Número-524
- El documento base de la Constitución de 1817, de esta manera, será salvaguardado por los Congresos estatales y las bibliotecas del país.
- A más de doscientos años de su realización, contiene figuras que aún son fuente de debate actual en el Congreso de la Unión.
Detalló que una buena ley debe generar la felicidad popular, procurar la armonía, ser sencilla y apta para llegar a la comunidad, y así sea comprendida por la sociedad; no debe tratarse de una ley de vitrina, efímera o indolente ante los problemas de la gente, a quien debe servir.
Comentó que la Carta Magna, en su artículo 24, establece que el Estado deberá buscar los mecanismos para procurar felicidad a los mexicanos. A casi 200 años de que emitieron el proyecto de norma que ya contenía dicho concepto, vale la pena reflexionar sobre qué cuentas le puede rendir el Congreso de la Unión actual a esos mexicanos de hace dos siglos.
El senador determinó que la finalidad del seminario será buscar respuestas, aunque muchas no sean halagadoras, a cuestionamientos como: ¿La Nación, en su concepto más amplio, es feliz? ¿El pueblo de México es verdaderamente libre? ¿Los ciudadanos mexicanos son tratados con igualdad? ¿La propiedad y seguridad de cada mexicano están salvaguardadas y garantizadas? ¿Si se ha logrado moderar la opulencia de pocos y la indigencia de la mayoría? ¿Si se han alejado la ignorancia, rapiña y el hurto?, entre otras dudas.
Dijo que para el Senado es importante realizar la edición de este libro que deriva directamente del decreto original, bajo el resguardo el Archivo General de la Nación, ejemplar firmado por José María Morelos y Pavón, porque así la Constitución de Apatzingán, que pretendió llevar la felicidad a una Nación que intentaba nacer en medio de la guerra, ahora tendrá su salvaguarda en los Congresos de las entidades federativas y las bibliotecas del país.
Por su parte, el senador Roberto Gil Zuarth, presidente de la Comisión de Justicia, comentó que el Decreto Constitucional de Apatzingán ya contenía muchas de las figuras que actualmente rigen al país, así como anticipos de los debates que se mantienen vigentes, como es el caso de la protección de los ciudadanos contra la tortura.
Otro tema que aún se debate es el fuero de los servidores públicos, que en esa época protegió la expresión de sus ideas, y que, sin embargo, consideraba la posibilidad de juzgarlos por cualquier delito; contrario al modelo rígido y absoluto de protecciones constitucionales que hoy es causa de impunidad en México, y que se debe resolver de inmediato para que la ley se aplique, en primer lugar, a quienes tienen la responsabilidad de cuidarla, sentenció el senador.
El senador Enrique Burgos hizo énfasis en que el decreto constitucional de 1814 definió la fuente original de la soberanía, que descansa en la voluntad del pueblo; con atributos de inalienabilidad, imprescripción e indivisibilidad.
Finalmente, dijo que fue el pilar fundamental del constitucionalismo mexicano en sus distintas evoluciones, desde un modelo federal delineado hasta un documento demo-liberal. Además, hizo un reconocimiento y una sincera felicitación al trabajo del señor senador Zoé Robledo, por la coordinación de este rescate de una edición facsimilar para la que tuvo que recurrir al archivo histórico de la Nación; y a un archivo en Austin, Texas; y al Archivo de Indias, en Sevilla.
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