El Senado de la República aprobó el pasado martes 20 elevar a rango constitucional la obligatoriedad de la educación media superior.

Se trata de una reforma histórica que no sólo constituye un gran avance en materia educativa sino que tendrá un impacto muy positivo en la sociedad, sobre todo en los jóvenes.

La emisión de 94 votos a favor de la minuta que modifica los artículos 3 y 31 de la Carta Magna es fiel reflejo del consenso unánime de todos los grupos parlamentarios y consecuencia de una demanda social, que fue atendida con responsabilidad y compromiso.

De esta forma, el órgano senatorial coadyuvó a resolver un cuello de botella entre la oferta educativa de espacios para los alumnos que terminan su secundaria y no encuentran lugar en preparatoria.

Y por otra parte, el abatimiento de la deserción escolar, que representa otro reto para el gobierno frente a una sociedad que demanda niveles educativos superiores y de calidad en la oferta de empleo.

Así, la inversión en la educación media superior será obligada, y las estructura gubernamentales también deberán abrir mayores espacios para los jóvenes.

Con esta reforma, largamente esperada, el Senado deja claro que el Estado mexicano debe asumir su responsabilidad de brindar a los jóvenes un bachillerato de calidad que permita el fortalecimiento y el respeto por la diversidad cultural

Según datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), México otorga sólo un 60 por ciento de oportunidades a jóvenes que egresan de la secundaria para continuar con sus estudios de bachillerato.

Ello convierte a nuestro país en el integrante de la OCDE con los menores niveles de cobertura en la educación media superior, incluso por debajo de naciones equivalentes en grado de desarrollo, como Brasil y Chile.

Parte de esta deficiencia obedece a la carencia de infraestructura y servicios, ya que la mayoría de los egresados de secundaria que desean continuar sus estudios, no pueden hacerlo debido a la falta de planteles educativos.

Los senadores determinaron que la universalización del bachillerato se implemente a partir del ciclo escolar 2011-2012 para ir creciendo de manera progresiva hasta alcanzar su cobertura en todo el país en 2020-2021.

Además, acordaron que el titular del Ejecutivo establezca el sistema nacional de bachillerato y tome en cuenta la diversidad de opciones educativas y el libre tránsito de estudiantes.

Las enmiendas constitucionales obligarán a que en el presupuesto federal, de los estados, del Distrito Federal y de los municipios se incluyan los recursos necesarios para la construcción, ampliación y equipamiento de infraestructura suficiente que permitan lograr la cobertura progresiva de la educación media superior en todo el país.

De igual forma, se instituirá la base de programas de formación profesional del personal docente y se dotará de manera gratuita materiales de estudio a maestros y alumnos.

En las comunidades rurales alejadas de los centros urbanos y las zonas donde no exista la infraestructura adecuada, las autoridades educativas federales y estatales establecerán programas especiales para asegurar el acceso de los aspirantes a los servicios de educación media superior.

Los legisladores señalaron que un buen bachillerato obligatorio ayudará en la construcción de ciudadanos, por lo que se necesita mejorar los planes educativos, multiplicar las escuelas, actualizar el conocimiento de los maestros, perfeccionar la pedagogía, promover la lectura y la discusión, así como involucrar a los jóvenes en la aventura del conocimiento, en la práctica del deporte, en el disfrute y apreciación de las bellas artes.

La educación media-superior contribuye de manera decisiva a la construcción de una sociedad justa, educada y próspera, además de que puede fortalecer la competitividad individual y colectiva en mundo actual, ya que es un recurso para combatir la desigualdad social y escapar de la pobreza, como lo señalan diversos organismos internacionales.

La obligatoriedad del nivel medio superior, tendría como efecto inmediato la mejoría en los niveles de educación, fortalecerá la cultura educativa y el desarrollo de los mexicanos, al formarlos de mejor manera para enfrentar los retos, cada vez más difíciles, del campo laboral en nuestro país y del extranjero.

Por ello, esta histórica reforma es un gran paso en la construcción del México del futuro, y representa una gran expectativa y esperanza para los jóvenes del presente y del futuro que aspiran a mejores condiciones de vida.

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