Número-519

  • Para ello, tiene que recurrir al talento nacional y a su capital humano, señalan legisladores.
  • Transitar hacia un sistema de innovación que lo lleve a un liderazgo internacional, piden investigadores.


México atraviesa por una importante coyuntura económica que lo obliga a acelerar el paso para hacer de la ciencia, tecnología e innovación verdaderas palancas del desarrollo, además de recurrir al talento y capital humano que existe en el país.
Así lo manifestaron los senadores Alejandro Tello Cristerna, del PRI; y Juan Carlos Romero Hicks, del PAN; al participar en el foro “Aportes para fortalecer la innovación en los sectores y las regiones”, que se llevó a cabo en las instalaciones de la vieja casona de Xicoténcatl.
Tello Cristerna aseguró que el futuro de la economía no está sólo en la explotación de los recursos naturales, sino en la ampliar las capacidades productivas en los sectores industriales e impulsar programas que promuevan la tasa de crecimiento económico, empleo y ritmo de innovación con sentido ambiental y social.
El presidente de la Comisión de Ciencia y Tecnología dijo que pese a los esfuerzos se requiere que la comunidad científica participe de forma contundente en la generación de patentes que puedan ser introducidas al mercado; este es el gran reto, enfatizó, pues “hay una limitada interacción entre empresas, universidades y centros de investigación”.
Subrayó que el Senado aprobará reformas a las leyes de Ciencia y Tecnología, y Federal de Responsabilidades Administrativas de los Servidores Públicos, a fin de eliminar las barreras que impiden que los investigadores se vinculen con el aparato productivo nacional y expresó su confianza en que la Cámara de Diputados respalde las modificaciones al proyecto.
Por su parte, el senador Romero Hicks, presidente de la Comisión de Educación, aseguró que México tiene la oportunidad para convertirse en uno de los grandes líderes en esta materia; sin embargo, “hay mucho por hacer”, pues datos del Foro Económico Mundial indican que el país se encuentra en el lugar 61 de 144 en el índice general de competitividad y en 59 en innovación y sofisticación de valores.
Por ello, dijo que es fundamental recurrir al talento y al capital humano que existe en las universidades, tecnológicos y centros de investigación, a efecto de tener mejores condiciones en dichos sectores.
Los países más exitosos --indicó-- han podido desarrollar una cadena virtuosa de educación, ciencia, tecnología e innovación, por lo que se requiere de la interacción de todos los actores porque “el éxito no se logra de manera sencilla”.
Francisco Bolívar Zapata, coordinador de Ciencia y Tecnología e Innovación de la Oficina de la Presidencia, aseguró que el Presidente de la República está comprometido a impulsar estos rubros.
Dijo que, de la mano del Conacyt, se insistirá en la importancia estratégica de contar con los recursos adecuados para promover la ciencia, tecnología e innovación, toda vez que es vital para el desarrollo de México.
A su vez, Enrique Cabrero Mendoza, director General del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, subrayó que los países que han logrado la vinculación entre gobierno, empresas y academia han podido generar mayores niveles de competitividad, crecimiento, desarrollo y bienestar social.
Reconoció que con la reforma a las leyes de Ciencia y Tecnología, y Federal de Responsabilidades Administrativas de los Servidores Públicos, los investigadores de instituciones públicas quedarán liberados de un obstáculo que no le permitía trabajar con el sector empresarial, porque actualmente se considera que esto es una distracción de sus labores académicas.
José Franco, coordinador general del Foro Consultivo, Científico y Tecnológico, manifestó que es necesario impulsar el fortalecimiento de programas que promuevan la tasa de crecimiento económico, el empleo y el ritmo de innovación con una convicción de sentido ambiental y social.
Dijo que México debe dar “un salto cualitativo” hacia un sistema de innovación que permita alcanzar posiciones de liderazgo en el ámbito internacional y no sólo que dé ventajas temporales y locales, así como reforzar la articulación entre la academia e industria para generar capacidades y conocimientos que logren impactar en la competitividad.

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