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Por ello, consideró indispensable que desde el Estado se instrumenten políticas con el propósito de recuperar un desarrollo de amplias repercusiones sociales.
En sesión solemne, el Senado de la República le impuso este jueves al ingeniero Cárdenas Solórzano la Medalla de Honor Belisario Domínguez, en ocasión del XCVIII aniversario luctuoso del héroe civil chiapaneco.
El presidente Felipe Calderón atestiguó la entrega de la presea --y diploma alusivo-- por parte del senador José González Morfín, presidente del Senado; los acompañaban en el presidium los titulares de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y de la Cámara de Diputados, Juan Silva Meza y Emilio Chuayffet Chemor.
Frente a ellos, en primera fila la señora Margarita Zavala, los gobernadores de Chiapas y Michoacán, Leonel Godoy Rangel y Juan Sabines Guerrero; el jefe de gobierno capitalino, Marcelo Ebrard y familiares del galardonado.
Ya con la distinción fijada al cuello, desde la tribuna el ingeniero Cárdenas cuestionó las formas en que se combate a la delincuencia, ya que “se han mostrado insuficientes”.
Argumentó que “no basta con el enfrentamiento directo, con el descabezamiento de bandas o las múltiples aprehensiones de delincuentes que de inmediato recrean nuevos liderazgos y reconstituyen sus fuerzas”.
No basta --añadió-- con pensar que la delincuencia es un fenómeno autónomo sin ligas con lo económico, financiero, político, lo social o lo internacional,
La democracia, la seguridad y la justicia son asuntos de la autoridad civil, precisó.
Consideró que el combate contra el crimen organizado debe librarse por un cuerpo específicamente creado y preparado para ello y que las Fuerzas Armadas no deben seguir expuestas a riesgos derivados de una función que no les corresponde.
A las Fuerzas Armadas se les debe fortalecer como el cuerpo que resguarda y garantiza la integridad de la nación, subrayó.
En este sentido, expuso que una lucha eficaz contra la delincuencia entraña “un combate igualmente eficaz y decidido contra la corrupción y la impunidad, así como el saneamiento de los cuerpos judiciales”.
Agregó que a pesar de esfuerzos “que merecen reconocimiento” la inseguridad aumenta, ya que se registran en el último lustro más de 50 mil muertos en condiciones violentas y la delincuencia organizada ha establecido su presencia en territorios cada vez más extensos, extorsionan a productores y ponen en riesgo la actividad económica, así como alteran gravemente la convivencia social.
“Este --afirmó el político michoacano-- no es el México que la mayoría de los mexicanos queremos y este no es ni puede ser el destino fatal de nuestra patria”.
De ahí que en su opinión resulta indispensable que en estos tiempos electorales, más allá de proseguir los procesos internos en los partidos políticos para elegir candidatos, se tome la decisión política de abrir un dialogo “para identificar coincidencias respecto a lo que debe hacerse hacia adelante”.
“Quiero pensar que en las políticas principales como la económica, social, educativa, de combate a la inseguridad, así como en las plataformas de los partidos políticos y en las ideas de potenciales candidatos presidenciales, se encuentren puntos comunes, independientemente de sus discrepancias”.
Y entre otras, planteó la siguiente interrogante: Por qué no establecer un compromiso común de partidos y candidatos presidenciales para llevar a cabo en los próximos seis años aquello que se comparte con el impulso y esfuerzo común de todos aquellos que coinciden.
Aseguró que hoy la mayoría del pueblo reclama recuperar las condiciones para desarrollarnos en democracia, ya que la sociedad mexicana es actualmente una de las más desiguales en el mundo.
Refirió que recibía la Medalla de Honor en nombre “de todos aquellos que han luchado y luchan en México por el rescate y pleno ejercicio de la soberanía nacional, por la igualad, la democracia, la justicia”.
En especial --dijo-- a nombre de los 600 luchadores caídos en este esfuerzo entre 1988 y 1997 cuyos crímenes permanecen, casi en su totalidad, impunes y a quienes sólo se les puede honrar manteniéndose firme en la lucha a la que ellos entregaron sus vidas.
El senador Carlos Navarrete se encargó de dar lectura a la semblanza del ingeniero Cárdenas.
“La transformación política de nuestro país en los últimos 25 años es mérito de muchos mexicanos, entre ellos --de manera destacada-- de Cuauhtémoc Cárdenas”, enfatizó el coordinador parlamentario del PRD.
Subrayó que la pluralidad que hoy existe y la alternancia en el ejercicio del poder, que se abrió paso desde 1988 en las entidades y se concretó en el 2000 en la presidencia de la República, no se pueden explicar sin las grandes jornadas que protagonizó con millones de ciudadanos.
“Supo estar a la altura de lo que su país y los tiempos nuevos le exigieron, sin perder de vista que la defensa de la nación requiere de convicciones firmes, solidez en principios y valentía para asumir responsabilidades”.
“Lo hizo sin rencores ni odio –resaltó--, sólo armado de su convicción de que México necesitaba pasar a una nueva época donde los votos se contaran y respetaran y en donde la democracia fuese parte de la vida pública nacional.
Dijo que México ha tenido muchos hombres públicos que se han conducido como jefes de facción o de partido, pero pocos han actuado con una visión de Estado y Cuauhtémoc Cárdenas es uno de ellos.
Al término de la sesión solemne, se develó el nombre de Cuauhtémoc Cárdenas en el muro de honor de los galardonados y enseguida, en el patio central de la vieja casona de Xicoténcatl, se montó una guardia de honor ante la estatua de Belisario Domínguez.
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