El senador Carlos Navarrete Ruiz, presidente el Instituto Belisario Domínguez, declaró que la ausencia de formación filosófica y elemental en muchos políticos mexicanos ha llevado a una degradación de la política en diversos aspectos.

“No hay nada más terrible que la ignorancia”, acotó el legislador perredista, durante la presentación del libro Una aproximación a la historia de las ideas filosóficas en México. Siglo XIX y principios del XX, en el Senado de la República.

La ignorancia llevada a bandera por muchos que actúan en la política --expresó-- ha tenido malas consecuencias porque “quien no es capaz de pensar con claridad, reflexionar mínimamente, escuchar y hablar o plantearse la transformación de lo que ve y palpa”, puede pasar por la política sin dejar huella y sin hacer ningún bien a la sociedad que representa.

Desde su óptica, el Senado observa al país con preocupación y actúa para tratar de transformarlo porque “el filósofo debe ver con toda clase de ojos y de anteojos, debe palpar la realidad toda, entera” y seguir luchando para transformarla.

A su vez, el senador Francisco Arroyo Vieyra, vicepresidente de la Mesa Directiva, recalcó que la filosofía sirve para dialogar a partir del presente, lo que puede ser el futuro.

Señaló que los diálogos de la política, antes, los hacían los filósofos con un contenido ontológico en un lenguaje que hoy se extraña.

El legislador priista puntualizó que en el Senado se hacen leyes que se entienden como un proceso cultural normativo que auxilia al hombre en su proceso de liberación, porque “una ley que no tiene un mínimo ético rige por quien la dice pero no por lo que dice”.

Por su parte, el senador Ricardo Torres Origel, de Acción Nacional, comentó que la obra expresa fundamentalmente las raíces de los mexicanos, que no son solamente las ideas del pensamiento sino que también están arraigadas en la historia y vida política del país, sin duda alguna.

Felicitó a los autores de la obra porque académicamente tendrá grandes resultados al ser una segunda edición renovada con una visión actualizada y más profunda de los pensadores mexicanos, quienes nos dieron patria y origen.

El senador perredista Máximo García Zalvidea argumentó que a través de la obra se puede conocer más a fondo la historia de las ideas y del pensamiento del país en el siglo XIX y XX, y que uno de los aciertos de ésta es que es desmitificadora ya que el ser humano está más allá de cualquier etiqueta.

En tanto, María del Carmen Rovira Gaspar, coordinadora de la obra, llamó la atención de los legisladores para analizar el problema educativo, a partir de la disminución o supresión de las humanidades.

Lo anterior, debido a que las humanidades --ética, filosofía, historia, el griego y latín--, dan valores que el niño y el joven necesitan, por lo que son disciplinas que necesitan impartirse desde la primaria.

Además, Ambrosio Velasco Gómez, coautor del libro, señaló que éste devela las relaciones entre el pensamiento filosófico, vida social y procesos de transformación política en la etapa de la Independencia a la cual se dedica la primera sección y de la décadas cercanas a la Revolución mexicana con la que se cierra el volumen.

El también exdirector de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, puntualizó que lejos de interpretar el pensamiento filosófico de los autores como esquemas de ideas abstractas, muestra la raigambre social, cultural y política de sus obras.

Amalia Xohitl López Molina, también coautora de la obra, expresó que los políticos de hoy en el Legislativo y Ejecutivo, particularmente en la Secretaría de Educación Pública, desconocen la importancia y relevancia de la enseñanza de la filosofía en la educación básica y media superior.

Cuestionó en qué momento se desvirtuó el proyecto filosófico educativo de personajes como José Vasconcelos.

En su oportunidad, Virginia Aspe Armella, profesora de la Universidad Panamericana, señaló que no se puede homologar el liberalismo mexicano al europeo porque el nuestro se gestó como discusión en contra del discurso escolástico, porque es liberalismo ecléctico humanístico e identitario, y porque conecta con la izquierda mexicana, y presenta un modelo de utopia desde el Siglo XVI .

Finalmente, Fernando González Vega, coautor del libro, señaló que investigar, difundir, y valorar el pensamiento filosófico mexicano es una de las tareas que las universidades públicas deben retomar y promover para la sociedad y sus autores políticos, como compromiso con la historia identidad y cultura de la nación.

A la presentación, asistieron también Arnoldo Cuellar, director general de Zona Franca y Luis Patiño Palafox, coautor de la obra.

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