Número-759

  • Gracias a las reformas, tenemos un Estado fortalecido, aseguró la senadora Cristina Díaz.
  • La Constitución es muy buena, aunque haya que reordenar algunos temas, sostuvo el senador, Enrique Burgos.

Los senadores Cristina Díaz Salazar y Enrique Burgos García, del Partido Revolucionario Institucional, coincidieron con especialistas en que gracias a las reformas a la Constitución Política, ésta se mantiene vigente y actualizada.
Durante la presentación del libro “Reforma versus Revolución. Consideraciones desde la Teoría del Estado y de la Constitución sobre los límites materiales a la revisión constitucional”, la senadora Díaz Salazar, presidenta de la Comisión de Gobernación en el Senado, reiteró que la Constitución sigue vigente, aunque el debate sobre su contenido continúe.
Resaltó que en esta Legislatura, el presidente de la República ha impulsado reformas constitucionales en materia de telecomunicaciones, competencia económica, energía e hidrocarburos, acceso a la información y transparencia, anticorrupción, seguridad y justicia, derechos humanos.
Asimismo, expuso que se han realizado otras reformas en materia política, en lo relativo al fortalecimiento de las instituciones y ejercicio del poder, así como en materia electoral, lo que se ha traducido en “un Estado fortalecido”.
Díaz Salazar sostuvo que la obra reviste gran importancia para el debate de ideas respecto al tema recurrente de la reforma constitucional.
Explicó que hoy se cuenta con un nuevo sistema político-constitucional, que atiende la lógica institucional impulsada desde 1994, con la creación de organismos constitucionales autónomos. Con ello, agregó, las reformas estructurales tienen una base sólida para su consolidación institucional.
Señaló que hoy existe un punto de equilibrio, mediante el cual el gobierno tiene que saber responder a la demanda social, para que las llamadas reformas estructurales también sean parte del sentir de la sociedad y ello represente un verdadero cambio constitucional y social.
El senador Burgos García, presidente de la Comisión de Puntos Constitucionales, expuso que la nuestra es una muy buena Constitución, aunque probablemente haya que reordenar o contextualizar algunos temas.
Resaltó que un acierto de la Constitución de 1917 fue que su Constituyente previó la reformabilidad de la Carta Magna. De no haberlo hecho así sería, como decía James Monroe, presidente de Estados Unidos, el gobierno de los cementerios ante una realidad cambiante.
Indicó que la Constitución, por la previsión propia de ella, se ajusta a las realidades; hay Constitución porque cada reforma se ajusta al texto constitucional con un procedimiento previsto.
El subsecretario de Enlace Legislativo y Acuerdos Políticos de la Secretaría de Gobernación, Felipe Solís Acero, hizo énfasis en que México tiene una Constitución que ha sido objeto de múltiples reformas, y reconoció que esto pareciera una manía reformista en lo que llamó nuestro inacabado proceso constitucional.
Subrayó que esto se debe valorar como un mecanismo u operación jurídica que permite darle vigencia, actualidad y revalorización a las normas que integran a nuestra ley fundamental.
Destacó que existe un conjunto de temas inmodificables, establecidos en el artículo 40 de la Constitución, como la organización del Estado; no se han tocado las garantías individuales sino para ensanchar sus facultades; además de que es voluntad del pueblo mexicano constituirse en una república democrática popular y federal, y ahora laica.
El autor del libro y catedrático de la Universidad de Coruña, España, Javier Ruipérez Alamillo, aseguró que la obra tiene validez para México debido a que la teoría de la reforma constitucional es la propia teoría del Estado y de la Constitución.
Explicó que la teoría del Estado y de la Constitución frente al derecho constitucional positivo es válido para todos los estados constitucionales. El catedrático cuestionó si se tiene que hacer una nueva constitución o hacerle sólo reformas; a esto, él mismo respondió que si en la Carta Magna están vigentes los principios y valores, entonces tiene sentido hablar de reforma total o parcial, no de un cambio de esta.
La magistrada Norma Lucia Piña Hernández, aseguró que la obra de Ruipérez puede ser aplicada a cualquier Estado vigente, y el libro es una lectura obligada para todos los comprometidos con el derecho. Al hacer un análisis de la obra, señaló que la dinámica política y social impone al ordenamiento constitucional; por ello, el cambio constitucional debe hacerse en la medida en que permite la actualización.
El investigador de la Universidad Autónoma del Estado de México, Alejandro Wong Meraz, indicó que el concepto “revolución” lleva impregnadas las ideas de democracia y libertad, por lo que no se puede decir que todo movimiento social se puede entender como revolución, y tampoco cualquier movimiento armado.
Aseguró que aquello que busca la revolución es crear un nuevo derecho vigente y, desde esta perspectiva, no podemos entender que exista el derecho a la revolución, mientras, resaltó la reforma constitucional busca mantener a la constitución vigente.

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