomar en cuenta la situación de la agricultura.

Al respecto, la senadora del PRI, Amira Gómez Tueme, dijo que debido a la sequía es urgente liberar las solicitudes y permisos para que los campesinos del norte del país siembren maíz genéticamente modificado.

Asimismo, pidió a los funcionarios que faciliten las condiciones para elevar la productividad del maíz modificado, a fin de recuperar las pérdidas y generar ganancias para el  país con su exportación.

También del PRI, los senadores Fernando Baeza Meléndez y Margarita Villaescusa Rojo subrayaron que ante los embates climatológicos es necesario dar certeza a los productores.

Por el PRD, el senador Arturo Herviz Reyes manifestó que un amplio sector de la población existe la preocupación por los impactos a la salud de los organismos transgénicos, principalmente en el maíz.

“Estamos claros que hay un déficit de maíz en el país, que importamos cerca de ocho millones de toneladas de maíz transgénico y sabemos que hay una crisis alimentaria”, pero hay muchas dudas respecto a la siembra y consumo de estos productos.

Por su parte, la senadora Rosalía Peredo Aguilar señaló que “estamos frente a problemas agrarios muy complejos”, por lo que “tenemos que enfrentar los impactos del cambio climático y con ello la pérdida de la producción agrícola”.

“Tenemos el desafío de incrementar por lo menos en un 60 por ciento la producción de alimentos para cumplir con la demanda del mercado nacional y para ello tenemos que dar solución a esta problemática y echar mano de la biotecnología para aumentar la producción”, agregó.

En tanto, Enrique Sánchez Cruz, director general del Servicio Nacional de Inocuidad Agroalimentaria, Acuícola y Pesquera de la SAGARPA, manifestó que es imperativo encontrar organismos más tolerantes a “algunas situaciones climáticas manejables”. 
Sin embargo, aseguró que la biotecnología es sólo una herramienta y “no la solución a los problemas que tenemos”, por lo que se debe generar un plan de bioseguridad.

A su vez, Alfonso Flores Ramírez, director general de Impacto y Riesgo Ambiental de la Semarnat, recordó que el trigo es el único cultivo aprobado para modificarlo genéticamente ante una condición climatológica adversa.

En el caso del maíz, precisó, hasta este momento no se ha aprobado modificarlo para condiciones adversas, ya que todas las solicitudes para variarlo genéticamente versan sólo para su resistencia a plaguicidas, herbicidas o control de insectos dañinos.  

Por su parte, Reynaldo Ariel Álvarez Morales, secretario ejecutivo de la Comisión Intersecretarial de Bioseguridad de los Organismos Genéticamente Modificados (CIBIOGEM), coincidió en que la biotecnología moderna “por sí misma no puede resolver todos los problemas fundamentales del medio ambiente y del desarrollo”.

Empero --resaltó-- cabe esperar una importante contribución al desarrollo sustentable en diferentes ámbitos porque existe un potencial en esta tecnología para que contribuya al progreso de los países.

Asimismo, Mauricio Limón Aguirre, subsecretario de Gestión para la Protección Ambiental, reconoció que por el momento en México no hay ni una solicitud para el desarrollo de maíz genéticamente modificado para tolerar sequías o heladas.

 

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